La decadencia del Imperio
Americano
Por
Nouriel Roubini
Global
EconoMonitor, septiembre 08
Traducido para Socialismo o Barbarie
por Natalia Robles, PST (Costa Rica), 11/10/08
Los recientes eventos económicos,
financieros y geopolíticos sugieren que la decadencia del
Imperio Americano ha empezado. Después del colapso de la
Unión Soviética hubo un breve período donde el mundo
cambió de un bipolar balance de dos superpoderes a un mundo
unipolar con un superpoder económico, financiero, geoestratégico,
o mejor dicho, un híper poder: ni más ni menos que los
Estados Unidos. Pero por ahora tres factores sugieren que a
los Estados Unidos se les ha desgastado su momento unipolar
y que la decadencia del Imperio Americano ha empezado
(porque los Estados Unidos son en efecto un imperio global). Déjennos
explicar por qué…
En primer lugar, a los
Estados Unidos se les desgastó su poder por confiar
excesivamente en su fuerte potencia militar en las guerras
de Irak y Afganistán y en su unilateral política exterior,
incluyendo asuntos económicos como el calentamiento global,
en vez de emplear más su fino poder diplomático y sus
enfoques multilaterales entorno a asuntos de política
mundial.
En segundo lugar, sin
tomar en cuenta las erradas políticas estadounidenses, el
fortalecimiento de otros poderes económicos y financieros,
el fortalecimiento de China, el reciente resurgimiento de
Rusia, el proceso de la integración económica y política
en la Unión Europea, la aparición de la India, y el
fortalecimiento de otros poderes regionales como Brasil, Sudáfrica
e Irán, implican que el relativo poder económico,
financiero y geopolítico de los Estados Unidos se reducirá
con el tiempo. Sin duda, estamos pasando lentamente hacia un
mundo bipolar donde existirá un balance de los Grandes
Poderes más que en la hegemonía de un solo híper poder.
Mientras que, en términos militares, los Estados Unidos
siguen siendo todavía el único superpoder a pesar de que
su poder militar está siendo limitado por el gran
despliegue imperial y porque sus fuerzas armadas se han
estancado en Irak y Afganistán. De la misma manera, Rusia
ha sido capaz de estirar sus músculos en su patio de Asia
Central y ha logrado humillar a los Estados Unidos, no solo
a Georgia, en el último conflicto en Osetia del Sur. Para
la administración Bush el hecho de haber apoyado a Georgia
tan solo a través de palabras y mostrar su ineptitud, o
indisposición, para apoyar a un aliado, a pesar de las
presiones de la administración para que Georgia se uniera a
la OTAN, muestra los límites del poder estadounidense. Los
Estados Unidos son los culpables de dejar que Georgia
empezara un imprudente ataque contra Osetia del Sur. Rusia
tiene aterradoras y peligrosas metas neoimperialistas
profundamente viciadas por la política exterior de los
Estados Unidos lo cual acorraló a una paranoica Rusia y
permitió que las peores tendencias nacionalistas rusas
reaparecieran.
En tercer lugar, y más
importante aún, a los Estados Unidos se les ha desgastado
su poder económico y financiero por implementar políticas
económicas irresponsables, especialmente el déficit de los
gemelos fiscales y el déficit de cuenta corriente. La última
vez, el déficit de cuenta corriente empezó entrar en zona
negativa en 1991 después de un breve superávit durante la
recesión en el período 1990–1991. En los noventas, el
creciente déficit estadounidense de cuenta corriente fue
llevado a una explosión de la inversión privada, la
revolución tecnológica de Internet, y consecuentemente la
acumulación de pasivos extranjeros estadounidenses se vio
impulsada por la inversión
extranjera directa y la actividad de fusiones y
adquisiciones. Es decir, Estados Unidos ha acumulado
pasivos extranjeros en forma de capital en lugar de la
deuda.
Pero desde el 2001, el mayor empeoramiento del déficit
de cuenta corriente fue dirigido más bien por los
crecientes déficits fiscales, especialmente en el período
2001–2004, causado por los recortes insostenibles de
impuestos y el aumento del gasto en las guerras en el
extranjero y en seguridad doméstica, y además, desde el
2002 por el colapso de los ahorros de la vivienda y la
explosión de la inversión en el improductivo mercado del
capital de la vivienda inducido por la burbuja de la
vivienda.
