Crisis mundial,
sin recuperación

¿Recuperación o colapso?: Apuesta a colapso

Por Paul Craig Roberts (*)
CounterPunch, 21/05/2012

El Economista de Cuba, 24/05/2012

El sistema financiero de EE.UU. y probablemente el sistema financiero europeo, como la policía, ya no sirven a un propósito social útil.

En EE.UU. la policía ha demostrado que es una amenaza mayor para la seguridad pública que los criminales del sector privado. Acabo de buscar en Google “police brutality” y encontré 183.000.000 de resultados.

El coste del sistema financiero privado es todavía mayor para la sociedad. Escribiendo en CounterPunch (18 de mayo), Rob Urie informa de que hace dos años Andrew Haldane, director ejecutivo de Estabilidad Financiera en el Bank of England (la versión en el Reino Unido de la Reserva Federal) dijo que la crisis financiera, que ahora tiene cuatro años, terminará por costar a la economía mundial entre 60 billones [millones de millones] de dólares y 200 billones en pérdida del PIB. Si el informe de Urie es correcto, es una admisión sorprendente por parte de un miembro de la elite gobernante. Trate de imaginar esas cifras. El PIB de EE.UU., el mayor del mundo, es de unos 15 billones. Lo que nos dice Haldane es que la crisis financiera terminará por cortar al mundo ingresos reales entre 4 y 13 veces el tamaño del actual Producto Interno Bruto de EE.UU. Podría resultar que se trata de un pronóstico optimista.

A la larga, la crisis financiera podría destruir la civilización occidental.

Incluso si el informe de Urie o el cálculo de Haldane son incorrectos, la gran pérdida económica debida a la crisis financiera no tiene precedentes. El enorme coste de la crisis tiene una sola fuente, la desregulación financiera. Es probable que dicha la desregulación termine siendo el error que destruya la civilización occidental. Mientras temblamos por temor a los “terroristas musulmanes”, lo que nos está destruyendo es la desregulación financiera, con la ayuda de la deslocalización de puestos de trabajo. Hay que recordar que Haldane es miembro de la elite gobernante, no un crítico del sistema como yo, Michael Hudson o Pan Martens, por mencionar solo algunos de los colaboradores de CounterPunch.

La desregulación financiera ha tenido consecuencias peligrosas y adversas. Permitió una concentración financiera que produjo “bancos demasiado grandes para quebrar”, requiriendo por lo tanto que el público en general absorba los costes de los errores y del juego de azar de los bancos.

La desregulación permitió que los bancos apalancaran una pequeña cantidad de capital con enormes deudas a fin de maximizar el rendimiento de los valores, maximizando con ello la inestabilidad del sistema financiero y el coste para la sociedad de las malas apuestas de los bancos.

La desregulación permitió que las instituciones financieras dejaran de lado los límites a las posiciones de especuladores y dominaran los mercados de materias primas, convirtiéndolos en un casino de juego y aumentando los precios de la energía y los alimentos.

La desregulación permite que las instituciones financieras vendan opciones “call” no cubiertas, lo que significa vender al mercado las acciones de una compañía o lingotes de oro y plata que el vendedor no posee con el fin de reducir el precio.

El lector informado puede agregar más ítems a esta lista.

El dólar en su papel de moneda de reserva mundial es la fuente del poder de Washington. Permite que Washington controle el sistema internacional de pagos y que excluya del sistema financiero a los países que no sigan sus órdenes. Permite que Washington imprima dinero para pagar sus cuentas y comprar la cooperación de gobiernos extranjeros o para financiar la oposición en países cuyos gobiernos no logra comprar, como Irán, Rusia y China. Si el dólar no fuera la moneda de reserva mundial y reflejara realmente su verdadero valor depreciado por la creciente deuda de EE.UU. y la operación de las prensas de impresión, el poder de Washington se limitaría drásticamente.

