Las
crisis económica y política se alimentan recíprocamente
El
“rescate” de Bush resultó un salvavidas de plomo
Socialismo
o Barbarie, 09/10/08
El
billonario “rescate” (bailout) que, finalmente,
después de un primer rechazo, fue aprobado por las cámaras
de EEUU el viernes 3, no pudo impedir desde el lunes 6
nuevos y peores derrumbes de los mercados financieros, ahora
también de los europeos.
El
“rescate” a las entidades financieras en problemas,
resultó ser un salvavidas de plomo. Asimismo el escándalo
indignante de una ayuda billonaria a los principales
responsables del colapso del sistema financiero de EEUU, ha
profundizado la crisis política que se viene
arrastrando a partir de desastres anteriores, como las
guerras imposibles de ganar iniciadas en Iraq y Afganistán,
y, en general, la caída del poder de EEUU en todo el mundo.
“Una
república bananera con armas nucleares”
Esta
definición de la situación institucional de EEUU ha sido
expresada desde las columnas del mismo New York Times.
La dio Paul Krugman –el conocido economista y columnista
de ese diario– que define así la situación de las
instituciones estadounidenses ante la crisis: “lo que
ahora tenemos es un gobierno disfuncional, enfrentado a una
crisis de enormes proporciones, porque nadie se fía un pelo
de la Casa Blanca y el Congreso tiene un quórum de
chiflados... Nos hemos convertido en una República bananera
con armas nucleares”.[1]
Las
elecciones de noviembre buscan revertir esta crisis política,
dando nueva legitimidad a la flamante administración que se
haga cargo de este caos. La probable elección de Obama
permitiría al imperialismo tener un equipo que aparezca
como un “cambio” en relación al ya incinerado Bush.
Sin
embargo, las velocidades relativas de ambos procesos –la
marcha de la crisis y la de una renovación de la Casa
Blanca que dé, por lo menos inicialmente, algo de
legitimidad al Poder Ejecutivo– son muy diferentes. Por
ahora, el ritmo de la crisis financiera está yendo mucho
más rápido que el del proceso de renovación de los
administradores del imperialismo yanqui.
Asimismo,
la deslegitimación alcanzada por el personal político de
la burguesía estadounidense no se limita sólo a la Casa
Blanca. Bush es el presidente con menor índice de apoyo en
la historia (sólo un 20%). Pero el Congreso tiene aun
menos, un 15%. Y las elecciones de noviembre no van a
producir una gran renovación a ese nivel.
Es decir,
hay un notable vacío político y de legitimidad, que de por
sí de acá a noviembre no van a solucionar fácilmente.
El
gran interrogante: qué van a hacer las masas trabajadoras
El gran
interrogante es si esta crisis logra poner en
movimiento a sectores obreros y populares, en primer
lugar para defenderse de las consecuencias terribles
que ya está teniendo la crisis –como pérdida masiva de
los empleos, viviendas y pensiones de retiro–.
Los
trabajadores estadounidenses nunca llegaron a tener una
conciencia socialista generalizada, como los de Europa y de
muchos países de otros continentes. Sin embargo, el
movimiento obrero dio batallas durísimas y heroicas, como
los sindicalistas revolucionarios del IWW (Industrial
Workers of the World) de antes de la Primera Guerra Mundial
o los sindicatos de la CIO en los años ‘30. También
existe una tradición de grandes luchas como la del
movimiento negro y el movimiento contra la guerra de Vietnam
de los ‘60 y ‘70. Recientemente, los inmigrantes
protagonizaron también vastas movilizaciones.
Ahora el
“American Dream” está agonizando. El sueño de trabajo
y prosperidad bajo el capitalismo neoliberal se está
transformado en la pesadilla del desempleo, el remate de la
vivienda y la pérdida de la jubilación. Ya venía siendo
una farsa, porque funcionaba en base a un endeudamiento
brutal de las familias trabajadoras (hipoteca, tarjeta,
etc.).
¡Ahora la
“solución” capitalista a la crisis es el ajuste
salvaje! ¡Que paguen no sólo sus deudas sino también
las que dejó Wall Street! Sólo luchando pueden escapar de
esto.
1.-
NYT, 26/09/08. Texto completo en español en
www.socialismo-o-barbarie.org, edición del 05/10/08.
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