Atenas
se niega a introducir nuevas medidas de austeridad
El
agravamiento de la crisis:
quiebra de Grecia y recaída en la recesión
Por
Claudi Pérez
El País, 06/09/11
Grecia no
acepta las condiciones del rescate y pone en peligro el
siguiente tramo de las ayudas.
La prima de riesgo italiana supera los 370 puntos y la española,
los 340.
"Lamento
comunicarles que es posible que la recuperación económica
pierda ímpetu, y que puede que incluso le suceda una
segunda recesión". El especulador George Soros
profetizó esa recaída en un libro publicado el año pasado
y no parece que el oráculo vaya a equivocarse esta vez: si
la economía es un estado de ánimo, este parece
ensombrecerse por momentos, a cada día que pasa, a cada
nuevo dato que aparece. Los mercados se dieron un sonoro
batacazo por el miedo al nuevo capítulo que se avecina de
la Gran Recesión. Los bancos se hundieron en la Bolsa, los
bonos italianos recibieron un duro castigo por undécima
jornada consecutiva, pero sobre todo la deuda de Grecia señala
ya inequívocamente el camino de la suspensión de pagos. El
bono griego a dos años llegó a pagar en algunos momentos
de la jornada tipos de interés del 50%, que indican que la
probabilidad de quiebra es muy, muy elevada: los mercados se
cobran en intereses el capital que puede que ya no
recuperen.
La accidentada
historia de la Gran Recesión se acerca a una nueva estación
de paso. Con un doble desafío: la amenaza de recaída en la
economía global va calando, especialmente en Europa y EE UU;
y la amenaza de derribo en la crisis fiscal europea es cada
vez más patente, con dos boquetes abiertos en Grecia e
Italia (y a su rebufo, España) que contrastan con la
proverbial inacción de los líderes europeos, incapaces de
hacer valer el acuerdo alcanzado en julio para rescatar a
Atenas.
El abanico de
incertidumbres es insólitamente amplio. Y se traduce en
euros contantes y sonantes: la Bolsa española se dejó ayer
un 4,7%, y todos los parqués europeos hicieron algo
parecido, arrastrados por el pésimo día de la banca. Las
primas de riesgo de los periféricos (el sobrecoste que
pagan los países que despiertan más dudas) se fueron otra
vez por las nubes. La prima de riesgo italiana escaló hasta
los 371 puntos, y la española hasta los 341 puntos. El
miedo se lleva el dinero a otro lado: los intereses de la
deuda a 10 años de Alemania y EE UU (los bonos a los que
acuden los inversores en tiempos de desasosiego) cayeron en
ambos casos por debajo del 2% por primera vez, un listón
que para los analistas da muestras de la creciente
probabilidad de recaída en la recesión. El oro, el dólar
y el franco suizo –tres de los valores refugio por
antonomasia– volvieron a subir ante esa búsqueda de
seguridad por parte de los inversores.
"Todo
esto recuerda a algunos momentos de la caída de 2008",
aseguró el consejero delegado de Deutsche Bank, el
influyente Josef Ackermann, en relación a las condiciones
en las Bolsas y los mercados de bonos. "La nueva
normalidad se caracteriza por la volatilidad y la
incertidumbre, no solo respecto a los mercados, sino también
al futuro del sector financiero", remachó ante los vínculos
entre la deuda soberana y las cuentas de resultados de la
banca.
Esa nueva
normalidad obedece a la citada segunda recesión y a una
posible suspensión de pagos en Grecia que arrastre a algún
otro país: ambas causas revolotean en el ánimo de los
mercados desde hace semanas, aunque no acaban de
sustanciarse. El miedo, paradójicamente, se alimenta de las
declaraciones de los dirigentes con más peso internacional.
La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, alertó el
domingo de la posible recaída en la recesión y los
mercados se cobraron ayer esas palabras. El FMI aseguró en
primavera que lo que necesita el mundo es austeridad: seis
meses después, reclama estímulos donde sea posible (EE UU
y Alemania) y alerta del impacto de la crisis europea en los
bancos. El presidente de la Comisión, José Manuel Durão
Barroso, salió al paso de ese ataque: "No anticipamos
recesión en Europa", dijo.