El dólar estadounidense ha estado al borde de la defunción en varias ocasiones recientes. En 2011 el valor del dólar cayó hasta 72 centavos suizos. Los inversionistas que buscaban seguridad para el valor de su moneda se lanzaron a los francos suizos, aumentando tanto el valor del franco que las exportaciones de Suiza comenzaron a sufrir. El gobierno suizo reaccionó ante la afluencia de dólares y euros que buscaban refugio en el franco declarando que en el futuro imprimiría nuevos francos para compensar la afluencia de divisas extranjeras a fin de impedir el aumento del valor del franco. En otras palabras, la huída de divisas de EE.UU. y Europa obligó a los suizos a inflar su moneda a fin de impedir el continuo aumento de su valor de cambio.

Antes de la crisis de la deuda soberana en Europa, el dólar también enfrentó una subida del valor del euro mientras los bancos centrales extranjeros y miembros de la OPEP transferían sus reservas de dólares a euros. El euro iba camino de convertirse en una moneda de reserva alternativa. Sin embargo Goldman Sachs, cuyos exempleados dominan el Tesoro de EE.UU. y las agencias reguladoras financieras, además del Banco Central Europeo, el gobierno de Italia e, indirectamente Grecia, ayudó al gobierno griego a ocultar su verdadero déficit, engañando así a los bancos privados europeos que adquirían los bonos del gobierno griego. Una vez lanzada la crisis de la deuda soberana europea, Washington tuvo interés en que continuara, ya que hace que los poseedores de euros huyan hacia dólares “seguros”, aumentando así el valor de cambio del dólar, a pesar del enorme aumento de la propia deuda de Washington y de la duplicación del suministro de dinero en EE.UU.

El año pasado el oro y la plata aumentaron rápidamente su precio (medido en dólares estadounidenses), y el oro llegó a 1.900 dólares la onza e iba en camino de 2.000 dólares cuando repentinamente las ventas cortas comenzaron a dominar los mercados de ventas en lingotes. Las ventas en corto de lingotes de oro y plata lograron reducir el precio del oro en 350 dólares por onza desde su punto máximo. Muchos observadores informados creen que el motivo por el cual Washington no ha encausado a los bánksters por sus crímenes financieros conocidos es que sirven de auxiliares a Washington para proteger el valor del dólar al vender lingotes y monedas rivales.

¿Qué pasará si Grecia sale de la UE por propia decisión o pateada por Alemania? ¿Qué pasará si los demás miembros de la UE rechazan la austeridad Merkel, como prometió hacerlo el nuevo presidente de Francia? Si Europa se desmorona, ¿huirán más inversionistas hacia el dólar estadounidense condenado al fracaso?

¿Se convertirá la burbuja del dólar en la mayor burbuja de la historia económica?

Cuando el dólar desaparezca, las tasas de interés aumentarán y los precios de los bonos colapsarán. Todo el que haya buscado seguridad en bonos del Tesoro de EE.UU. será aniquilado.

Todos deberíamos ser conscientes de que semejantes resultados no forman parte del debate público.

Recientemente Bill Moyers entrevistó a Simon Johnson, execonomista jefe del Fondo Monetario Internacional y actualmente profesor en el MIT. Resulta que la desregulación, que abolió la separación de los bancos de inversión de los bancos comerciales, permitió que el JPMorganChase de Jamie Dimon jugara con depósitos federales asegurados. A pesar de ello, Moyers informa de que los republicanos están resueltos a destruir la débil ley Dodd-Frank y restaurar la desregulación total.

Simon Johnson dice: “Pienso que la desregulación es una receta para al desastre”. El problema es, dice Johnson, que la política económica correcta está bloqueada por las inmensas donaciones que los bancos hacen a las campañas políticas. Esto significa que las actitudes de Wall Street y los modelos de riesgo defectuosos llevarán a una crisis financiera aún mayor que la que seguimos sufriendo. Y sucederá antes de una recuperación de la actual crisis.

Johnson advierte de que los republicanos distraerán a todos de la verdadera crisis urdiendo otra “crisis” por el techo de la deuda.

