¿Recuperación
o colapso?: Apuesta
a colapso
Por
Paul Craig Roberts (*)
CounterPunch,
21/05/2012
El Economista
de Cuba, 24/05/2012
El sistema
financiero de EE.UU. y probablemente el sistema financiero
europeo, como la policía, ya no sirven a un propósito
social útil.
En EE.UU. la
policía ha demostrado que es una amenaza mayor para la
seguridad pública que los criminales del sector privado.
Acabo de buscar en Google “police brutality” y encontré
183.000.000 de resultados.
El coste del
sistema financiero privado es todavía mayor para la
sociedad. Escribiendo en CounterPunch (18 de mayo), Rob Urie
informa de que hace dos años Andrew Haldane, director
ejecutivo de Estabilidad Financiera en el Bank of England
(la versión en el Reino Unido de la Reserva Federal) dijo
que la crisis financiera, que ahora tiene cuatro años,
terminará por costar a la economía mundial entre 60
billones [millones de millones] de dólares y 200 billones
en pérdida del PIB. Si el informe de Urie es correcto, es
una admisión sorprendente por parte de un miembro de la
elite gobernante. Trate de imaginar esas cifras. El PIB de
EE.UU., el mayor del mundo, es de unos 15 billones. Lo que
nos dice Haldane es que la crisis financiera terminará por
cortar al mundo ingresos reales entre 4 y 13 veces el tamaño
del actual Producto Interno Bruto de EE.UU. Podría resultar
que se trata de un pronóstico optimista.
A la larga, la
crisis financiera podría destruir la civilización
occidental.
Incluso si el
informe de Urie o el cálculo de Haldane son incorrectos, la
gran pérdida económica debida a la crisis financiera no
tiene precedentes. El enorme coste de la crisis tiene una
sola fuente, la desregulación financiera. Es probable que
dicha la desregulación termine siendo el error que destruya
la civilización occidental. Mientras temblamos por temor a
los “terroristas musulmanes”, lo que nos está
destruyendo es la desregulación financiera, con la ayuda de
la deslocalización de puestos de trabajo. Hay que recordar
que Haldane es miembro de la elite gobernante, no un crítico
del sistema como yo, Michael Hudson o Pan Martens, por
mencionar solo algunos de los colaboradores de CounterPunch.
La desregulación
financiera ha tenido consecuencias peligrosas y adversas.
Permitió una concentración financiera que produjo
“bancos demasiado grandes para quebrar”, requiriendo por
lo tanto que el público en general absorba los costes de
los errores y del juego de azar de los bancos.
La desregulación
permitió que los bancos apalancaran una pequeña cantidad
de capital con enormes deudas a fin de maximizar el
rendimiento de los valores, maximizando con ello la
inestabilidad del sistema financiero y el coste para la
sociedad de las malas apuestas de los bancos.
La desregulación
permitió que las instituciones financieras dejaran de lado
los límites a las posiciones de especuladores y dominaran
los mercados de materias primas, convirtiéndolos en un
casino de juego y aumentando los precios de la energía y
los alimentos.
La desregulación
permite que las instituciones financieras vendan opciones
“call” no cubiertas, lo que significa vender al mercado
las acciones de una compañía o lingotes de oro y plata que
el vendedor no posee con el fin de reducir el precio.
El lector
informado puede agregar más ítems a esta lista.
El dólar en
su papel de moneda de reserva mundial es la fuente del poder
de Washington. Permite que Washington controle el sistema
internacional de pagos y que excluya del sistema financiero
a los países que no sigan sus órdenes. Permite que
Washington imprima dinero para pagar sus cuentas y comprar
la cooperación de gobiernos extranjeros o para financiar la
oposición en países cuyos gobiernos no logra comprar, como
Irán, Rusia y China. Si el dólar no fuera la moneda de
reserva mundial y reflejara realmente su verdadero valor
depreciado por la creciente deuda de EE.UU. y la operación
de las prensas de impresión, el poder de Washington se
limitaría drásticamente.
El dólar
estadounidense ha estado al borde de la defunción en varias
ocasiones recientes. En 2011 el valor del dólar cayó hasta
72 centavos suizos. Los inversionistas que buscaban
seguridad para el valor de su moneda se lanzaron a los
francos suizos, aumentando tanto el valor del franco que las
exportaciones de Suiza comenzaron a sufrir. El gobierno
suizo reaccionó ante la afluencia de dólares y euros que
buscaban refugio en el franco declarando que en el futuro
imprimiría nuevos francos para compensar la afluencia de
divisas extranjeras a fin de impedir el aumento del valor
del franco. En otras palabras, la huída de divisas de
EE.UU. y Europa obligó a los suizos a inflar su moneda a
fin de impedir el continuo aumento de su valor de cambio.
