Obama
planea gobernar con la derecha
Por David E. Sanger
The New York Times, 21/11/08
La
Nación, 24/11/08
Traducción
de Jaime Arrambide
Washington.–
El presidente electo, Barack Obama, ganó la candidatura demócrata
con el apoyo del ala izquierda de su partido, entusiasmada
por su vehemente oposición a la invasión de Irak y por su
historial de votos progresistas en el Senado.
Ahora,
sus candidatos para dos de los cargos más importantes de su
gabinete, la senadora Hillary Clinton como secretaria de
Estado y Timothy Geithner como secretario del Tesoro,
sugieren que Obama está planeando gobernar con el ala de
centroderecha de su partido y que se está rodeando de pragmáticos
más que de ideólogos.
La
elección de esos nombres es muy reveladora. Deja entrever
que, desde el primer día, la Casa Blanca de Obama desbordará
de importantes personalidades y será sede de encendidos
debates, algo que no ocurrió durante el primer mandato del
presidente George W. Bush, siempre rodeado de asesores ideológicamente
afines entre sí.
Pero
los nombres que se barajan en Washington para cubrir los
cargos aún vacantes sugieren que Obama sigue priorizando a
la gente con mucha experiencia.
Hay
fuertes rumores de que está considerando pedirle al
secretario de Defensa de Bush, Robert M. Gates, que
permanezca en su cargo un año más, y que también evalúa
al general James Jones, ex comandante de la OTAN y
comandante del Cuerpo de Marines, para el puesto de asesor
en seguridad nacional.
También
ocurrirá lo mismo si confirma hoy a Lawrence Summers para
el cargo de principal asesor económico (ver aparte).
"Es
el modelo del violín: se hace fuerza con la mano izquierda
y se ejecuta la música con la derecha", dijo David J.
Rothkopf, un ex funcionario de Clinton y autor de un libro
sobre la historia del Consejo de Seguridad Nacional, al
enterarse de las designaciones de Clinton y Geithner.
"Esto
nos revela algo sobre Obama: si bien quiere incorporar
nuevas ideas al juego, está trabajando desde el espacio de
centro de la política exterior norteamericana", añadió.
Según
afirman varios miembros del equipo de transición de Obama,
esto se debe a que la nueva administración no tendrá
tiempo para el ensayo y el error.
El
país enfrenta una profunda recesión, los mercados
mundiales están conmocionados, hay caos en Paquistán y una
guerra que se agrava en Afganistán. Con este panorama,
"no habrá tiempo para experimentar", afirmó un
miembro del equipo de política exterior de Obama.
Eso
explicaría la primera designación de Obama: el futuro jefe
de gabinete, Rahm Emanuel, otro demócrata de centro y
miembro de la Casa Blanca en tiempos de Clinton.
Hasta
el momento, la selección que ha hecho Obama se asemeja en
varios aspectos al modo en que el último senador que fue
elegido presidente, John F. Kennedy, escogió a su gabinete.
La
apuesta más fuerte
Como
presidente electo, Kennedy designó de inmediato en cargos
de alta jerarquía a tres funcionarios más conservadores
que él: Dean Rusk como secretario de Estado, Robert
McNamara como secretario de Defensa y Clarence Douglas
Dillon, un republicano, al frente del Tesoro.
Ellos
lo ayudaron a sortear la crisis de los misiles con Cuba,
pero también lo condujeron al estancamiento de la guerra en
Vietnam.
De
todas las decisiones tomadas hasta ahora por el presidente
electo, la elección de Hillary Clinton parece la apuesta más
fuerte. Por un lado, porque la senadora no tiene experiencia
en el toma y daca de la diplomacia de alto vuelo. Por otro,
porque nadie sabe realmente si logrará integrarse a una
Casa Blanca conducida por Obama.
Durante
la batalla por la candidatura demócrata a la presidencia,
Obama y Clinton no perdieron oportunidad de marcar sus
diferencias en materia de política exterior.
La
senadora se presentaba como una demócrata de la línea dura
que defendía su voto favorable a la resolución de 2002 que
Bush más tarde usó como autorización para utilizar la
fuerza militar contra Saddam Hussein.
El
tema ahora no son tanto las diferencias ideológicas, sino
saber si con Hillary al mando el Departamento de Estado no
se terminará pareciendo al de Colin Powell: un centro de
poder alternativo, aunque débil, que no hacía el menor
esfuerzo por ocultar sus discrepancias con la Casa Blanca.
"Cualquiera
que diga que sabe cómo va a terminar esto realmente no está
diciendo la verdad", dijo un funcionario de alto rango
de la transición.
Y
si Clinton proviene del "equipo rival", Geithner,
presidente del Banco de la Reserva Federal de Nueva York,
proviene de un equipo neutral.
"No
es un progresista", afirmó un ex colega suyo del
Departamento del Tesoro, desde donde Geithner articuló la
respuesta de Estados Unidos a la crisis financiera asiática
de la década del 90.
Geithner
creció en Asia (en Tokio, Nueva Delhi y Bangkok) y mantiene
su ego bajo control. Hace muchas preguntas, pero no tiene la
personalidad avasallante, por no decir autoritaria, de
Summers.
"Tiene
buena conexión con Obama –afirmó un asesor externo–.
Si uno lo piensa, advierte que tienen un estilo parecido,
afable y distante."
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