Johnson dice que “unos pocos, particularmente dentro y alrededor del sistema financiero, han llegado a ser demasiado poderosos. Se les permitió que tomaran muchos riesgos, e hicieron un daño masivo a la economía, la pérdida de más de ocho millones de puestos de trabajo. Todavía nos esforzamos en volver a algo parecido a los niveles de empleo que teníamos antes de 2008. Y han causado un daño masivo al presupuesto. Este daño al presupuesto es duradero; afecta al presupuesto cuando necesitamos que sea más fuerte porque la sociedad está envejeciendo. Tenemos que apoyar a la Seguridad Social y apoyar a Medicare sobre una base justa. Tenemos que restaurar y reconstruir los ingresos, que han sido totalmente devastados por la crisis financiera. La gente tiene que comprender el vínculo entre lo que hicieron los bancos y el presupuesto. Y demasiada gente no lo comprende”.

En consecuencia, dice Johnson, los banqueros siguen recibiendo grandes beneficios mientras imponen enormes costes sociales a la sociedad.

Pocos estadounidenses y ningún responsable político en Washington comprenden la dramática situación. Están demasiado ocupados exagerando una recuperación inexistente y preparando la próxima guerra. El estadístico John Williams informa de que si se mide correctamente como un indicador del coste de la vida, lo que el IPC ya no es, la actual tasa de inflación en EE.UU. es entre 5 y 7 puntos mayor que la tasa oficialmente reconocida, como sabe todo consumidor. La tasa de desempleo baja solo porque la gente que no puede encontrar empleo sale de la fuerza laboral y ya no se contabiliza como desocupada. Toda persona informada sabe que las tasas oficiales de inflación y desempleo son ficciones; sin embargo, los medios ‘prenstituidos’ siguen mencionando sin inmutarse las tasas como un hecho.

Tal como el gobierno ha amañado la medición del desempleo, es posible que EE.UU. tenga una tasa cero de desempleo y ni una sola persona empleada o en la fuerza laboral.

Tal como el gobierno ha amañado la medición de la inflación, es posible que vuestro nivel de vida caiga, mientras el gobierno informa de que os va mejor.

La desregulación financiera aumenta el rendimiento de operaciones especulativas por sobre el rendimiento de la actividad productiva. La deuda y los derivados altamente apalancados que provocaron la crisis financiera no tienen nada que ver con el financiamiento de empresas. Los bancos no solo arriesgan los depósitos de sus clientes en juegos de apuesta sino ponen en peligro la estabilidad financiera del país y su futuro económico.

Con la mirada puesta en la cercana crisis del dólar, que destruirá el sistema financiero internacional, los presidentes de China, Rusia, Brasil y Sudáfrica y el primer ministro de India se reunieron el mes pasado para discutir la formación de un nuevo banco que proteja sus economías y comercio contra los errores cometidos por Washington y la Unión Europea. Los cinco países, conocidos como BRICS, se proponen comerciar entre ellos en sus propias monedas y dejar de depender del dólar. El hecho de que Rusia, los dos gigantes asiáticos y las mayores economías de África y Suramérica estén abandonando la órbita del dólar envía un poderoso mensaje de falta de confianza en el manejo de los asuntos financieros por parte de Washington.

Es irónico que el resultado de la desregulación financiera en EE.UU. sea lo contrario de lo que prometieron sus defensores del libre mercado. En lugar de firmas financieras altamente competitivas que vivan o mueran solo por su habilidad sin intervención gubernamental, tenemos una concentración financiera sin precedentes. Bancos enormes, “demasiado grandes para quebrar”, envían ahora sus pérdidas multibillonarias a Washington para que las paguen los contribuyentes estadounidenses fuertemente endeudados cuyos ingresos reales no han aumentado en 20 años. Los banksters se llevan fortunas en bonificaciones anuales por su éxito en la socialización de las pérdidas de los bancos del “libre mercado” y la privatización de los beneficios hasta el punto de que ni siquiera pagan impuestos a la renta.

En EE.UU. los economistas del libre mercado, impulsaron la avaricia y permitieron que se le diera rienda libre. ¿Desprestigiarán las desastrosas consecuencias el capitalismo en la misma medida que el colapso soviético desprestigió el socialismo?

¿Sobrevivirá la propia civilización occidental al terremoto financiero que ha producido la desregulación de Wall Street?

Es irónico, en realidad, que EE.UU., el hogar del “pueblo indispensable”, esté frente a nosotros como posible candidato a que su gobierno sea el responsable del colapso de Occidente.