Aun así, el
hecho es que la UE está atada a una serie de riesgos que
poco a poco se están materializando. Los fundamentales son
dos: la desaceleración en Alemania y sobre todo la crisis
fiscal en Grecia e Italia. En el caso italiano, los
problemas se derivan de promesas incumplidas. "El
Ejecutivo de Berlusconi se comprometió a un plan de
recortes severo, pero las medidas se han ido diluyendo y
ahora mismo Italia despierta grandes dudas", señaló
José Luis Alzola, del Observatory Group.
Pero lo
realmente preocupante es Grecia. El Ejecutivo helénico
rompió el viernes las negociaciones con la troika (el FMI,
la Comisión y el BCE), por lo que está en riesgo el
siguiente tramo de ayuda a Atenas. No parece que la UE
quiera dar su brazo a torcer: "Los mercados ven que hay
problemas para aplicar el plan de ajuste en Grecia e Italia.
Europa debe aumentar la presión sobre estos países para
que lleven a cabo esas medidas", dijo el presidente del
Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
Atenas se
niega a introducir más medidas de austeridad ante una
recesión que se está agravando y que podría acabar el año
con una caída superior al 5% del PIB. Y exige que la
reestructuración de su deuda pública afecte al menos al
90% de los bonos en manos privadas, y no solo a grandes
bancos y aseguradoras, como se pactó en la cumbre de julio.
El horizonte se complica por momentos, hasta el punto de que
algunos analistas advierten ya de que la reestructuración
griega se hará desordenadamente y sin anestesia: "La
situación aún es susceptible de empeorar", resumió
José Carlos Díez, de Intermoney.
El principal
riesgo es que Grecia suspenda pagos o incluso decida salir
del euro, extremo que provocaría un peligroso "efecto
dominó", subrayó la canciller alemana, Angela Merkel.
Lo que hace unos meses parecía una locura ya no puede
descartarse, "sobre todo cuando la alta política,
tanto por el lado del FMI como de Bruselas, se ha convertido
en un completo dislate", criticó Vicente Pallardó, de
la Universidad de Valencia. La pelota está en el alero de
los banqueros centrales, llamados, una vez más, a ejercer
de apagafuegos: el BCE podría verse obligado a bajar los
tipos tras las dos últimas subidas, y la Reserva Federal de
EE UU vuelve a recibir presiones para poner en marcha otra
vez la impresora de billetes. Ambos bancos centrales se reúnen
esta misma semana y en sus manos está que la tormenta
amaine; o que se convierta en huracán.
El FMI
advirtió que el mundo está por caer
en una nueva recesión
“Las
opciones de los gobiernos y los bancos centrales son menores
que
en 2009 porque ya han disparado gran parte de su pólvora”
Por
Idafe Martin
Desde Bruselas
iEco, 05/09/11
La directora
gerente del FMI, la francesa Christine Lagarde, advirtió
ayer en una entrevista al semanario alemán Der Spiegel que
el mundo está a punto de caer en una nueva recesión económica
. La misma advertencia hizo el sábado el director del Banco
Mundial, Robert Zoellick.
Lagarde
considera que todavía se puede evitar, pero que “las
opciones de los gobiernos y los bancos centrales son menores
que en 2009 porque ya han disparado gran parte de su pólvora.
Pero si los distintos gobiernos, las organizaciones
internacionales y los bancos centrales colaboran, evitaremos
la recesión”.
El FMI pide a
los países que están todavía sufriendo la crisis que
aprueben medidas de fomento del ahorro y que animen el
crecimiento económico “para evitar una inminente espiral
descendente”.
Por animar el
crecimiento económico se entiende lanzar medidas de gasto público
que relancen la economía, exactamente la dieta contraria a
las dictadas en los últimos años desde Washington y las
grandes capitales europeas, adictas a la austeridad y los
planes de ajuste.