Antes de la
crisis de la deuda soberana en Europa, el dólar también
enfrentó una subida del valor del euro mientras los bancos
centrales extranjeros y miembros de la OPEP transferían sus
reservas de dólares a euros. El euro iba camino de
convertirse en una moneda de reserva alternativa. Sin
embargo Goldman Sachs, cuyos exempleados dominan el Tesoro
de EE.UU. y las agencias reguladoras financieras, además
del Banco Central Europeo, el gobierno de Italia e,
indirectamente Grecia, ayudó al gobierno griego a ocultar
su verdadero déficit, engañando así a los bancos privados
europeos que adquirían los bonos del gobierno griego. Una
vez lanzada la crisis de la deuda soberana europea,
Washington tuvo interés en que continuara, ya que hace que
los poseedores de euros huyan hacia dólares “seguros”,
aumentando así el valor de cambio del dólar, a pesar del
enorme aumento de la propia deuda de Washington y de la
duplicación del suministro de dinero en EE.UU.
El año pasado
el oro y la plata aumentaron rápidamente su precio (medido
en dólares estadounidenses), y el oro llegó a 1.900 dólares
la onza e iba en camino de 2.000 dólares cuando
repentinamente las ventas cortas comenzaron a dominar los
mercados de ventas en lingotes. Las ventas en corto de
lingotes de oro y plata lograron reducir el precio del oro
en 350 dólares por onza desde su punto máximo. Muchos
observadores informados creen que el motivo por el cual
Washington no ha encausado a los bánksters por sus crímenes
financieros conocidos es que sirven de auxiliares a
Washington para proteger el valor del dólar al vender
lingotes y monedas rivales.
¿Qué pasará
si Grecia sale de la UE por propia decisión o pateada por
Alemania? ¿Qué pasará si los demás miembros de la UE
rechazan la austeridad Merkel, como prometió hacerlo el
nuevo presidente de Francia? Si Europa se desmorona, ¿huirán
más inversionistas hacia el dólar estadounidense condenado
al fracaso?
¿Se convertirá
la burbuja del dólar en la mayor burbuja de la historia
económica?
Cuando el dólar
desaparezca, las tasas de interés aumentarán y los precios
de los bonos colapsarán. Todo el que haya buscado seguridad
en bonos del Tesoro de EE.UU. será aniquilado.
Todos deberíamos
ser conscientes de que semejantes resultados no forman parte
del debate público.
Recientemente
Bill Moyers entrevistó a Simon Johnson, execonomista jefe
del Fondo Monetario Internacional y actualmente profesor en
el MIT. Resulta que la desregulación, que abolió la
separación de los bancos de inversión de los bancos
comerciales, permitió que el JPMorganChase de Jamie Dimon
jugara con depósitos federales asegurados. A pesar de ello,
Moyers informa de que los republicanos están resueltos a
destruir la débil ley Dodd-Frank y restaurar la desregulación
total.
Simon Johnson
dice: “Pienso que la desregulación es una receta para al
desastre”. El problema es, dice Johnson, que la política
económica correcta está bloqueada por las inmensas
donaciones que los bancos hacen a las campañas políticas.
Esto significa que las actitudes de Wall Street y los
modelos de riesgo defectuosos llevarán a una crisis
financiera aún mayor que la que seguimos sufriendo. Y
sucederá antes de una recuperación de la actual crisis.
Johnson
advierte de que los republicanos distraerán a todos de la
verdadera crisis urdiendo otra “crisis” por el techo de
la deuda.
Johnson dice
que “unos pocos, particularmente dentro y alrededor del
sistema financiero, han llegado a ser demasiado poderosos.
Se les permitió que tomaran muchos riesgos, e hicieron un
daño masivo a la economía, la pérdida de más de ocho
millones de puestos de trabajo. Todavía nos esforzamos en
volver a algo parecido a los niveles de empleo que teníamos
antes de 2008. Y han causado un daño masivo al presupuesto.
