Estados Unidos
Una decadencia lenta que
permite vivir en el engaño
Por
Thomas L. Friedman
The
New York Times, 06/08/11
La Nación, 08/08/11
Nueva York.– Después del
francamente decepcionante acuerdo presupuestario y de la
rebaja de la calificación de la deuda norteamericana por la
calificadora Standard & Poor's, tal vez deberíamos
colgar un nuevo cartel en los salones de recepción de
inmigrantes de los puertos y aeropuertos de Estados Unidos:
"El desempeño pasado no garantiza un rendimiento
futuro".
Porque nuestro país se
encuentra ahora en la decadencia de la peor clase: una
decadencia lenta, tan lenta que nos permite seguir viviendo
en el engaño de que en realidad no hay nada fundamental que
cambiar para que nuestro futuro esté a la altura de nuestro
pasado.
Nuestra lenta decadencia es
producto de dos problemas interconectados. Primero, desde el
fin de la Guerra Fría hemos dejado que se erosionen cinco
pilares básicos de nuestro crecimiento: educación;
infraestructura; inmigración calificada de innovadores y
emprendedores; reglas para incentivar la toma de riesgo y
puesta en marcha de nuevas iniciativas, y el financiamiento
estatal de la investigación para espolear la ciencia y la
tecnología.
Pensamos equivocadamente
que el fin de la Guerra Fría significaba que la habíamos
ganado, y que, por lo tanto, podíamos dormirnos tranquilos
sobre los laureles, cuando en realidad era el principio de
uno de los mayores desafíos que jamás debimos enfrentar.
Ayudamos a liberar a 2000 millones de personas iguales a
nosotros, en China, en la India y en Europa Oriental. Para
poder competir y colaborar con ellos eficientemente –o
sea, para mantener el sueño norteamericano– había que
estudiar más e invertir más sabiamente, innovarse con
rapidez, mantener nuestra infraestructura al día y hacer
funcionar las cosas con inteligencia.
En vez hacer todo eso en
serio, nos inyectamos los esteroides de los créditos en
masa (como nuestros jugadores de béeisbol). Eso permitió
que millones de personas compraran casas que no podían
pagar y consiguieran empleo en la construcción y en el
comercio minorista, que no requieren mucha capacitación. En
esa misma farra estaban nuestros amigos europeos.
Toda esa deuda acumulada
estalló en Estados Unidos y Europa, en 2008, lo que condujo
a un segundo problema: los propietarios de viviendas, las
empresas, los bancos y los gobiernos ahora se están "desapalancando"
o intentando hacerlo. Es decir, están ahorrando más,
comprando menos, saldando lo que deben y tratando de
desembarazarse de hipotecas que están bajo el agua.
Nadie lo explica mejor que
Kenneth Rogoff, profesor de economía de la Universidad de
Harvard, que en su ensayo de la semana pasada para Project
Syndicate planteó que no estamos en una GGran RRecesión,
sino en una GGran CContracción (cCrediticia). "¿Por
qué todo el mundo sigue llamando «'Gran Recesión»' a la
reciente crisis financiera?", se pregunta Rogoff.
"El término «'Gran Recesión»' transmite la sensación
de que la economía está siguiendo el derrotero típico de
una recesión, sólo que más gravesevera, algo así como un
resfrío muy fuerte. Pero el problema real es que la economía
mundial está gravemente inflada, y no hay manera de
desinflarla rápidamente sin un esquema de transferencia de
riqueza de los acreedores a los deudores, ya sea a través
de defaults, de represión financiera o de inflación."
"Durante una recesión
convencional", –señaló Rogoff–,, "cuando
vuelve el crecimiento, todo vuelve a la normalidad con
bastante rapidez. Las consecuencias de una típica crisis
financiera profunda son completamente distintas. A una
economía suele llevarle más de cuatro años alcanzar los
mismos niveles de ingreso per cápita que había logrado en
el pico de la precrisis. Muchos comentaristas han
argumentado que el estímulo fiscal no falló porque fuese
equivocado, sino porque no fue lo suficientemente grande
para combatir una «'Gran Recesión»'. Pero el problema Nº
1 de una «'Gran Contracción»" es el exceso de
deuda."
