El G–20: avances modestos tras su reunión
Por
Stephen Fidler, Bob Davis y
Carrick Mollenkamp, en Londres
Wall
Street Journal, 03/04/09
Los líderes del Grupo de los 20 anunciaron ayer una serie
de medidas destinadas a apuntalar la economía global, pero
aplazaron muchas de las decisiones más complicadas o se las
traspasaron a organismos internacionales que nunca han
tenido una responsabilidad tan grande sobre sus espaldas.
Frente a la peor crisis de la economía mundial en décadas
–y que aún no ha tocado fondo– los líderes concluyeron
la cumbre al otorgarle principalmente al Fondo Monetario
Internacional la responsabilidad de lanzar advertencias
sobre problemas futuros y evaluar si los miembros del grupo
cumplen sus promesas acerca de la regulación y los paquetes
de estímulo fiscal.
Se trata, sin embargo, de responsabilidades que van más
allá de las tareas tradicionales del FMI y que
probablemente requieran que la entidad sea más dura con sus
principales accionistas. El G–20 se comprometió a otorgar
US$1 billón (millón de millones) al FMI, lo que
cuadruplica sus recursos para paliar las crisis en las
economías en aprietos (ver recuadro).
El G–20 –que incluye a los países más
industrializados del mundo y a economías emergentes como
China, India, Argentina, Brasil y México– también trabajó
para controlar a los paraísos fiscales y fortalecer la
supervisión de las instituciones financieras.
Las medidas podrían aliviar el sufrimiento ocasionado por
la actual crisis de la economía global, pero muchas son
declaraciones de principios que deberán tener un
seguimiento. El G–20 ya convino otra reunión para este año.
El comunicado conjunto del grupo no atacó específicamente
los problemas que, según muchos, están en la raíz de la
crisis, como las deficiencias de los sistemas bancarios.
Gordon Brown, el primer ministro británico, señaló que el
grupo alcanzó un acuerdo sobre cómo manejar los activos tóxicos
de los bancos. Los líderes prometieron actuar en forma
"decisiva" para resolver el tema, pero no
ofrecieron planes específicos.
La oportunidad para conseguir reformas más amplias pasó
a segundo plano ante las marcadas diferencias en las
posturas de algunos de los principales miembros del grupo.
Los llamados de parte de Estados Unidos y el Reino Unido
para emprender un mayor estímulo fiscal para impulsar la
economía se topó con las peticiones de varios países
europeos, en especial Francia y Alemania, para una regulación
más estricta del sistema financiero mundial.
El grupo, por ejemplo, no mencionó en su comunicado una
meta específica de estímulo fiscal, como había propuesto
EE.UU. La oposición franco–alemana había dejado claro
que un acuerdo en ese sentido era imposible. En su lugar,
los líderes aludieron a un compromiso vago para
"aportar la cantidad de estímulo fiscal sostenido
necesaria para restaurar el crecimiento", y dijeron que
el mundo estaba sumido en un gigantesco estímulo monetario
y fiscal de US$5 billones.
El jueves por la noche, en todo caso, las facciones en
discordia –desde el presidente estadounidense Barack Obama
y Brown al presidente francés Nicolás Sarkozy y la
canciller alemana Angela Merkel– presentaron una imagen de
progreso y acercamiento de posiciones. "Este es el día
en que el mundo se unió para combatir la recesión global.
No con palabras, sino con un plan para la recuperación y la
reforma global y con un cronograma claro", dijo Brown.
En su primera reunión internacional de alto nivel, Obama
habría jugado un rol influyente en el acercamiento de
posiciones, según diplomáticos estadounidenses y
extranjeros. Obama, sin embargo, reconoció que el resultado
de la reunión no era una solución en sí misma.
"Nuestros problemas no serán resueltos en una reunión;
no serán resueltos en dos reuniones", dijo el
mandatario estadounidense.
El FMI no es la única entidad internacional con mayores
responsabilidades. La Junta de Servicios Financieros –una
versión ampliada del Foro de Estabilidad Financiera, un
grupo de reguladores internacionales con sede en Suiza–
tendrá la misión de coordinar los grandes cambios
regulatorios globales. La Organización Mundial del
Comercio, por su parte, se encargará de velar por que los
miembros del G–20 cumplan sus promesas de mantener a raya
el proteccionismo.
El FMI resulta el gran triunfador de la cumbre
Por Bob Davis
Wall
Street Journal, 03/04/09
Londres.– El Fondo Monetario Internacional (FMI),
considerado en gran medida irrelevante hace seis meses, fue
el mayor ganador de la cumbre de líderes del Grupo de los
20.
Los líderes mundiales acordaron cuadriplicar la capacidad
financiera del FMI a US$1 billón (millón de millones) para
manejar las crisis en los países en desarrollo y le
encargaron al Fondo monitorear si los países del G–20 están
estimulando sus economías suficientemente y reformando sus
sistemas regulatorios. Además, le pasaron otra tarea: dar
señales de alerta tempranas de problemas financieros que se
agravan.
"El FMI está de vuelta", dijo el director
gerente del FMI, Dominique Strauss–Kahn. "Hoy tenemos
la prueba".
Las tareas asignadas sin dudas pondrán a prueba la
capacidad del FMI para reprender a sus 185 países miembro.
El FMI generalmente emite advertencias privadas, no públicas,
que los gobiernos de países poderosos suelen ignorar.
Más recientemente, el FMI ha hecho campaña para que los
gobiernos aumenten sus gastos de estímulo en 2% del
Producto Interno Bruto, pero no dijo cuáles países no habían
cumplido con la meta.
Esta exposición pública "podría producir una
respuesta defensiva", afirmó el funcionario número
dos del FMI, John Lipsky, antes de la cumbre del G–20.
"Para ser efectivo, tal vez sea necesario ser visto
como constructivo". Strauss–Kahn aseguró que les
advirtió a los líderes del G–20 que quizás no les
gusten las advertencias que el FMI hará en el futuro.
En el frente financiero, el FMI tenía US$250.000 millones
en fondos para préstamos antes de la crisis, y desde
entonces ha prestado US$50.000 millones. Strauss–Kahn quería
duplicar esa cantidad, pero el G–20 fue más generoso.
La cumbre aprobó un alza de diez veces a un fondo de
emergencia especial, a US$500.000 millones. EE.UU. ha
aportado unos US$100.000 millones a ese fondo; Japón y la
Unión Europea otorgarán préstamos de US$100.000 cada uno.
Se prevé que China contribuya US$40.000 millones, aunque es
probable que eso se convierta en la compra de lo que sería
el primer bono del FMI. A su vez, Brasil podría aportar
fondos al FMI por primera vez en la historia, informó el
gobierno, pero aún no sabe cuánto contribuiría.
Muchos de los préstamos serán destinados a grandes países
en vías de desarrollo cuyas políticas son consideradas
saludables, pero que están bajo amenaza por la recesión
global. El miércoles, México informó que busca hasta
US$48.000 millones bajo una nueva línea de crédito del FMI
que no requiere que los países realicen cambios en su política
económica. Además, el FMI planea entregar US$250.000
millones a sus miembros en lo que se llaman Derechos
Especiales de Retiro (SDR), un tipo de moneda del FMI que
puede ser cambiada por dólares, euros, yen y otras monedas
duras.
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