Este daño al presupuesto es duradero; afecta al presupuesto
cuando necesitamos que sea más fuerte porque la sociedad
está envejeciendo. Tenemos que apoyar a la Seguridad Social
y apoyar a Medicare sobre una base justa. Tenemos que
restaurar y reconstruir los ingresos, que han sido
totalmente devastados por la crisis financiera. La gente
tiene que comprender el vínculo entre lo que hicieron los
bancos y el presupuesto. Y demasiada gente no lo
comprende”.
En
consecuencia, dice Johnson, los banqueros siguen recibiendo
grandes beneficios mientras imponen enormes costes sociales
a la sociedad.
Pocos
estadounidenses y ningún responsable político en
Washington comprenden la dramática situación. Están
demasiado ocupados exagerando una recuperación inexistente
y preparando la próxima guerra. El estadístico John
Williams informa de que si se mide correctamente como un
indicador del coste de la vida, lo que el IPC ya no es, la
actual tasa de inflación en EE.UU. es entre 5 y 7 puntos
mayor que la tasa oficialmente reconocida, como sabe todo
consumidor. La tasa de desempleo baja solo porque la gente
que no puede encontrar empleo sale de la fuerza laboral y ya
no se contabiliza como desocupada. Toda persona informada
sabe que las tasas oficiales de inflación y desempleo son
ficciones; sin embargo, los medios ‘prenstituidos’
siguen mencionando sin inmutarse las tasas como un hecho.
Tal como el
gobierno ha amañado la medición del desempleo, es posible
que EE.UU. tenga una tasa cero de desempleo y ni una sola
persona empleada o en la fuerza laboral.
Tal como el
gobierno ha amañado la medición de la inflación, es
posible que vuestro nivel de vida caiga, mientras el
gobierno informa de que os va mejor.
La desregulación
financiera aumenta el rendimiento de operaciones
especulativas por sobre el rendimiento de la actividad
productiva. La deuda y los derivados altamente apalancados
que provocaron la crisis financiera no tienen nada que ver
con el financiamiento de empresas. Los bancos no solo
arriesgan los depósitos de sus clientes en juegos de
apuesta sino ponen en peligro la estabilidad financiera del
país y su futuro económico.
Con la mirada
puesta en la cercana crisis del dólar, que destruirá el
sistema financiero internacional, los presidentes de China,
Rusia, Brasil y Sudáfrica y el primer ministro de India se
reunieron el mes pasado para discutir la formación de un
nuevo banco que proteja sus economías y comercio contra los
errores cometidos por Washington y la Unión Europea. Los
cinco países, conocidos como BRICS, se proponen comerciar
entre ellos en sus propias monedas y dejar de depender del dólar.
El hecho de que Rusia, los dos gigantes asiáticos y las
mayores economías de África y Suramérica estén
abandonando la órbita del dólar envía un poderoso mensaje
de falta de confianza en el manejo de los asuntos
financieros por parte de Washington.
Es irónico
que el resultado de la desregulación financiera en EE.UU.
sea lo contrario de lo que prometieron sus defensores del
libre mercado. En lugar de firmas financieras altamente
competitivas que vivan o mueran solo por su habilidad sin
intervención gubernamental, tenemos una concentración
financiera sin precedentes. Bancos enormes, “demasiado
grandes para quebrar”, envían ahora sus pérdidas
multibillonarias a Washington para que las paguen los
contribuyentes estadounidenses fuertemente endeudados cuyos
ingresos reales no han aumentado en 20 años. Los banksters
se llevan fortunas en bonificaciones anuales por su éxito
en la socialización de las pérdidas de los bancos del
“libre mercado” y la privatización de los beneficios
hasta el punto de que ni siquiera pagan impuestos a la
renta.
En EE.UU. los
economistas del libre mercado, impulsaron la avaricia y
permitieron que se le diera rienda libre. ¿Desprestigiarán
las desastrosas consecuencias el capitalismo en la misma
medida que el colapso soviético desprestigió el
socialismo?
¿Sobrevivirá
la propia civilización occidental al terremoto financiero
que ha producido la desregulación de Wall Street?
Es irónico,
en realidad, que EE.UU., el hogar del “pueblo
indispensable”, esté frente a nosotros como posible
candidato a que su gobierno sea el responsable del colapso
de Occidente.
* Paul Craig
Roberts fue editor del Wall Street Journal y secretario
adjunto del Tesoro de EE.UU. Su último libro, “How the
economy was lost”, acaba de ser publicado por CounterPunch/AK
Press.
