En
la Eurozona, demasiadas goteras juntas para tapar
Por
Fernand Heller
Deutsche Presse Agentur (DPA), 13/07/11
Bruselas.–
La Unión Europea (UE), y especialmente los 17 socios de la
zona euro, asisten casi impotentes a una fuga masiva de agua
por los cuatro costados, pero cuyos focos sólo se logran
taponar de forma temporal, hasta que una nueva gotera acaba
inundando el tejado de la "casa euro".
Mientras
Bruselas cree haber cerrado la válvula de escape en las
tuberías financieras de Irlanda o Portugal, tras sendos
paquetes de rescate, las goteras vuelven a aparecer en
Grecia, pendiente de un segundo bote salvavidas, y nace un
nuevo problema, Italia, que hasta ahora parecía al margen
de la tormenta.
Y es que las
formulaciones oficiales en uso como "no dejaremos caer
a Grecia" o "haremos todo lo que está en nuestras
manos para garantizar la estabilidad de la eurozona",
diseñadas para calmar a los mercados, ya no parecen
convencer y son ignoradas por las agencias de rating,
encargadas de la calificación de deuda soberana. Algunas
voces acusan a esas agencias de ser el verdadero poder en la
sombra.
En ese
contexto, la reunión de ministros de Economía y Finanzas
del Eurogrupo de anteayer, que en principio estaba destinada
a ajustar detalles del segundo plan de rescate para Atenas,
y también el Ecofin ayer, quedaron empañados por las
alarmas desatadas en torno al elevado endeudamiento de
Italia, miembro destacado del G–7.
Roma está
bajo la lupa de las agencias de calificación de riesgo
Standard & Poor's y Moody's, que advirtieron al primer
ministro, Silvio Berlusconi, sobre una posible rebaja en su
nota por el magro crecimiento de la economía italiana y el
alto nivel de endeudamiento, por encima del 120 por ciento
del PBI, cuando el Pacto de Estabilidad fija un techo del 60
por ciento.
En ese
contexto, el ministro de Finanzas italiano, Giulio Tremonti,
abandonaba ayer la reunión de Bruselas, tras sólo una hora
de participación, y salía para Roma, donde se prepara un
nuevo paquete de reformas y austeridad. Mientras, la
vicepresidenta y ministra de Economía española, Elena
Salgado, se quedaba en Madrid para una reunión
extraordinaria sobre la crisis con el presidente José Luis
Rodríguez Zapatero.
Demasiadas
filtraciones en el tejado –más permeable que nunca– de
algunos de los socios más débiles del euro, especialmente
en el flanco sur.
Los analistas
advierten contra las consecuencias potencialmente
desastrosas que tendría un rescate de España o Italia.
"Italia o
España, de tener que ser rescatados, darían otra dimensión
a la actual crisis del euro", estimó la agencia de
corredores Link.
Desde hace más
de un año –con el primer rescate de Atenas a manos de la
UE y del Fondo Monetario Internacional (FMI)–, Berlín
parece haber asumido el papel extraoficial de "nueva
Bruselas", desde donde se hacen recomendaciones y se
lanzan advertencias a los socios incumplidores del euro,
superando incluso el protagonismo del comisario de Asuntos
Económicos de los 27, Olli Rehn.
Situación
compleja
La situación
de la zona euro, con tres socios rescatados (Portugal,
Irlanda y Grecia) es tan compleja que quienes soñaron con
la unión económica y monetaria, y con la moneda única,
nacida en 1999, jamás la habrían imaginado.
No faltan
tampoco los pájaros de mal agüero, como el multimillonario
de origen húngaro George Soros, que ha sentenciado que la
cesación de pagos de Grecia es inevitable. "Grecia se
acerca a un default o a una devaluación desordenada de
consecuencias imprevisibles", aseguró en una columna
publicada ayer en el Financial Times.
En el seno de
la eurozona ya no se excluye el impago parcial de la deuda
griega, en el marco del segundo rescate para Atenas, según
afirmaba el ministro de Finanzas holandés, Jan Kees de
Jager.
Se trata de un
matiz inédito, pues supone un claro desafío del Eurogrupo
a las directrices del Banco Central Europeo (BCE), que
rechaza cualquier tipo de quiebra parcial o selectiva del país
mediterráneo. La institución de Francfort teme que esto
provoque un efecto dominó parecido al ocurrido con el
hundimiento del banco de inversión Lehman Brothers, en
2008.
La situación
actual de impasse, sin decisión europea sobre un nuevo
rescate griego, con Italia bajo la mira de los mercados y
con España aguantando su posición para evitar un contagio
de su vecino ibérico rescatado, entraña serios riesgos,
opinan los expertos.
La
pregunta es si los mercados y las agencias de calificación
crediticia darán una tregua a Atenas o si habrá una nueva
inundación en la eurozona en breve.
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