* Paul Craig Roberts fue editor del Wall Street Journal y secretario adjunto del Tesoro de EE.UU. Su último libro, “How the economy was lost”, acaba de ser publicado por CounterPunch/AK Press.


Desde Europa a China, surgen signos de un enfriamiento
sincronizado de la economía global

Nuevos nubarrones ensombrecen el horizonte

Por Jon Hilsenrath y Joshua Mitchell
Wall Street Journal, 25/05/2012

Nuevos nubarrones ensombrecen el horizonte de la economía mundial. El jueves, los indicadores que miden el ánimo de las empresas en Europa descendieron y los reportes de los gerentes de compras de los grandes fabricantes de todo el mundo fueron negativos. China, la segunda economía del mundo, registró su séptima caída consecutiva en un importante índice de actividad manufacturera mientras que Estados Unidos anunció que las empresas estaban disminuyendo sus pedidos de computadoras, aviones, metales fabricados y otros bienes duraderos.

La oleada de cifras pesimistas ha dado lugar a una nueva preocupación: que la actividad económica se esté debilitando en forma sincronizada en todo el mundo y no solamente en unos cuantos mercados.

Europa, que podría sufrir la retirada de Grecia de la zona euro y dificultades fiscales más amplias, es el epicentro de la angustia económica global, pero las turbulencias también se están produciendo en India, Sudáfrica, Brasil y otras partes del mundo.

Cuando la economía mundial marcha como es debido, el crecimiento sincronizado se retroalimenta y expande la prosperidad. Pero los bajones también pueden interconectarse y reforzarse mutuamente y la economía mundial se ha visto plagada de ellos desde la crisis financiera de 2008.

Las malas noticias han golpeado a los mercados. El índice MSCI, que mide el desempeño de las bolsas mundiales, acumula un retroceso de más de 9% desde mediados de marzo. La cotización del petróleo, otro indicador de demanda global, ha caído 15% este mes.

El debilitamiento económico podría intensificar las presiones para que las autoridades estimulen la economía. La Reserva Federal de EE.UU. no ha indicado si se inclina a poner en marchas nuevas medidas. Las autoridades europeas, a su vez, están bajo una gran presión para relajar las políticas de austeridad y China evalúa formas de apuntalar el crecimiento.

"Prácticamente todos los mercados industriales en los que participamos. son débiles", lamentó Gary Hendrickson, presidente ejecutivo de Valspar Corp., un proveedor global de pintura de Minneapolis, durante una conferencia con analistas. La firma anunció un salto de 36% en su ganancia trimestral, pero sus proyecciones para el resto del año decepcionaron a los inversionistas y el precio de la acción cayó.

La última señal de debilidad económica en China fue el índice de gerentes de compra elaborado por HSBC que, en una lectura preliminar, cayó a 48,7 en mayo frente a 49,3 en abril. Cualquier cifra por debajo de 50 implica una contracción.

Lonmin PLC, el tercer productor de platino del mundo, acaba de advertir que podría reducir el gasto de capital en sus minas en Sudáfrica ante el debilitamiento de la demanda por el metal.La producción manufacturera cayó súbitamente 2,7% anualizado en marzo, según las estadísticas oficiales del país.

Infosys Ltd., el gigante indio de tercerización, sufrió un declive de 1,9% en su facturación en dólares en el primer trimestre, su primer descenso trimestral desde 2009. La compañía prevé un crecimiento inferior a 10% para el actual año fiscal, lo cual se considera flojo para sus estándares. S.D. Shibulal, su presidente ejecutivo, manifestó en abril que muchos de los clientes de la industria de servicios financieros en EE.UU. toman sus decisiones de gasto de mes en mes, en vez de anualmente, y que la escasa inversión en tecnología es preocupante.

Los pedidos de computadoras y productos relacionados bajaron 3,1% en abril en EE.UU., frente a un mes antes, tras perder 3,7% en marzo, reportó el Departamento de Comercio.

Informatica Corp., fabricante californiano de software que ayuda a las empresas a integrar datos, observa ventas más débiles en Europa, especialmente en el sector público, dijo su presidente ejecutivo, Sohaib Abbasi, durante una conferencia del sector esta semana. En el primer trimestre de 2011, la compañía cerró un par de acuerdos de US$1 millón con gobiernos europeos. En el mismo lapso de este año, no ha conseguido ninguno, indicó.