Desde Europa
a
China, surgen signos de un enfriamiento
sincronizado de la
economía global
Nuevos
nubarrones ensombrecen el horizonte
Por
Jon Hilsenrath y Joshua Mitchell
Wall
Street Journal, 25/05/2012
Nuevos
nubarrones ensombrecen el horizonte de la economía mundial.
El jueves, los indicadores que miden el ánimo de las
empresas en Europa descendieron y los reportes de los
gerentes de compras de los grandes fabricantes de todo el
mundo fueron negativos. China, la segunda economía del
mundo, registró su séptima caída consecutiva en un
importante índice de actividad manufacturera mientras que
Estados Unidos anunció que las empresas estaban
disminuyendo sus pedidos de computadoras, aviones, metales
fabricados y otros bienes duraderos.
La oleada de
cifras pesimistas ha dado lugar a una nueva preocupación:
que la actividad económica se esté debilitando en forma
sincronizada en todo el mundo y no solamente en unos cuantos
mercados.
Europa, que
podría sufrir la retirada de Grecia de la zona euro y
dificultades fiscales más amplias, es el epicentro de la
angustia económica global, pero las turbulencias también
se están produciendo en India, Sudáfrica, Brasil y otras
partes del mundo.
Cuando la
economía mundial marcha como es debido, el crecimiento
sincronizado se retroalimenta y expande la prosperidad. Pero
los bajones también pueden interconectarse y reforzarse
mutuamente y la economía mundial se ha visto plagada de
ellos desde la crisis financiera de 2008.
Las malas
noticias han golpeado a los mercados. El índice MSCI, que
mide el desempeño de las bolsas mundiales, acumula un
retroceso de más de 9% desde mediados de marzo. La cotización
del petróleo, otro indicador de demanda global, ha caído
15% este mes.
El
debilitamiento económico podría intensificar las presiones
para que las autoridades estimulen la economía. La Reserva
Federal de EE.UU. no ha indicado si se inclina a poner en
marchas nuevas medidas. Las autoridades europeas, a su vez,
están bajo una gran presión para relajar las políticas de
austeridad y China evalúa formas de apuntalar el
crecimiento.
"Prácticamente
todos los mercados industriales en los que participamos. son
débiles", lamentó Gary Hendrickson, presidente
ejecutivo de Valspar Corp., un proveedor global de pintura
de Minneapolis, durante una conferencia con analistas. La
firma anunció un salto de 36% en su ganancia trimestral,
pero sus proyecciones para el resto del año decepcionaron a
los inversionistas y el precio de la acción cayó.
La última señal
de debilidad económica en China fue el índice de gerentes
de compra elaborado por HSBC que, en una lectura preliminar,
cayó a 48,7 en mayo frente a 49,3 en abril. Cualquier cifra
por debajo de 50 implica una contracción.
Lonmin PLC, el
tercer productor de platino del mundo, acaba de advertir que
podría reducir el gasto de capital en sus minas en Sudáfrica
ante el debilitamiento de la demanda por el metal.La
producción manufacturera cayó súbitamente 2,7% anualizado
en marzo, según las estadísticas oficiales del país.
Infosys Ltd.,
el gigante indio de tercerización, sufrió un declive de
1,9% en su facturación en dólares en el primer trimestre,
su primer descenso trimestral desde 2009. La compañía prevé
un crecimiento inferior a 10% para el actual año fiscal, lo
cual se considera flojo para sus estándares. S.D. Shibulal,
su presidente ejecutivo, manifestó en abril que muchos de
los clientes de la industria de servicios financieros en
EE.UU. toman sus decisiones de gasto de mes en mes, en vez
de anualmente, y que la escasa inversión en tecnología es
preocupante.
Los pedidos de
computadoras y productos relacionados bajaron 3,1% en abril
en EE.UU., frente a un mes antes, tras perder 3,7% en marzo,
reportó el Departamento de Comercio.
Informatica
Corp., fabricante californiano de software que ayuda a las
empresas a integrar datos, observa ventas más débiles en
Europa, especialmente en el sector público, dijo su
presidente ejecutivo, Sohaib Abbasi, durante una conferencia
del sector esta semana. En el primer trimestre de 2011, la
compañía cerró un par de acuerdos de US$1 millón con
gobiernos europeos. En el mismo lapso de este año, no ha
conseguido ninguno, indicó.
