Del
gran garrote a la pequeña zanahoria
Obama
por un frente único imperialista
Por
Claudio Testa
Socialismo
o Barbarie, periódico, 01/08/08
Junto
al duro reclamo de “sangre, sudor y lágrimas” uniéndose
más decididamente a la “guerra contra el terrorismo”,
Obama ofrece a Europa –mejor dicho, a las burguesías
europeas– una pequeña zanahoria: la de establecer un
bloque formalmente “en pie de igualdad”, el llamado
“multilateralismo”.
El
Bush de los primeros tiempos, al inicio de las guerras de
conquista del 2001 (Afganistán) y del 2003 (Iraq), dejó de
lado despectivamente a los principales imperialismos de
Europa continental, como Francia y Alemania. Fue la época
del “hegemonismo” y el “unilaterialismo” más
delirante, en que Washington actuaba sin preocuparse de
negociar y acordar con nadie. La ONU (e incluso la OTAN),
como organismos de “frente único imperialista”, fueron
dejadas de lado. Bush sólo admitía lugartenientes, como
Blair y Aznar.
Los fracasos cosechados hicieron “bajar los humos” a
Washington. Bush –a la fuerza ahorcan– debió girar
hacia la concertación con los imperialismos europeos que
antes desestimaba como “decadentes”. La ONU y la OTAN
volvieron a tener un papel relevante. Así, por lo menos
hasta ahora, la confrontación con Irán se fue procesando
de esa manera, y no a través de acciones unilaterales de
EEUU y su matón a sueldo, Israel.
Obama
propone a Europa ir mucho más allá de esas
rectificaciones puntuales. Se trataría de reconstituir
formalmente lo que podríamos llamar un frente único
imperialista. El mismo acto de Berlín evoca explícitamente
el ejemplo de ese frente único EEUU-Europa occidental que
en el siglo XX llevó adelante la “guerra fría” contra
la Unión Soviética. La propaganda presenta abiertamente a
Obama como el segundo John F. Kennedy, que en 1963,
en un histórico acto de masas también en Berlín, llamó a
la cruzada por la defensa de la democracia y la civilización
occidental y cristiana... es decir, la defensa de los
imperialismos occidentales.
Ahora,
el “Imperio del Mal” del siglo XXI no se domicilia en
Moscú, sino en Oriente Medio... Y si EEUU y Europa
occidental llegan otra vez a vencer, Dios los recompensará
con las reservas de hidrocarburos más grandes del planeta.
La
oferta parece tentadora. Sin embargo, las cosas no son tan
simples... Para los gobiernos europeos, dejar de lado la
parodia de las “fuerzas de paz” y embarcarse en un verdadero
esfuerzo de guerra junto con EEUU, presenta peligros de todo
tipo... entre ellos, la previsible oposición popular al
interior de sus países y también jugarse al todo o nada
sus intereses en Medio Oriente.
Pero,
más en general, están presentes las diferencias
globales de intereses entre el capitalismo europeo y el
imperialismo yanqui... que se exacerban en momentos de
crisis como los actuales, y en medio de un evidente curso
de decadencia de EEUU.
Un
diario europeo (que mira a Obama con cariño) sintetizaba así
estas prevenciones:
“El
candidato demócrata a la Casa Blanca [es] el
preferido de la opinión pública europea... [pero] que
Obama, caso de ganar la presidencia, pueda sintonizar con
las esperanzas europeas es otro cantar...
“En primer lugar, porque
sólo una parte de los intereses estratégicos de Estados
Unidos coinciden con los de Europa.
“En segundo término,
porque las economías norteamericana y de la Unión Europea
son en gran medida competidoras y no complementarias.
“Por último, porque la
trama de intereses de toda índole que condicionan las
nuevas políticas –protección del medio ambiente, difusión
de las tecnologías de vanguardia, ayudas al desarrollo,
inmigración y otras– parten de enfoques distintos a un
lado y otro del Atlántico. Visto todo, además, desde la
incertidumbre global de una crisis financiera que está
lejos de haber tocado fondo...
“[Además] ...la
elocuencia del demócrata y sus asesores no es suficiente
para ocultar que estos mismos días, en Afganistán, Irak e
Israel, Obama ha transmitido mensajes bastante alejados del
sentir de la calle europea, aunque los haya envuelto en la
promesa de volver al multilateralismo y de respetar el
derecho internacional.” [1]
En
síntesis: “Estimado Barack: lo apreciamos mucho, sobre
todo si lo comparamos con la bestia de Bush. Pero –como
decía Lord Palmerston hace dos siglos, en épocas del viejo
Imperio Británico– la Unión Europea no tiene amigos ni
enemigos perpetuos; sólo tiene intereses.”
1.-
“Obama, candidato de los europeos”, editorial de
“El Periódico”, Barcelona, 27/07/08.
|