Lagarde
asegura que los europeos deben “ajustar sus programas de
austeridad a una situación que cambió” y “considerar
medidas para impulsar el crecimiento”.
En la
entrevista, Lagarde pide además a los europeos que
recapitalicen de urgencia sus principales bancos , pues el
FMI considera que necesitan al menos 200.000 millones de
euros: “En general vemos la necesidad de que los bancos
europeos sean recapitalizados para que sean lo
suficientemente fuertes como para soportar los riesgos
derivados de la crisis de la deuda y del débil
crecimiento”, añade la ex ministra francesa de Finanzas,
hoy al frente del FMI.
La Comisión
Europea rechaza este punto de vista y desde la semana pasada
repite que la banca del viejo continente es lo
suficientemente fuerte y no necesita más capital.
Pero Lagarde y
sus expertos consideran que “la insegura situación económica
y la crisis de la deuda estatal han minado la credibilidad
de los bancos”.
Es una espiral
descendente sin fin. El FMI pide a Europa que use dinero público
para recapitalizar a la banca privada. Ese dinero público
sumará déficit y deuda pública, que habrá que recortar
haciendo más planes de ajuste. Y a la vez pide medidas que
relancen la economía.
Algunos
empiezan a estar hartos de tanto ajuste. El gobierno griego
reconoció el viernes que no cumplirá el objetivo de
reducción de déficit público que le impusieron la UE y el
FMI a cambio del rescate de 110.000 millones de euros
aprobado en mayo de 2010. El déficit público griego era
del 15,5% en 2009 y del 10,5% en 2010 tras un durísimo
ajuste, pero Atenas ya no consigue recortes sustanciales.
El gobierno
heleno asegura que con la economía cayendo incluso más de
lo previsto sólo se podría reducir aún más el déficit
aplicando más planes de ajuste, pero Atenas advirtió que
por ahora se acabaron los recortes porque están hundiendo
la economía.
Evangélos Vénizélos,
ministro griego de Finanzas, dijo el viernes que el PBI
griego caerá este año un 5% en lugar del 3,5% previsto,
por lo que es “extremadamente arriesgado” pensar en una
vuelta al crecimiento en 2012 como preveían el FMI y la UE.
Sería el cuarto año de recesión.
La UE y el FMI
consideran que Atenas no está haciendo todos los esfuerzos
exigidos. Acusan al gobierno griego de no haber finalizado
la lista de empresas públicas a privatizar, que debería
sumar, según los planes, unos 50.000 millones de euros de
aquí a 2015. Grecia no quiere malvender. Los prestamistas
de Atenas creen que el gobierno arrastra los pies por la
fuerte contestación social de los ajustes y evitar
aplicarlos a los sectores que podrían ser más
contestatarios.
La UE aprobó
el 21 de julio un segundo rescate a Grecia, esta vez por
valor de 160.000 millones de euros . Sin esa ayuda, Grecia
caería en default este otoño europeo. Pero la ayuda sólo
llegará si la aprueban los 16 socios de Grecia en el euro.
Algunos todavía no lo han hecho y varios –como Finlandia
y Holanda– están poniendo muchos problemas. Las noticias
que llegan de Atenas no facilitan la aprobación.
Los
mercados se hunden tras los oscuros pronósticos del FMI
“Recesión
global inminente”
Por
Idafe Martin
Desde Bruselas
iEco, 06/09/11
Las Bolsas
europeas cayeron en promedio más de 4 puntos. Los bancos
fueron los más castigados. Fue después de que el fin de
semana, el Fondo advirtiera sobre una recesión global
“inminente”. Y que Grecia dijera que no puede reducir su
déficit.
Las Bolsas
europeas cayeron ayer con fuerza por los temores a una nueva
recesión mundial, de la que advirtieron el fin de semana el
FMI y el Banco Mundial. Los bancos, después de que en
Washington se anunciara una investigación contra 17
entidades financieras por sus actuaciones con las hipotecas
subprime, sufrieron fuertes bajadas.
