Degradación
de la nota crediticia de EEUU
y graves problemas en la zona
euro
Crisis,
crisis, crisis y una derrota más para Obama
Por
Kasandra Dalton
Corresponsal
de Socialismo o Barbarie en EEUU, 07/0811
En
el ámbito económico es más que claro que la crisis
iniciada en los mercados financieros en 2008 está lejos de
ser resuelta. Caso contrario, las posibilidades de
agravamiento son cada vez más latentes y la impresión es
que la economía capitalista contemporánea camina por la
cuerda floja y que las posibilidades de una caída en la
depresión económica (tasas de crecimiento negativas o no
crecimiento) están a la vuelta de la esquina.
Esta
situación ultradelicada no solamente incumbe a Estados
Unidos, sino que también amenaza de manera directa a la
zona euro, donde ya tres países (Grecia, Irlanda y
Portugal) han requerido de planes de salvataje económico, y
donde se está a la expectativa de la evolución económica
de España e Italia; la caída de estos dos países podría
marcar el principio del fin de la zona euro y un peligro
directo para la superestructura política de la Unión
Europea.
De
regreso a la caracterización de la situación económica
norteamericana, Paul Krugman economista gringo y Premio
Nobel de Economía hace los siguientes señalamientos: “Ya
tenemos una economía profundamente deprimida. Es casi
seguro que seguiremos teniendo una economía deprimida
durante todo el próximo año. Y probablemente también
tendremos una economía deprimida durante 2013, si no más
lejos.”[i]
Evidentemente,
esta deprimida economía norteamericana tiene implicaciones
concretas en la vida material de las clases sociales
estadounidenses y no es solamente un problema en las alturas
financieras. En otras partes hemos señalado que la
consecuencia social más importante de la recesión económica,
en la calidad de vida de las masas trabajadoras, es el
desempleo. Los últimos datos disponibles al respecto del
desempleo lo ubican alrededor del 9.2%, aunque como hemos
indicado en otras ocasiones, estas cifras oficiales del
gobierno ocultan una realidad que fácilmente sobrepasa el
20%.[ii]
En
lo que respecta a los antecedentes políticos de la actual
coyuntura norteamericana habría que señalar en primera
instancia la creciente debilidad del gobierno de Obama.
Debilidad que tiene aristas y matices pero que puede ser
sintetizada de la siguiente manera: Obama no ha hecho
absolutamente nada por defender los intereses de los
sectores sociales (gran mayoría de la sociedad
norteamericana) que lo pusieron a gobernar en Washington.
Así,
ya para las elecciones legislativas de noviembre de 2010 el
pronto movimiento que había puesto a Obama en el poder ya
había desaparecido ocasionando la derrota brutal de Obama y
los demócratas al perder el Congreso y perder una cantidad
importantes de escaños en el Senado.
Esta
derrota casi autoinfligida[iii]
provocó la entrada orgánica del Tea Party dentro de la
estructura de gobierno republicana dando así paso a las
posibilidades de formulación de política de ultraderecha
con rasgos fascistas desde las instituciones de gobierno
estatales y en menor medida federales.
Repasemos
ahora la actual coyuntura vinculada a la negociación del
techo de la deuda[iv].
Por ley, el gobierno federal de los Estados Unidos no puede
endeudarse más allá del monto correspondiente a un año de
PIB, para el caso norteamericano esta suma equivale a 14.5
billones de dólares. Fue Timothy Geithner Secretario del
Tesoro norteamericano quién hiciera la advertencia en mayo
de este año de que el gobierno federal había alcanzado el
límite de endeudamiento y que las posibilidades de
continuación de los pagos estaban garantizadas hasta el 2
de agosto, si para esta fecha el legislativo norteamericano
no lograba un acuerdo para elevar el techo de la deuda existía
la posibilidad de entrar en el impago o moratoria de los
deberes de Estados Unidos con sus acreedores.
Esta
posibilidad de impago se vio casi inmediatamente reflejada
en los mercados financieros con el anuncio de las agencias
calificadoras (como Moody's y Standard & Poor’s) de la
posibilidad de rebajo de la calificación AAA a los bonos de
deuda norteamericanos.
