Lo
desmienten sus propias agencias de inteligencia
Fiasco
de Bush frente a Irán
Por
Claudio Testa
Socialismo
o Barbarie, periódico, 13/12/07
A
principios de la semana pasada, una noticia insólita se
difundía en Washington. La “Intelligence
Community” (“Comunidad
de Inteligencia”, organismo que reúne a las 16 agencias
de espionaje, incluida la CIA) había dado a conocer uno de
sus informes de rutina, conocidos con el nombre de
“Estimación Nacional de Inteligencia”.
Pero
esta vez no habría nada “rutinario”. La Estimación
Nacional de Inteligencia difundida el lunes 3 de diciembre
por el consejero de Seguridad Nacional, Stephen V.
Hadley, se refería al programa nuclear de Irán y su
supuesta capacidad de producir armas atómicas... Y era un
desmentido total y rotundo de la campaña de Bush sobre el
inminente peligro de la “bomba atómica de los
ayatolas”... que justificaría una nueva guerra en
Medio Oriente, esta vez contra Teherán.
En efecto,
el informe conjunto del espionaje yanqui afirma textualmente
que Irán había
puesto fin a su programa de armas nucleares hacía más de
cuatro años: “La Comunidad de Inteligencia está
segura de que Irán detuvo su programa secreto de armas
nucleares en el otoño de 2003 y cree que no ha reanudado
dicho programa...”
Tanto
Bush como su vicepresidente, Cheney, alentados por el
gobierno de Israel, vienen desarrollando una activa cruzada
contra Irán, cuyo eje es ese supuesto “programa secreto
de armas nucleares”. La desembocadura de la campaña iba a
ser el ataque a Irán. Así, en octubre, Bush amenazó con una “Tercera Guerra Mundial” si Irán
continuaba con esas actividades nucleares... que ahora la
inteligencia yanqui dice que
no existen...
Los
analistas coinciden en que se trata de un durísimo
golpe a los planes de Bush de finalizar su mandato con
otra guerra. Un golpe que, si no los liquida totalmente, por
lo menos los deja malheridos.
Problemas
de fondo y líos de trastienda
No es
habitual (y menos en los estados del “primer mundo”, que
supuestamente son menos embrollados que los del sur) que las
agencias de espionaje se junten para desmentir públicamente
al gobierno.
El
incidente pone de relieve una vez más la crisis política
que arrastra la administración Bush y también las
diferencias que cruzan al aparato del estado, especialmente
a la rama militar, y también a la misma burguesía
imperialista en general.
El telón
de fondo de esta crisis no es un secreto para nadie: se
trata del frustración de la política de Bush y los
“neoconservadores” de erigir un imperio
colonial-petrolero en Medio Oriente, que los llevó al
triple fracaso de Iraq, Afganistán y Líbano (éste, por
intermedio de Israel).
La política
esbozada por Bush-Cheney, la de “huir hacia adelante”,
tratando de remontar esos fracasos promoviendo una nueva
guerra, parece haber puesto los pelos de punta a más de un
personaje civil y militar en Washington... y a muchos
burgueses sensatos.
No por
casualidad, es precisamente entre el personal militar donde
se han venido manifestando las oposiciones más duras.
Aunque los generales y almirantes en actividad no pueden
salir abiertamente a la palestra, la crisis ha abierto
infinidad de grietas por donde se derraman
“oficiosamente” las críticas... matizadas con amenazas de desobedecer las órdenes de la Casa Blanca, si manda
atacar Irán.
Es que un
ataque a Irán supondría un doble peligro para las fuerzas
armadas del imperialismo: para el ejército estacionado en
Iraq y para la V Flota que navega el Golfo Pérsico.
Los
analistas militares coinciden en que EEUU carece de fuerzas
capaces de llevar adelante una invasión. Pero limitarse a
bombardear Irán (salvo que se lo arrase con armas
nucleares) no reduciría su importante capacidad de
respuesta. Esto podría ser catastrófico para las tropas
estadounidenses en Iraq y para su flota del Golfo. Y como la
respuesta iraní también probablemente caería sobre los títeres
de EEUU en la región, como Arabia Saudita, a la catástrofe
militar se le añadiría la catástrofe económico-petrolera...
Estas
pesadillas (que podrían hacerse realidad si se llevase
hasta el fin la orientación Bush-Cheney respecto a Irán)
parece haber generado un nuevo “consenso de Washington”:
el de poner el freno a este curso peligroso alentado desde
la Casa Blanca. Uno de los productos de este consenso ha
sido la ya famosa Estimación
Nacional de Inteligencia del lunes 3.
Bush,
por su parte, no ha
dado el brazo a torcer: “Antes de la Estimación
creía que Irán era peligroso, y después de la Estimación
sigo creyendo que Irán es peligroso. Y considero que este
es el momento para que el mundo haga el trabajo duro
necesario”.
Tal fue la
respuesta obcecada del presidente yanqui. Pero los únicos
aplausos que se escucharon en la sala vinieron desde Tel
Aviv... Eso no parece suficiente para comenzar la “Tercera
Guerra Mundial”.
La
otra cara de moneda Sin
embargo, no hay que dejar de subrayar que, como sucede
generalmente, la moneda tiene dos caras. El reverso de todo
esto, es que se ha apuntado un tanto el sector yanqui que
auspicia, como alternativa a la línea Bush-Cheney, el proyecto de un
pacto global contrarrevolucionario con el régimen de
Teherán. Esto ya fue propuesto abiertamente por la
comisión bipartidista de "notables" que funcionó
hace un año en Washington. Bush ha rechazado de plano esa
orientación... pero los duros hechos han sido finalmente
más fuertes y no lo dejaron tampoco llevar a fondo su
política. Por
parte de Teherán, el significado político
de la desmentida de los servicios de inteligencia a
"su" presidente, fue bien captada por el régimen
clerical. La respuesta inmediata de Ahmadinejad fue reiterar
su propuesta de un "pacto regional"... que por
supuesto incluye al imperialismo yanqui. Casi
simultánemente, Barham Salih, viceprimer ministro del gobierno títere de Bagdad,
agradecía a Ahmadinejad por sus gestiones para contener las
operaciones de la milicia islámica de al-Sadr en Iraq. (Ver
en esta misma edición: "Irán contiene las operaciones de milicia islámica en
Iraq", por Roxana Saberi, corresponsal en Bagdad, IPS, 12/12/07)
|