El gran desafío
Mientras no encontremos el
modo de reestructurar y condonar algunas de esas deudas de
los consumidores, empresas, bancos y gobiernos, el gasto
para impulsar el crecimiento no generará retornos de la
magnitud que necesitamos. Por lo tanto, nuestro desafío
ahora es "desapalancar" la economía lo más rápido
posible, y volver a invertir en los verdaderos pilares de
nuestro crecimiento, para que nuestra recuperación se
cimiente sobre negocios sustentables y empleos reales, y no
en una nueva ronda de inyecciones de crédito.
En cuanto al
desapalancamiento de la economía, Rogoff sugiere, por
ejemplo, que el gobierno facilite una reducción de las
hipotecas a cambio de un porcentaje de cualquier futuro
aumento del valor de las propiedades. En lo referido al
crecimiento, seguramente necesitemos un programa fiscal a
largo plazo más inteligente que el que acaba de salir de
Washington.
Tenemos que cortar el gasto
en las áreas que duelan menos y en plazos prudenciales,
elevar los impuestos del modo en que menos duela y utilizar
parte de esos ingresos en invertir en pilares de
crecimiento, con énfasis en infraestructura, investigación
e incentivos para las iniciativas y emprendimientos
novedosos.
Si barajar todas estas
necesidades al mismo tiempo suena arduo y complicado, es
porque lo es. Esto no se arregla con una política única y
de fácil aplicación. Tenemos que enseñarle a la gente a
desinflar la economía, cortar algunos gastos, subir algunos
impuestos y reinvertir en los motores de nuestro
crecimiento, como parte de una estrategia de renovación
nacional. Una tarea de esta magnitud y complejidad no puede
realizarla un sólo partido por su cuenta. Demandará una
acción colectiva como las que generalmente se reservan para
las emergencias nacionales. Cuanto antes cerremos filas,
mejor.
Estados Unidos:
Banana
Republic
Las cifras mágicas del (de)crecimiento
Por Oscar Ugarteche (*)
ALAI, 03/08/11
Aunque antes de la crisis
no era evidente que Estados Unidos, Europa y Japón ya eran
Países Ricos Altamente Endeudados (PRAE), la realidad fue
que después del 2007 todos comenzaron a sentir los impactos
de su alto nivel de endeudamiento privado y público.
La dimensión del problema
del 2007 en adelante fue menos evidente para Estados Unidos,
que con una altísima deuda interna por consumo, no se
esperaba que fuera a entrar en una espiral contractiva
marcada. Se pensó que habría un ajuste en las cuentas
hipotecarias y se retomaría el camino del crecimiento. No
fue así.
Lo difícil es que EEUU ha
optado por la política del avestruz para no espantar a las
expectativas. Dicen un dato de crecimiento económico y
luego lo corrigen para abajo y entonces cuando tres
trimestres después miras los datos, sale otra historia.
Los ajustes de crecimiento
económico más recientes son los siguientes: "Del
cuarto trimestre de 2007 al primer trimestre de 2011, el
verdadero PIB disminuyó en un tasa promedio anual del 0.2
por ciento. En las estimaciones antes publicadas, el
verdadero PIB había aumentado en una tasa promedio anual
del 0.2 por ciento." (http://www.bea.gov/newsreleases/national/gdp/gdpnewsrelease.htm)
J.P. Morgan prevé recesión
en EEUU en el semestre entrante y los años venideros (1).
Los pronósticos europeos, aunque fueron mejores, se han
deteriorado (2). Lo que empezó como un problema de
finanzas, como en 1929, se está transformando en un
problema mayor de paradigma productivo y de reglas del
juego: es decir de paradigma teórico y tecnológico.
Los ajustes económicos que
el FMI y el Banco Central Europeo le piden a los europeos,
no obstante, son análogos a los que le pedían a América
Latina en su tiempo, aunque lo que haya causado esta crisis
sea la teoría donde los mercados desregulados resuelven sus
propios problemas y a menor intervención del Estado mayor
crecimiento económico.