A partir de acá, se entra en un prolongado estira y
encoge, principalmente dentro del Congreso donde Obama debe
negociar con los republicanos.
Esta
dinámica al respecto de la discusión política sobre el
techo de la deuda se tensaba, por un lado con las propuestas
republicanas de un recorte brutal del gasto social por un
monto equivalente al aumento del límite del endeudamiento,
y por otro lado con una tímida, como todas las soluciones
del gobierno Obama, propuesta de aumento impositivo a las
arcas de los ricos.
Hace
menos de un mes la administración Obama puso sobre la mesa
de negociación una primera propuesta de reducción del
gasto social como gesto de acercamiento a los republicanos,
la respuesta de éstos fue terminante: o se aprueban los
recortes a la manera republicana, es decir sin piedad sobre
los sectores más desfavorecidos de la sociedad, o no hay
negociación alguna. Así los calificativos de
“irresponsables” que la administración Obama lanzó
contra los republicanos no sirvieron de nada para que estos
abandonaran sus tácticas extorsivas.
El
31 de julio hubo humo blanco en Washington al forjarse un
acuerdo entre demócratas y republicanos en el Congreso que
posteriormente sería ratificado en el Senado. Los términos
del acuerdo plantean un recorte de 2 billones en el gasto
federal para la próxima década, lo que significa la
reducción más drástica de gasto público del gobierno
federal desde la administración de Dwight Eisenhower hace más
de medio siglo.
Simúltaneamente,
el “acuerdo” establece la conformación de un comité
especial conjunto de legisladores que planteará una segunda
ronda de reducciones, las resoluciones de este comité deben
estar listas para diciembre y serán inapelables en las
instancias legislativas. Aunque en principio no se hayan
establecido recortes en programas sociales claves como
Social Security y Medicare, éstos estarán en la mira del
comité legislativo encargado de las nuevas reducciones al
presupuesto.
De
que esto sea una derrota contundente y hasta avergonzante
para la administración Obama es una cosa que no solamente
señala la izquierda, sino hasta diarios liberales reputados
como el New York Times, The Washington Post y USA Today.
Precisamente el NY Times señaló lo siguiente: “(...) el
resto <del acuerdo> es casi una completa capitulación
a las demandas chantajistas de los extremistas republicanos.
Dañará los programas para la clase media y los pobres, y
dificultará la recuperación económica”[v]
Esto
último parece ser central para economistas como Krugman
quien sostiene que una reducción del gasto público con la
excusa de responsabilidad fiscal, lejos de reactivar la
economía, puede provocar una desaceleración aún mayor que
acerque a la economía yanqui de manera peligrosa al abismo
de la depresión. Abismo al que inevitablemente arrastraría,
y está arrastrando ya, a la economía global.
La
última información con que contamos es que el acuerdo,
dentro del aparato político norteamericano, no ha logrado
tranquilizar los mercados y que la agencia calificadora
Standard & Poor’s ha rebajado la nota crediticia
gringa de AAA a AA+ como respuesta a lo que llama “falta
de planificación política”. Esto es sin dudas un duro
golpe para Estados Unidos y su rol de potencia hegemónica
global.
Asistimos
así al circo de Obama, al regocijo de la derecha irracional
y a la pasividad de las masas sobre las que se descarga la
crisis.
[i]http://www.socialismo-o-barbarie.org/eeuu_nuevo/110803_a_krugman_la_rendicion_de_obama.htm
[ii]Para
una elaboración más detallada sobre este aspecto
revisar: “Obama: ¿el Roosvelt que no fue?” en
www.socialismo-o-barbarie.org/revistas_anteriores.htm
[iii]En
ocasiones la torpeza y debilidad política de Obama
parece no tener límites.
[iv]Para
ampliar este aspecto revisar: http://www.socialismo-o-barbarie.org/eeuu_nuevo/110728_a_bailandoeneltitanic.htm
[v]New
York Times en AFP. “Según
diarios liberales el Presidente capituló”. 1 de
agosto de 2011.
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