España se convirtió el miércoles
en el último de los países de la zona euro en enfrentar
una posible rebaja de la calificación de su deuda soberana,
lo que aumenta los temores de que problemas fiscales
similares a los que se empezaron a ver en Grecia esta semana
se estén expandiendo.
La
situación resalta los diferentes rumbos que han tomado los
países del bloque en su salida de la peor recesión económica
desde los años 30. Irlanda y varios países del sur de
Europa, que superaron el ritmo de crecimiento de los países
más grandes durante los años de auge están emergiendo de
la crisis con sus economías y finanzas en mucho peor estado
que las de Alemania y Francia.
"Esos
países que habían tenido tasas de crecimiento altas ahora
están en problemas debido a que gran parte de ese
crecimiento fue financiado con deuda", señala Paul De
Grauwe, un profesor de economía de la Universidad de
Lovaina en Bélgica.
Las
penurias de España empeoraron el miércoles cuando la firma
Standard & Poor's Corp. rebajó su perspectiva para la
deuda con calificación AA+ del país de estable a negativa,
aunque no modificó su calificación. S&P citó el
riesgo de un "prolongado período" de crecimiento
económico "bajo par" y "déficits fiscales
persistentemente altos". En enero, la firma redujo la
calificación máxima de AAA del país. La decisión de
S&P se produce un día después de que Fitch Ratings
rebajó la deuda del gobierno de Grecia un peldaño a BBB+,
la calificación más baja en la euro zona.
Se
espera que el déficit de España supere el 11% del Producto
Interno Bruto este año, según la Comisión Europea,
mientras que el de Grecia podría llegar a casi 13% de su
PIB. Ambos están muy por encima del límite de 3% del PIB
estipulado en las reglas presupuestarias de la UE.
Un
vocero del Ministerio de Economía de España indicó que el
país mantenía su calificación máxima con las agencias
Moody's Investors Service Inc. y Fitch. "No compartimos
la opinión de S&P (sobre España), y tampoco las otras
agencias", dijo el portavoz.
El
miércoles, la bolsa de Madrid cayó 2,3%, mientras que las
acciones de Grecia, que descendieron más de 6% el martes,
retrocedieron 3,4% más.
Fitch
mantuvo su presión sobre Atenas, al señalar que su rebaja
indicaba un "mayor —aunque aún remoto— riesgo de
una cesación de pagos de deuda soberana".
Las
autoridades griegas salieron a calmar los temores sobre las
finanzas del país. El primer ministro, George Papandreou,
describió las finanzas de Grecia como una amenaza para su
soberanía. Su ministro de Economía, George
Papaconstantinou, dijo ante reporteros en Atenas: "No
estamos esperando a que alguien nos salve. Depende de
nosotros resolver nuestros propios problemas".
A
pesar de esas garantías, el spread —o la prima que
demandan los inversionistas por tener ciertos bonos
riesgosos— entre el rendimiento de la deuda soberana de
Grecia y su equivalente alemán se amplió y alcanzó un máximo
de siete meses de casi 2,5 puntos porcentuales. Los spreads
sobre la deuda de España también se ampliaron, a cerca de
0,7 puntos porcentuales por encima del de los bonos
alemanes.
Los
analistas afirman que los spreads, que hacen que a Grecia y
España les cueste más financiar su deuda, podrían llevar
a estos dos gobiernos a implementar duros cambios
estructurales para que sus economías sean más
competitivas.
Pese
a que la euro zona se expandió en el tercer trimestre luego
de cinco períodos consecutivos de contracción, tanto España
como Grecia se contrajeron. España tiene una de las tasas
de desempleo más altas en Europa, actualmente en 19,3%. La
tasa de desocupación de Grecia es mucho más baja, aunque
sus estadísticas no están tan actualizadas.
"Los
llamados del BCE por una reforma estructural no tuvieron
efecto, así que tenemos una situación en la que el mercado
está tomando control y ejerciendo presión", dijo
Jacques Cailloux, economista de Royal Bank of Scotland.
Simon
Johnson, ex economista jefe del Fondo Monetario
Internacional, cree que hay demasiado en juego para que
Grecia siga el camino de la cesación de pagos y rescate.
"La presión aumentará y ellos encontrarán una forma
de resolverlo", aseguró.
(*)
Nathan Becker y Jonathan House contribuyeron a este artículo.