Mientras el sector
financiero no necesite ayuda del Estado, claro. Ni las
corporaciones. Las correcciones a las utilidades de las
corporaciones son de este tipo: "las ganancias
corporativas fueron revisadas a la baja en el 1.1 por ciento
al 2008. Éstas fueron revisadas al alza en 8.3 por ciento
para el 2009, y al alza en 10.8 por ciento al 2010." (Ibid)
Mostrar que fueron muy
rentables cuando se estuvo diciendo que perdían dinero y
que por eso recibieron apoyos estatales, como ha señalado
Atilio Boron, es una tomadura de pelo no digna de una
cultura que se ha preciado de decir siempre la verdad y de
un cuerpo institucional que parte de la premisa que los
datos de la Bureau of Economic Activity provienen de una
agencia seria.
Hace varios años que
trampean los números y luego sale el reajuste que no tiene
nada que ver con las proyecciones, como en América Latina
en los años 80. Pero este último reajuste parece ser el más
serio de todos. Es decir nos están diciendo que las
empresas tuvieron utilidades cuando recibieron el apoyo,
pero que en el 2008 estuvieron al ras.
Esta no fue la figura
planteada en el 2008. Las utilidades resulta que crecen pero
el PIB no. Esta es la concentración del ingreso fabricada
con un sistema productivo e impositivo construido por los
republicanos desde la década del 80, al menos bajo el
paraguas de la globalización.
Sacrificar el prestigio
nacional para sacar a Obama del juego
La forma de resolución de
los límites de endeudamiento en Estados Unidos ha venido a
demostrar que los republicanos están dispuestos a
sacrificar la economía de Estados Unidos con tal de que
Obama no salga reelegido. Pueden quebrar su país con tal
que no les suban los impuestos al 0.01% de la población
beneficiado con la reducción de impuestos a los más ricos.
Esto es a 35,000 personas. El argumento es que sino dejarán
de invertir. O sea dejarán de jugar en bolsa y de especular
con la deuda de España, Italia, los precios de los
alimentos y el petróleo, en fin, una tragedia horrenda.
China creó su propia
agencia calificadora de riesgos en lo que es la respuesta al
abuso de las tres agencias calificadoras de riesgo incluidas
en el NRSR de Estados Unidos, que calificaron lo que sus
clientes les dijeron y propiciaron la venta de papeles
basura a inversionistas ajenos a esos datos.
Moody's y Standard &
Poor's (S&P) combinadas son aproximadamente el 80 % de
la cuota de mercado mundial total, con Fitch que suma
aproximadamente un 15 %. Mientras las otras 127 empresas en
el mundo ocupan 3% del mercado mundial de análisis de
riesgos.
La calificadora de riesgo
global de la China, Dagong, rebajó la calificación de
riesgo de Estados Unidos, primero de AAA a A+ en noviembre
pasado y ahora de A+ a A– (3). Esta es la única empresa
calificadora no estadounidense que provee a los
inversionistas asiáticos criterios de inversión. Dijeron:
“Los defectos en la estructura política expuesta en la
lucha de los dos partidos indican que el gobierno de los
EEUU tiene dificultad en la resolución de la crisis
soberana de deudas en última instancia. El interés y la
seguridad de acreedores de los EEUU carecen de una garantía
de los sistemas político y económico”.
Si los chinos no creen en
Estados Unidos y el peso del comercio entre ambos se ha
reducido en la década inicial del siglo, hay un proceso de
rediseño de la economía mundial en curso.
Los republicanos harán
cualquier cosa para que fracase Obama, inclusive inmolar al
país en el desprestigio internacional. ¿Qué harán cuando
sean gobierno?
Hay mucha crisis por
delante y urge por tanto pensar Suramérica seriamente. Los
latinoamericanos aquejados de economías dolarizadas deberían
de ver como salen de eso, que los puede llevar a una
devaluación aún mayor con los efectos inflacionarios
correspondientes. Lo que se viene cayendo y seguirá cayendo
es el dólar. Y con eso el prestigio de la economía líder.
* Oscar Ugarteche,
economista peruano, trabaja en el Instituto de
Investigaciones Económicas de la UNAM, México. Es
presidente de ALAI y coordinador del Observatorio Económico
de América Latina (OBELA).