Y mientras el débil dólar está provocando un modesto
mejoramiento del déficit externo amenazando un duro aumento en los déficits
fiscales, que la actual recesión y crisis financiera están
provocando, esto causará un regreso al déficit de los
gemelos en los años venideros. Por ahora Estados Unidos es
el mayor prestatario en el mundo, sus déficits fiscales se
encuentran en el rango de $700 billones, y es el mayor
deudor neto en el mundo con pasivos externos que rondan más
de $2,5 trillones.
El problema con el déficit de los gemelos tiene muchos
aspectos. Primero, los superpoderes y los imperios, como el
británico en su cúspide, tienden a ser prestamistas netos
(es decir, ejecutan superávits de cuenta corriente–
acreedores y no son deudores netos). La decadencia del
Imperio Británico empezó en la Segunda Guerra Mundial
cuando el déficit fiscal británico en la guerra y el déficit
de cuenta corriente hicieron que el imperio se convirtiera
en prestatario neto y deudor neto tanto en su deuda interna
como en la externa. Este cambio financiero hacia una posición
de deudor externo y prestatario fue también la razón del
final de la libra como principal
moneda de reserva. Y el déficit de los gemelos británico
fue financiado por un creciente poder económico y
financiero que era prestamista neto y acreedor neto, Estados
Unidos.
Segundo, la última vez
que Estados
Unidos experimentó el déficit de los gemelos en los
ochentas, los primeros financistas de este déficit fueron
los amigos y aliados de los Estados Unidos, es decir, Japón,
Alemania y Europa debido a que el déficit externo
estadounidense atentaba contra sus economías.
Hoy en lugar de que sean
los poderes económicos quienes financien el déficit de los
gemelos, son los rivales estratégicos de los Estados
Unidos (China y Rusia, y los inestables estados petroleros,
es decir, Arabia Saudita, los Estados del Golfo y otros
estados petroleros). Este sistema de proveer financiamiento,
con los acreedores estadounidenses importando productos y al
mismo tiempo financiando tales déficits, ha producido un
balance de terror financiero: si estos acreedores cortaran
el financiamiento del déficit de los gemelos, el dólar se
derrumbaría y las tasas de interés estadounidenses llegarían
a las nubes.
Tercero, mientras que es
poco probable que China, Rusia y otros poderes abandonen
repentinamente a Estados Unidos, debido a que tal acción
produciría una delicada apreciación de la moneda y afectaría
negativamente su modelo de crecimiento de exportaciones, el
hecho de confiar excesivamente en la bondad de los extraños
(especialmente la bondad de los rivales estratégicos) es
extremadamente peligroso. Desde que casi el 100% de todo el
déficit fiscal estadounidense desde el 2001 ha sido
financiado por los no residentes, debido a que los
accionistas netos del Tesoro estadounidense se han visto
abatidos a nivel económico desde el 2001, por ahora el
total de acciones del Tesoro financiadas por los no
residentes es cercano al 60%. Y el financiamiento extranjero
del déficit de cuenta corriente de los Estados Unidos también
se ha vuelto más riesgoso: menos inversión extranjera
directa y acciones, más deuda, más deuda a corto plazo, más
deuda promovida por los actores políticos oficiales (bancos
centrales y fondos soberanos de riqueza), menos deuda
manejada por fondos privados de inversión, y más deuda
manejada por los rivales políticos en lugar de los aliados
de los Estados Unidos. Este cambio hace a Estados Unidos más
vulnerable que sus rivales que utilizan armas de terror
financiero en situaciones de tensión geoestratégica
(retención de los activos estadounidenses y/o reducción
del financiamiento del déficit de los gemelos).
Supongamos que Rusia estire su músculo en su patio
trasero, bajo la mampara de la protección de defender a las
minorías rusas abusadas en Ucrania, el Báltico y otros países
exmiembros de la Unión Soviética o la Cortina de Hierro.
Luego Rusia podría utilizar este poder financiero (la
habilidad de retener cientos de billones de dólares en
activos) para ejercer tanto su influencia financiera como
militar. De igual forma y con algún tiempo, China podría
causar problemas en Taiwán mientras que otros territorios
asiáticos podrían causar serios inconvenientes geopolíticos.
Rusia y China están ganando la nueva guerra por el control
de los productos básicos (commodities) y los recursos a
través de sus inversiones en África y Latinoamérica
(en el caso de China) y a través del control interno
y en el extranjero de energía y sus tuberías en Asia
Central en el caso de Rusia. Efectivamente China y Rusia están
ganando la nueva Carrera por los Recursos.