Las ventas a
los gobiernos europeos representaron 1% de los ingresos del
primer trimestre, por debajo del margen típico de entre 3%
y 5%, dijo Abbasi.
"Las
medidas de austeridad han tenido un impacto", aseguró.
De todos modos, la compañía detecta un crecimiento de dos
dígitos en otras regiones, incluyendo América Latina y
Asia-Pacífico.
Indemne a la
crisis de 2008, China ahora se desacelera
El producto
cae abruptamente
Por
Keith Bradsher
Desde Xi'an, China
New
York Times, 24/05/2012
La Nación,
29/05/2012
La caída del
mercado inmobiliario local, el estancamiento de las
exportaciones y la pérdida de confianza de los consumidores
generaron lo que un asesor del gabinete chino calificó como
"una abrupta desaceleración de la economía", según
reconoció el gobierno en su sitio web.
Aunque la
economía china sigue en crecimiento, los obreros de la
construcción están perdiendo masivamente sus empleos y las
ventas minoristas de abril subieron al ritmo más lento de
los últimos tres años. Este año, las inversiones
aumentaron a menor velocidad que nunca desde 2011.
Xi'An:
trabajador de la construcción en paro
El rasgo más
impactante de la actual desaceleración es que se extiende más
allá de las desarrolladas provincias costeras y alcanza el
corazón del país, incluidas ciudades como Xi'An, en el
Noroeste.
Las
inesperadas dificultades de la economía china comienzan a
inquietar a los inversores internacionales, en especial en
el mercado de commodities , ya que China es el mayor
consumidor mundial de materias primas y el segundo de petróleo.
Si esa
desaceleración se profundizara, generaría una onda
expansiva en la economía global. Hasta el momento, la
economía de China prosperó casi indemne como el principal
motor del crecimiento mundial, a pesar, incluso, de la
crisis de las deudas soberanas en Europa y del malherido
mercado inmobiliario norteamericano.
Las
calificadoras Standard & Poor's y Moody's emitieron la
semana pasada sendos informes con advertencias acerca de los
severos problemas de efectivo que atraviesan muchas empresas
constructoras debido a la caída en la preventa de
inmuebles, mientras que las inmobiliarias mantienen pesadas
deudas de intereses atrasados con los bancos.
La economía
de China era 8,1% más grande en el primer trimestre de 2012
que un año atrás, pero la mayor parte de ese crecimiento
se produjo en 2011.
"La
economía apenas registró crecimiento durante este primer
trimestre respecto del último de 2011, y el segundo
trimestre de este año probablemente arroje menor
crecimiento aun que el trimestre anterior", señaló
Diana Choyleva, economista de la consultora Lombard Street
Research, en Londres.
China es el
principal importador mundial de una larga lista de
commodities , como hierro y cobre. También ha sido un gran
comprador de equipamiento fabril y bienes de lujo europeos.
Gracias al
impulso de las ingentes inversiones del gobierno en rutas y
otras obras de infraestructura, así como de la voraz
demanda de viviendas de los trabajadores pobres llegados a
las ciudades desde las áreas rurales, las urbes del
interior de China siguieron creciendo, a pesar de las graves
dificultades que atravesó la economía mundial desde fines
de 2008, luego de la quiebra de Lehman Brothers.
Estímulo
Pero ahora los
problemas económicos son evidentes en Xi'An, puntal de la
economía del noroeste chino, que funciona también como uno
de los centros de distribución y transporte más
importantes del país y como polo industrial que fabrica
desde topadoras hasta componentes aeronáuticos.
Pekín llamó
a estimular la economía acelerando la construcción de vías
férreas, escuelas, hospitales y otras infraestructuras.
Como la economía aún depende de la inversión pública,
algunos economistas creen que China será capaz de volver rápidamente
a la vía del crecimiento.
Sin embargo,
como el país ya casi terminó de construir parte de su
infraestructura, cada vez le resulta más difícil encontrar
proyectos que resistan el análisis de costo–beneficio.
Las
constructoras del país respondieron a la caída de los
precios abandonando su larga costumbre de iluminar con luz
artificial las obras en construcción para así trabajar las
24 horas. Ahora sólo tienen el turno diurno, con la
consecuente y abrupta caída de la demanda de mano de obra.
"Cada vez es más difícil encontrar trabajo", se
queja Li Bo, obrero de la construcción y vecino de Xi'An.
