Mientras
el gurú Greenspan confiesa que fue un error confiar en el
libre mercado...
Ola
de desempleo en EEUU
Por
David Brooks
Corresponsal en EEUU
La Jornada, 24/10/08
Nueva York,
22 de octubre. Uno sabe que las cosas están verdaderamente
mal cuando empiezan a despedir a las “conejitas” de
Playboy, las encueratrices tienen cada vez menos clientes en
los antros, las escorts ofrecen descuentos, el FBI investiga
a los “caballeros” de las grandes empresas financieras,
antes tan “respetados” y ahora acusados de ser bandidos
borrachos, uno de los gurús del capitalismo desregulado
confiesa que “no funciona”, y el jefe del FMI está
envuelto en un escándalo por sus aventuras románticas en
medio del peor desastre financiero desde la Gran Depresión.
Por ahora es el fin de la fiesta.
Los costos
de la crisis financiera de Wall Street ya se manifiestan en
las calles de las ciudades, pueblos y campos de este país,
cada día con avisos de recortes de empleos y reducción de
la demanda y el consumo, y el aumento de la deuda a nivel
federal, estatal y personal.
Hoy Alan
Greenspan, el ex presidente de la Reserva Federal
considerado gurú del sistema financiero, tuvo que admitir:
“cometí un error en suponer que los intereses propios de
las organizaciones, específicamente bancos y otros, eran
tales que eran los más capaces para proteger a sus
accionistas y sus intereses en las empresas”, y dijo que
en su ideología de libre mercado “he encontrado una
falla. No sé qué tan significativa o permanente es, pero
he estado muy angustiado por ese hecho”, afirmó en una
audiencia ante el Congreso en torno a la crisis.
Durante
casi dos décadas (hasta 2006), Greenspan controló el banco
central de Estados Unidos, desde donde promovió la
desregulación. El representante federal demócrata Henry
Waxman le preguntó hoy a Greenspan si “no funciona su
ideología” del libre mercado, a lo cual respondió:
“absolutamente, precisamente. Ésa es precisamente la razón
por la cual me sorprendí, porque por unos 40 años o más
yo trabajé con evidencias considerables de que sí
funcionaba excepcionalmente bien”.
Ese
“error” de confiar en las virtudes del “libre
mercado”, que cometiera Greenspan y buena parte de la cúpula
política y económica de este país tiene cada día costos
más desastrosos.
Hoy General
Motors y Chrysler anunciaron que cesarán a más
trabajadores, sobre los miles que ya han liquidado, y en
estos últimos días la farmacéutica Merck anunció que
eliminará 7 mil 200 empleos, 12 por ciento de su nómina.
Yahoo anunció un recorte de por lo menos 10 por ciento de
sus trabajadores. Xerox, unos 3 mil, junto con una larga
fila de empresas que están haciendo lo mismo. Todo esto es
adicional a las cifras de desempleo ya registradas. Según cálculos
del Instituto de Políticas Económicas, con base en cifras
oficiales, el número de desempleados se ha incrementado en
2.2 millones a lo largo del último año, llegando en
septiembre a 9.5 millones en total, el número más elevado
en 15 años.
La propia
industria financiera podría llegar a despedir un total de
200 mil, reportó la agencia Ap (110 mil ya se han perdido
hasta la fecha). Goldman Sachs, uno de los bancos de
inversiones de mayor prestigio, anunció hoy que cesará a
unos 3 mil 200 empleados.
Por otro
lado, el número de juicios hipotecarios se ha incrementado
21 por ciento, comparado con un año atrás, y algunos
calculan que un promedio de 10 mil hogares se suman cada
semana. Es por ello que uno de los eventos anuales más
aburridos en general se convirtió casi en nota roja este año.
Esta semana, en la convención de la Asociación de
Banqueros Hipotecarios, celebrada en San Francisco, alguien
intentó hacer un “arresto ciudadano” de Karl Rove (el
estratega político de George W. Bush), llegando al podio y
acusándolo de “traición”. Otra mesa fue interrumpida
por manifestantes que demandaron una moratoria de juicios
hipotecarios, y en las entradas al encuentro se coreaban
consignas contra los banqueros.
Este fin de
semana, por lo menos dos manifestaciones, una en Wall Street
y otra en Baltimore, han sido convocadas para denunciar el
rescate financiero de los bancos y demandar apoyo financiero
y suspensión de juicios hipotecarios para las familias
afectadas por esta crisis.
La ira
popular y el juego político sobre cómo responder a todo
esto ha obligado a que se anuncie una serie de
investigaciones de la FBI sobre el manejo de algunas de las
empresas que están en el centro de la crisis, como Lehman
Brothers y las gigantescas hipotecarias Fannie Mae y Freddie
Mac. Pero estos esfuerzos se ampliarán a otras, y la tarea
es tan grande que la FBI tendrá que duplicar el número de
agentes que trabajan en “delitos financieros”.
A la vez,
los ejecutivos de AIG, la aseguradora más grande del país,
rescatada por 85 mil millones de dólares por el gobierno
federal, ahora están bajo investigación por el procurador
general del estado de Nueva York, lo cual ha obligado a que
la empresa suspenda pagos de un fondo de bonos para
ejecutivos de 600 millones, como también un pago de 19
millones que estaba por entregar a su ex ejecutivo en jefe.
El
procurador general estatal, Andrew Cuomo, denunció la idea
de pagar bonos a ejecutivos que llevaron casi a la
bancarrota a la empresa. Hace un par de semanas, esta
empresa provocó un escándalo cuando se divulgó que gastó
cientos de miles de dólares en vacaciones en hoteles de
lujo para decenas de sus ejecutivos después de ser
rescatada con fondos públicos.
Y mientras
esta crisis se extiende por el país y el mundo, y todos
hablan de una “recesión global”, el Fondo Monetario
Internacional intenta responder a lo que ha llamado “la
crisis financiera más grave desde la Gran Depresión”.
Pero justo en este momento estalló otra crisis: la revelación
de que Dominique Strauss–Kahn, el director gerente del
FMI, está bajo investigación interna para ver si abusó de
su poder en beneficio de una amante que trabajaba con él y
quien renunció en agosto. Aparentemente, el affair –entre
Strauss–Kahn y Piroska Nagy, alta funcionaria en el
departamento sobre África del fondo–, amenaza la
confiabilidad en su manejo del organismo multilateral.
Así, entre
gurús del “libre mercado” confesando que tal vez no
funciona, los antiguos “maestros del universo” (los
ejecutivos de Wall Street) bajo investigación, banqueros
bajo sitio en sus convenciones, un presidente que tiene el
nivel de aprobación más bajo de la historia, millones
pagan ya los costos de la crisis, y muchos analistas dicen
que esto apenas empieza.
Hasta las
“conejitas” de Playboy están esperando ver cuántas
perderán su chamba con esa empresa por reducir de manera
masiva sus oficinas en Los Ángeles y Nueva York, según
algunas versiones de los medios. Y según algunos informes,
los antros para “caballeros” en Nueva York están cada
vez más vacíos, con las encueratrices bailando para menos
clientes que pagan menos.
Ya se apagó
la música, ya se fueron las mujeres, ya no hay pachangas
todo pagado. Se acabó la fiesta.
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