Estados Unidos

Debacle de Wall Street aterriza en la economía real

Se desata una ola de despidos por la crisis

Por Gustavo Sierra
Corresponsal en EEUU
Clarín, 24/10/08

Según cifras oficiales, se presentaron en la última semana 478.000 solicitudes de ayuda por desempleo. La cifra, que viene creciendo y alcanza a varias industrias, casi iguala el récord alcanzado luego de los atentados terroristas del 11–S.

Esta ya dejó de ser la crisis de la abundancia. Ya no sólo afecta a los que perdieron parte de sus enormes inversiones. Se transformó en una crisis típica donde los más afectados son los que menos tienen. Y la primera señal, como siempre, es el desempleo. En los últimos días se acentuó la tendencia a despedir grandes cantidades de empleados en industrias tan diversas que van desde los laboratorios medicinales hasta las tecnológicas. El Departamento del Trabajo estadounidense anunció ayer que en la última semana se habían presentado 478.000 solicitudes de ayuda por desempleo, un aumento de 15.000 puestos desde la semana anterior, y muy cercana al récord de 480.250 registrado unas semanas después de los atentados del 11/S. Y de acuerdo a los estándares de ese mismo ministerio, si hay más de 400.000 solicitudes de desempleo en una semana se está, estadísticamente, en una recesión.

El desempleo oficial actual es del 6,1%, pero viene de un 5% en abril y los pronósticos son de que a fin de año habrá un 7% de desocupados.

Clarín encuentra a Pat Omnigui, un ingeniero de sistemas, a la salida del cine AMC Loews de la Segunda Avenida de Manhattan después de ver "W", la película de Oliver Stone sobre la vida de George W. Bush. Pat es un mestizo de 38 años, hijo de madre dominicana, que no paró de reírse durante toda la función. "Me tengo que reír. Vine a eso. Es mi terapia. Por culpa de este payaso que tenemos como presidente me quedé ayer sin trabajo", cuenta Pat. "Trabajaba como ingeniero de mantenimiento del sistema de un banco grande (no quiso dar el nombre porque está negociando una indemnización). Estuve ahí tres años. Cuando empezó la crisis sabía que me quedaría sin trabajo, pero cuando realmente sucede te golpea. Nunca estuve más de dos semanas sin trabajo. Siempre hay empleo en mi especialidad. Pero ahora, con todos los que estamos quedando en la calle al mismo tiempo. me parece que voy a tener que pensar en mudarme a algún pueblo pequeño y empezar todo de nuevo", cuenta mientras cruza la calle para irse a tomar el subte hacia el East Village que es donde vive alquilando un pequeño departamento por 3.500 dólares al mes y que ahora tendrá que dejar.

La situación de Pat no es aislada. En los últimos días varias grandes empresas anunciaron recortes en sus plantillas. Merck despidió a 7.000 empleados; National City, a 4.000; Pepsico, a 3.300; General Motors, a 1.600. Y no hay una lógica por industria o estado. Se trata más bien del pánico que tienen los ejecutivos a la recesión. El primer recorte, como siempre, es el de sueldos. Es lógico que Goldman Sachs anuncie que va a recortar 3.260 puestos de trabajo. Ese gigante de las finanzas es uno de los más afectados por la crisis. Pero otros grandes como Yahoo, que ya despidió a 1.500 personas, parecieran no tener mayores justificativos. "Lo que percibo es un gran nerviosismo. Las empresas se quieren sentir seguras. No arriesgan nada. Y el manual indica que en estos casos hay que recortar personal", contaba ayer en The Washington Post Paul Villela, de la agencia de empleos HireStrategy.

Y esta estrategia de ir adecuándose a la recesión para cuando llegue ya se veía aquí al fin del verano. De acuerdo al Departamento del Trabajo, en agosto se abrieron 214.000 empleos menos que en julio. Simplemente, se congeló la creación de puestos de trabajo. La empresa VMware, que se dedica a la creación de software, que en el último cuatrimestre tuvo una ganancia del 32% y pertenece a una industria que no está entre las más perjudicadas por la crisis, detuvo de plano la expansión que venía teniendo desde hacía dos años. "Congelamos todo. Somos conservadores", dijo Mary Ann Gallo, la portavoz de la empresa.

Donde se ve la tendencia más clara es en la hotelería y los servicios. La gente tiende a salir menos y deja de ir a los restaurantes. Carlos Ramos es mexicano y hace trabajos temporarios en cocinas de hoteles. "Hay cada vez menos trabajo. Eso se nota. Y quieren pagar menos", dice Carlos mostrando otra cara de la crisis. Los que conservan los trabajos reciben menos salario y pierden beneficios.