Tampoco ayudó
el anuncio del viernes desde Atenas de que Grecia no cumplirá
con la reducción del déficit público que le exigen la UE
y el FMI ni los problemas del gobierno italiano para aprobar
su cacareado plan de ajuste.
Los bancos
fueron duramente castigados . Las compras de deuda del Banco
Central Europeo, que a principios de agosto sofocaron el
incendio de los bonos españoles e italianos, ya no parecen
estar dando los mismos frutos. En paralelo al hundimiento de
las bolsas, volvieron a subir con fuerza las primas de
riesgo –la diferencia del interés que un país debe
ofrecer por sus bonos a 10 años en comparación con los
bund alemanes, considerados los más seguros.
El BCE compró
la semana pasada bonos de países de la Eurozona por valor
de 13.305 millones de euros. Desde mayo lleva gastados
129.000 millones. Las compras de la semana pasada duplicaron
las de la anterior, según anunció ayer el BCE y se
centraron de nuevo en bonos españoles e italianos .
Pero el monto
de esas compras no fue suficiente para evitar que los bonos
de los países más castigados por sus déficits y deudas públicas
siguieran subiendo. Los bonos italianos a 10 años llegaron
a estar ayer a 370 puntos por encima de los alemanes. Los
españoles subieron hasta los 341 puntos.
Eso hace que
España tenga que ofrecer un 5,24% por sus bonos e Italia un
5,55%. Mientras, los bonos alemanes a 10 años se negociaban
ayer en el mercado secundario al 1,8%, la tasa más baja
desde el arranque del euro en 1999 .
El presidente
del BCE, Jean–Claude Trichet, volvió a pedir ayer a los
gobiernos de la Eurozona que apliquen de una vez las medidas
pactadas en la cumbre del pasado 21 de julio y que se den
pasos hacia una mayor integración económica. En la cumbre
de julio, la Eurozona se comprometió a aportar otro plan de
rescate a Grecia –por valor de 160.000 millones de euros
tras los 110.000 de mayo de 2010– y a reforzar y ampliar
el actual fondo de rescates.
La negra
jornada bursátil animó las declaraciones alarmantes .
Angela Merkel dijo que sería “extraordinariamente
peligroso” que Grecia abandonara el euro porque “podría
provocar un efecto dominó” y arrastrar a más países.
Para que
Grecia siga en el euro, Merkel repitió ayer que “es
importante” que Atenas ponga en marcha las medidas de
ajuste prometidas, sin las cuales no recibirá más ayudas
de sus socios.
Grecia
reconoció el viernes que no cumplirá el objetivo de
reducción de déficit público exigido por la UE y el FMI
si no aprueba nuevos ajustes, que se niega a hacer.
“Los
mercados ven que hay problemas para aplicar el plan de
ajuste en Grecia e Italia. Europa debe aumentar la presión
sobre estos países para que lleven a cabo las medidas que
han diseñado”, advirtió el presidente del Consejo
Europeo, Herman Van Rompuy.
La
locomotora manufacturera global pierde
impulso
Por
Brian Blackstone y Sudeep Reddy
Wall Street Journal, 02/09/11
Las fábricas
de todo el mundo están pisando el freno de la producción,
en una desaceleración de la actividad económica que
suscita el espectro de una recaída en la recesión.
Los
fabricantes de Estados Unidos apenas expandieron sus
operaciones en agosto, según un informe del jueves, a
medida que los negocios se adaptan a una confianza menguante
y a un mercado laboral estancado. El sector fabril también
se replegó en Asia, donde en países considerados
referentes, como Corea del Sur y Taiwán, la actividad
industrial se contrajo. Mientras, la de China creció con
discreción. La manufactura en una vasta franja de Europa se
redujo por primera vez en dos años mientras la contracción
en Grecia e Irlanda amenazan a economías mayores como
Italia y Francia.
