Geithner insiste que la caída del dólar
no es deliberada
Por
Damian Paletta y David Wessel
Wall
Street Journal, 21/10/10
El secretario del Tesoro de Estados
Unidos, Timothy Geithner, dijo que espera utilizar las
reuniones del fin de semana de los ministros de Economía y
Finanzas del Grupo de los 20 (G-20) para avanzar en sus
esfuerzos para "reequilibrar" la economía
mundial, de modo que dependa menos de los consumidores
estadounidenses, establecer "normas" de política
cambiaria y persuadir a otros países de que EE.UU. no
pretende reactivar su economía mediante la devaluación del
dólar.
En una entrevista con The Wall Street
Journal, Geithner afirmó que el mundo necesita urgentemente
acordar las grandes directrices de la política cambiaria.
"En este momento, no hay un criterio establecido
respecto a lo que es justo", sostuvo. Agregó que
Washington está presionando al G-20 para que adopte
criterios numéricos para determinar cuando un superávit o
un déficit comerciales es "sostenible", una forma
de evaluar el progreso hacia el objetivo de un crecimiento
global más equilibrado.
Geithner se reunirá con sus
contrapartes del G-20 en Corea del Sur este fin de semana en
medio de un extendido escepticismo respecto a si una
organización que reúne a economías tan diversas como
Argentina, Francia y EE.UU. puede aliviar las tensiones
cambiarias.
Guido Mantega, el ministro de Hacienda
de Brasil, advirtió sobre una "guerra internacional de
divisas". El primer ministro de la India dijo que está
"preocupado por la situación global" y el
gobernador del Banco de Inglaterra manifestó que a menos
que se reconozca "la necesidad de actuar en el interés
colectivo" puede surgir un brote proteccionista.
Los funcionarios estadounidenses
dijeron que es poco probable que tras la reunión de
ministros de Hacienda del fin de semana haya grandes
noticias. Los coreanos prefieren aplazar cualquier anuncio
importante hasta la reunión de noviembre de los líderes
del G-20 en Seúl.
"La gente está tratando de
determinar qué es lo que más les conviene", aseveró
Geithner. "No es una prueba que se resuelva en dos
semanas. Va a llevar entre tres y cinco años. Queremos que
el G-20 se transforme en una institución que pueda ofrecer
más", señaló.
Respecto al tipo de cambio, Geithner
dijo que " nos gustaría ver a los países avanzando
hacia una serie de normas de política cambiaria". Los
funcionarios estadounidenses consideran que las condiciones
no son las adecuadas para llegar a un acuerdo similar al del
hotel Plaza, que se alcanzó en 1985 y que depreció al dólar.
La meta, indicó otro funcionario del Tesoro, es un acuerdo
para "llevar adelante una agenda de cooperación",
que podría, aun sin compromisos explícitos, llevar a China
y a países más pequeños que están bajo su sombra a
apreciar sus monedas.
Geithner dividió las monedas del mundo
en tres grupos. En el primero puso a los países con un tipo
de cambio devaluado "bajo cualquier criterio",
especialmente China. Aclaró, sin embargo, que si se
mantuviera el ritmo de apreciación observado desde
septiembre, eso ayudaría a corregir la subvaloración del
yuan. Otros mercados emergentes juegan un rol, sostuvo.
"Si China supiera que si se moviera más rápido, otros
mercados emergentes le seguirían los pasos, le sería más
fácil entrar en acción", consideró.
En el segundo grupo colocó a "las
economías emergentes con tipos de cambio flexibles que
intervienen o imponen impuestos para tratar de reducir los
riesgos de una significativa sobrevaloración, de burbujas y
de presiones inflacionarias". Estados Unidos no objeta
esos esfuerzos.
Y en el tercer grupo, dejó a "las
monedas grandes, que están prácticamente alineadas
hoy", una sugerencia de que no ve la necesidad de que
el dólar siga cayendo con respecto al euro y al yen.
Geithner enfatizó, de todos modos, que
EE.UU. no está aplicando una política deliberada de
devaluación del dólar. Esta semana, hablando en Palo Alto,
California, dijo que ningún país puede "abrirse su
paso a la prosperidad y la competitividad devaluando"
su moneda.