Las ventas a los gobiernos europeos representaron 1% de los ingresos del primer trimestre, por debajo del margen típico de entre 3% y 5%, dijo Abbasi.

"Las medidas de austeridad han tenido un impacto", aseguró. De todos modos, la compañía detecta un crecimiento de dos dígitos en otras regiones, incluyendo América Latina y Asia-Pacífico.


Indemne a la crisis de 2008, China ahora se desacelera

El producto cae abruptamente

Por Keith Bradsher
Desde Xi'an, China
New York Times, 24/05/2012

La Nación, 29/05/2012

La caída del mercado inmobiliario local, el estancamiento de las exportaciones y la pérdida de confianza de los consumidores generaron lo que un asesor del gabinete chino calificó como "una abrupta desaceleración de la economía", según reconoció el gobierno en su sitio web.

Aunque la economía china sigue en crecimiento, los obreros de la construcción están perdiendo masivamente sus empleos y las ventas minoristas de abril subieron al ritmo más lento de los últimos tres años. Este año, las inversiones aumentaron a menor velocidad que nunca desde 2011.

Xi'An: trabajador de la construcción en paro

El rasgo más impactante de la actual desaceleración es que se extiende más allá de las desarrolladas provincias costeras y alcanza el corazón del país, incluidas ciudades como Xi'An, en el Noroeste.

Las inesperadas dificultades de la economía china comienzan a inquietar a los inversores internacionales, en especial en el mercado de commodities , ya que China es el mayor consumidor mundial de materias primas y el segundo de petróleo.

Si esa desaceleración se profundizara, generaría una onda expansiva en la economía global. Hasta el momento, la economía de China prosperó casi indemne como el principal motor del crecimiento mundial, a pesar, incluso, de la crisis de las deudas soberanas en Europa y del malherido mercado inmobiliario norteamericano.

Las calificadoras Standard & Poor's y Moody's emitieron la semana pasada sendos informes con advertencias acerca de los severos problemas de efectivo que atraviesan muchas empresas constructoras debido a la caída en la preventa de inmuebles, mientras que las inmobiliarias mantienen pesadas deudas de intereses atrasados con los bancos.

La economía de China era 8,1% más grande en el primer trimestre de 2012 que un año atrás, pero la mayor parte de ese crecimiento se produjo en 2011.

"La economía apenas registró crecimiento durante este primer trimestre respecto del último de 2011, y el segundo trimestre de este año probablemente arroje menor crecimiento aun que el trimestre anterior", señaló Diana Choyleva, economista de la consultora Lombard Street Research, en Londres.

China es el principal importador mundial de una larga lista de commodities , como hierro y cobre. También ha sido un gran comprador de equipamiento fabril y bienes de lujo europeos.

Gracias al impulso de las ingentes inversiones del gobierno en rutas y otras obras de infraestructura, así como de la voraz demanda de viviendas de los trabajadores pobres llegados a las ciudades desde las áreas rurales, las urbes del interior de China siguieron creciendo, a pesar de las graves dificultades que atravesó la economía mundial desde fines de 2008, luego de la quiebra de Lehman Brothers.

Estímulo

Pero ahora los problemas económicos son evidentes en Xi'An, puntal de la economía del noroeste chino, que funciona también como uno de los centros de distribución y transporte más importantes del país y como polo industrial que fabrica desde topadoras hasta componentes aeronáuticos.

Pekín llamó a estimular la economía acelerando la construcción de vías férreas, escuelas, hospitales y otras infraestructuras. Como la economía aún depende de la inversión pública, algunos economistas creen que China será capaz de volver rápidamente a la vía del crecimiento.

Sin embargo, como el país ya casi terminó de construir parte de su infraestructura, cada vez le resulta más difícil encontrar proyectos que resistan el análisis de costo–beneficio.

Las constructoras del país respondieron a la caída de los precios abandonando su larga costumbre de iluminar con luz artificial las obras en construcción para así trabajar las 24 horas. Ahora sólo tienen el turno diurno, con la consecuente y abrupta caída de la demanda de mano de obra. "Cada vez es más difícil encontrar trabajo", se queja Li Bo, obrero de la construcción y vecino de Xi'An.

