El
alza del desempleo en EEUU muestra que
la recuperación podría
demorar
Por
Alex Frangos y Kelly Evans
Wall
Street Journal, 03/07/09
La pérdida
de empleos en Estados Unidos se aceleró el mes pasado y la
tasa de desempleo aumentó a 9,5%, cerniendo dudas sobre la
capacidad de la economía de ese país de recuperarse
pronto.
Para
empeorar las cosas, la gente trabajó menos y su remuneración
se estancó, reduciendo la probabilidad de que el gasto del
consumidor ayude a fomentar una recuperación en el segundo
semestre del año.
"Creo
que hemos superado el período de caída libre en la economía,
pero sería prematuro decir que hemos tocado fondo o que lo
haremos en los próximos dos meses", sostiene Jeffrey
Frankel, profesor de economía de la Universidad de Harvard.
"Calculo que la recuperación será lenta".
El
aceleramiento de las pérdidas de empleo alimentó la
creciente preocupación en los mercados financieros de que
la recuperación económica podría estar más lejana de lo
inicialmente estimado. Los inversionistas abandonaron las
acciones y los commodities, eligiendo en su lugar la
relativa seguridad de los bonos del Tesoro de EE.UU. y el dólar.
Los
datos contribuyeron a asentar un tono negativo justo antes
de la temporada en que se anuncian ganancias, que empieza de
lleno la semana entrante con el reporte de Alcoa Inc.
Algunos analistas empezaron ya a advertir que los precios de
las acciones podrían estar todavía demasiado altos
respecto a sus ganancias, incluso tras la retirada de las últimas
tres semanas. El Promedio Industrial Dow Jones cayó 218,49
puntos, o 2,6%, a 8.285,57 y el petróleo perdió 3,7%.
El
empleo, ajustado por temporada, perdió 467.000 puestos en
junio, tras declinar 322.000 en mayo, dijo el Departamento
de Trabajo el jueves.
Los
hogares siguen pasando dificultades, con un aumento de
ingresos promedio por hora de sólo tres centavos entre
abril y junio, a US$18,53, el menor salto trimestral desde
al menos 1964, cuando se desarrolló la compilación de
datos actual. Las empresas también acortaron turnos,
reduciendo a su vez lo que los trabajadores pueden ganar. La
semana laboral promedio se redujo a 33 horas, frente a 33,6
horas hace un año. Es el menor nivel registrado en la
historia.
El
informe laboral del jueves moderó el entusiasmo sobre una
recuperación robusta, especialmente si ésta dependía del
consumidor estadounidense, cuyo gasto es el mayor componente
del Producto Interno Bruto.
El
economista jefe de J.P. Morgan, Bruce Kasman, dice que la
economía de EE.UU. está todavía camino a la recuperación,
refiriéndose a un retorno al crecimiento del PIB en la
segunda mitad del año, pero dijo que espera que la
recuperación sea modesta, con poca creación de empleo.
"Tendremos crecimiento, pero tendremos serias
dificultades para generar trabajos suficientes para
compensar estas pérdidas" dijo.
Estas
noticias tampoco son buenas para los socios comerciales,
sobre todo China, que dependen de EE.UU. como el motor
global del consumo.
La
tasa de desempleo subió sólo 0,1% a 9,5% en junio, pero
este aumento no toma en cuenta a las 358.000 personas que
dejaron de buscar trabajo, saliendo del mercado laboral. La
tasa de participación en la fuerza laboral se derrumbó a
65,7% tras aumentar ligeramente en mayo. Si esas personas no
hubieran dejado de buscar trabajo, la tasa de de–sempleo
habría ascendido a 9,6%, dijo el economista de BNP Paribas
Brian Fabbri.
El número
de empleos perdidos en junio sigue estando muy por debajo
del máximo registrado en el primer trimestre, cuando las pérdidas
fueron en promedio de más de 600.000 por mes. Un factor que
está ayudando a fomentar el empleo es el paquete de estímulo
de US$787.000 millones del gobierno, dicen algunos
economistas. Aunque los puestos públicos disminuyeron en
junio en parte debido a un despido de empleados temporales
de la Oficina del Censo, las contrataciones por parte de los
estados del país se mantuvieron.
Aun
así, no se espera que el gasto de estímulo por sí solo
sea un motor de crecimiento en el segundo semestre para el
empleo o la economía en general. Eso se debe parcialmente a
que gran parte del dinero se ha destinado a llenar huecos en
proyectos que perdieron financiación estatal debido al
declive precipitado de las recaudaciones tributarias. Muchos
estados también contemplan mayores reducciones de empleos
mientras tratan de cuadrar presupuestos, a pesar de la
inyección del estímulo.
"Sin
lugar a dudas [el gasto del estímulo] está empezando a
tener un efecto", dice William Dorey, presidente
ejecutivo de Granite Construction Inc., un importante
contratista con sede en California. Sin embargo, añadió
que el estímulo "no es la varita mágica que hará que
todo vuelva a ser como era. No está haciendo que
contratemos a mucha gente. Tenemos un exceso de capacidad
que no está siendo utilizada".
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