La
crisis no se va: aumentan las dudas y temen una recaída en
EEUU
Los
mercados financieros repuntan y decaen
IAR
Noticias, 20/08/09
A
pesar de las débiles señales de recuperación que exhiben
algunas variables de la economía USA, entre los
economistas, medios y analistas especializados persisten las
dudas y los interrogantes sobre los verdaderos alcances –y
la duración– de
la crisis y de la desocupación con caída del consumo en la
primera potencial imperial.
Ante
la amplia gama de posibles escenarios, los consumidores y
las empresas estadounidenses muestran sentimientos que van
desde un fuerte optimismo hasta una preocupante cautela, señala
este miércoles The Wall Street Journal.
La
primera economía imperial viene de su recesión más
profunda y prolongada desde la Gran Depresión, y los pronósticos
de los especialistas están divididos entre los que
anticipan una "recuperación leve" y los que
anuncian un breve repunte seguido de una recaída.
Los
más escépticos sostienen que la salida de la recesión
se verá más como una W (alza temporal) , o incluso como
una sucesión de letras W, que convertirá a la recuperación
en un espejismo transitorio que tiende a desvanecerse.
"Estamos
iniciando una recuperación en la construcción de viviendas
y en vehículos de motor, pero al proceso le faltan piernas
para sostenerse", afirma Alan Greenspan, máximo gurú
financiero de Wall Street en un reportaje.
"Los
consumidores norteamericanos, el 70% del PIB, gastan más de
lo que ingresan y ahora difícilmente consiguen préstamos
al consumo. Y en estos momentos, suman ya tres años de caída
del valor de su patrimonio inmobiliario", subraya
Greenspan.
Más
allá de la forma que adopte la recuperación, muchos
consumidores no detectarán un cambio en su situación. Se
han perdido tantos trabajos que el desempleo seguirá siendo
alto una vez que la economía repunte, señala por su parte
The Wall Street Journal.
Además,
algunas industrias probablemente se recuperarán antes que
otras, agrega. "Los sectores manufacturero y de la
vivienda, por ejemplo, se han contraído tanto que es
probable que pronto empiecen a crecer. El alicaído sector
financiero, no obstante, sigue en proceso de contracción a
medida que los bancos reestructuran sus balances, lo que
pospone aún más su recuperación", apunta el
financiero neoyorquino.
Arrojando
otra peligrosa señal, los mercados bursátiles desde
Shanghai hasta Nueva York cayeron con fuerza el lunes y
ahuyentaron el optimismo de las últimas jornadas en medio
de los temores acerca de la sostenibilidad de la incipiente
recuperación de la economía global.
El
Índice Compuesto de Shanghai descendió 5,8%, su caída
diaria más pronunciada desde noviembre. El Nikkei de Japón
tuvo su peor día desde marzo. El Promedio Industrial Dow
Jones cerró con un declive de 186,06puntos, 2%, para quedar
en 9.135,34 unidades. Los precios de las materias primas
cayeron en forma generalizada.
Las
bolsas europeas abrieron las cotizaciones del miércoles con
pérdidas después de que las acciones chinas cayeran más
de un tres por ciento en la recta final de la sesión.
“La
volatilidad está estallando por todas partes”, explicaba
este miércoles un
analista de Stutland Equities en Bloomberg Televisión.
“El mercado nos ha dado finalmente la dosis de volatilidad
que los bajistas estaban anunciando”.
Esta
semana, el dólar estadounidense, un refugio tradicional
para los inversionistas que huyen del riesgo, subió contra
la mayoría de las monedas. También escalaron los precios
de la deuda del Tesoro de EEUU, considerada la más segura a
pesar del enorme aumento del déficit fiscal del país.
Para
seguir subiendo –señala el Journal– , el mercado
necesita una señal de verdadera recuperación en la economía,
lo que requiere aumentos en el consumo, la inversión de las
empresas y la compra de viviendas.
Para
un conjunto de analistas y economistas estadounidenses, la
clave de la "reflote económico" pasa por una
reactivación del consumo y una recuperación plena de la
tasa de empleos.
The
Wall Street Journal arroja sombras sobre la recuperación
inmediata del empleo argumentando que las empresas sólo
vuelven a tomar personal cuando tiene la certeza y las
evidencias de una recuperación total de la economía,
condiciones que no son las presentes.
Los
economistas del sector privado que participaron en la última
encuesta de The Wall Street Journal, a su vez, afirman que
la economía estadounidense empieza a expandirse, aunque
esperan un crecimiento moderado de entre 2% y 3% el próximo
año. La mayoría de las empresas mantiene la cautela y se
prepara para otro año difícil, apunta el diario.
Un
informe de la Reserva Federal publicado hace dos semanas señaló
que los mercados laborales e inmobiliarios en EEUU
permanecen débiles y las condiciones crediticias siguen
siendo restrictivas.
En
resumen, y de acuerdo con el informe de la Fed, y aunque el
ritmo de descenso económico parece haberse
"desacelerado", el mercado laboral continúa
debilitándose, los mercados financieros permanecen bajo
tensión y las condiciones crediticias siguen siendo
inferiores a lo normal.
Algunos
analistas oficiales sostienen que los mercados reflejan los
temores de que la economía mundial tenga problemas para
cortar su dependencia de los estímulos gubernamentales.
"Una recuperación sostenida en EEUU y otros lugares
eventualmente requerirá un rebalanceo del gasto público al
privado", dijo a Reuters Olivier Blanchard, economista
jefe del Fondo Monetario Internacional.
