Europa se hunde por la crisis
La recesión pulveriza las economías del euro
IAR Noticias, 16/05/09
En su Panorama Económico Mundial, publicado el 23 de abril último, el FMI
advertía que Europa enfrenta una recesión más profunda y
una recuperación más larga que EEUU y el resto del mundo.
Como resultado, la Unión Europea (UE) se ha convertido en
la región donde las perspectivas de que la crisis llegue
pronto a su fin son más distantes, estimaba el FMI. Los últimos
datos confirman dramáticamente esas previsiones, y revelan
que la crisis recesiva se expande por toda Europa y el
colapso financiero con desaceleración económica y
desempleo se contagia aceleradamente tanto por las economías
centrales del euro como por los países del Este que
afrontan crecientes huelgas y protestas sociales con
"amenazas a la gobernabilidad". Los últimos números
publicados esta semana ratifican esa tendencia y agravan el
escenario en las potencias más ricas.
Europa se hundió en la recesión durante el primer trimestre del año y en
Japón se acentuaron las presiones deflacionarias a causa de
la crisis económica mundial, con lo cual se reducen las
posibilidades de recuperación de EEUU, que tuvo datos menos
negativos, según las estimaciones de analistas económicos.
El Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro registró una contracción
récord del 2,5% en el primer trimestre de este año
respecto al trimestre anterior.
La contracción es más profunda que en EEUU –1,6% en el mismo período–
a pesar de que la crisis financiera empezó en la otra
orilla del Atlántico.
El Banco Central Europeo dijo que la recesión será al menos el doble de la
prevista. Esta caída no tiene precedentes desde la Segunda
Guerra Mundial, es decir desde hace más de medio siglo. El
BCE prevé las primeras cifras de crecimiento para 2010, con
un raquítico 0,2%.
Se trata del cuarto retroceso consecutivo del PIB de ese espacio monetario
formado por 16 países, y la caída es similar a la del
conjunto de la Unión Europea (UE, 27 países).
El Producto Interior Bruto (PIB) de Alemania, la economía locomotora del
euro, sufrió en el primer trimestre de 2009 un retroceso
del 3,8%, lo que confirma que este país se encuentra sumido
en la mayor recesión desde la Segunda Guerra Mundial.
Además, este viernes, se informó que Francia, la otra gran
"locomotora" económica europea, ya está también
en recesión.
La economía francesa entró oficialmente en recesión al caer por segundo
trimestre consecutivo. Además, los datos de Eurostat, la
Oficina Europea de Estadísticas, muestran un desempleo récord
de la Eurozona y del conjunto de la UE.
El PIB francés se contrajo un 1,2% en el primer trimestre y un 1,5% en el
trimestre anterior, después de haber caído un 0,2% en el
tercer trimestre de 2008 y 0,4% en el segundo, indicó el
Instituto Nacional de Estadísticas y Estudios Económicos (INSEE).
La economía gala destruyó en los tres primeros meses de 2009 más puestos
de trabajo que en todo 2008, haciendo aumentar el desempleo
en casi 150.000 personas desde principios de año.
Cifra que parece ridícula frente a la española, que en el mismo período
ha dejado sin empleo a casi 800.000 personas.
La economía de España, fuertemente aquejada por la crisis global, sufrió
en el primer trimestre de 2009 su mayor contracción en 50 años,
según cifras oficiales.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) informó el jueves pasado que el
PIB (Producto Interno Bruto) cayó un 1,8% en relación con
los últimos tres meses de 2008 y un 2,9% en comparación
con el mismo periodo del año pasado.
El INE aclaró que se trata de cifras preliminares y que los datos
definitivos se conocerán la semana próxima.
No obstante, los economistas advirtieron que se trata del peor retroceso de
la economía de España desde 1950.
En cuanto Gran Bretaña: "Sencillamente no sabemos, y nuestros modelos
tampoco. La situación es de lo más imprevisible". Ése
fue el inquietante mensaje que lanzó el Banco de Inglaterra
en su último diagnóstico sobre la economía británica. Ni
siquiera se conoce si ésta seguirá experimentando o no una
contracción en 2010 y 2011.
Lo mismo ocurre con la inflación, donde hay “riesgos significativos en
ambas direcciones”. En cuanto a los bancos comerciales, se
desconoce si disponen o no de capital suficiente, señala el
Financial Times.
Lo único que el Banco sabía a ciencia cierta durante la publicación el miércoles
del informe trimestral sobre inflación era que la
recuperación será lenta, afirma el diario londinense.