Conocida en Occidente por haber sido la antigua capital china, lugar de almacenamiento de la Ruta de la Seda y hogar de los guerreros de terracota, Xi'An también juega un papel importante en la economía local como centro económico regional con ocho millones de habitantes.

Los comerciantes y dueños de negocios de todo el noroeste chino convergen en los enormes mercados de la ciudad para comprar mercaderías, por lo que Xi'An es un excelente lugar para tomar el pulso de lo que ocurre en el interior del país. Y en este momento ese pulso es un poco débil, en especial en lo que se refiere al consumo.


After Barreling Ahead in Recession, China Finally Slows

Output Slows Sharply; Ripples Feared

By Keith Bradsher
New York Times, May 24, 2012

Xi’an, China.– A nationwide real estate downturn, stalling exports and declining consumer confidence have produced what a Chinese cabinet adviser, quoted on the official government Web site on Thursday, characterized as a “sharp slowdown in the economy.”

Though the Chinese economy continues to expand, construction workers are losing jobs in droves and retail sales grew last month at the slowest pace in more than three years. Investments in fixed assets have increased more slowly this year than in any year since 2001.

The most striking feature of the slowdown is that it extends beyond the coastal provinces, which depend on exports and are closely linked to the global economy, to the country’s far more insular interior, including cities like Xi’an here in northwestern China.

China’s unexpected economic difficulties are starting to unnerve investors in world markets, especially commodity markets, as China is the world’s largest consumer of most raw materials and the second–largest consumer of oil.

A deepening slowdown would ripple across the world economy. Until now, China’s economy barreled ahead mostly unhindered as the main engine of global growth, even as Europe struggled with its government debt crisis and the United States limped along with a crippled housing market.

Government indexes show real estate prices are falling in more than half of the country’s top 70 urban markets, Xi’an among them. Standard & Poor’s Ratings Services and Moody’s each issued reports on Thursday warning that many of China’s real estate developers face a severe cash squeeze as apartment sales slow to a crawl. The developers still owe heavy interest payments on bank loans.

“Weak property developers in China are likely to face a test of their survival this year,” S.& P. said.

China’s economy was 8.1 percent larger in the first quarter of this year than a year earlier, but virtually all of that growth took place last year. The economy barely grew in the first quarter compared with the fourth quarter of 2011, and the second quarter of this year is likely to show even less growth from the preceding quarter, said Diana Choyleva, a China economist in the Hong Kong office of Lombard Street Research.

The World Bank also warned on Wednesday of a slowdown.

“Clearly the economy is much, much weaker than most people thought until recently,” Ms. Choyleva said. “They have a real mess on their hands.”

China is the world’s largest importer of a long list of commodities, like iron ore and copper. It has also been a big buyer of European factory equipment and luxury goods. The United States economy is much less exposed to a slowdown in the Chinese economy, with exports of goods to China representing less than 0.7 percent of American economic output last year.

Benefiting from heavy government spending on highways and other infrastructure and voracious demand for apartments as poor laborers arrived from the countryside, China’s inland cities had continued to expand even when the rest of the world’s economy fell into serious difficulty in late 2008 and early 2009. But now the economic troubles are evident here in Xi’an, an economic cornerstone of northwestern China that serves as one of the country’s largest transportation and distribution hubs and a manufacturing center for everything from bulldozers to aircraft components.

Sun Yufang, a wholesale dealer in Xi’an in ovens, ranges and water heaters, said that residents had nearly stopped outfitting new apartments or redecorating old ones.

“We didn’t really feel the global financial crisis, but this year, we’ve really felt it – I don’t see a solution unless people start buying,” Ms. Sun said, sitting in a spacious shop with no customers in sight.

Premier Wen Jiabao expressed concern last weekend about the economy after an inspection tour to Wuhan in east–central China. He then led a cabinet meeting on Wednesday that produced the government’s strongest statement yet.

The government should “place stabilizing growth in a more important position and carry out pre–emptive policy adjustments and fine–tuning more forcefully according to the changing situation,” the cabinet statement said.