Una economía global más sana exige
esfuerzos para limitar los superávits comerciales de los países
exportadores como China, aseveró.
"El resto del mundo quiere que
ahorremos más y eso significa menos demanda de Estados
Unidos al resto del mundo. La demanda tendrá que venir de
otras fuentes", advirtió.
Reduciría las
posibilidades de una
apreciación del yuan
Una sorpresiva alza de tasas en China
estremece los mercados
Por
Andrew Batson
Wall
Street Journal, 20/10/10
Beijing.- China sorprendió a los
mercados el martes al subir las tasas de interés y provocar
una oleada de ventas de acciones, materias primas y monedas
a medida que los inversionistas revisan a la baja sus
proyecciones sobre el crecimiento del país, que ha sido un
motor de la economía mundial.
La reacción de los mercados de divisas
fue fulgurante y los países que dependen de la demanda
china para sus commodities sintieron el mayor impacto. El dólar
estadounidense subió 1,8% frente al dólar canadiense y
2,4% respecto al rand sudafricano, por ejemplo. El dólar
australiano, cuyos movimientos están estrechamente ligados
a la economía china, retrocedió 2,8% frente al dólar
estadounidense.
El impacto también se sintió en los
mercados de bienes básicos, donde la demanda china juega un
papel significativo. El oro, que la semana pasada batió un
nuevo récord, cayó 2,63% para quedar en US$1.335,10 por
onza troy. El crudo bajó 4,23% en Nueva York para ubicarse
en US$79,49 el barril.
Se trata del primer aumento de las
tasas de interés en China desde el fin de la crisis
financiera. La sorpresiva decisión pone de manifiesto la
creciente brecha entre las pujantes economías emergentes y
los países desarrollados que intentan reactivarse.
El Banco Popular de China anunció el
martes un alza de un cuarto de punto porcentual en la tasa
de interés de referencia a un año sobre los préstamos y
depósitos. La medida constituye el primer ajuste de las
tasas de interés desde diciembre de 2008, cuando el banco
central las recortó en 0,27 puntos porcentuales como parte
de un paquete de estímulo para combatir los efectos de la
crisis financiera global. El último incremento de las tasas
tuvo lugar en diciembre de 2007, cuando la inflación
superaba el 6%.
La decisión se produce días antes de
la reunión que mantendrán en Corea del Sur los ministros
de Finanzas y banqueros centrales de todo el mundo, aunque
no parece tener ningún vínculo directo con la cumbre, ni
tampoco es probable que reduzca la presión sobre China para
que permita una mayor apreciación del yuan. Los economistas
indicaron que el alza tenía el objetivo de evitar la
formación de una burbuja inmobiliaria y controlar la
inflación.
"Asia lidera la recuperación
global y se está moviendo rápidamente hacia condiciones
normales" de política [económica], dijo el lunes en
Shanghai el presidente del Fondo Monetario Internacional,
Dominique Strauss-Kahn.
En Estados Unidos, Europa y Japón,
mientras tanto, las tasas de interés permanecen inamovibles
en mínimos históricos. La débil recuperación de la
economía no ha reparado el daño económico de la crisis y
las autoridades buscan maneras de estimular el crecimiento.
Esta divergencia de situaciones económicas se refleja tanto
en las tensiones comerciales -principalmente en la presión
ejercida por EE.UU. y Europa a China para que permita la
apreciación del yuan -y los rápidos flujos de capitales
hacia los mercados emergentes. Las tensiones amenazan con
eclipsar la cumbre del Grupo de los 20 fijada para el próximo
mes.
Fiel a su costumbre, el Banco Popular
de China no brindó detalles sobre la decisión, que se
produce dos días antes de la divulgación de las cifras
económicas correspondientes a septiembre y el tercer
trimestre.
Los economistas, de todas maneras,
consideran que una de las principales justificaciones del
alza de tasas son los altos precios de las viviendas. Desde
abril, las autoridades han adoptado numerosas medidas para
frenar las compras especulativas y hacer más asequible la
compra de casas para el ciudadano común y corriente,
atacando un problema que, según los propios líderes
chinos, amenaza la estabilidad social.
