Los
bancos europeos se preparan para lo peor
Por
David Enrich, Sara Schaefer Muñoz y Tom Lauricella
Wall Street Journal, 13/07/11
Algunos de los
bancos más grandes de Europa están tomando medidas para
reforzar sus defensas para el caso en que la crisis de deuda
se salga de control y uno o más países de dejen la zona
euro, una señal de los crecientes temores del sector
financiero sobre la difícil situación que atraviesa el
continente.
Según
funcionarios del sector, algunos de esos bancos han
restringido los préstamos transfronterizos a empresas en países
como España e Italia. Otros, en cambio, depositan más
dinero en el Banco Central Europeo (BCE), de acuerdo con
datos de esa entidad. En tanto que otros más aumentan el
uso de seguros contra la cesación de pagos como protección
contra sus tenencias de deuda soberana de países
inestables.
Mientras la
crisis se profundiza, incluso los bancos centrales europeos
consideran la posibilidad de que uno o más países
abandonen la moneda del bloque, de acuerdo con fuentes al
tanto, un escenario que hasta hace una semana les parecía
inadmisible.
En general,
los bancos europeos parecen ser cada vez más renuentes
prestarse dinero entre si, incluso a corto plazo. El dinero
que los bancos europeos depositaron en el BCE a un día trepó
el martes a 90.500 millones de euros (US$127.000 millones),
frente a los 65.700 millones de euros del día anterior. La
última vez que ese tipo de depósitos había tenido un
desempeño similar había sido más de cinco meses atrás,
el 7 de febrero, cuando los bancos atesoraron allí 137.000
millones de euros.
Pese a que la
cantidad de los fondos depositados en el BCE sube y baja por
razones técnicas a lo largo de cada mes, ha sido históricamente
un buen indicador acerca de la renuencia de los bancos a
prestarse dinero unos a otros, y sobre la intensificación
de la crisis financiera.
Los cambios
reflejan la creciente inquietud por la falta de voluntad de
los líderes políticos de Europa para abordar de manera
adecuada los problemas del continente. Las inquietudes han
pasado de la preocupación por que Grecia pueda caer en
incumplimiento de pagos de su deuda a un escenario más dramático,
donde Grecia u otro país dejen la moneda del bloque.
A pesar de que
la crisis de la deuda europea ha afectado al continente
desde hace alrededor de un año y medio, parece haber
entrado en una nueva y más peligrosa fase esta semana. En
este contexto se han desvanecido expectativas de que los
funcionarios europeos podrán contener una vez más los
problemas de Grecia y evitar una caída en incumplimiento de
pagos, lo que podría ocasionar pérdidas a los bancos
tenedores de deuda griega.
En el proceso,
la atención se volvió hacia los problemas de las deudas de
Italia y España. A principios de año se había vuelto una
opinión general que a pesar de sus propios problemas económicos
y fiscales, tanto Italia como España se habían puesto a
salvo de los problemas de Grecia. Sin embargo, la reciente
atención puesta en Italia sugiere que no es el caso.
"Más allá
del BCE, en la actualidad no hay en la UE grandes billeteras
capaces de respaldar a España e Italia", expresó
Willem Buiter, jefe economista del Citigroup Inc.
La salida de
un país de la zona euro podría exponer a los bancos con
grandes operaciones en esos países al riesgo de una rápida
devaluación de la moneda y otros trastornos. Mientras un
banquero dijo que su banco estaba aumentando su cobertura
para protegerse, un funcionario de otro banco expresó que
la situación de Italia es monitoreada "momento a
momento".
Las medidas
defensivas tienen el potencial de aumentar la presión sobre
esas economías mediante la reducción de la oferta ya
limitada del crédito. Esto ocurrió al comienzo de la
crisis financiera de Estados Unidos en 2008, profundizando
la recesión.
Los
funcionarios de algunos bancos dijeron que rebanaron su
exposición a países en riesgo hace más de un año, por lo
que son innecesarias nuevas medidas. También los bancos
siguen de cerca sus posiciones de financiación, alertas a
la posibilidad de que los depositantes en pánico comiencen
a tirar de los fondos en manos de prestamistas relacionados
con la crisis de la zona euro, señalaron funcionarios del
sector.