En
su último informe, el jueves de la semana pasada, el Banco
Central Europeo advirtió que si bien se detectan "señales
débiles" de un principio de salida de la recesión,
las condiciones generales de la economía continúan siendo
precarias, mientras que las proyecciones indican un
agravamiento de las condiciones del mercado laboral con
cifras de desocupación que seguirán en crecimiento durante
todo el 2010.
El
dato –que coincide con evaluaciones de la Reserva Federal
de EEUU– refuerza la estimación de un "crecimiento débil"
de la economía mundial dentro de un cuadro de crisis social
en ascenso, como producto del "achicamiento" del
costo empresarial y su emergente más inmediato: Los
despidos y la reducción de salarios de trabajadores.
Algunas
de las mayores cadenas minoristas de EEUU informaron el
martes que los consumidores estadounidenses siguen con baja
demanda, lo que pone en duda la sostenibilidad de la
recuperación y destaca el rol fundamental de la demanda
externa para la recuperación de la economía mundial.
Los
reportes de las cadenas minoristas norteamericanas sirven a
su vez como un recordatorio de la importancia del consumo,
que representa un 70% de la economía estadounidense.
Las
bajas reportadas el martes se suman a la caída de 1,2% en
las ventas en EEUU anunciada por Wal–Mart la semana
pasada. El Departamento de Comercio anunció la semana
pasada que las ventas minoristas declinaron en julio, luego
de subir en los dos meses.
"No
sólo ha caído el desempleo, sino que mucha gente afronta
una congelación salarial u otros recortes", dijo al
Journal, Lou Crandall, economista jefe de Wrightson ICAP.
"Eso va a reducir el gasto en el futuro".
Según
los especialistas, la confianza del consumidor cae a medida
en que aumenta el desempleo. Y así como las empresas no
toman personal hasta estar seguras de la recuperación, los
consumidores no gastan hasta estar seguros de que la crisis
ha pasado.
Estos
dos factores se retroalimentan y conspiran contra la vuelta
del consumo y la recuperación de puestos de trabajo.
Las
recesiones causadas por estallidos de burbujas, como el
reciente colapso inmobiliario –a diferencia de grandes
incrementos en las tasas de interés por parte de la Reserva
Federal– parecen ser seguidas de recuperaciones sin creación
de empleos, apuntan los especialistas.
Para
el Financial Times, la economía USA experimentará alguna
leve reactivación de la mano
del programa de estímulos fiscales hasta fines de
este año e inicios del 2010, pero luego podría volver a la
depresión.
Hay
dudas sobre que pasará cuando disminuya el estímulo
estatal, y hay temores de que el enorme gasto gubernamental (de los rescates
financieros) siga disparando el déficit fiscal y haga subir
las tasas de interés para los consumidores y las empresas.
"La
economía permanece débil, y aun cuando empiece a
recuperarse, la suma de capacidad productiva ociosa es
excesiva", dijo Peter Kretzmer, del Bank of America
Para
el Wall Street Journal, la capacidad ociosa en la economía
es tan grande que los consumidores no verán aumentos de
sueldo durante años y tendrán que ajustar sus gastos en
desmedro de la recuperación del consumo, el principal
activador de la recuperación económica.
La
tasa oficial de desempleo en todo EEUU es de 9.5%, pero, según
The New York Times, no incluye a aquellos que se han dado
por vencido y han cesado de buscar trabajo y a los que se
han visto obligados a reducir sus horas de trabajo.
Kenneth
Rogofff, un ex economista jefe del Fondo Monetario
Internacional y experto en crisis bancarias, dijo la semana
pasada que EEUU enfrenta una posibilidad de 50–50 de
sufrir una segunda recesión en los próximos cinco años.
El
experto señaló además que EEUU tendrá que subir
impuestos pronto, en medio de alzas en los niveles de deuda
y en las tasas de interés. Rogoff espera un impuesto
nacional a las ventas en tres años.
La
tasa de desempleo –según los informes oficiales–
se está acercando al pico registrado en la recesión
de 1981–82 y la magnitud de la pérdida de trabajos es la
peor desde la recesión de 1948–49.
La
caída en el Producto Interno Bruto es la más profunda
desde la crisis de 1957–58 y los estadounidenses no han
visto su fortuna personal evaporarse tanto desde la Gran
Depresión.
En
consecuencia, la crisis social (consecuencia de la caída
del consumo y los despidos laborales) se perfila como un
potencial emergente de la crisis recesiva– laboral que
detonó escalonadamente como consecuencia de la crisis
financiera en EEUU.
Las
señales son claras: La crisis financiera ya devino en
recesión y
amenaza (por efecto de la desocupación masiva) en
convertirse en una crisis social de difícil pronóstico en
EEUU.
"El
mercado laboral de Estados Unidos tiene un desempeño aún
peor que el de la economía en general, lo que causa temores
dentro y fuera del gobierno de que el resultado podría ser
el de una recuperación sin empleos incluso cuando termine
la recesión", señala
The Wall Street Journal.
De
esta manera, la desocupación (emergente de la desaceleración
económica) se ha convertido en una cuestión clave para la
recuperación de la primera potencia imperial.
Pero
en el actual
escenario de "crecimiento débil" o de
"recaída" que pronostican los especialistas del
sistema, todo indica que la crisis social se seguirá
profundizando como consecuencia de la no reactivación del
consumo y del agravamiento del desempleo a escala masiva.
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