Se
propagan en Alemania las dudas por el euro
Der
Spiegel predijo el fin de la moneda única
Agence
France–Press (AFP), 21/06/11
Berlín.–
El euroescepticismo ha dejado de ser exclusivo de los
diarios amarillistas alemanes y, ante las crecientes señales
de que Grecia se hunde cada vez más en la crisis, se está
propagando entre los periódicos serios, como Der Spiegel, y
entre la población en general.
Mientras los
ministros de la eurozona negociaban una nueva ayuda para
Grecia, Der Spiegel, el semanario más influyente de
Alemania, anunció en tapa: "Súbita y anunciada: oración
fúnebre por una moneda común". "¿Cuánto tiempo
van a tolerar los electores de los países acreedores que
sus gobiernos asuman riesgos cada vez más altos para salvar
al euro?", se preguntó Der Spiegel, con una foto de un
ataúd cubierto con una bandera griega.
Der Spiegel,
una de las publicaciones más respetadas en Alemania, se sumó
así al Bild, el tabloide más leído del país, que desde
hace más de un año denuncia la "incuria" de los
griegos: "Cada vez más alemanes se preguntan: si para
los griegos hay dinero, ¿por qué no hay para mí?".
Una encuesta
publicada el 10 del actual por la cadena pública ZDF arrojó
que el 60% de los alemanes está en contra de nuevos préstamos
de la UE a Grecia. "Los ciudadanos alemanes son más
escépticos que hace un año ante la moneda única", señala
Peter Matuschek, analista del instituto de sondeos alemán
Forsa.
"Algunos
consideran que ya se han apretado lo suficiente el cinturón.
No entienden por qué deberían ayudar a otros países que
no han hecho los mismos esfuerzos", constata Dominik
Hierlemann, politólogo de la Fundación Bertelsmann.
La canciller
alemana, Angela Merkel, es a veces ambivalente ante la unión
monetaria. El mes pasado, les reprochaba a los europeos del
sur su supuesta falta de ardor en el trabajo. Pero esa falta
de entusiasmo hacia Europa refleja el desencanto de la
población. Para Claire Demesmay, experta del Instituto Alemán
DGAP, "se observa un cierto cansancio en Alemania con
la repetición de crisis y de los salvatajes".
"Que un
gran medio de Alemania anticipe que el fin del euro puede
ser la solución es notable", opina Guntram Wolff,
investigador del Instituto Bruegel. Pero no cree que se vaya
a abandonar la moneda única: "El costo de una
desintegración sería demasiado alto".
La semana
pasada, unos 70 grandes empresarios alemanes y franceses
respaldaron al euro en una carta abierta. "La historia
del euro es un verdadero éxito (...) no hay
alternativa", dijo la misiva publicada en Le Monde, en
la que reclamaron "una política económica europea y
reglas de estabilidad más estrictas".
Advierten
sobre el contagio a cinco países
Bélgica
e Italia estarían entre los afectados
Agence
France–Press (AFP), 19/06/11
Berlín.–
La crisis financiera griega podría extenderse a por
lo menos otros cinco países europeos, entre ellos, Italia y
Bélgica, si no es manejada con prudencia, advirtió ayer
Jean–Claude Juncker, presidente del Eurogrupo, que reúne
a los ministros de Economía y Finanzas de la zona euro.
"La caída
puede contagiar a Portugal e Irlanda y, debido a su alto
endeudamiento, a Bélgica e Italia, incluso antes que a España",
dijo Juncker, también primer ministro de Luxemburgo, en una
entrevista con el diario Suddeutsche Zeitung.
Según Juncker,
el acto de presionar a los acreedores privados para que
contribuyan al rescate griego (alentado por Alemania) sería
considerado una "moratoria" de pagos por las
calificadoras de riesgos, con consecuencias muy difíciles y
duras para el resto de Europa en su conjunto y para la
moneda única. "Estamos jugando con fuego", afirmó.
