Triunfó
el negro Obama sobre la mujer Hilary...
Pero
los saqueos y guerras de EEUU continuarán
Por
Pedro Echeverría V.
Para Socialismo o Barbarie, 05/06/08
1. En México,
como seguramente en muchos países de América Latina,
surgen siempre preguntas (no se si son tontas o
esperanzadoras) tales como éstas: ¿Qué gobernante de EEUU
le convendrá a México? ¿Beneficiará al país una
victoria del partido Demócrata o del Republicano? ¿Será
mejor Obama que Hilary para los mexicanos migrantes? Sin
poseer una visión amplia de los problemas mundiales, sin
importarles si lo que beneficia a México beneficia al
mundo, sin pensar en las guerras e invasiones que realizan
los gobernantes de los Estados Unidos, muchos mexicanos
piensan que lo único que vale es que México reciba
beneficios. ¿Será que no se den cuenta del significado de
las invasiones a Afganistan e Iraq, del apoyo yanqui al
gobierno de Israel para someter a los palestinos, de las
amenazas de EEUU a América Latina para adueñarse de sus
recursos naturales y, por ese hecho, sólo estén pensando
de manera unilateral o egoísta en México, México, México?
¿Será que les importe un bledo el mundo?
2. No podrá
ser de otra manera ni podrán existir sorpresas en que
gobierne un negro (que debería reivindicar las batallas de
Luther King y Malcom X contra el racismo y la esclavitud) o
una mujer (que debería luchar por las igualdad sexual, tal
como lo hacen cientos de miles de mujeres feministas) Está
más que probado que cualquiera que ocupe la Presidencia de
los EEUU tendrá la obligación ineludible de continuar con
la política general que ha seguido el imperio desde
principios del siglo XX. Pueden manifestarse diferencias de
estilo de gobernar entre los partidos Demócrata y
Republicano, pueden registrarse discrepancias entre los
poderosos consorcios o intereses transnacionales que apoyan
a uno u otro partido, pero en lo esencial, lo determinante,
es una política de gobierno que quiere seguir dominando
militar, económica y políticamente en el mundo para
apropiarse de las riquezas de otros países y así
garantizar el alto nivel de consumo de los yanquis.
3. Al
parecer triunfará el partido Demócrata, porque ya le toca
en eso que llaman la “alternancia” que no es otra cosa
que un acuerdo no escrito, una especie de contrato social
entre los más grandes grupos empresariales y políticos
para conservar la paz social de Estado. Pero el compromiso
de Obama (si no surge por allí un grupo de locos de la CIA
o del Departamento de Estado que lo asesine) es
esencialmente con los que han manejado la vieja industria de
la guerra. La guerra en los EEUU ha sido base esencial de su
economía: a) por los billones de dólares que representa la
fabricación de aviones, tanques, helicópteros, submarinos,
bases militares, uniformes, etcétera, y b) porque ese mismo
poderío militar permite al gobierno yanqui intimidar a
gobiernos y pueblos que pudieran pensar en rebelarse. Por
eso cuando se revisan los discursos de Obama, Hilary o el
del Repúblicano apenas se pueden distinguir algunas
diferencias, pero en lo esencial son los mismo.
4. Es
interesante ver, con un simple repaso, que tantos
gobernantes “demócratas” cono “republicanos” en
EEUU son más de lo mismo: Kennedy ordenó la invasión a
Cuba mientras, junto a su mujer, se presentaba ante el mundo
como un simpático presidente; Johnson, del mismo partido
“demócrata”, incrementó los bombardeos contra el
pueblo de Vietman. Nixon, que cargaba un gran desprestigio
por ser del partido “republicano”, antes que fuera
obligado a renunciar por lo de Watergate, derrocó al
presidente Allende, reconoció al gobierno chino y puso fin
a la invasión yanqui de Vietnam. Carter, a partir de 1977,
realizó algunos acuerdos de paz. Reagan intervino contra
Nicaragua, Granada, Libia y vendió armas secretas a Irán.
El 1991 Bush padre ordenó la invasión de Panamá y la de
Irak, misma que su hijo repitió en 2003. Clinton intervino
en Haití y Yugoslavia (Kosovo) ¿Quién fue el peor o el
menos malo? Entonces es muy importante no confundirse.
5. Obama va
a gobernar como blanco, así como Hilary hubiera gobernado
como hombre. ¿O es que se conoce a algún gobernante negro,
mujer, religioso, indio, (con excepción de Evo Morales),
intelectual, que haya gobernando favoreciendo a su clase
social o género y que se haya alejado u opuesto a los
intereses de las clases económicamente dominantes? La
historia demuestra que todos los gobernantes actúan de
acuerdo a la clase social que lo llevó al poder y lo
mantiene en él. No gobierna nadie de acuerdo a lo que
desea, quiere o piensa; son las fuerzas dominantes las que
imponen el programa político o económico, no el personaje
que gobierna. Para que Hugo Chávez, Evo Morales y Rafael
Correa continúen con proyectos de gobierno acordes a los
intereses del pueblo se ha requerido que ese mismo pueblo
apoye, exija, critique y se mantenga vigilante. Si esto se
acaba esos gobernantes serán derrocados o cambiarán de
programa.
6. Pero
Obama no ha dejado de hacer llamados a los latinos para
obtener sus votos, por eso ha creado esperanzas en ellos al
decir: “Yo estuve al lado de la comunidad hispana cuando
fui un organizador comunitario en Chicago, estuve a su lado
en marchas por inmigración y estaré a su lado cuando sea
presidente. Necesitamos pasar una reforma inmigratoria
integral, reducir la deserción escolar de los latinos, y
por fin promulgar la ley DREAM y proveer a los 15 millones
de latinos que no tienen seguro con cuidados de salud de
alta calidad y al alcance de sus bolsillos. Y terminemos
esta guerra en Irak ahora y demos vuelta la página en estas
políticas fallidas de los últimos siete años que han
dejado atrás a tantos latinos y a muchos otros
americanos”. Sin embargo esas promesas como candidato no
son garantía alguna para cuando ocupe la Presidencia; mucho
menos se puede esperar algo del candidato “republicano”
que será la continuidad exacta de Bush.
7. Pero lo
indiscutible es el papel determinante de la política de los
EEUU sobre México y demás países del mundo. La devaluación
del dólar y del peso mexicano junto a él; la lucha por el
mercado entre EEUU, China y el Mercomún europeo, así como
las confrontaciones violentas de Israel con los países árabes,
son más poderosos que la misma política nacional. Mientras
en la provincia, incluso en todo el país, nos peleamos por
una serie de demandas muy locales, un tanto ridículas, que
resuelven muy poco, los grandes problemas económicos y políticos
de México se discuten y resuelven en grandes instituciones
bancarias norteamericanas.
Más que esperanzarse en que el gobierno de Obama beneficie
a México, es necesario dar continuidad a nuestras luchas
contra la dominación imperial, contra todos los procesos de
privatización, por la creación de un millón 300 empleos
anuales necesarios, por atender los problemas de los
campesinos y por el aumento al salario mínimo.
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