Budapest.– Ante el temor de
una nueva crisis como la sufrida por Grecia, el gobierno de Hungría anunció
ayer que su economía se encuentra en una situación muy grave, lo que, sumado
a las decepcionantes cifras del mercado laboral estadounidense, provocó la caída
de las principales bolsas del mundo y el hundimiento del euro a su nivel más
bajo desde 2006.
El gobierno conservador de
Hungría, que asumió tras ganar las elecciones en abril pasado, advirtió que
el déficit público del país, que integra la Unión Europea, pero aún no
forma parte de la zona euro, podría ser mucho más elevado de lo pensado
hasta el momento. Péter Szíjjártó, vocero del Ejecutivo húngaro, dijo que
"la economía [del país] está en una situación muy grave", y acusó
al anterior gabinete de haber falsificado los datos económicos, tal como
sucedió en Grecia.
Lajos Kósa, vicejefe del
gobernante partido Fidesz, había anticipado anteayer que Hungría sufre una
crisis "comparable a la de Grecia".
Las declaraciones del
gobierno húngaro generaron un gran nerviosismo en los mercados financieros,
con fuertes pérdidas en las bolsas europeas, incluida la de Budapest, que
cedió un 3,3%, mientras que la moneda húngara, el florín, se depreció un
2% con respecto al euro, lo que significó su nivel más bajo en un año.
En el resto de los mercados
de Europa, también se registraron bajas: Atenas cayó el 5,59%; Madrid, el
3,57%; Milán, el 3,21%; París, el 2,61%; Fráncfort, el 1,61%, y Londres, el
1,58%. El euro, en tanto, cayó por debajo de los 1,20 dólares, el menor
nivel alcanzado en más de 4 años.
Arrastrada por las malas
noticias sobre Hungría y las decepcionantes cifras mensuales del empleo en
Estados Unidos –se crearon 431.000 empleos en mayo, cuando los inversores
esperaban 540.000–, la Bolsa de Nueva York cayó a su nivel más bajo en
cuatro meses: el Dow Jones perdió el 3,16%, y el Nasdaq, el 3,64%.
El derrumbe de los mercados
se produjo pese a no conocerse aún los resultados de un informe que prepara
una comisión gubernamental sobre la verdadera situación económica en Hungría.
El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, anunció ayer "pasos
concretos" dentro de las próximas 72 horas, después de recibir el
estudio de la comisión. El líder conservador señaló que habrá
"cambios estructurales" y reiteró que se aplicarán reducciones de
impuestos para impulsar el consumo y la economía.
Hungría, cuya economía
representa un 0,8% del PBI de la UE y ocupa el puesto doce entre los 27
Estados miembros, recibió en octubre de 2008 un préstamo de 20.000 millones
de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI), la Unión Europea (UE) y el
Banco Mundial (BM), a fin de evitar el default.
El acuerdo firmado con el FMI
estableció que el déficit público no debía superar el 3,8%. Los números
que se manejan hoy, sin embargo, están lejos de esa cifra: mientras el Banco
Nacional de Hungría pronostica para este año un déficit del 4,5% del
producto bruto interno (PBI), el Fidesz lo eleva al 7,5%.
Desde que Hungría recibió
el préstamo internacional, el país tuvo que introducir severas medidas de
austeridad, como el recorte de sueldos de funcionarios y pensionistas.
En los próximos días se
espera la llegada a Budapest de una delegación del FMI, que se reunirá por
primera vez con los nuevos responsables del Ejecutivo húngaro. En abril, tras
una abrumadora victoria electoral, Orbán había anunciado que su gobierno iba
a renegociar con el FMI las condiciones del préstamo internacional.
Críticas
opositoras
Los partidos opositores húngaros
negaron que la situación del país fuera tan grave como la describió el
Fidesz. Los socialistas dijeron que "hablar sobre el peligro de una
bancarrota equivale a un suicidio"; los socialdemócratas, por su parte,
instaron al vicejefe de gobierno, Lajos Kósa, a "tranquilizar a los
mercados", y el partido extremista Jobbik, en tanto, calificó las
palabras del vicejefe del Fidesz de "irresponsables", y lo acusó de
haber "aportado lo suyo para ahondar la crisis".
Péter Krekó, director de
investigaciones del instituto Political Capital, dijo que las afirmaciones de
Kósa fueron efectuadas sin considerar las consecuencias que podían tener en
el exterior, y señaló que el discurso podía ser parte de una táctica del
Fidesz para que el FMI "ablande" sus exigencias de austeridad.
En Hungría,
la nueva Grecia, tambalea la economía
Los problemas financieros en
el viejo continente persisten. Ayer, Hungría, quien no pertenece a la zona
euro, reconoció que su situación económica es delicada, suceso que, junto
con un mal dato de empleo en Estados Unidos, sacudió nuevamente a los
principales mercados accionarios del mundo.
En Estados Unidos, el
promedio industrial Dow Jones finalizó debajo de las diez mil unidades, al
perder 3.15 por ciento, mientras que el promedio industrial Dow Jones
retrocedió 3.64 por ciento.
Péter Szíjjártó, portavoz
del gobierno húngaro, aceptó que “la economía del país está en una
situación muy grave” y que la tarea principal es evitar “el camino hacia
Grecia”.
Hungría representa cerca de
0.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la Unión Europea (UE) y se
posiciona el lugar 12 de los 27 países que la conforman.
En octubre de 2008, poco
después de desatarse la crisis financiera internacional, Hungría recibió un
préstamo internacional por 20 mil millones de euros del Fondo Monetario
Internacional (FMI), la UE y el Banco Mundial (BM), mismo que sirvió para
salvar al país de la quiebra.
La Bolsa de Hungría canceló
operaciones tras los comentarios de Szíjjártó, precisamente en el momento
en que caía diez por ciento.
Rubén Domínguez, analista
de DerFin, señaló que la volatilidad continuará en los próximos días,
dado que los mercados están muy sensibles y siguiendo las noticias en Europa
y Estados Unidos.
En mayo, se sumaron 41.000
personas al empleo privado estadunidense, una cifra que no gustó al mercado,
que preveía un aumento de 190 mil habitantes.
Lo anterior puso en duda, una
vez más, que la economía de Estados Unidos muestra un crecimiento sostenido.
Hungría
promete a contener su déficit
Budapest (EFE / Dow Jones).–
El nuevo gobierno de Hungría se apresuró el sábado a calmar a los mercados
al asegurar que mantendrá el objetivo de déficit presupuestario para 2010 y
que el país no va a incurrir en impagos de deuda estatal.
Un alto cargo del nuevo
gobierno, que accedió al poder la semana pasada, también defendió el
compromiso de Hungría de adoptar el euro.
Las afirmaciones del gobierno
servirán probablemente para calmar de alguna forma los temores de los
mercados financieros sobre Hungría y la divisa del país volverá el lunes a
niveles más fuertes, dijeron los analistas.
"El objetivo de déficit
previsto no se puede mantener sin tomar medidas inmediatas. El consejo de
ministros mantendrá una reunión extraordinaria de tres días. Queremos que
el objetivo de déficit sea una realidad", dijo Mihaly Varga, presidente
del comité encargado de destapar el "verdadero" estado del
presupuesto.
El objetivo de Hungría para
este año es del 3,8% del producto interior bruto bajo la línea de crédito
que recibió del Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea. Debido a
sus elevados niveles de deuda y laxas políticas fiscales, Hungría fue el
primer país en recibir apoyo del FMI y la UE a raíz del estallido de la
crisis económica mundial en 2008.