La expansión
mundial de la manufactura está perdiendo fuerza en un
momento precario. La desaceleración podría exacerbar
inquietudes de deuda en Europa y EEUU y socavar la energía
de Asia, el motor de la mayor parte del crecimiento del
mundo en años recientes. También aumenta lo que se juegan
las autoridades encargadas de abordar las preocupaciones
fiscales en los próximos meses en Europa y EEUU, y los
funcionarios de mercados emergentes que han pasado buena
parte del año lidiando con la amenaza de la inflación y
economías en sobrecalentamiento.
Los informes
fabriles sugieren que los procesos de desaceleración en
diferentes partes del mundo se están alimentando
mutuamente. Las economías de rápido crecimiento de Asia,
por ejemplo, han sido golpeadas por la debilidad en las
economías más desarrolladas que son grandes compradores de
sus exportaciones. De la misma manera, las compañías de
EEUU y otras economías acaudaladas dependen del crecimiento
en los países emergentes para compensar una demanda interna
más moderada.
El
ensombrecimiento de la perspectiva se vio reflejado en un
pronóstico económico actualizado emitido el jueves por la
Casa Blanca. El gobierno de EEUU ahora prevé que la economía
se expandirá solamente 1,9% este año y 2,6% el próximo,
medido de cuarto trimestre a cuarto trimestre, y no cree que
el desempleo mejore significativamente.
En tanto los
informes sugieren un sentimiento global menguante, los
indicadores muestran que la producción se expandió un
poco. La manufactura global estaba subiendo a un ritmo
anualizado calculado en 6% en el trimestre hasta julio, según
J.P. Morgan Chase, cuyo índice global de producción fabril
el jueves estaba en 50,1, apenas por encima del nivel de
estancamiento. Toda lectura superior a 50 indica expansión.
Eso significa que los pronósticos anticipan una futura
ralentización, o que los ejecutivos están más pesimistas
sobre la economía de lo que deberían, dada la producción
real.
El índice de
la actividad fabril de EEUU del Instituto de Gestión de
Suministros (ISM, por sus siglas en inglés), un grupo de
ejecutivos de compras, bajó un tercio de un punto
porcentual a 50,6. El índice de producción se contrajo al
menor nivel desde mayo de 2009. En tanto los precios
siguieron moderándose, la expansión en el empleo se moderó
mientras las empresas tratan de navegar un clima incierto.
En todo EEUU, la moderación del gasto público amenaza con
debilitar la economía en los meses venideros. Tales
recortes también preocupan a algunos ejecutivos por las
presiones de largo plazo en sus negocios.
"La
incertidumbre en el mercado es enorme", dice Richard
Seaman, presidente ejecutivo de Seaman Corp., productor
fabril de Ohio. "Realmente hay una visibilidad baja con
miras al futuro porque la gente no sabe exactamente qué
hacer".
El panorama más
negativo en EEUU y otras partes del mundo desarrollado está
impactando a las economías emergentes. Esta semana, el
banco central de Brasil, que ha subido las tasas de interés
cinco veces este año, las redujo por inquietudes de que la
desaceleración global esté infectando a la mayor economía
de Latinoamérica.
En Asia, donde
muchos bancos centrales han estado restringiendo la política
monetaria para combatir la inflación, la demanda interna
está moderándose al tiempo que mercados de exportación
clave se repliegan. Los índices de dos economías cruciales
para el comercio global –Corea del Sur y Taiwán–
cayeron a menos de 50, indicando que la manufactura se
contrajo en agosto.
Entretanto, el
índice fabril oficial de la mayor economía de Asia, China,
se mantuvo ligeramente por encima de 50, mientras que una
lectura alternativa de HSBC subió ligeramente a 49,9. Las
cifras sugieren que la producción fabril china ni repuntó
ni se hundió en agosto. Las exportaciones fueron un sector
problemático, por cuanto el reporte del gobierno informó
que el subíndice de los nuevos pedidos de exportación cayó
a 48,3 de 50,4 en julio, replegándose a una contracción
por primera vez desde abril de 2009, cerca del punto álgido
de la crisis financiera.