Y ahora todo depende de lo que suceda entre el Día de Acción de Gracias del 27 de noviembre y la Navidad, que es la gran temporada de compras y ventas. Si la gente usa la lógica de los empresarios y no gasta, la recesión se instalará con rabia.

Achique. La empresa Yahoo informó ayer que, a causa de una caída en sus ganancias del último trimestre, se desprenderá de 1.500 operarios.

Golpeado. El National City, una de las entidades crediticias de mayor peso en el medioeste norteamericano, despedirá a unas 4.000 personas.

Anuncio. La multinacional Merck, uno de los principales laboratorios del país, dijo que había eliminado 7.200 puestos de trabajo ante la crisis.


Agitado debate sobre política económica al final de la campaña

El Estado, según Obama y McCain

Clarín, 30/10/08

El demócrata cree que el Estado tiene un rol en la economía y que los mercados deben ser regulados. El republicano se opone a todo tipo de intervenciones. Y las diferencias entre ambos se dan fundamentalmente a nivel de política fiscal.

“Barack Obama quiere redistribuir la riqueza, yo quiero crear riqueza. El quiere castigar a los que tienen éxito, yo quiero premiarlos. Yo quiero ser presidente para que todo el mundo pueda tener éxito", lanzó ayer John McCain, en plena campaña electoral norteamericana, acusando a su rival demócrata de "socialista" y "comandante en jefe de la redistribución de la riqueza". Y siguió con la embestida: "La respuesta a la desaceleración económica no es más impuestos, y eso es exactamente lo que va a hacer Obama".

El demócrata no se quedó atrás. "Bajo John McCain, la clase media verá cómo los ricos son más favorecidos que los trabajadores, los empleos serán enviados al extranjero y el costo de la atención médica y de la educación aumentará drásticamente", replicó acusando a su contrincante de querer continuar con las políticas fallidas de George Bush que, según él, provocaron la grave crisis financiera por la que atraviesa Estados Unidos.

"Durante ocho largos años nuestro presidente sacrificó inversiones en salud, educación, energía e infraestructura en el altar de los recortes impositivos para las grandes compañías y para los ejecutivos multimillonarios... fueron billones de dólares que no tienen nada que ver con el conservadurismo que prometió con pasión", dijo Obama.

A sólo cinco días de las elecciones, Obama y McCain están de acuerdo en una sola cosa: las divergencias económicas que tienen. En efecto se trata de un verdadero duelo entre un admirador del New Deal y un simpatizante de los llamados Chicago boys.

Frente a la actual y aguda crisis financiera y económica, el "Plan para rescatar a la clase media" y el programa económico que promete instrumentar Obama se sitúa en la tradición del New Deal, es decir, la serie de medidas que adoptó Franklin D. Roosevelt durante la Gran Depresión (1933 y 1936) para aliviar el desempleo, reformar las prácticas financieras y la manera de hacer negocios para lograr la reactivación de la economía.

Obama cree que el Estado tiene un rol en la economía y que los mercados deben ser regulados. Es un convencido de que una de las causas de la crisis actual se debe a la desregulación que viene dándose en EE.UU. desde Reagan.

Por el contrario, el plan económico de McCain se sitúa en la tradición de los Chicago boys, es decir, los seguidores del famoso profesor de la Universidad de Chicago Milton Friedman.

Si bien inicialmente era un keynesiano que apoyaba el New Deal y el aumento de impuestos, en 1950 Friedman desafió el modelo de John Keynes y se convirtió en un gran defensor de la libertad de los mercados y de las privatizaciones, oponiéndose a todo tipo de intervención del Estado en la economía y por ende a las regulaciones. Friedman fue el ideólogo de los gobiernos de Ronald Reagan y de Margaret Thatcher.

En este contexto las diferencias entre Obama y McCain se dan fundamentalmente a nivel de política fiscal. El republicano quiere extender el recorte impositivo establecido por Bush en el 2001. Si es elegido presidente, reducirá además el impuesto a las ganancias de las empresas del 35% al 25%. También propone un crédito impositivo de 5.000 dólares para que las familias puedan tener un seguro de salud. Promete reducir todos los gastos excepto el militar.

Obama propone extender los recortes impositivos de Bush sólo para quienes ganen menos de 250.000 dólares por año, pero anulará estos recortes en el caso de los que ganan más que esa suma. Si bien dará un recorte impositivo a los que tiene problemas con las hipotecas, aumentará los impuestos a las ganancias y a los dividendos. El gasto más importante de Obama son los 100.000 millones de dólares que piensa invertir para que todos puedan tener seguro médico.


