A
medida que la recuperación comienza a estancarse en los
EE.UU. y Europa, con ecos parecidos a los de mediados de
1931, los expertos de bonos están una vez más
desempolvando un discurso de Ben Bernanke, dado hace ocho años
atrás cuando aún era un recién llegado director de la
Reserva Federal.
Titulado
"La deflación: Cómo asegurarse que no suceda aquí",
se trata de un manual de guerra para derrotar las caídas
económicas utilizando estímulos monetarios extremos una
vez que las tasas de interés han bajado a cero, e implícitamente,
una vez que los gobiernos se han dedicado a gastar hasta
estar próximos a la quiebra.
El
discurso es más conocido por su irreverente sencillez:
"El gobierno de EE.UU. tiene una tecnología llamada
imprenta que le permite producir tantos dólares americanos
como le venga en ganas y en esencia, sin costo alguno."
Bernanke
comenzó a poner el guión en acción después de que el
sistema de crédito se paralizó en 2008, y compró $
1.750.000.000.000 de bonos del Tesoro, títulos hipotecarios
y bonos de agencia para apuntalar el sistema de crédito
americano. Se detuvo bastante por debajo de los 5 billones
de balance que, tranquilamente, el directorio de la Fed había
señalado con lápiz como el límite superior de
flexibilización cuantitativa (QE en inglés), o sea la
emisión sin respaldo.
Los
inversores que se regocijaban por la recuperación en forma
de V (aparentemente es una descripción económica de la
recuperación) de Wall Street habían asumido que este extraño
episodio había terminado. Lo mismo hizo la Reserva Federal,
que había estado cerrando las canillas de liquidez de una
en una. Pero la última serie de datos aparece inquietante.
El principal indicador ECRI producido por el Instituto de
Investigación del Ciclo Económico (ECRI) cayó una vez más
la semana pasada a -6,9, apuntando a una contracción en los
EE.UU. para finales de este año. Se está cayendo más rápido
que en cualquier momento en la era de posguerra.
Los
últimos datos de la oficina de análisis de los Países
Bajos (CPB) muestran que el comercio mundial cayó 1.7 % en
mayo, con la mayor caída en Asia. El Baltic Dry Index que
mide las tasas de flete de las mercancías a granel se ha
reducido 40 % en un mes. Este es un índice bastante volátil
que puede ser distorsionado por el tránsito de nuevos
buques, pero aquellos que observan esto como una señal
temprana de alerta para China y los productos básicos están
nerviosos.
Andrew
Roberts, jefe de crédito de RBS, esta aconsejando a los
clientes a leer el texto de Bernanke muy de cerca debido a
que la Fed pronto va a tener que tirar de la palanca de la
"monstruosa" flexibilización cuantitativa (QE) .
"No podemos enfatizar lo suficiente cuán fuertemente
creemos que el borde del precipicio puede estar a la vuelta
de la esquina para el sistema bancario mundial (sobre todo
en Europa) y para la economía mundial. Piensen lo
impensable", les dijo en una nota a los inversores.
Roberts
dijo que la Fed cambiará de táctica, recurriendo a la
estrategia de los años 40s nivelando el rendimiento de los
bonos en torno a 2 % por fuerza mayor, dijo que esta es la
opción "que yo personalmente prefiero".
Un
documento reciente de la Fed de San Francisco afirma que la
tasa de interés debería ser ahora -5 % de acuerdo a la
"regla de oro" del banco que mide la capacidad de
uso y el desempleo. La tasa es de menos 2 % actualmente si
se tiene en cuenta el QE. Se podría concluir, muy
crudamente, por lo tanto que la Fed tendría que comprar
otros $ 2 billones de dólares en bonos, o mucho más aún
si la debacle de la zona Euro va de mal en peor. Sospecho
que esto alude a la opinión de Bernanke, pero es un anatema
para la línea dura de los Feds en Kansas, Richmond,
Filadelfia, y Dallas.
Albert
Edwards del Societe Generale dijo que la Fed y otros bancos
centrales se verán obligados a imprimir más dinero de lo
que dicen ahora dado el "desastroso desorden
fiscal" en todo el mundo desarrollado. "La
respuesta a la vorágine deflacionaria que viene será la
impresión de dinero adicional que hará que la reciente QE
parezca insignificante", dijo.
A
pesar de la ruptura evidente con Europa, los EE.UU. están,
sin duda endureciendo la política fiscal con la misma
intensidad. El Congreso ha cortado los beneficios para los
que hace más de seis meses que están desempleados dejando
sin ayuda social a 1,3 millones de personas. California
tiene que cortar de un saque $ 19 billones en el gasto de
este año, tanto como lo que deben hacer en conjunto Grecia,
Portugal, Irlanda, Hungría, y Rumania. Todos los estados
juntos deben recortar $ 112bn para cumplir con las leyes
estatales.
