París.– La incertidumbre sobre el estado de las finanzas públicas de la
eurozona, alimentada por el fantasma de default que planea
sobre Grecia, se desplazó ayer hacia España y Portugal y
causó una ola de pánico que derrumbó todas las bolsas del
Viejo Continente e hizo trastabillar a Wall Street.
Además de haber acusado el impacto de las nuevas cifras del desempleo en
Estados Unidos –mucho más altas de lo que se esperaba–,
los mercados reaccionaron con inquietud frente a los déficit
públicos abismales y los volúmenes que tiene la deuda
soberana de los países europeos e incluso de Estados
Unidos.
El índice Ibex–35 (Madrid) retrocedió 5,94% y el PSI–20 (Lisboa),
4,98%, al cierre de una jornada electrizante. Frente a la
gravedad de la situación, el primer ministro de Luxemburgo,
Jean–Claude Juncker, que preside el grupo de ministros de
Finanzas de la Unión Europea, intentó apaciguar el temor
de los mercados sobre la situación de los dos países de la
península ibérica. "España y Portugal no presentan
riesgos", manifestó.
Las otras plazas financieras de Europa resistieron mejor, pero igual
sufrieron el impacto. París cayó 2,75%; Fráncfort, 2,45%;
Londres, 2,17%, y Milán, 3,34%. En tanto, en Wall Street el
índice Dow Jones retrocedió 2,60% –su baja más
pronunciada en siete meses–, y durante la jornada llegó a
caer por debajo de la línea psicológica de los 10.000
puntos por primera vez en tres meses. La tormenta puso en
evidencia la preocupación que se percibía desde hace días
entre economistas, funcionarios europeos y analistas por el
acelerado deterioro de la situación financiera de España y
Portugal. Ese contexto de desconfianza generalizada fue
desencadenado por la crítica situación de Grecia, cuyo déficit
presupuestario real (12,7% del PBI) y su deuda soberana
(120,8%) son tan elevados que la Comisión Europea decidió
anteayer colocar al país bajo un régimen casi tutelar.
Grecia se encuentra sumida en una ola de protestas por el plan de
austeridad, con agricultores movilizados y funcionarios de
la aduana y el fisco en huelga. A eso se sumó ayer un
llamado a un paro general el día 24.
La crisis es muy fuerte en España, que debe hacer un esfuerzo considerable
para reducir el déficit público, según afirmó ayer el
director general del Fondo Monetario Internacional (FMI),
Dominique Strauss–Kahn, quien comparó la situación con
"lo que pasó en Estados Unidos".
"Los españoles deben hacer un esfuerzo considerable? No se puede salir
de la crisis sin pagar un precio", sentenció Strauss–Kahn.
"Si Grecia es un problema para la eurozona, España podría ser un
desastre porque se trata de la cuarta economía de la región",
señaló, por su parte, el gurú Nouriel Roubini en una nota
de análisis.
Las finanzas públicas de España se degradaron a una velocidad vertiginosa
después de que el país entró en recesión en 2008. Sus déficits
públicos pasaron de un excedente del 2,23% del PBI en 2007
a un déficit del 11,4% en 2009. La deuda pública española
progresó del 36,2% en 2007 al 55,2% en 2009 y debería
llegar al 74% en 2012, según previsiones oficiales de
Madrid. No obstante, el gobierno español anunció el
viernes pasado su intención de reducir progresivamente la
deuda hasta volver en 2013 al límite del 3% del PBI fijado
por la Unión Europea (UE).
Exhortación de Zapatero
De visita en Washington, el jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez
Zapatero instó a las empresas norteamericanas a confiar e
invertir en España, y se comprometió a garantizar su
"buena calificación como país solvente", que
ostenta desde hace años.
Zapatero destacó en la capital norteamericana su compromiso en favor de los
desempleados y la integración de los inmigrantes. Tras leer
un pasaje de la Biblia que dice "no explotarás al
jornalero pobre y necesitado, ya sea uno de tus
compatriotas, o un extranjero", instó a "velar
por la buena integración de quienes han venido a trabajar y
a convivir en nuestros países".
En Portugal, el gobierno socialista de José Sócrates se comprometió a
reducir el déficit público al 8,3% en 2010, tras haber
alcanzado el 9,3% en 2009, cifra récord desde la restauración
de la democracia en 1974. La deuda soberana portuguesa, que
se elevaba al 76,6% del PBI en 2009, debería llegar al
85,4% en 2010.
Las agencias de notación ubicaron a Portugal en "vigilancia
negativa" en el último trimestre de 2009 y amenazaron
con degradar la nota de su deuda si no se ponía en marcha
un plan de "creíble" de recuperación.
Después de Grecia, Portugal se ha convertido "en la nueva presa de los
mercados", acusó ayer el ministro portugués de
Finanzas, Fernando Teixeira dos Santos, que denunció el
"comportamiento irracional" de los inversores.
"Los activos financieros están siendo penalizados por
el efecto Grecia", estimó Carlos Almeida Andrade,
economista del banco portugués BES.
La inquietud creada por los países considerados como el "eslabón débil"
de la eurozona afectaron las obligaciones portuguesas. Una
emisión obligatoria lanzada anteayer fue menos suscrita de
lo previsto y a una tasa mayor de lo que se esperaba.
En un esfuerzo por desalentar la especulación, el presidente del Banco
Central Europeo (BCE), Jean–Claude Trichet, desechó un
eventual apoyo de esa institución a Grecia, España o
Portugal, y repitió que "no habrá ninguna excepción
a las reglas presupuestarias existentes". El BCE había
anunciado poco antes su decisión de mantener sus tasas
directoras al nivel actual, históricamente bajo, del 1%. El
Banco de Inglaterra también decidió mantenerlas congeladas
en el 0,5% para no asfixiar la recuperación.
Caída
del euro
Las dificultades presupuestarias de los países de la eurozona acentuaron
las pérdidas de la moneda europea frente al dólar. El
retroceso del euro provocó la caída de las materias
primas, los valores mineros y energéticos, comercializados
en dólares.
Los especialistas estiman que las reciente convulsiones traducen el temor de
los inversores, pero también reflejan un movimiento
especulativo destinado a poner a prueba la resistencia de la
moneda europea.
La otra mala noticia para la reactivación económica mundial llegó de
Estados Unidos, donde las cifras del desempleo fueron mucho
más importantes de lo esperado. El ministerio de Trabajo
norteamericano anunció ayer haber registrado 480.000 nuevas
solicitudes de seguro de desempleo entre el 24 y el 30 de
enero.