Hay
indicios de que algunos depositantes, como los fondos de
mercados de dinero de Estados Unidos, que representan una
fuente de fondos clave para muchos bancos europeos, están
cada vez más nerviosos. Funcionarios relacionados con dos
bancos europeos relativamente saludables indicaron que
recientemente han captado más depósitos a corto plazo, a
pesar de que están ofreciendo tasad de interés
ultra–bajas. Asimismo, señalaron que el repunte de los
depósitos es indicativo de una fuga hacia la seguridad.
La
banca española es aún más vulnerable
que la italiana
Por
Simon Nixon
Wall Street Journal, 12/07/11
Si quedaba
alguna duda sobre hasta qué punto están interconectadas la
crisis de deuda soberana europea y la crisis bancaria, el último
contagio nos ha sacado de dudas.
Las acciones
de los bancos italianos y españoles se han desplomado al
dispararse los costos de asegurar sus deudas contra una
cesación de pagos; y muchas cotizan ahora por debajo de los
mínimos alcanzados tras la quiebra de Lehman. Pero aunque
los bancos italianos son una apuesta binaria para encontrar
una solución europea a su crisis de deuda, los problemas de
los bancos españoles tienen un carácter más fundamental.
Los problemas
de la banca italiana están directamente relacionados con la
crisis de deuda soberana. Hasta que Italia no se encontró
en el ojo de la tormenta del mercado la semana pasada, los
bancos italianos parecían relativamente sólidos. En
conjunto, han recaudado más de 8.000 millones de euros en
capital este año y la mayoría de bancos tiene ahora un
ratio core Tier 1 medio superior al 8%. Los bancos italianos
además dependen relativamente poco de la financiación al
por mayor. Hasta hace poco, la principal preocupación del
mercado era la baja rentabilidad del sector, lo que refleja
altos costos, bajo crecimiento crediticio y bajos tipos de
interés.
Pero la pérdida
de confianza de los mercados en la deuda soberana ha
despertado nuevas preocupaciones. Los bancos italianos
poseen bonos estatales equivalentes al 13% del total de
activos bancarios, lo que supone una de las mayores
exposiciones entre los sistemas bancarios de las principales
economías, según el FMI. En comparación, la exposición
de los bancos españoles a su propio gobierno es de tan sólo
el 6,8% de los activos bancarios; en el caso de los bancos
estadounidenses, es del 5% y en el caso del Reino Unido de sólo
el 1,5%. El único sistema bancario más expuesto a su
propio gobierno es el de Japón, que supone el 24% de los
activos bancarios.
La buena
noticia para los bancos italianos es que si la eurozona en
efecto logra con éxito resolver su crisis de deuda
soberana, los precios de las acciones podrían recuperarse rápidamente.
Aunque las tensiones en Italia reflejan parcialmente los
temores fiscales y políticos, el principal problema ha sido
la insistencia de Alemania por que el sector privado
participe en cualquier acuerdo de ayuda de Grecia. Esto ha
asustado a los inversionistas, que temen verse obligados a
asumir pérdidas como primer y no como último recurso.
Encontrar una solución que evite eso tranquilizaría a los
bonistas.
Pero los
bancos españoles no escaparán tan fácilmente. El mercado
cree que el sector bancario está infracapitalizado y la
reciente volatilidad seguirá entorpeciendo las salidas a
bolsa de Bankia y Banca Cívica, tan cruciales para
restaurar la confianza. Bankia parece especialmente
vulnerable dado que su salida a bolsa está constreñida por
la necesidad de recaudar 4.000 millones de euros sin diluir
a su matriz por debajo del 50%.
Peor aun, la
fuerte emisión de bonos cubiertos ha dejado a los bancos
españoles con una escasez de colateral para futuras
financiaciones, según UBS.
Para
relajar las tensiones en España, es necesario un paquete de
rescate de gran alcance que prepare el camino para un mejor
reconocimiento de las pérdidas y una extensa recapitalización
bancaria. Eso podría tardar meses. Hasta entonces, los
bancos españoles seguirán sufriendo.
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