La tasa de paro en España podría llegar a un catastrófico 30% en 2011
Sin precedentes ni paralelos
Por
Edward Hugh
Euro Watch, 03/04/09
Sin Permiso, 12/04/09
Traducción de Amaranta Süss
"Básicamente,
podríamos vérnoslas con dos escenarios, uno moderado y
otro peor. En el escenario moderado, el desempleo total
alcanzará los 4,5 millones de desempleados en diciembre de
este año, y los 6 millones de parados en diciembre de 2010.
En el escenario peor, estaremos ya en los 5 millones por
navidades, y alcanzaremos los 7 millones a fines de
2010"
El prestigioso analista de Euro Watch, y colaborador en los EEUU del Global
Macro EconoMonitor de Nouriel Roubini –uno de los contados
economistas del establishment que predijo las dimensiones de
la actual crisis económica—, dibuja una sombría panorámica
para el futuro de la economía española, y señaladamente
de su mercado de trabajo.
El número de desempleados en España volvió a subir en marzo: "sólo"
123.543 parados más. Digo "sólo" porque,
evidentemente, es menos que el incremento de 154.508
registrado en febrero, o que los 198.530 parados más
registrados en enero. Y, en efecto, muchas informaciones
periodísticas rebosaban con los argumentos de la Secretaria
General de Empleo, Maravillas Rojo (capaz, por lo visto, de
obrar "maravillas"), según los cuales España, en
el mes de marzo, habría registrado el menor incremento
semestral de desempleo (en comparación con el mes
anterior). Sin embargo, para quienes se acercan un poco más
a la cosa desde el punto de vista del análisis económico
(descreídos de maravillas milagreras) y toman en cuenta los
factores estacionales, el incremento de un 3,55% en el mes
de marzo revela una tendencia más o menos constante, y en
modo alguno signos de mejora, a despecho de los programas de
grandes estímulos. En marzo del pasado año, por ejemplo,
el desempleo cayó cerca de un 0,62%.
Cuando observamos la situación año a año (lo que contribuye a eliminar, más
o menos, la variación estacional), lo que encontramos es
que la tasa interanual de incremento de un 56,69% fue de
lejos la más alta, y si echamos una ojeada al diagrama que
sigue, se ve que no hay indicios de moderación en la curva:
Así pues, el desempleo total creció hasta los 3.605.402, la mayor cifra
desde 1996, y el incremento del 3,5% (123.543 nuevos
parados) en marzo fue el mayor desde 1996 –cuando se
introdujo el método de cálculo actual—, de acuerdo con
las revelaciones del ministerio. Este mes ha registrado el
duodécimo incremento seguido, y ha sido el sexto mes
consecutivo en el que se han registrado más de 100.000
nuevos parados en España.
Lo que nos lleva a los pronósticos. Básicamente, podríamos vérnoslas con
dos escenarios, uno moderado y otro peor. En el escenario
moderado, el desempleo total alcanzará los 4,5 millones de
desempleados en diciembre de este año, y los 6 millones de
parados en diciembre de 2010. En el escenario peor,
estaremos ya en los 5 millones por navidades, y alcanzaremos
los 7 millones a fines de 2010. Todo depende.
En términos de tasa de desempleo, la última estimación trimestral
ofrecida por el Instituto Nacional de Estadística (INE) era
de un 13,9% para el cuarto trimestre de 2008. Sin embargo,
de acuerdo con la agencia estadística de la UE, Eurostat,
la tasa de desempleo en España creció hasta un 15,5 en
febrero, el nivel más alto del conjunto de 27 naciones. (La
media de la UE era del 7,9%.) La tasa de desempleo española
ha venido creciendo cada trimestre desde que bajó hasta un
7,95% en el segundo trimestre de 2007, su nivel más bajo
desde 1978. El gobierno espera ahora que el desempleo crezca
hasta un 15,9% a fines de año, pero se trata,
evidentemente, de una esperanza de todo punto irrealista,
puesto que ya nos hallamos prácticamente a ese nivel, y
hasta la Comisión Europea, normalmente conservadora cuando
se trata de estimaciones a la baja, es harto más pesimista,
puesto que prevé que en España la tasa de desempleo seguirá
creciendo hasta alcanzar un 16,1% en 2010 y un 18,7% en
2011.