Cuarto, los acreedores extranjeros de los Estados
Unidos se están cansando de financiarlos en la forma de
bajo rendimiento de la Hacienda estadounidense. Así el
cambio de dichos partícipes de la reserva a SWF que están
planeando hacer grandes inversiones en acciones posiblemente
controladas por firmas corporativas e instituciones
financieras que están desesperadas por obtener capital para
recapitalizarse a ellas mismas. Pero este deseo de nuestros
acreedores de obtener inversiones (las gemas del mundo
corporativo en Estados Unidos) más que en instrumentos de
deuda de bajo rendimiento está golpeando la reacción política
del proteccionismo financiero como en el caso de los
gigantes del crudo UNOCAL y la Corporación
Nacional de Petróleo Submarino de China, los casos de los Puertos de Dubai y la reforma
proteccionista del proceso del Comité
de Inversiones Extranjeras
(CIFIUS, con sus siglas en inglés) para aprobar la Inversión
Extranjera Directa bajo la petición de Estados Unidos. Pero
un país que necesita pedir prestado entre $700 billones y
$800 billones al extranjero al año para financiar su deuda
externa no puede ser muy selectivo en las formas (acciones
ordinarias más que en débito) en las que sus prestamistas
y acreedores quieran financiar estos déficits. La primera
regla de buenos modales si uno es invitado es no escupir en
el plato en el cual el anfitrión le da a uno de comer. Pero
bajo este corrompido proteccionismo financiero, Estados
Unidos cree que va a ordenar a otros países la manera y los
términos cómo estos deben financiar su
déficit de los gemelos. Esta actitud no será permitida por
los acreedores por mucho tiempo más.
El consiguiente final del dólar estadounidense como
principal moneda de reserva tomará tiempo y no ocurrirá de
la noche a la mañana, pero es irrevocable dado la relativa
caída en el poder económico, financiero y geopolítico de
Estados Unidos. Por el momento Rusia está estirando su músculo
y presiona para un papel internacional del rublo; el euro
está escalando como una importante moneda de reserva; los
bancos centrales y el SWF están empezando lento pero
definitivamente a diversificarse de los activos del dólar
especialmente de los del régimen de Bretton Woods 2 para
desvincularse; y el yen
podría convertirse en la moneda dominante en Asia en la
próxima década mientras los controles del capital son
removidos en China. Tardará poco tiempo (si el final
material del valor del dólar continúa) para que el petróleo
y otros productos básicos sean cotizados en otras monedas
que no sean el dólar o en una variedad de monedas.
Todos estos cambios en el relativo poder económico,
financiero, de moneda de reserva y el papel geopolítico de
los Estados Unidos no ocurrirán de la noche a la mañana.
Pero la tendencia es clara. El ascenso de las economías
de Brasil, Rusia, India y China combinadas y
otras economías de mercados emergentes, la continuación de
los procesos de integración económica y política en
Europa; los errores de la política estadounidense en política
económica, financiera y exterior erosionarán poco a poco
el poder del Imperio Americano. Este proceso no será
repentino y tomará un par de décadas. Pero la tendencia es
clara: el breve período del poder unipolar del híper poder
estadounidense está terminando y una nueva época de
equilibrio de los grandes poderes está empezando en el
mundo. También, el ascenso de los actores no
gubernamentales (corporaciones multinacionales, ONGs, grupos
terroristas, poderes de estados no nación, estados fallidos
e inestables, participantes mundiales no tradicionales)
cambiarán radicalmente el balance tradicional del poder a
la misma vez que el poder de los estados–nación se encoge
para pasar a otros participantes mundiales.
Si el final de un poder hegemónico provee productos públicos
a nivel mundial (seguridad, libre comercio, una movilidad más
libre de capital y personas, incentivos a los libres
mercados y la democracia, un mejor medio ambiente, y paz),
construirá un mundo más estable con poderes cooperando
multilateralmente en estos temas económicos, financieros, y
geopolíticos mundiales; o si la ausencia de tales poderes
hegemónicos estables construirá un mundo más inestable
caracterizado por los conflictos (económicos, políticos y
hasta militares) entre los tradicionales estados–nación,
los grandes poderes y los actores no tradicionales, es una
interrogante abierta y difícil de responder. Pero es
definitivo que la decadencia
del Imperio Americano ha
comenzado.
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