El
dólar pisa una mancha resbaladiza de petróleo
Por
Martin Feldstein (*)
Project Syndicate, mayo 2008.
Traducción de
Claudia Martínez
Cambridge
– La rápida suba del precio del petróleo y la marcada
depreciación del dólar son dos de los acontecimientos más
sobresalientes del pasado año. El precio del petróleo
aumentó el 85% en los últimos 12 meses, de 65 a 120 dólares
el barril. Durante el mismo período, el dólar cayó el 15%
en relación al euro y el 12% frente al yen. Para muchos
observadores, la combinación de la caída del dólar y el
aumento de los precios del petróleo parece ser más que una
coincidencia.
Ahora bien,
¿cuál es la relación entre ambos? ¿El precio del petróleo
habría aumentado menos si el petróleo estuviera cotizado
en euros en lugar de dólares? ¿La caída del dólar causó
el aumento del precio del petróleo? ¿Y cómo afectó la
suba del precio del petróleo el movimiento del dólar?
Como el
mercado petrolero es global, siendo su precio en diferentes
lugares prácticamente idéntico, el precio refleja tanto la
demanda mundial total de petróleo como la oferta total de
todos los países productores de petróleo. La principal
demanda de petróleo es como combustible para transporte, a
la vez que se utilizan cantidades menores para calefacción,
energía y como insumos para industrias petroquímicas como
la del plástico. Por ende, la creciente demanda de petróleo
de parte de todos los países, pero especialmente de
aquellos pertenecientes a mercados emergentes de rápido
crecimiento como China y la India, ha sido y seguirá siendo
una fuerza importante que empuje el precio global hacia
arriba.
El
razonamiento detrás del interrogante de si el petróleo
costaría menos si estuviera cotizado en euros parece ser
que, como el dólar ha caído en relación al euro, esto
habría contenido la suba del precio del petróleo. En
realidad, la moneda en la que esté cotizado el petróleo no
tendría ningún efecto importante o sostenido en el precio
del petróleo cuando se la traduce a dólares, euros, yenes
o cualquier otra moneda.
He aquí la
razón. El mercado hoy está en equilibrio con el precio del
petróleo a 120 dólares. Esto se traduce en 75 euros al
tipo de cambio actual de aproximadamente 1,60 dólar por
euro. Si se acordara que el petróleo, en cambio, estuviera
cotizado en euros, el precio de equilibrio de mercado seguiría
siendo 75 euros y, por lo tanto, 120 dólares. Cualquier
precio más bajo en euros causaría una excesiva demanda
global de petróleo, mientras que un precio por sobre 75
euros no crearía suficiente demanda como para absorber todo
el petróleo que los productores querrían vender a ese
precio.
Por
supuesto, el índice de incremento del precio del petróleo
en euros durante el pasado año fue inferior que el índice
de incremento en dólares. El precio en euros del petróleo
en mayo de 2007 era de 48 euros, o 56% por debajo de su
precio actual. Pero eso también sería válido si el petróleo
hubiera estado cotizado en euros.
La
coincidencia de la caída del dólar y el aumento del precio
del petróleo sugiere a los ojos de muchos observadores que
la caída del dólar causó la suba en el precio del petróleo.
Eso es sólo válido siempre que pensemos en el precio del
petróleo en dólares, ya que el dólar ha caído en relación
a otras monedas importantes. Pero si el tipo de cambio del dólar–euro
se hubiera mantenido en el mismo nivel que estaba en mayo
pasado, el precio del petróleo en dólares habría
aumentado menos.
El punto
clave aquí es que el precio del petróleo en euros habría
sido el mismo que hoy. Y el precio del petróleo en dólares
habría subido 56%. El único efecto de la caída del dólar
es que cambia el precio en dólares en relación con el
precio en euros y otras monedas.
Sin
embargo, lo que sí hace el elevado y creciente precio del
petróleo es contribuir a la caída del dólar, porque el
creciente costo de las importaciones de petróleo amplía el
déficit comercial de Estados Unidos. En 2007, Estados
Unidos gastó 331.000 millones de dólares en importaciones
de petróleo –el 47% del déficit comercial de Estados
Unidos, de 708.000 millones de dólares–. Si el precio del
petróleo se hubiera mantenido a 65 dólares el barril, el
costo del mismo volumen de importaciones habría sido sólo
179.000 millones de dólares, y el déficit comercial habría
sido un 20% inferior.
El dólar
está cayendo porque sólo un dólar más competitivo puede
reducir el déficit comercial de Estados Unidos y llevarlo a
un nivel sostenible. En consecuencia, mientras la creciente
demanda global empuje los precios del petróleo hacia arriba
en los años venideros, se volverá más difícil achicar el
déficit comercial de Estados Unidos, lo que provocaría una
depreciación más rápida del dólar.
(*)
Martin Feldstein, profesor de Economía en Harvard, fue
presidente del Consejo de Asesores Económicos del
presidente Ronald
Reagan y presidente de la Oficina Nacional para la
Investigación Económica.
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