El sector
fabril de Alemania apenas se expandió durante el mes,
registrando su ritmo más lento en dos años. Eso mitigó
algunas inquietudes de que la mayor economía de Europa podría
caer en otra recesión, aun cuando la manufactura en los países
más vulnerables de la zona euro se está contrayendo rápidamente,
lo cual sugiere que aún faltan varios meses para la
estabilización de dichas economías.
Dana
Mattioli contribuyó a este artículo.
Las débiles
cifras de empleo ponen en riesgo
el PIB de EEUU
Por
Kathleen Madigan
Wall
Street Journal, 05/09/11
Nueva York.–
Hemos visto esta película antes y la banda sonora se parece
más a la de "Tiburón" que a la de "Mary
Poppins".
Una vez más,
el informe mensual de empleo de Estados Unidos decepcionó
enormemente, pese a que la vara estaba puesta bastante baja.
Los economistas esperaban que las nóminas de empleo no agrícola
aumentaran sólo en 80.000 en agosto. En lugar de eso, el
Departamento de Trabajo informó que no hubo absolutamente
ningún cambio en el número de empleos, y los aumentos
registrados en junio y julio fueron revisados a la baja.
La mala
noticia no estuvo circunscrita sólo a las contrataciones.
Los salarios y las horas trabajadas también cayeron el mes
pasado. El salario semanal promedio registró una fuerte
contracción del 0,4%, lo que sugiere que los sueldos y
salarios posiblemente fueron un lastre para el ingreso
personal el mes pasado.
En momentos en
que el acceso al crédito es escaso y las familias quieren
ahorrar más, la caída en las remuneraciones pone en duda
el futuro del gasto de los consumidores. Una disminución en
el número de compradores debería preocupar a las firmas
minoristas que ya han puesto en marcha sus planes de
comercialización para las fiestas de fin de año.
Una caída en
el gasto de los consumidores también genera temores de que
el producto interno bruto real no crezca en el tercer
trimestre, o que registre una ligera contracción, tras
experimentar una pequeña expansión en el primer semestre
del año.
Las horas de
trabajo agregadas –una estimación del PIB dentro del
informe de empleo– en los primeros dos meses de este
trimestre, se ubican levemente por debajo de su promedio del
segundo trimestre.
Parte de la
debilidad refleja las horas perdidas por los trabajadores en
huelga de Verizon Communications (VZ), las que serán
revertidas en septiembre. Sin embargo, el tono general de
las cifras de empleo –que se suman a deslucidos informes
manufactureros regionales– es preocupante.
"Las
recientes tendencias están peligrosamente cerca de
'velocidad de pérdida' para la economía", afirma
Nigel Gault, economista jefe en Estados Unidos de IHS Global
Insight. "Aún no han dicho que entramos en recesión,
pero ese riesgo sigue siendo alto (40% de probabilidades, en
nuestra opinión)".
Los
inversionistas adoptaron una postura decididamente pesimista
y de aversión al riesgo luego del informe. Lo único
positivo de las cifras para los mercados financieros es que
el infortunio del mercado laboral aumenta las probabilidades
de que la Reserva Federal inicie otro programa de
flexibilización.
Más medidas
acomodaticias –ya sea comprar valores con vencimientos a más
largo plazo o reducir la tasa de interés que se paga por
los depósitos bancarios en el banco central– no
contribuirán mucho a resolver el principal problema de esta
economía: la baja demanda.
Es por eso que
todas las miradas están puestas en el plan de empleo que
presentará la próxima semana el presidente Barack Obama.
Los inversionistas, los que buscan empleo y los votantes
desean una política fiscal innovadora que finalmente haga
que esta recuperación se sienta como una recuperación.
Puede
que la vara haya estado baja para el informe de empleo, pero
está cada vez más alta para el discurso del jueves.
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