Anteayer, la
canciller alemana, Angela Merkel, suavizó la insistencia de
su gobierno en que los acreedores privados debían compartir
la carga. Merkel habló, después de reunirse en Berlín con
el presidente francés, Nicolas Sarkozy; ambos acordaron que
la participación debía ser "voluntaria".
Juncker
insistió en que una reestructuración financiera causaría
estragos en los bancos griegos, que son acreedores de una
gran cantidad de la deuda de su país (unos 80.000 millones
de euros), lo que en última instancia los haría requerir
otro rescate para sí mismos.
Ante la
gravedad de la situación, los ministros de Finanzas
europeos se reúnen hoy y mañana en Luxemburgo para debatir
la crisis y discutir el contenido y las condiciones del
nuevo programa para Grecia, con el objetivo de tomar
decisiones en la próxima reunión del Eurogrupo el 11 de
julio.
Un
default griego y su temida onda expansiva
Por
David McHugh
Agencia
Associated Press, 18/06/11
Francfort.- La
economía griega es pequeña, pero la onda expansiva de un
eventual default podría amplificarse a través de los
canales del sistema financiero globalizado y perjudicar a
las bolsas, los bancos y a países enteros lejos de su
epicentro, en Atenas.
En Grecia, los
bancos podrían quebrar; podría desbordar la capacidad del
gobierno para rescatarlos, y los acreedores de Francia,
Alemania y el resto de Europa sufrirían cuantiosas pérdidas.
El consecuente
sismo de los mercados podría sobreexigir la barrera de
contención del fondo de rescate de la Unión Europea, lo
que obligaría a los mandatarios del continente a recolectar
más dinero de los contribuyentes, ya muy molestos de tener
que financiar a los gobiernos fallidos de otros países.
Los efectos
exactos de una implosión de la deuda griega son difíciles
de anticipar, en parte porque nadie sabe cuánto terminarán
perdiendo los tenedores de bonos, la primera ficha que caerá
en ese dominó. Una cosa es una pérdida compulsiva del 50%
y otra es una extensión voluntaria de los plazos de pago.
Más allá del
impacto súbito que tendría sobre los bancos, el principal
temor es el contagio, una reacción en cadena difícil de
predecir que podría arrastrar a los mercados y complicar aún
más la posibilidad de los países endeudados de hacer
frente a sus compromisos; que se verían obligados a salir a
pedir dinero prestado fuera de la eurozona y con intereses
mucho más altos.
Algunos
incluso dicen que ese camino conduce a que uno o varios países
europeos -como Grecia- deban abandonar la moneda común,
aunque la voluntad política de evitar que suceda sigue
siendo fuerte.
Otros ya
comparan el default de Grecia con el colapso del banco de
inversiones Lehman Brothers, en Estados Unidos, ocurrido en
septiembre de 2008, hecho que marcó el inicio de la etapa más
severa de crisis financiera mundial, cuando los mercados de
crédito se congelaron y el comercio internacional se hundió.
"Cada vez
es más probable que Europa tenga su «momento Lehman»",
dice Neil MacKinnon, analista de VTB Capital. "La deuda
y la crisis bancaria de la eurozona son similares a las
otras crisis contemporáneas, cuya característica es la
interconexión entre los sectores bancarios y la deuda de
los países."
Los problemas
podrían tener un impacto más amplio en la economía si los
bancos sufrieran pérdidas que amenazaran su capacidad de
prestar para la inversión.
"Es difícil
separar los riesgos financieros de los riesgos macroeconómicos",
dijo Jonathan Loynes, jefe de economía europea de Capital
Economics. "Ambas cosas están íntimamente
relacionadas."
"De
producirse repercusiones financieras sistémicas graves a
causa de alguna especie de default en Grecia, queda claro
que entonces habría consecuencias macroeconómicas de
envergadura. Ya vimos lo que sucedió después del episodio
de Lehman Brothers? Los trastornos en los mercados
financieros se traducen de inmediato en debilidad macroeconómica
de numerosas maneras."
Los mercados
comenzarán a preguntarse de inmediato cuál de los países
rescatados sigue, si Irlanda o Portugal también caerán en
default, lo que hará aún más difícil el acceso al
financiamiento internacional.
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