Rumbo a la Cumbre del G–“20
China se resiste a compartir el salvavidas
Por Antoaneta Bezlova
Inter Press Service (IPS), marzo de 2009
Beijing.– China se concentrará en asegurarse la
estabilidad de su economía antes de considerar siquiera ser
el salvavidas de la comunidad internacional, que se hunde
por la crisis financiera.
El primer ministro chino Wen Jiabao declaró este viernes,
en su única conferencia de prensa prevista par este año,
que la prioridad de Beijing será velar por los intereses
nacionales.
En la gestión de las enormes reservas de divisas de
China, "nuestra primera consideración son los
intereses nacionales", afirmó el gobernante en el Gran
Salón del Pueblo de Beijing al cierre de la sesión anual
de ese órgano legislativo.
Sin embargo, "tenemos que considerar la estabilidad
del sistema financiero internacional, pues los dos elementos
están relacionados", agregó.
Ante la caída libre de los mercados y la falta de crédito
que asfixian cada vez más a las economías de muchos países,
los dos billones de dólares de reservas de China son la
esperanza del mundo. Pero el primer ministro chino dejó
bien claro que Beijing pone condiciones para extender su
mano.
Ante la consulta de si China consideraría aumentar su
contribución al fondo de rescate del Fondo Monetario
Internacional (FMI), Wen respondió que ese compromiso debe
ser voluntario y en función de las condiciones individuales
de cada país.
"Creo que el aumento de contribución al FMI no debe
corresponder a un solo país", remarcó, "sino a
todos en función de su cuota", aportada a ese
organismo multilateral de crédito.
Además expresó claramente su preocupación por la
seguridad de las inversiones chinas en Estados Unidos cuando
pidió al gobierno del presidente Barack Obama que
"cumpla sus promesas de garantía".
"Le prestamos una enorme cantidad de dinero a Estados
Unidos", alegó Wen, "y para ser honesto, estoy un
poco preocupado". En tanto que mayor acreedor de ese país,
China tratará de "evitar los riesgos" y
salvaguardar sus propios intereses, aseguró.
China invirtió 696.000 millones de dólares en bonos del
tesoro de Estados Unidos al 31 de diciembre.
El primer ministro dedicó una cantidad considerable de
tiempo de la conferencia de prensa de dos horas, preparada
de antemano, a defender la política de Beijing en el marco
de la crisis financiera internacional y señaló que las
autoridades estaban dispuestas a tomar medidas adicionales
para impulsar su economía, la tercera del mundo.
China tiene "municiones adecuadas" para reforzar
la frágil confianza del público y puede aumentar su
paquete de estímulo de 585.000 millones de dólares en
cualquier momento, aseguró el primer ministro.
Consciente del impacto que la permanente difusión de
datos negativos tiene sobre la confianza depositada en el
gobierno, Wen subrayó varias veces la necesidad de reforzar
ese aspecto.
"La confianza es más importante que el oro y que el
dinero", declaró durante la conferencia, televisada a
todo el país. "Lo primero y lo más importante es
fortalecer la confianza. Sólo cuando lo hayamos logrado,
tendremos más valor y fuerza y recién cuando tengamos
valor y fuerza podremos superar las dificultades",
sostuvo.
Pero cuatro meses después del anuncio del primer paquete
de estímulo, la situación sigue igual de precaria. El
producto interno bruto (PIB) creció 6,8 por ciento el año
pasado, el más bajo desde 2001 y la mitad del contundente
13 por ciento de 2007.
Las inversiones superaron los pronósticos de 26, 5 por
ciento en los primeros dos meses, respecto del mismo periodo
del año anterior, pero la caída de las exportaciones
significó la peor contracción comercial en muchos años.
El principal indicador de actividad económica de China de
la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos
(OCDE) cayó a su nivel más bajo en sus 26 años de
historia, superando el bajón de 1989, año de la brutal
represión de una manifestación pro democrática en la
plaza de Tiananmen.
El Congreso Nacional del Pueblo aprobó este viernes el
paquete de estímulo y un déficit presupuestal sin
precedentes para este año, a fin de lidiar con la depresión.
"Estamos preparados para una crisis prolongada y muy
difícil", declaró Wen.
Uno de los "problemas más graves" de la debacle
económica para el gobierno chino es el aumento del
desempleo. Unos 11 millones de trabajadores inmigrantes
siguen sin empleo tras su regreso a China después del
descanso de año nuevo, en enero según el calendario lunar,
de acuerdo con estadísticas oficiales divulgadas esta
semana.
Al Partido Comunista le preocupa la posibilidad de aumento
del descontento social entre inmigrantes y los seis millones
de universitarios que se recibirán este año y que no podrán
encontrar trabajo.
"El acuerdo alcanzado entre el Partido Comunista y
los intelectuales tras las manifestaciones pro democráticas
de 1989 parece cada vez más frágil", señaló Ian
Buruma, profesor de derechos humanos del Bard College de
Nueva York.
Las autoridades les permitieron enriquecerse a cambio de
un acuerdo tácito de que se mantuvieran al margen de la política,
señaló Buruma esta semana en Beijing. "Pero ese pacto
está a punto de romperse pues depende, en gran parte, de la
promesa de prosperidad permanente".
Wen Jiabao reafirmó el compromiso del gobierno para
lograr que el crecimiento del PIB sea de ocho por ciento
este año, aun si las economías de Estados Unidos y Japón
se contraen. El objetivo es "difícil, pero
posible", si "nos esforzamos lo suficiente",
dijo.
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