Estancamiento de la economía real

Bajó la construcción y la crisis llega a los hogares

Por Gustavo Sierra
Corresponsal en EEUU
Clarín, 18/10/08

En septiembre hubo 63.000 viviendas menos que las esperadas por los analistas. Es la peor caída desde 1991. Los precios de las casas siguen bajando. Y también se desplomó de 70,3 a 57,5 puntos el índice de confianza de los consumidores.

La burbuja inmobiliaria reventó pero nadie sabe dónde van a terminar las gotitas que deja la pompa al caer. El valor de las casas sigue cayendo. La construcción sufre la peor recesión desde 1991. El Departamento de Comercio informó ayer que en septiembre se registraron 817.000 nuevas residencias, 63.000 menos que las proyectadas por los economistas y el número más bajo desde un invierno crudísimo del '91 en que los obreros no pudieron trabajar por 20 días seguidos en buena parte del país. Y la segunda cifra más baja desde que se inició el conteo de nuevas construcciones en 1947.

La gente está desesperada. Hace tres meses creían que tenían envidiables departamentos o casas de varios millones de dólares y ahora no consiguen un comprador ni bajando el precio a la mitad. Lo peor pasa en estados grandes como California y Florida. Y por ahora, lo único que escucha toda esa gente es que tengan paciencia. El presidente George Bush salió una vez más a defender su errático plan ayer en la Cámara de Comercio de Washington. "Estas acciones que estamos adoptando van a tomar un tiempo largo para que podamos ver los resultados", reconoció. Pero lo cierto es que en la tapa de The Washington Post se podía leer una versión mucho más negra de la realidad. Decía que el plan de rescate del seguro interbancario y otros bonos de los bancos en problemas por US$ 125.000 millones anunciado esta semana por el gobierno se está enfrentando a problemas técnicos graves. La dificultad más grande está en la transferencia de acciones al Estado a cambio de ese rescate.

Según la Universidad de Michigan, también bajó de 70,3 a 57,5 puntos el índice de confianza de los consumidores. La baja es mayor a la esperada por los analistas.

En un café Starbucks del Midtown de Manhattan, Steve Hamilton, un decorador de interiores, cuenta a Clarín que se compró un departamento (condominio) en la calle 92 hace ya cinco años. "Lo pagué casi 800.000 dólares. Firmé papeles y me quedé con una deuda terrible. Pero en ese momento todos me decían que era un idiota si no compraba. Y, también, era un manera de mostrarte. Tu estatus en la sociedad dependía del departamento o la casa que te comprabas. Era como una competencia por ver quién era mas audaz, quién gastaba más, quién se endeudaba más", recuerda Steve moviendo las manos con la rapidez de una gacela. "En julio de este año, mi condominio ya valía casi dos millones de dólares. Pagaba una hipoteca enorme pero pensaba que era millonario y listo. Tenía un dinero en acciones con un rendimiento extraordinario y lo pagaba feliz. ¡Pero que estúpidos fuimos! Nos creímos lo que decían. Hoy mi departamento no lo puedo vender de ninguna manera. Y no tengo idea de cuánto va a terminar valiendo a fin de este año o el que viene. Pasé de millonario a la nada. ¡'Y quién va a querer decorar su departamento ahora?!", se pregunta Steve.

Desde Wall Street las noticias no son como para calmar a los otros dueños de casas. Los corcoveos del Dow Jones continúan como si se tratara de un rodeo con cientos de miles de caballos desbocados. Cayó 127 puntos para quedar en 8.852 puntos.

Bush tampoco tuvo buenas noticias por la tarde. Su colega francés Nicolas Sarkozy, habló desde Quebec, la ciudad canadiense por la que hizo una pasada antes de llegar hoy por la mañana a Washington. E insistió con su idea de realizar una cumbre mundial para diseñar un nuevo orden económico como el de Bretton Woods. En esa localidad de New Hampshire se aprobó el actual sistema por parte de las principales potencias aliadas ganadoras de la Segunda Guerra Mundial. "La cumbre la podríamos hacer antes de fin de año. En realidad, antes de que termine noviembre. Hay que reconfigurar el capitalismo", aseguró Sarkozy. Palabras que no gustan nada a los conservadores republicanos de la Administración Bush. Pero si se atrevieron a nacionalizar parte de la banca y socializar las pérdidas de Wall Street, es posible que terminen cediendo y acepten negociar con Europa, China e India un nuevo orden mundial. Hoy van a discutir todo esto Sarkozy y Bush en la casa de descanso de Camp Davis. Wall Street va a estar en receso pero con el oído muy atento.