Conocida en
Occidente por haber sido la antigua capital china, lugar de
almacenamiento de la Ruta de la Seda y hogar de los
guerreros de terracota, Xi'An también juega un papel
importante en la economía local como centro económico
regional con ocho millones de habitantes.
Los
comerciantes y dueños de negocios de todo el noroeste chino
convergen en los enormes mercados de la ciudad para comprar
mercaderías, por lo que Xi'An es un excelente lugar para
tomar el pulso de lo que ocurre en el interior del país. Y
en este momento ese pulso es un poco débil, en especial en
lo que se refiere al consumo.
After
Barreling Ahead in Recession, China Finally Slows
Output
Slows Sharply; Ripples Feared
By
Keith Bradsher
New
York Times, May 24, 2012
Xi’an,
China.– A nationwide real estate downturn, stalling
exports and declining consumer confidence have produced what
a Chinese cabinet adviser, quoted on the official government
Web site on Thursday, characterized as a “sharp slowdown
in the economy.”
Though
the Chinese economy continues to expand, construction
workers are losing jobs in droves and retail sales grew last
month at the slowest pace in more than three years.
Investments in fixed assets have increased more slowly this
year than in any year since 2001.
The
most striking feature of the slowdown is that it extends
beyond the coastal provinces, which depend on exports and
are closely linked to the global economy, to the country’s
far more insular interior, including cities like Xi’an
here in northwestern China.
China’s
unexpected economic difficulties are starting to unnerve
investors in world markets, especially commodity markets, as
China is the world’s largest consumer of most raw
materials and the second–largest consumer of oil.
A
deepening slowdown would ripple across the world economy.
Until now, China’s economy barreled ahead mostly
unhindered as the main engine of global growth, even as
Europe struggled with its government debt crisis and the
United States limped along with a crippled housing market.
Government
indexes show real estate prices are falling in more than
half of the country’s top 70 urban markets, Xi’an among
them. Standard & Poor’s Ratings Services and Moody’s
each issued reports on Thursday warning that many of
China’s real estate developers face a severe cash squeeze
as apartment sales slow to a crawl. The developers still owe
heavy interest payments on bank loans.
“Weak
property developers in China are likely to face a test of
their survival this year,” S.& P. said.
China’s
economy was 8.1 percent larger in the first quarter of this
year than a year earlier, but virtually all of that growth
took place last year. The economy barely grew in the first
quarter compared with the fourth quarter of 2011, and the
second quarter of this year is likely to show even less
growth from the preceding quarter, said Diana Choyleva, a
China economist in the Hong Kong office of Lombard Street
Research.
The
World Bank also warned on Wednesday of a slowdown.
“Clearly
the economy is much, much weaker than most people thought
until recently,” Ms. Choyleva said. “They have a real
mess on their hands.”
China
is the world’s largest importer of a long list of
commodities, like iron ore and copper. It has also been a
big buyer of European factory equipment and luxury goods.
The United States economy is much less exposed to a slowdown
in the Chinese economy, with exports of goods to China
representing less than 0.7 percent of American economic
output last year.
Benefiting
from heavy government spending on highways and other
infrastructure and voracious demand for apartments as poor
laborers arrived from the countryside, China’s inland
cities had continued to expand even when the rest of the
world’s economy fell into serious difficulty in late 2008
and early 2009. But now the economic troubles are evident
here in Xi’an, an economic cornerstone of northwestern
China that serves as one of the country’s largest
transportation and distribution hubs and a manufacturing
center for everything from bulldozers to aircraft components.
Sun
Yufang, a wholesale dealer in Xi’an in ovens, ranges and
water heaters, said that residents had nearly stopped
outfitting new apartments or redecorating old ones.
“We
didn’t really feel the global financial crisis, but this
year, we’ve really felt it – I don’t see a solution
unless people start buying,” Ms. Sun said, sitting in a
spacious shop with no customers in sight.
Premier
Wen Jiabao expressed concern last weekend about the economy
after an inspection tour to Wuhan in east–central China.
He then led a cabinet meeting on Wednesday that produced the
government’s strongest statement yet.
The
government should “place stabilizing growth in a more
important position and carry out pre–emptive policy
adjustments and fine–tuning more forcefully according to
the changing situation,” the cabinet statement said.