Mi predicción sería que, en un escenario moderado, la tasa de desempleo se
acercaría a un 20% a fines de 2009 y a un 25% a fines de
2010, y en el peor escenario, posiblemente rondaría un 22%
a fines de este año, y se hallaría entre un 27% y un 30% a
fines de 2010. Estos números son terribles, y resultan difíciles
de creer, pero lo cierto es que nos hallamos en una senda
(especialmente ahora, con las vías de agua abiertas en el
sistema bancario: ahora mismo se especula, tan creciente
como documentadamente, aquí, en Cataluña, con el futuro
inmediato de Caixa Panadés y Caixa Catalunya) en la que
resulta muy difícil imaginar cómo podría evitarse llegar
a esa situación si nadie hace nada. Y puesto que ahora
mismo todos los dirigentes europeos parecen estar de acuerdo
en negar de consuno que España esté atravesando por
dificultades especiales, no parece probable que vaya a
hacerse nada. (Jean Claude Trichet se limitó a decir lo
siguiente al periodista español que le preguntó en la
conferencia de prensa de ayer por la situación del sistema
bancario español: "Tengo plena confianza en la
fortaleza del sistema bancario español".) Incluso la
reunión del G–20, que está marcando la línea, parece
tener poco que ofrecer a países como España: hubo una
muchedumbre de ideas sobre cómo evitar la caída en otra
situación de burbuja en, digamos, 2020, pero prácticamente
nada sobre cómo salir
de la que nos tiene atrapados.
La
confianza de los consumidores se recobra ligeramente
¿Cree usted en la teoría de la probabilidad del "terremoto"? Ya
sabe, la que sostiene que si no vivió usted un terremoto
ayer, y no ha vivido un terremoto hoy, entonces la
probabilidad de tener un terremoto mañana es más alta.
Bueno, pues tal parece ser la teoría de la probabilidad
abrazada tácitamente por los consumidores españoles.
¿Por qué? Porque la confianza de los consumidores españoles volvió a
crecer este mes, hasta los 53,7 puntos, por encima de los
48,6 puntos de febrero. El Índice de Confianza
proporcionado por el Instituto Oficial de Crédito (ICO)
español estaba en 73,1 en marzo del año pasado, batió un
récord bajista en julio, con 46.3, cuando los precios del
petróleo se dispararon y el Banco Central Europeo (BCE)
subió los tipos hasta el 4,5%: desde entonces, ha oscilado
en torno al nivel de los 50 puntos, en medio de bajadas de
los precios del crudo y de sucesivas decisiones del BCE de
bajar los tipos.
Pero si echamos un vistazo al desplome de los componentes individuales,
veremos que las lecturas de las actuales condiciones, de la
situación del empleo y del estado de la nación, no han
dejado de estar en contacto desde hace mucho con el fondo.
El único componente que no ha tocado (todavía) fondo de
verdad es el de las expectativas. Los españoles son
optimistas (hasta que se vuelven pesimistas en serio, claro
está), y ese componente ha venido subiendo en los últimos
meses, a pesar de que las condiciones no han hecho sino
deteriorarse más y más. Por eso digo que deben de creer en
algo parecido a la teoría de la probabilidad del
"terremoto", pensando que cuantos más días pasen
con las cosas yendo mal, más probable es que mañana vayan
mejor.
La
contracción industrial sigue impertérrita su curso
El índice JPMorgan Global Manufacturing PMI –que proporciona una imagen
de conjunto de las condiciones de la producción que se dan
en todo el planeta— se publicó a comienzos de esta
semana, y arrojaba un valor de 37,2 para marzo. Aun hallándose
substancialmente por debajo del valor que indica que no ha
habido cambios (50,0), el PMI ha subido por tercer mes
consecutivo, y se halla a su nivel más alto desde el pasado
octubre. La gran mayoría de los PMI nacionales de
manufactura crecieron en marzo, incluyendo los de EEUU,
Rusia, Japón, China, el grueso de la Eurozona y el Reino
Unido.
Se trata, sin embargo, del período más largo y sostenido de contracción
de toda la serie histórica, y todavía no está claro cómo
saldremos de ésta. En general, la caída de producción
refleja una débil demanda, con un declive de nuevos pedidos
para el duodécimo mes en una columna. Lo preocupante es que
no está nada claro de dónde puede venir el rebote de la
demanda necesario para la recuperación.
