Verdades
y mitos
¿Qué
fue el New Deal?
Por
Claudio Testa
Socialismo o Barbarie, periódico, 06/11/08
A Obama se
lo está presentando como el nuevo Roosevelt, que va a
llevar adelante otro “New Deal” que solucionará la
crisis de EEUU y el mundo.
Según el
mito histórico cuidadosamente cultivado, Franklin Roosevelt
(que gobernó de 1933 a 1945, también por el Partido Demócrata
como Obama) fue el presidente que logró solucionar la Gran
Depresión que, a partir del crash de Wall Street de 1929,
había hundido la economía de Estados Unidos y del resto
del mundo. Al asumir, el desempleo en EEUU había llegado al
25% y el comercio mundial había caído en dos tercios.
Ahora, todos comparan la presente crisis con la iniciada en
1929 y temen que termine en algo así. ¡Entonces, no vendría
mal un nuevo Roosevelt!
Gracias a
su política económica y social, bautizada con el nombre de
“New Deal” (nuevo trato o pacto), Estados Unidos
finalmente habría recobrado el camino de la prosperidad,
con empresarios y obreros igualmente felices y trabajando
hombro a hombro. Habría sido la primera experiencia de lo
que luego se llamó “compromiso keynesiano”: empleo para
todos y buenos ingresos para los trabajadores, de modo que
hubiese capacidad de compra y se evitaran así las
recesiones. Además, el resto del mundo, aprendiendo de esta
experiencia, y aplicando recetas parecidas, habría gozado
de décadas de prosperidad luego de la Segunda Guerra
Mundial.
Para
consumo latinoamericano, a este mito se le agrega un capítulo
especial. Roosevelt, habría cambiado la tradicional política
imperialista de EEUU hacia su vecinos del sur, por una
actitud respetuosa de sus soberanías. Esta línea exterior
fue conocida como la “política del buen vecino”. Estos
son los mitos; volvamos ahora a la realidad.
Roosevelt
dio un giro decidido hacia la intervención del estado en
la economía, rectificando la política liberal clásica
–de desastrosos resultados– con que el anterior gobierno
del presidente Hoover había tratado de enfrentar la crisis.
Pero el
elemento decisivo que actuó en los primeros años de
Roosevelt fue –al interior de EEUU– un ascenso enorme
de la luchas obreras, que en algunas ocasiones
adquirieron rasgos revolucionarios. Y, en todo el
mundo, la “sombra” terrorífica que todavía
proyectaba la Revolución Rusa sobre la burguesía
mundial (a pesar de su degeneración stalinista).
Al asumir
Roosevelt en 1933, comienzan en EEUU olas de violentas
huelgas que en 1934 van a asumir rasgos insurreccionales en
varias ciudades como Minneapolis, Toledo y San Francisco.
En
Minneapolis, bajo la dirección de los trotskistas, los
trabajadores encabezados por el gremio de choferes llegan a
establecer el control de los productos esenciales y se
organiza una milicia obrera que enfrenta a la policía en
las calles.
De 1933 a
1937, casi se triplicó el número de trabajadores
organizados en sindicatos y los huelguistas pasaron de 1,12
millones a 1,86. Surge en 1935 una nueva central obrera la
CIO (Congress of Industrial Organizations) mucho más
combativa que la antigua y pasiva American Federation of
Labor.
Es en ese
clima que Roosevelt va otorgando concesiones –como el
derecho de organización sindical, antes proscripto en
muchas empresas–. Pero esas concesiones se combinan
frecuentemente con duras represiones. Entre 1934 y 1936, 88
obreros murieron luchando en los piquetes de huelga contra
la policía y los matones a sueldo de la patronal.
Pero
Roosevelt no sólo reprimía con una mano y daba concesiones
con la otra. También operaba sobre los dirigentes burocráticos
de la nueva CIO, y los fue ganando para una coalición con el Partido Demócrata, alianza que aún
sigue vigente.
¿Cómo
se “solucionó” la Gran Depresión?
Pero el New
Deal de Roosevelt tampoco pudo acabar con la crisis
iniciada en 1929. En 1938, después de cinco años de intervención estatal
“keynesiana”, se produce una segunda depresión
con un desempleo que llega casi al 15%.
Fue la
Segunda Guerra Mundial la que terminó casi de inmediato con
la Gran Depresión, a costa de 60 millones de muertos y el
arrasamiento de casi todos los países de Europa, China, Japón,
etc. Fue la producción para la muerte, fueron los
genocidios los que relanzaron la “prosperidad”
capitalista a escala mundial.
Esta es la
terrible advertencia que la historia nos hace al inicio de
esta gran crisis del siglo XXI.
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