Notas:
1) http://www.markit.com/assets/en/docs/commentary/markit-economics/2011/aug/GLOBAL_Manufacturing_ENG_1108_PR.pdf
2) http://www.oecd.org/document/11/0,3343,en_2649_34109_43123241_1_1_1_1,00.html
3) http://www.dagongcredit.com/dagongweb/english/pr/show.php?id=108&table=web_e_zxzx
Estados
Unidos
El desplome del Bank of
America
Por Leonel Carranco Guerra
(*)
ALAI, 08/08/11
El precio de las acciones
de Bank of America (BAC) se ha desplomado un 20.32% el día
8 de agosto del 2011. Recordemos que este banco comercial es
el más grande de Estados Unidos por valor de activos, del
cual existe hoy en día una alarma financiera por parte de
los inversionistas que están preocupados por la caída de
los precios de sus acciones. Jonathan Weil, columnista de
Bloomberg, en su artículo titulado Curse the geniuses who
gave us Bank Of America(1), menciona que “En cuanto al
mercado se refiere, es falso más de la mitad del valor en
los libros de la empresa, debido a los activos
sobrevalorados, pasivos subestimados o alguna combinación
de los dos”.
El informe del Bank of
America del segundo trimestre del 2011(2) hace mención que
el valor de las acciones en libros es de 21.45 dls pero en
la plaza financiera del Dow Jones su precio de cierre al 8
de agosto del 2011 fue de 6.51 dls. Es decir los
inversionistas no creen que valga lo que el banco publica;
la perspectiva de éstos es que hasta ese día, ellos creen
que el banco vale aproximadamente un tercio de lo que dice
el informe.
En este informe se publica
que el banco tuvo perdidas por un valor de 9,127 millones de
dólares las mayores de la historia del banco(3). Estas pérdidas
están relacionadas a cuestiones hipotecarias.
Los temores que existen, a
parte de los mencionados por Weil, son por las demandas que
se han hecho en contra de este banco en temas relacionados
con hipotecas. Bank of America durante la crisis compró a
dos bancos, Countrywide y Merrill Lynch, y ahora enfrenta
acusaciones de fraudes hechos por él y por estas dos
instituciones financieras.
Uno de los demandantes
actuales es la “paraestatal” A.I.G. Mencionemos algo que
difícilmente se publica, esta empresa se encuentra limitada
en algunas cuestiones jurídicas, por el hecho de que cuando
fue rescatada por el gobierno de Estados Unidos de su
inminente quiebra, se le hizo firmar un acuerdo en donde se
le prohibía demandar a los grandes bancos en temas
relacionados a los bonos de las hipotecas(4).
La cuestión es: ¿por qué
ahora está demandando a Bank of America? A.I.G se defiende
diciendo que existen algunos valores de bonos que no se
pueden catalogar dentro del acuerdo que firmó. Pero las
causas principales de estas demandas, según mi análisis,
en caso de ganarlas podrán en parte resarcir pérdidas
provocadas por el derrumbe del mercado hipotecario y así
aumentar su flujo en caja para tener una mayor liquidez y
con ello una mayor capitalización.
Todos los problemas
mencionados, más la actual incertidumbre de los mercados
por la rebaja de calificación de la deuda de Estados
Unidos, han llevado a desplomarse el precio de las acciones
de Bank of America. Tan solo en los primeros seis días bursátiles
de este mes (del 1 de agosto al 08 de agosto del 2011) ha
tenido una contracción del 33.3% y en lo que va de este año
la caída ha sido del 54%, y anualmente la caída es de
53.3%, pero si lo calculamos desde su valor más alto después
de la crisis (9 de abril del 2010), tenemos una contracción
del 65%. (Ver gráfico)
No se menciona mucho pero
es momento de comenzar a preocuparnos por el futuro de Bank
of America y su posible nuevo rescate por parte de la
Reserva Federal (Fed). Lo más posible es que la Fed le
extienda una línea de crédito y hasta podría comprar
acciones del banco.
* Leonel Carranco
Guerra, profesor de la Facultad de Economía, UNAM, México.
Notas:
1) http://www.bloomberg.com/news/2011-07-21/curse-the-geniuses-who-built-bank-of-america-jonathan-weil-1-.html
2)
Bank Of America, Supplemental Information, Second Quarter
2011
3)
http://lta.reuters.com/article/businessNews/idLTASIE76I0H520110719?pageNumber=1&virtualBrandChannel=0
4)
www.nytimes.com/2011/08/08/business/aig-to-sue-bank-of-america-over-mortgage-bonds.html?_r=1&pagewanted=2&hp
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