An
explanatory statement from the official Xinhua news agency
drafted on Wednesday and posted on the Chinese government’s
Web site on Thursday cited Zhang Liqun, a senior economist
advising the cabinet, as saying that, “the sharp slowdown
in the economy has aroused attention from policy makers.”
A
preliminary reading of a monthly purchasing managers index
showed that manufacturing had continued to weaken in May,
with the index falling to 48.7 from 49.3 in April; a figure
below 50 indicates a slowing sector.
The
cabinet called for stimulating the economy through faster
construction of railroads, schools, clinics and other
infrastructure. With the Chinese economy still heavily
dependent on investment spending, some economists are
optimistic that China can quickly reignite growth.
“When
you’ve got state banks lending to state enterprises to
implement the state’s five–year plan, you don’t have a
lot of downside to investment,” said Paul Gruenwald, a
former International Monetary Fund official in Hong Kong who
is now the chief Asia economist at ANZ, one of Australia’s
biggest banks.
China
has the financial resources to expand government spending
sharply. China has a low ratio of debt to economic output,
even when sizable local government debts are added to the
national debt. Chinese banks have among the world’s lowest
rates of loans to deposits, although some banking analysts
have questioned whether many loans by state–owned banks to
politically influential borrowers will be repaid.
But
with the country having finished building much of its
infrastructure, it is having a harder time finding further
projects that can pass cost–benefit analyses. The Chinese
interior has been the biggest beneficiary of infrastructure
spending over the last decade, but now shows signs of
catching up with the more developed coast.
The
Xi’an airport opened a third terminal and another runway
on May 3, giving it the capacity to handle as many
passengers as John F. Kennedy International Airport in New
York, despite considerably smaller daily traffic. Bullet
trains connect Xi’an to Zhengzhou, nearly 300 miles to the
east, while no fewer than three concentric beltways encircle
Xi’an, although traffic jams continue to bedevil the
ancient city’s core.
One
more big infrastructure project remains: the city opened its
first subway line late last year, plans to finish a second
line later this year and has begun construction on a third.
But crisscross the city these days and there are fewer
streets torn up for building projects than in the past.
At
the same time, residential real estate construction has
slowed sharply after the government imposed a stringent ban
last year on the purchase of multiple homes in an effort to
discourage speculation and make housing more affordable. Wei
Li, a real estate broker in downtown Xi’an, said that
prices had fallen 20 percent since the start of this year
for new apartments in the hundreds of towers under
construction on the city’s periphery, but she said
downtown real estate prices were stable. Construction
material vendors here, however, say that apartment prices
are also falling in downtown neighborhoods.
Developers
across the country have responded to the drop in prices by
abandoning the longstanding practice of floodlighting
construction sites and working around the clock. They have
cut back to one daytime shift, sharply reducing the demand
for construction workers.
“It’s
getting harder and harder to find work,” complained Li Bo,
a construction worker here.
Xi’an
is best known in the West as an ancient capital of China, a
Silk Road entrepôt that is home to the terra–cotta
warriors. But modern–day Xi’an also plays an important
role in the Chinese economy as a regional economic hub with
eight million residents.
Store
owners and other traders from across northwestern China
converge at large covered markets here to buy goods, making
Xi’an one of the best places to take the pulse of
China’s interior. And now, that pulse feels weak for
consumer spending.
Until
late March, Ma Xiechuan sold pork at his butcher shop here
by hacking large chunks and handing them to lines of
customers to take home and carefully slice and dice. But
with sales now down by a third, he has so much extra time
that he deftly wields his steel cleaver to produce thin
slivers, ready for the customer’s wok.
“It’s
the fastest downturn in business I’ve seen in more than 10
years here,” Mr. Ma said.
Yian
Leilei, a wholesaler of tablecloths and car seat covers,
said that sales nose–dived after Chinese New Year on Jan.
23 and had not recovered. Wang Heiyen, a wholesaler of
insulated food and beverage containerssaid his sales were
sliding steadily and customers were becoming ever pickier.
Ding Lei, the co–owner of a paint and plaster store said
his sales had halved since the start of this year. “People
are just not buying apartments,” Mr. Ding said. “It was
O.K. in 2009. I’ve never seen it as bad as it is now.”
Mayor
Dong Jun of Xi’an expressed worry in a post last week on
the city’s Web site.
“The
economic situation in the whole city from January through
April this year is not that optimistic,” he said.
“Maintaining the growth rate continues to be very
difficult.”
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