Estas políticas, sin embargo, no
rindieron los frutos esperados. Si bien las ventas se
enfriaron, las precios de las viviendas permanecieron
estables durante tres meses antes de reanudar su marcha
alcista en septiembre, según cifras oficiales. La situación
fortaleció la postura de quienes abogan por medidas más
severas, dijeron economistas.
Ante los magros intereses ofrecidos por
los bancos -la tasa de depósitos a un año subirá a sólo
2,50% tras la decisión del martes- las familias tienen un
poderoso incentivo para colocar su dinero en activos que
ofrecen un retorno más suculento.
Asimismo, varios indicadores más
amplios de inflación han estado subiendo. Los precios al
consumidor avanzaron 3,5% en agosto frente al mismo mes de
2009, mermando aún más el retorno de los ahorros. Por lo
tanto, la única manera de "desinflar la burbuja
inmobiliaria" es subir las tasas, dijo Stephen Green,
economista del banco británico Standard Chartered.
El alza en las tasas de interés
representa un cambio de estrategia de las autoridades
chinas, que hasta ahora habían recurrido a controles
administrativos como límites a los préstamos bancarios y
cambios en las cuotas iniciales de compra de vivienda.
"La decisión de hoy de subir las tasas sugiere que
Beijing considera que las anteriores medidas más
focalizadas ya no son suficientes para mantener a la economía
estable", dijo Brian Jackson, de Royal Bank of Canada.
El incremento de las tasas de interés
reduciría las posibilidades de una apreciación más
abrupta del yuan, indicó Ben Simpfendorfer, economista de
Bank of Scotland. China, manifestó, "por lo general
evita alzas mediante el uso simultáneo de múltiples
instrumentos de política [monetaria]", dijo, "y
probablemente esperará a ver el impacto del alza de hoy,
incluyendo el impacto sobre el flujo de capitales, antes de
permitir una apreciación más acelerada de la moneda".
Nicholas Lardy, del Instituto Peterson
de Economía Internacional, un centro de estudios de
Washington, cree que atraerá más fondos hacia China, lo
que obligará al gobierno a intervenir en el mercado y
comprar más dólares para mantener baja la cotización del
yuan. "Van a tener que trabajar más para impedir el
alza del yuan", observó.
El yen
vuelve a subir y Japón espera
Por
Takashi Nakamichi
Wall
Street Journal, 20/10/10
Tokio.- Aunque Japón realizó el mes
pasado una masiva intervención en el mercado cambiario para
detener el alza del yen, desde entonces no lo ha vuelto a
hacer, y su moneda se ha apreciado aún más llegando casi a
niveles récord con respecto al dólar. No ha habido
respuestas definitivas de funcionarios japoneses, pero
parece que la reticencia de Tokio se debe a la preocupación
por una eventual reacción en Washington.
Luego de la intervención del 15 de
septiembre por el equivalente en yenes a US$24.640 millones,
la primera que hizo Japón en más de seis años, Estados
Unidos se mantuvo en silencio. Esto llevó a la impresión
en Japón de que Washington si bien no estaba entusiasmado
por la medida, aceptaba el hecho de que Tokio tenía que
hacer algo para evitar el descarrilamiento de su economía
que depende de las exportaciones.
La intervención, sin embargo, se
produjo en un momento inoportuno para los funcionarios
estadounidenses, que estaban intentando persuadir a China de
que dejase que las fuerzas del mercado determinasen el
movimiento del yuan.
Considerando que intervenciones
regulares seguramente disgustarán a Washington, Tokio
posiblemente encontrará más difícil actuar nuevamente. La
intervención debilitaría temporalmente al yen, pero también
arriesgaría generar fricciones diplomáticas que podrían
por sí mismas disminuir el impacto de la medida. Los
analistas señalan que cualquier protesta abierta de parte
de Washington dejaría clara la falta de coordinación en
materia de políticas cambiarias.
También es probable que EE.UU. se haya
mantenido silencioso para evitar sugerir que hay divisiones
entre los países desarrollados antes de la cumbre del G-20
del próximo mes en Corea del Sur.