La
Oficina Presupuestaria del Congreso dijo que el estímulo
federal del paquete de Obama alcanzó su punto máximo en el
primer trimestre. El efecto a su vez, se tornará más
negativo para el próximo año cuando el aumento de
impuestos automáticamente hará pegar un salto neto de 4 %
del PIB. Esto está sucediendo en el mercado de la vivienda
de EE.UU. doblemente. Las ventas de casas nuevas se
precipitaron 33% a un mínimo récord de 300.000 en mayo,
después que las subvenciones estatales vencieron.
Es
aleccionador que la tasa de interés a cero, un QE a
ultranza, y un bombardeo fiscal de $ 800bn hayan entregado
tan poco. Del mismo modo que es aleccionador que la compra
de bonos del Club Med por el Banco Central Europeo y la
creación de un "escudo" protector de € 750bn de
la UE no han logrado estabilizar el mercado de deudas de
Europa. Los contratos griegos en default llegaron a 1.125 el
viernes, el número mas alto de todos los tiempos a pesar
que el recate de la UE-FMI por 110bn está en marcha.¿Están
los inversores cuestionando la solvencia de la UE misma, o
haciendo un juicio de la disposición de Alemania de
respaldar las promesas con dinero real?
Es
evidente que estamos llegando al final de la "Guerra de
los farsantes", esta fase de la crisis global, cuando
parecía que los gobiernos podrían conjurar la Gran Deuda.
El trauma ha sido simplemente desplazado de los bancos, los
fabricantes de automóviles, y los propietarios de viviendas
hacia el contribuyente, subiendo la deuda pública en el
bloque de la OCDE de 70 % del PIB a 100 % para el próximo año.
Como el Banco de Pagos Internacionales de Basilea advierte,
la crisis de la deuda nacional está a punto de
"ebullición" en la mitad de la economía mundial.
La
generosidad fiscal tuvo su lugar el año pasado. Detuvo la
espiral descendente en un momento crucial, pero ese momento
ha pasado. Hay un tiempo para amar y un tiempo para odiar,
un tiempo para la guerra y un tiempo para la paz. La
doctrina de Krugman de déficit permanente es ruinosa - y de
hecho ha arruinado a Japón. La única vía plausible de
escape para Occidente es una década de austeridad fiscal
compensada por calculadas caídas de dinero impreso durante el tiempo que sea necesario.
Algunos
dicen que las políticas de la Fed de impresión sin
respaldo QE han fracasado. Estoy en profundo desacuerdo. El
mercado inmobiliario de EE.UU. - y por lo tanto los bancos -
habrían implosionado si la Fed no hubiera tirado abajo las
tasas hipotecarias de manera tan agresiva, pero esto es difícil
de probar, ciertamente.
El
caso de cash fresco a través de QE no es para inflar la
deuda para más adelante o para incumplir el pago a los
acreedores de China a través de una devaluación
encubierta. Es para evitar la deflación.
Bernanke
advirtió en el discurso de hace ocho años que "una
deflación sostenida puede ser muy destructiva para una
economía moderna"
ya que conduce a frenar la muerte por intermedio de
un problemático crecimiento de la deuda.
En
ese momento, la oferta monetaria en general estaba creciendo
al 6 % y el índice de inflación trimmed mean de la Fed de
Dallas fue de 2.2 %.
Hoy
estamos mucho más cerca de un cambio de estado físico. La
oferta monetaria M3 se ha contraído en 5.5 % en el último
año, y el ritmo se está acelerando: el " trimmed mean'"
(No se a que se refiere con esto. Aquí hay una
explicación por demás económica para mi http://davidmlane.com/hyperstat/A11971.html
no se como seria en castellano) índice se mantuvo en
0.6 % en los últimos seis meses, el más bajo de la
historia. Estados Unidos esta a una vuelta nomás de quedar
atrapado con deuda y deflación.
No
hay duda de que la Fed tiene las herramientas para detener
esto. "Una inyección suficiente de dinero, en última
instancia, siempre va a tender a revertir una deflación",
dijo Bernanke. La cuestión es si puede llegar a reunir el
apoyo necesario para esta acción ante un repudio popular
masivo, una Fronda republicana en el Congreso y la
resistencia de los liquidacionistas en la Fed de Kansas,
Filadelfia, y Richmond. Si no puede, estamos en graves
problemas.
(*)
International Business Editor del diario británico The
Telegraph.