Obama en gira electoral por el mundo
Por Claudio Testa
Socialismo o Barbarie, periódico, 01/08/08
La gira internacional de Barack Obama –desde
Kabul a Londres, pasando por Bagdad, Tel Aviv, Berlín y París–
ha servido, entre otras cosas, para poner en evidencia
internacionalmente qué cosas se trae bajo el poncho
el candidato del “cambio”. O sea, qué cosas van a
cambiar y qué otras seguirán tal cual... o aun peor.
Un incidente durante su multitudinario acto del
24 de julio en Berlín permite graficar bien esto. El famoso
lema de Obama es “Change: we can believe in”
(“Cambio: podemos creer en él”), consigna que allí se
repetía en miles de carteles. Sin embargo, a un descreído
se le ocurrió ir a ese acto con el cartelito del
“Cambio”... pero –valga la redundancia– algo
cambiado: “NO podemos creer en él” (we
can’t believe in), decía...
Cambiemos
de lugar las tropas, para seguir con la misma guerra
Salvado a duras penas del linchamiento, el heroico berlinés tenía
plena razón. Ya va quedando claro en qué consisten los
“cambios” de Obama en todos los terrenos. En este caso,
su gira pasa en limpio sus propuestas de política exterior;
es decir, la diplomacia y las guerras del imperialismo
yanqui.
Tanto en su discurso de Berlín como en sus declaraciones y artículos
previos en EEUU, el “cambio” que propone Obama consiste
en primer lugar en un “redespliegue (redeployment)
de las tropas de combate” [1]. Es decir, llevarlas
de Iraq a Afganistán. La guerra sigue. Lo único
que “cambia” es el principal teatro de operaciones.
Esto responde a una pregunta crucial que hoy divide a la
burguesía imperialista yanqui: ¿Cuál es el “frente
principal” en la "guerra contra el terror"?
Es decir, cuál es el “frente principal” en la guerra
colonial que hace tiempo lanzó el imperialismo yanqui para
dominar el “Gran Oriente Medio”, desde el Mediterráneo
hasta Pakistán.
Hasta ahora, Bush, McCain y los republicanos “neoconservadores”
contestan que el “frente principal” fue y sigue
siendo Iraq, que es allí donde hay que poner “toda la
carne en el asador”. Además, irse ahora sería un crimen
porque se estaría a punto de lograr la “victoria”, como
lo probaría la disminución de los atentados y ataques de
la resistencia este año.
Por el contrario, Obama y sus asesores sostienen que el centro está
en Afganistán, que invadir Iraq fue un error garrafal
de Bush y los “neocons”, que sólo sirvió para
desgastar y desmoralizar al ejército yanqui, y que por eso
el Talibán se ha fortalecido mucho y hoy ya domina
firmemente ambos lados de la frontera de Afganistán con
Pakistán. Entonces, lo urgente es enviar muchas más tropas
allí. Pero, como el ejército yanqui está al límite de
sus fuerzas, hay que hacer el “redespliegue”:
trasladar tropas desde Iraq. Hay que subrayar que,
expresamente, como lo aclara en el citado artículo del New
York Times, para Obama el “redespliegue” no
significa la retirada de Iraq: plantea dejar un mínimo
de tropas que permita continuar la ocupación apoyándose
en los títeres y traidores iraquíes, y los mercenarios
extranjeros.
La oposición inicial, en el 2003, de Obama a la invasión de Iraq
hizo creer a mucha gente, tanto en EEUU como en Europa y
otros países, que es un político que está contra la
guerra en general y por la retirada de Iraq en especial. La
prensa europea señala cómo buena parte de los que fueron a
aplaudirlo en Berlín, lo hacían pensando así.
El mismo Obama se encargó allí de despejar los malentendidos. La
mayoría de los diarios europeos, en interés de su propio
imperialismo, coinciden en hacer una pintura simpática de
Obama (a quien ven, además, como el futuro presidente). Sin
embargo, no pudieron menos que reflejar el “balde de agua
fría” que arrojó en su discurso: no sólo anunció el
“traslado” de la guerra a Afganistán, sino que exhortó
a Europa a unirse más decididamente a la “cruzada”.
Es que, salvo la siempre incondicional Gran Bretaña,
el resto de la Unión Europea ha dado mil vueltas y evasivas
para eludir este penoso compromiso imperialista. Cada reunión
de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)
se transforma en un campo de batalla entre EEUU y sus fieles
británicos contra los timoratos de Europa continental. EEUU
ha conseguido que muchos de esos países envíen tropas,
pero con extraños status y reglamentos que les permiten
eludir los sectores y situaciones de combate más ásperas.
Por supuesto, así no se puede ganar ninguna guerra... Sobre
todo si ella va de mal en peor, como es realmente el caso de
Afganistán...
1.- Barack Obama, “My Plan for Iraq”, The New York Times,
14/07/08.
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