Brusca
caída del consumo
Por
Adrianne Appel
Inter Press Service (IPS), 31/10/08
Boston. -
Los consumidores de Estados Unidos no están dispuestos a
gastar, y hay que tomar medidas para que eso cambie,
coincidieron esta semana el gobierno del presidente George
W. Bush y el Congreso legislativo.
Indicadores
económicos difundidos el jueves revelan que el producto
interno bruto creció entre julio y septiembre apenas 0,3
por ciento, el peor resultado en siete años, básicamente
porque el público y las empresas redujeron su gasto.
Se trata de
algo que debía esperarse, dijo Nouriel Roubini, profesor de
economía de la Universidad de Nueva York al hablar ante una
comisión parlamentaria.
"Los
consumidores se encuentran bajo una gran presión",
agregó, ya que temen perder sus empleos y están pagando
altas cuotas por los créditos hipotecarios que asumieron.
"La
ausencia de medidas de alivio de la deuda para los hogares
es la razón por la cual la crisis financiera se vuelve más
grave y se profundiza la recesión económica", afirmó.
Roubini
sostiene que Estados Unidos está en recesión desde enero
de 2008 y que la contracción económica se mantendrá por
otros 18 o 24 meses.
"Puede
ser la recesión más severa experimentada por el país en
muchas décadas", advirtió. Las estadísticas
oficiales también señalan un aumento del desempleo.
En un
intento de reanimar la economía, la Reserva Federal (banco
central) redujo el miércoles en un punto porcentual la tasa
de cobra por los préstamos que otorga a los bancos.
Aunque
muchas empresas se encuentran en situación difícil, la
petrolera Exxon Mobil anunció que sus ganancias durante el
verano (boreal) se incrementaron 58 por ciento.
Ed Lazear,
jefe del Consejo de Asesores Económicos del presidente Bush
dijo que el gobierno mantiene su decisión de destinar
700.000 millones de dólares para rescatar a instituciones
financieras con el fin de reactivar la economía.
Advirtió,
sin embargo, que "tomará un tiempo", aunque se
declaró confiado en que se están dando pasos en la dirección
correcta.
Se estima
que el gobierno usará 50.000 de esos 700.000 millones de dólares
para reducir el número de ejecuciones hipotecarias,
actuando como garante de algunos préstamos si las
instituciones financieras aceptan reducir la tasa de interés
que cobran por esos créditos.
Sheila
Bair, presidenta de la Corporación Federal de Seguro de Depósitos,
presentó esa propuesta a Bush.
"Hay
millones de personas que corren el riesgo de perder sus
casas. Trabajan y pagan sus impuestos. Hay una relación
directa entre esas personas y la crisis global. No pueden
hacer frente a sus hipotecas", afirmó.
"Todos
coinciden ahora en que se debe hacer algo más respecto de
los propietarios de viviendas. Un nuevo programa tiene que
ofrecer incentivos a los prestamistas para que modifiquen
las condiciones de los créditos", agregó Bair.
La
secretaria de prensa de la Casa Blanca, Dana Perino, declinó
hacer comentarios sobre esa propuesta. Dijo que el plan de
rescate de instituciones financieras de 700.000 millones de
dólares también está diseñado para auxiliar a los
consumidores y las pequeñas empresas.
"No
estamos en posición de anunciar nada inminente. Estamos
analizando las diferentes opciones", declaró.
En las últimas
semanas, tanto el Senado como la Cámara de Representantes
(diputados) realizaron numerosas audiencias centralizadas en
la necesidad de aumentar el gasto destinado a la creación
de empleos y programas sociales.
Aunque un
plan fue aprobado en la cámara baja fue rechazado en el
Senado, por falta de apoyo de los legisladores del
oficialista Partido Republicano.
La
presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi,
del opositor Partido Demócrata, pidió al oficialismo que
reconsidere ese plan.
"Crea
y preserva el empleo a través de la reconstrucción de la
infraestructura del país para el crecimiento económico a
largo plazo, amplía el seguro de desempleo, expande la
ayuda alimentaria y ayuda a los estados que tienen problemas
presupuestarios a atender las necesidades de salud y educación
de millones de ciudadanos", dijo Pelosi.
Pero no es
seguro que los republicanos modifiquen su posición.
El diputado
oficialista Kevin Brady se mostró escéptico sobre la idea
de los demócratas de gastar miles de millones de dólares.
"Me
pregunto si es bueno para la economía", declaró. El
senador oficialista Sam Brownback también se opone férreamente
a incrementar el gasto.
Por su
parte, el economista Richard Vedder, profesor visitante del
neoconservador Instituto Estadounidense de la Empresa, señaló
que las rebajas de impuestos son más efectivas para
reactivar la economía.
Argumentó
que construir puentes y carreteras no estimula la actividad
en el corto plazo, ya que demandan cuatro o más años. Por
otra parte, no considera que la economía esté en recesión.
Roubini
recomendó que el Congreso legislativo autorice un gasto de
400.000 millones de dólares en carreteras, fuentes de energía
alternativas, cupones de comida y otros programas.
"Debe
hacerse de inmediato. Dentro de tres meses el colapso del
gasto de los consumidores será tan agudo que será difícil
aplicar medidas de auxilio", aseguró.
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