An explanatory statement from the official Xinhua news agency drafted on Wednesday and posted on the Chinese government’s Web site on Thursday cited Zhang Liqun, a senior economist advising the cabinet, as saying that, “the sharp slowdown in the economy has aroused attention from policy makers.”

A preliminary reading of a monthly purchasing managers index showed that manufacturing had continued to weaken in May, with the index falling to 48.7 from 49.3 in April; a figure below 50 indicates a slowing sector.

The cabinet called for stimulating the economy through faster construction of railroads, schools, clinics and other infrastructure. With the Chinese economy still heavily dependent on investment spending, some economists are optimistic that China can quickly reignite growth.

“When you’ve got state banks lending to state enterprises to implement the state’s five–year plan, you don’t have a lot of downside to investment,” said Paul Gruenwald, a former International Monetary Fund official in Hong Kong who is now the chief Asia economist at ANZ, one of Australia’s biggest banks.

China has the financial resources to expand government spending sharply. China has a low ratio of debt to economic output, even when sizable local government debts are added to the national debt. Chinese banks have among the world’s lowest rates of loans to deposits, although some banking analysts have questioned whether many loans by state–owned banks to politically influential borrowers will be repaid.

But with the country having finished building much of its infrastructure, it is having a harder time finding further projects that can pass cost–benefit analyses. The Chinese interior has been the biggest beneficiary of infrastructure spending over the last decade, but now shows signs of catching up with the more developed coast.

The Xi’an airport opened a third terminal and another runway on May 3, giving it the capacity to handle as many passengers as John F. Kennedy International Airport in New York, despite considerably smaller daily traffic. Bullet trains connect Xi’an to Zhengzhou, nearly 300 miles to the east, while no fewer than three concentric beltways encircle Xi’an, although traffic jams continue to bedevil the ancient city’s core.

One more big infrastructure project remains: the city opened its first subway line late last year, plans to finish a second line later this year and has begun construction on a third. But crisscross the city these days and there are fewer streets torn up for building projects than in the past.

At the same time, residential real estate construction has slowed sharply after the government imposed a stringent ban last year on the purchase of multiple homes in an effort to discourage speculation and make housing more affordable. Wei Li, a real estate broker in downtown Xi’an, said that prices had fallen 20 percent since the start of this year for new apartments in the hundreds of towers under construction on the city’s periphery, but she said downtown real estate prices were stable. Construction material vendors here, however, say that apartment prices are also falling in downtown neighborhoods.

Developers across the country have responded to the drop in prices by abandoning the longstanding practice of floodlighting construction sites and working around the clock. They have cut back to one daytime shift, sharply reducing the demand for construction workers.

“It’s getting harder and harder to find work,” complained Li Bo, a construction worker here.

Xi’an is best known in the West as an ancient capital of China, a Silk Road entrepôt that is home to the terra–cotta warriors. But modern–day Xi’an also plays an important role in the Chinese economy as a regional economic hub with eight million residents.

Store owners and other traders from across northwestern China converge at large covered markets here to buy goods, making Xi’an one of the best places to take the pulse of China’s interior. And now, that pulse feels weak for consumer spending.

Until late March, Ma Xiechuan sold pork at his butcher shop here by hacking large chunks and handing them to lines of customers to take home and carefully slice and dice. But with sales now down by a third, he has so much extra time that he deftly wields his steel cleaver to produce thin slivers, ready for the customer’s wok.

“It’s the fastest downturn in business I’ve seen in more than 10 years here,” Mr. Ma said.

Yian Leilei, a wholesaler of tablecloths and car seat covers, said that sales nose–dived after Chinese New Year on Jan. 23 and had not recovered. Wang Heiyen, a wholesaler of insulated food and beverage containerssaid his sales were sliding steadily and customers were becoming ever pickier. Ding Lei, the co–owner of a paint and plaster store said his sales had halved since the start of this year. “People are just not buying apartments,” Mr. Ding said. “It was O.K. in 2009. I’ve never seen it as bad as it is now.”

Mayor Dong Jun of Xi’an expressed worry in a post last week on the city’s Web site.

“The economic situation in the whole city from January through April this year is not that optimistic,” he said. “Maintaining the growth rate continues to be very difficult.”