Las tensiones globales vinculadas con
las divisas también dificultan que Japón actúe. Los países
emergentes están cada vez más molestos con los
desarrollados que están bajando las tasas de interés para
contrarrestar las presiones deflacionarias ya que el flujo
de liquidez generado por una política monetaria relajada
está inundando sus mercados, fortaleciendo las monedas
emergentes y creando el riesgo potencial de burbujas con el
precio de algunos activos.
La intervención de septiembre elevó
el dólar tres yenes a 85,78, pero desde entonces, la moneda
verde ha caído a niveles inferiores previos a la medida, y
el martes cerró a 81,40 yenes.
Brasil
intenta depreciar el real
Por
John Lyons y Matt Phillips
Wall
Street Journal, 20/10/10
São Paulo.- El ministro de Hacienda de
Brasil, Guido Mantega, subió los impuestos a la inversión
extranjera en ciertos títulos de renta fija por segunda vez
en un mes. La medida constituye la más reciente decisión
para proteger a la economía de una "guerra
cambiaria" que Mantega afirma ha hecho subir al real.
La divisa brasileña se depreció a
1,68 por dólar, frente al cierre del lunes de 1,67. El
incremento de los impuestos, que entraron en vigencia el
martes, apunta a hacer más costoso especular con la moneda
brasileña.
El real ha subido alrededor de 35%
desde comienzos del año pasado, lo que lo convierte en una
de las monedas más fuertes del mundo. Goldman Sachs incluso
ha llamado al real una de las divisas "más
sobrevaloradas".
El aumento impositivo de Brasil es sólo
un ejemplo de cómo los gobiernos están luchando para
controlar los flujos de inversión del extranjero y la rápida
apreciación de sus monedas.
Las economías emergentes alrededor del
mundo han atraído grandes olas de inversión, gracias a sus
perspectivas de crecimiento relativamente mejores y sus
mayores rendimientos. Esto ejerce una presión alcista sobre
sus divisas, lo que perjudica a los fabricantes y
exportadores a medida que sus productos se vuelven menos
competitivos.
Los economistas señalan que la caída
del real el martes sugiere que los inversionistas están
apostando a que Brasil tomará medidas adicionales para
enfriar el real. La moneda brasileña cayó más después de
que China, un importante comprador de las exportaciones
brasileñas, elevara sus tasas de interés, lo que podría
desacelerar la economía del gigante asiático.
Como cualquier medicina fuerte, las
medidas tributarias de Brasil pueden tener efectos
secundarios no deseados. Incrementan el costo del crédito
en el país, ya que los prestamistas extranjeros pasan parte
del nuevo gravamen a los prestatarios locales. Además,
pueden incrementar las oscilaciones cambiarias en la medida
que los inversionistas especulan sobre cuándo se anunciará
un nuevo conjunto de políticas.
Aunque los aumentos de impuestos en
Brasil lograron un impacto de corto plazo, muchos
economistas dudan de que los efectos se prolonguen. Esto se
debe a que los impuestos no abordan una razón fundamental
por la que está entrando un gran flujo de dólares a Brasil
y apreciando al real: la tasa de interés de referencia
brasileña de 10,75%, una de las más altas del mundo.
La creciente carga de la deuda de
Brasil y sus mayores déficits implican que el gobierno debe
establecer tasas de interés altas para atraer a los
prestamistas. Los elevados rendimientos también atraen
operaciones especulativas de inversionistas que toman
prestado donde las tasas son casi nulas, como en Estados
Unidos y Japón, depositan el dinero en Brasil y se embolsan
la diferencia.
La manera más simple que tiene Brasil
de quitarle presión a su moneda es bajar las tasas de interés,
sostiene Doug Smith, director de investigación sobre América
Latina de Standard Chartered Bank. Pero para hacer eso, el
gobierno necesita tomar prestado menos y reducir el déficit.
"El problema es que el gobierno está gastando
mucho", dice Smith.
Con las medidas que Mantega anunció el
lunes por la tarde, el impuesto sobre las inversiones en títulos
de renta fija pasó de 4% a 6%. También fue fijado en 6% un
impuesto a los depósitos que respaldan el corretaje de
derivados.
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