Esa
sensación de estancamiento
Por
Nouriel Roubini
crisis.blogspot, 16/06/11
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Signos
vitales
Se
desacelera la
actividad económica en EEUU
Dow
Jones, 24/06/11
Un
indicador del crecimiento económico en Estados Unidos
está cayendo. El Índice de Actividad Nacional
compilado por el Banco de la Reserva Federal de
Chicago sugiere que la expansión estadounidense se
está desacelerando. El índice es un promedio de 85
indicadores económicos y apunta a proyectar el
crecimiento del PIB.
El
promedio móvil de tres meses cayó a -0,19 en mayo
frente a -0,15 en abril, su nivel más bajo desde
noviembre. Los indicadores de producción, consumo y
vivienda mejoraron algo, pero los de ventas, pedidos e
inventarios se inclinaron a territorio
negativo.
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Nueva York - A
pesar de la serie de eventos de baja probabilidad y alto
impacto que han afectado a la economía mundial en 2011, los
mercados financieros continuaron aumentando sin cesar hasta
hace un mes atrás. El año comenzó con el alza de los
precios de los alimentos, el petróleo y las materias
primas, dando pie al espectro de la inflación. Luego estalló
la masiva agitación en Oriente Próximo, elevando aún más
el precio del petróleo. Luego ocurrió el terrible
terremoto de Japón, que dañó gravemente su economía y
las cadenas de suministro globales. Y después, Grecia,
Irlanda y Portugal perdieron el acceso a los mercados de crédito,
lo que les hizo recurrir a paquetes de rescate del Fondo
Monetario Internacional y la Unión Europea.
Pero ese no
fue el final. Aunque Grecia fue rescatada hace un año, el
Plan A ha fracasado claramente. Será necesario otro plan de
rescate oficial o
un rescate de los acreedores privados, opción que está
generando un acalorado desacuerdo entre los políticos
europeos.
Últimamente,
la preocupación por los insostenibles déficits fiscales de
Estados Unidos dio como resultado enconadas luchas políticas
internas, casi provocando un cierre del gobierno. Una
batalla similar se está fraguando ahora sobre el
"techo de deuda" de Estados Unidos que, si no se
resuelve, implica el riesgo de un impago "técnico"
de la deuda pública de EE.UU.
Hasta hace
poco, los mercados parecían descontar estos choques; aparte
de unos pocos días, cuando el pánico sobre Japón o el
Oriente Próximo provocó una corrección, continuaron su
marcha ascendente. Sin embargo, desde finales de abril, se
ha afianzado una corrección más persistente en los
mercados bursátiles mundiales, impulsada por preocupaciones
de que el crecimiento económico en los Estados Unidos y en
todo el mundo pueda estar desacelerándose bruscamente.
Los datos de
los EE.UU., el Reino Unido, la periferia de la eurozona, Japón
e incluso las economías de los mercados emergentes están
dando señales de que parte de la economía mundial -en
especial las economías avanzadas- puede estar estancándose,
si es que no entrando en una recesión de doble caída.
También ha aumentado la aversión global al riesgo, así
como la opción de seguir "extendiendo y
fingiendo" o "demorando y rezando" sobre
Grecia se está volviendo cada vez menos deseable, y es cada
vez más probable el fantasma de una salida desordenada.
Los optimistas
argumentan que la economía mundial simplemente ha dado con
un "pequeño bache". Las empresas y los
consumidores reaccionaron a los golpes de este año
desacelerando "temporalmente" el consumo, el gasto
de capital y la creación de empleo. Siempre y cuando la
crisis no empeore (y algunos de los problemas se vuelvan
menos agudos), la confianza y el crecimiento se recuperarán
en la segunda mitad del año, y los mercados de valores
volverán al alza.
Sin embargo,
hay buenas razones para creer que estamos experimentando una
caída más persistente. En primer lugar, los problemas de
la periferia de la eurozona son en algunos casos problemas
de insolvencia real, no de falta de liquidez: altos déficits
y deudas públicas y privadas en ascenso; sistemas
financieros dañados que se deben limpiar y recapitalizar; pérdida
masiva de competitividad; falta de crecimiento económico; y
desempleo en aumento. Ya no es posible negar que las deudas
públicas y/o privadas en Grecia, Irlanda, Portugal
tendrán que ser reestructuradas.
En segundo
lugar, los factores que ralentizan el crecimiento de EE.UU.
son crónicos. Incluyen el desapalancamiento lento pero
persistente del sector privado y público; el alza de los
precios del petróleo; la débil creación de empleo; otra
crisis en el mercado de la vivienda; graves problemas
fiscales a nivel estatal y local; y una carga insostenible
de deuda y déficit a nivel federal.
Tercero, el
crecimiento económico se ha estancado en promedio en el
Reino Unido durante los últimos dos trimestres, con una
arremetida de austeridad fiscal en un momento en que la
inflación está aumentando, lo que impide al Banco de
Inglaterra flexibilizar la política monetaria. De hecho, la
inflación puede incluso obligarlo a elevar las tasas de
interés antes del otoño. Y Japón ya está volviendo a
caer en recesión a causa del terremoto.
Todas estas
economías ya estaban creciendo anémicamente y debajo de la
tendencia, ya que el actual proceso de desapalancamiento
requirió una desaceleración del gasto público y privado a
fin de aumentar las tasas de ahorro y reducir las deudas. Y
ahora, además de la cadena de desafortunados eventos
que las economías avanzadas han enfrentado este año,
los estímulos monetarios y fiscales se han eliminado en la
mayoría de ellos, o pronto lo serán.
Si lo que está
sucediendo ahora resulta ser algo peor que un bache
temporal, se profundizará la corrección del mercado,
debilitando el crecimiento a medida que los efectos
negativos sobre la riqueza de la caída de los mercados de
capital reduzcan el gasto privado. Y, a diferencia del
periodo 2007-2010, en que cada shock negativo y desaceleración
del mercado fue contrarrestado por más medidas de políticas
por parte de los gobiernos, en esta ocasión las autoridades
se están quedando sin municiones, y por lo tanto pueden ser
incapaces de generar más reflación de los activos y poner
en marcha la economía real.
Esta falta de
municiones de políticas se refleja en la adopción por
parte de la mayoría de las economías más avanzadas de
alguna forma de austeridad, a fin de evitar un "choque
de trenes" fiscal en el futuro. La deuda pública es ya
elevada, y muchos fondos soberanos están al borde del
colapso, por lo que la capacidad de los gobiernos de
respaldar a sus bancos a través de más rescates
financieros, garantías y estanqueidad de los activos
cuestionables se ve severamente limitada. Es posible que no
ocurra otra ronda de la llamada "flexibilización
cuantitativa" por parte de las autoridades monetarias,
ya que la inflación está aumentando -aunque lentamente- en
la mayoría de las economías avanzadas.
Si los últimos
datos económicos mundiales reflejan algo más serio que un
hipo, y los mercados y las economías siguen desacelerándose,
las autoridades también podrían encontrarse de manos vacías.
Si eso ocurre, el riesgo de un estancamiento o, de plano,
una recesión de doble caída aumentaría fuertemente en
muchas economías avanzadas.
(*)
Nouriel Roubini es presidente de Roubini Global Economics (www.roubini.com),
profesor en la Escuela Stern de Negocios de la Universidad
de Nueva York y coautor de “Crisis Economics”.
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