EEUU–Irán
Vacuidad
disfrazada de avance diplomático
Análisis
de Gareth Porter (*)
Inter
Press Service (IPS), 18/07/08
Washington,–
Aún es pronto para descorchar champán por la participación
de un alto funcionario del Departamento de Estado (cancillería)
de Estados Unidos en una reunión multilateral a la que
asistirá un representante de Irán, este sábado en
Ginebra.
Al cónclave
concurrirán el principal negociador iraní en cuestiones
nucleares, Saeed Jalili, el subsecretario de Estado
estadounidense para Asuntos Políticos, William J. Burns, y
delegados de Alemania, China, Gran Bretaña, Francia y
Rusia.
Además,
participará el alto representante de la Unión Europea (UE)
para la Política Exterior y de Seguridad, Javier Solana,
quien tiene un papel clave en las negociaciones por el
conflicto en torno del desarrollo nuclear de Irán, que según
Estados Unidos, Israel y algunos países de Occidente tiene
objetivos armamentistas.
La
presencia en Ginebra de Burns, tercero en la jerarquía del
Departamento de Estado, es considerada un paso adelante,
pues Washington se había negado hasta ahora a mantener
contactos directos con Teherán mientras ese régimen
islamista no suspendiera sus actividades de enriquecimiento
de uranio.
Las
circunstancias que rodean la decisión de Estados Unidos
sugieren que puede tratarse de una más en una serie de
"no decisiones" diplomáticas respecto de Irán,
habituales en el gobierno de George W. Bush en los últimos
tres años.
El diario
The New York Times sintetizó muy bien el modo en que la
prensa estadounidense interpretó el anuncio, al calificarlo
de "doble cambio en la lucha política", en
referencia a la estrategia de no dialogar y al discurso de
desdén hacia los contactos entre Irán y las potencias.
Burns
reconoció que se trata de un "gran cambio" en la
política exterior estadounidense. Su jefa, la secretaria de
Estado (canciller) Condoleezza Rice, ha procurado en los últimos
meses imponer en el gobierno mayor flexibilidad hacia Irán.
El diario
británico The Guardian fue, incluso, más lejos, al señalar
que la presencia de Burns en la reunión en Ginebra
"sugiere que un acuerdo está en ciernes".
Pero
considerar un avance decisivo el viaje del funcionario a la
ciudad suiza constituye, por cierto, una exageración de la
victoria de quienes alientan en Washington una aproximación
diplomática, como Rice y el secretario (ministro) de
Defensa, Robert Gates, sobre el vicepresidente Dick Cheney,
principal abanderado de la beligerancia hacia Irán.
La portavoz
de la Casa Blanca, Dana Perino, y el del Departamento de
Estado, Sean McCormack, describieron la participación de
Burns en la reunión como una oferta "de una sola
vez". McCormack añadió que no se planificaron
contactos posteriores, a menos que Irán suspendiera el
enriquecimiento de uranio.
El portavoz
también aseguró que Burns se limitaría a escuchar, por lo
que no se trataría de una negociación. Esa combinación de
características para una reunión de ese nivel reduce su
importancia diplomática.
La decisión
no colma las previsiones planteadas meses atrás por el
grupo de seis potencias, conocido como P5+1, por componerse
de los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad
de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y Alemania.
La fórmula
acordada entonces, denominada "congelamiento por
congelamiento", implicaba la participación de Estados
Unidos en "conversaciones preliminares" sobre el
programa nuclear iraní durante seis semanas.
De acuerdo
con la posición manifestada entonces informalmente por
Washington, al cabo de ese periodo Teherán debía suspender
el enriquecimiento de uranio, lo cual abriría el diálogo
formal y sustantivo.
Fuentes
diplomáticas detallaron que el plan "congelamiento por
congelamiento" obligaba a Irán a no instalar más
centrifugadoras de uranio y que las seis potencias no
establecerían nuevas sanciones durante las seis semanas.
Pero, según
una fuente de la UE con conocimiento directo de las
deliberaciones de Solana con el canciller iraní Manouchehr
Mottaki y el negociador Jalili, el representante europeo
presentó el 14 de junio en nombre del P5+1 una oferta
diferente de la de "congelamiento por
congelamiento".
El
informante no estaba autorizado a explicar la diferencia
entre las dos propuestas. Los acontecimientos posteriores
sugieren que el colapso del "congelamiento por
congelamiento" se debió a objeciones estadounidenses.
El 3 de
este mes, McCormack, en una de sus habituales conferencias
de prensa, fue notoriamente ambiguo y evitó contestar en
dos oportunidades si la propuesta de "congelamiento por
congelamiento" era aceptable para Washington.
Además,
indicó que el diálogo informal se gestaría a través de
Solana, no del P5+1 ni de la troika europea que la había
asumido en las primeras instancias del conflicto (Alemania,
Francia y Gran Bretaña).
Al mismo
tiempo, reiteró la política de no negociar con Irán hasta
que ese país suspendiera sus actividades de desarrollo
nuclear.
Ahora
resulta evidente que esa ambigüedad era necesaria para que
Rice tuviera el tiempo y convenciera a Bush de las bondades
de la fórmula de Solana. El alto representante europeo, por
ejemplo, no explicitó qué países participarían en la
reunión de este sábado en Ginebra cuando la anunció.
Pero Bush
accedió a que Burns viajara a Suiza en términos muy
diferentes a los que Solana había propuesto a Irán. La
limitación del compromiso a una sola reunión y las
restricciones a la participación del funcionario sugieren
que Cheney tuvo un peso considerable en la forma que tuvo la
decisión.
Irán podría
tratar de explotar la presencia de Burns en Ginebra
ofreciendo una nueva fórmula de acuerdo, con la intención
de extender las deliberaciones en el tiempo.
Pero, como
Bush suele resistirse a las negociaciones bajo la influencia
de Cheney, la participación de Burns para una única y
silenciosa reunión con el enviado iraní parece más una
"no decisión" que una cambio fundamental de políticas.
(*)
Gareth Porter es historiador y experto en políticas de
seguridad nacional de Estados Unidos. "Peligro de
dominio: Desequilibrio de poder y el camino hacia la guerra
en Vietnam", su último libro, fue publicado en junio
de 2005 y reeditado en 2006.
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