El Markit Eurozone Final Manufacturing PMI para marzo creció muy poco desde
febrero, pasando de 33,5 a 33,9 puntos. Así pues, el PMI [Product
Manufacturing Information] apuntaba a una moderación
marginal en la tasa de declive desde el ritmo récord del
mes pasado. El volumen de producción mostraba el declive
menos pronunciado de los cinco últimos meses, y una caída
menor de la estimada por el índice Flash [de precios al
consumidor], aunque la tasa de declive permanecía muy por
encima de la acostumbrada antes del pasado octubre. Con la
excepción de Italia, Austria y Grecia, las tasas de
contracción se moderaron en los ocho países observados.
Holanda conoció la menor (aún si todavía profunda) caída
de producción, mientras que España registraba la caída de
producción más profunda por undécimo mes consecutivo. Por
productos, los productores de bienes de inversión
informaban de la más profunda caída de producción por
tercer mes consecutivo, seguidos de cerca por los
productores de bienes intermedios. Entretanto, las empresas
de bienes de consumo informaban de la tasa más débil de
declive por séptimo mes consecutivo. Las reservas tanto de
materias primas como de productos manufacturados caían a
tasas récord, a medida que las compañías e concentraban
en la disminución de su capacidad operativa y en el control
de costes. La reducción de las reservas de bienes sin
vender fue especialmente profunda en Irlanda, Alemania y
Francia.
España
La senda de declive en la actividad manufacturera española se moderó en
marzo, pero siguió teniendo la tasa de contracción más
profunda de todos los países de la Eurozona. El PMI creció
entre febrero y marzo, pasando de un 31,8 a un 32,9, alejándose
un poco más del récord bajista registrado en diciembre
(28,5). Todos los indicadores principales observados siguen
muy por debajo del nivel 50, que separa el crecimiento de la
contracción. El volumen de producción y los nuevos pedidos
siguieron contrayéndose drásticamente en marzo, pero a
ritmos menores de los registrados en los pasados seis meses,
y muchos apuntan a una demanda desfallecida como causa
principal, porque los clientes recortan gastos.
"Los datos del PMI de marzo sugieren que la senda de declive del sector
manufacturero español se ha moderado", declaró el
economista Andrew Harker en Markit Economics, añadiendo que
el volumen de nuevos pedidos y de producción se hallaban
bastante por encima de los récords bajistas registrados el
pasado año.
Pero Harker tuvo que tomarse la molestia de destacar que las cifras de marzo
no podían interpretarse en modo alguno como indicios de
inflexión en la economía española. El desempleo en el
sector seguía subiendo, en línea con la caída de producción,
mientras que el paro en el conjunto de la economía española
llegaba al 15%, la tasa más elevada de la Unión Europea. Más
del 34% de los entrevistados por Markit dijeron haber notado
niveles más bajos de empleo a fines del último trimestre.
El volumen de la ocupación ha venido encogiéndose
continuamente desde septiembre de 2007, de acuerdo con este
estudio.
El desplome de la demanda ha afectado también a los costos, tanto a los de
insumo como a los de venta de producto, que cayeron en marzo
a los niveles más bajos de la serie observada. Los costes
de insumo cayeron, porque las empresas negociaron mejores
precios con sus proveedores, mientras que los precios de los
productos cayeron porque esas economías pasaron a los
consumidores y también porque los negocios se libraron a
una mayor competencia en los precios.
La inflación preliminar armonizada cayó en España a un –0,1% en marzo,
según los datos proporcionados por el gobierno el lunes, el
primer resultado negativo en 45 años, resultado de una
recesión cada vez más profunda que gravita sobre el precio
de los granos.
(*) Edward Hugh es un macroeconomista especializado en teoría del
crecimiento y de la productividad, los procesos demográficos
y su impacto en el conjunto de la economía, así como en la
dinámica subyacente a los flujos migratorios. Radicado en
Barcelona, desarrolla una investigación sobre
envejecimiento, longevidad y migración, así como sobre el
impacto de todos esos parámetros en el crecimiento económico.
Actualmente, trabaja en un libro provisionalmente titulado:
Población, ¿el último recurso no–renovable? Colabora
regularmente en publicaciones como Euro Watch y en la página
Global Macro EconoMonitor dirigida por Nouriel Roubini, y
sigue de cerca las economías de India, Italia, España,
Alemania y Japón.
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