También caen las economías de Austria y Holanda un 2,8%, Italia un 2,4%,
Grecia un 1,2% Eslovaquia un 5,4%, la República Checa un
3,4%, Bulgaria un 3,5%, Rumania un 2,6% y Hungría un 2,3%.
Italia, en recesión desde el tercer trimestre de 2008, tuvo en el período
enero–marzo de este año una contracción de 2,4% de su
PIB. España ya había revelado el jueves un retroceso de
1,8% de su actividad en ese mismo período.
La publicación de esos datos provocaron una depreciación del euro frente
otras divisas.
La moneda europea se cotizaba a primeras horas de la tarde del viernes a
1,3576 unidades por dólar, frente a 1,3638 la víspera en
Nueva York. El euro también caía a 95,27 yenes, frente a
95,20 el jueves.
Los sindicatos europeos protestaron estos días –el viernes en Bruselas–
en lo que ya llaman "manifestaciones paneuropeas"
contra la pérdida de empleos. Las marchas se han producido
también en Madrid, Praga y Berlín. Las malas noticias para
el empleo continúan, después de que la británica British
Telecom anunciara el despido de 15.000 trabajadores.
La inflación se mantuvo en el 0,6% en abril y dio un respiro ante los
temores de que acabe derivando hacia deflación, que haría
mayor la pérdida de puestos de trabajo y más difícil la
salida de la crisis. Aunque algunos países, como Francia y
España, llevan dos meses viendo caer los precios.
La crisis sigue colapsando a Europa del Este, con contracciones en el primer
trimestre de 2,3% en Hungría, 2,6% en Rumania y 3,5% en
Bulgaria, el más pobre de la UE. El retroceso fue de 3,4%
en República Checa.
El
colapso en Europa del Este
Los economistas advierten que la zona euro corre un riesgo mucho mayor de un
deterioro más profundo que otras regiones debido a la aguda
crisis económica, fiscal y política en Europa del Este, así
como el deterioro en la calidad de los activos de sus
bancos.
Las turbulencias económico financieras, y los disturbios sociales y
sindicales ya se llevaron puestos a los gobiernos de Bélgica
e Islandia, y comienzan a generar inestabilidad y principios
de caos social en las primeras potencias del euro, como
Francia y Reino Unido, además de arrasar con las ex
naciones comunistas de Europa del Este, donde se han
registrado algunas de las mayores movilizaciones de los últimos
20 años.
A medida que las consecuencias de la desocupación y el desplome del poder
adquisitivo del salario se hacen sentir por toda Europa, la
protesta baja a la calle en cada vez más países para
expresar el descontento.
El malestar social que generan la desocupación creciente y el deterioro de
las condiciones salariales, así como el achicamiento de la
capacidad de consumo, exacerba el estado de frustración
colectiva, provoca pérdida de confianza en los políticos y
alimenta las huelgas y protestas sociales que comienzan a
extenderse por toda la geografía europea.
Hay un punto central de fricción entre las naciones desarrolladas del euro
y los países del Este: Los bancos y corporaciones
trasnacionales de las potencias centrales del euro son
auxiliados con subsidios y proteccionismo estatal, en tanto
que sus filiales situadas en Europa del Este no reciben esos
beneficios y en consecuencia sufren la peor crisis recesiva
de la región despidiendo trabajadores y deteriorando las
condiciones laborales y el poder de consumo de las mayorías.
Las tensiones que salieron a flote en las últimas cumbres dejaron de
manifiesto la dificultad de forjar una estrategia coherente
para combatir una recesión que ha golpeado a los 27
miembros del bloque con fuerza desigual. Incluso los líderes
de Europa Central y del Este, la zona más afectada por la
crisis, mostraron divergencias acerca de los "planes de
rescate".
En verdad el mayor peligro que enfrenta Europa Occidental, aparte de sus
propios desequilibrios debidos a la crisis, es el enorme
agujero en que se han convertido los países del Este. Esa
región le debe a la banca de las naciones centrales
europeas más de 1,5 billones de euros.
La crisis recesiva empieza a ejercer presión sobre los presupuestos de
algunos gobiernos del euro, y en general de los países del
Este, que aumentan sensiblemente sus gastos para estimular
su economía en medio de una caída de sus recaudaciones
tributaria por la desaceleración económica.
En ese escenario, las potencias dominantes del euro, cuyos bancos centrales
y redes de bancos privados lideran el negocio con los
rescates y "salvatajes financieros" entre los
miembros del bloque, se muestran cada vez más renuentes a
prestar dinero a los países cada vez más
"insolventes" de Europa del Este.
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