Chevron
en la Casa Blanca
Continuismo
en el que “Podemos Creer”
Por
Amy Goodman (*)
Democracy Now!,
03/12/08
El lunes,
el Presidente electo Barack Obama presentó al mundo sus
principales designados al gabinete de seguridad nacional, y
no dejó ninguna duda de que pretende comenzar su gobierno
en pie de guerra. Quizá el menos conocido de ellos es el
general retirado de la Armada James Jones, a quien Obama
designó como asesor de Seguridad Nacional. El cargo es
crucial: piensen en el poder que ejerció Henry Kissinger en
la Casa Blanca durante el gobierno de Richard Nixon. Una
mirada a quién es James Jones arroja luz a la promesa
electoral de Obama de “El Cambio en el que creemos”.
Jones es el
ex comandante supremo aliado de la OTAN. Es el presidente y
jefe ejecutivo del Instituto para la Energía del Siglo 21
de la Cámara de Comercio de Estados Unidos. El instituto ha
sido criticado por grupos ambientalistas por, entre otras
cosas, solicitar la expansión inmediata de la producción
de petróleo y gas nacional y publicar informes en contra
del uso de la Ley de Aire Limpio para combatir el
calentamiento global.
Jones,
quien se retiró recientemente de las Fuerzas Armadas,
utilizó sus 40 años de carrera militar para estar en la
dirección de varias empresas. Entre ellas se encuentra
Cross Match Technologies, que hace equipos de identificación
biométrica. Más relacionado con la próxima función que
desempeñará Jones en el círculo íntimo de Obama, sin
embargo, podría ser el cargo que tuvo como director de
Boeing, una fabricante de armas, y como director de la
gigante petrolera Chevron.
Chevron ya
envió a uno de sus directores a la Casa Blanca: Condoleezza
Rice. Como miembro del directorio de la gigante petrolera
con sede en California, Rice de hecho le había puesto su
nombre a un buque petrolero, el Condoleezza Rice. El nombre
del buque fue cambiado tras haber pasado vergüenza cuando
Rice pasó a formar parte del gobierno de Bush como asesora
de seguridad nacional. Entonces ahora Chevron tiene a una
nueva persona en el más alto nivel del poder ejecutivo. Y
como Robert Gates mantendrá su cargo como Secretario de
Defensa, quizá Obama debería cambiar su eslogan a
“Continuismo en el que podemos creer”.
¿Pero qué
se puede decir de un director de Chevron en un cargo tan
alto del Ala Oeste? Los ataques de Obama contra John McCain
durante la campaña incluyeron una referencia diaria a las
ganancias masivas de ExxonMobil, como si esa fuera la única
empresa petrolera que existiera. Chevron también ha tenido
ganancias descomunales. Además, ha sido acusado en un caso
ante un tribunal federal en San Francisco con relación al
asesinato, hace diez años, de dos activistas pacíficos
desarmados en una región rica en petróleo en el Delta del
Níger, en Nigeria.
El 28 de
mayo de 1998, tres helicópteros de Chevron trasladaron a
militares y policías a la sección remota del Delta
conocida como Ilajeland, donde manifestantes habían ocupado
una plataforma petrolera de Chevron para protestar contra el
papel de la empresa en la destrucción del medio ambiente
local. Los soldados abrieron fuego contra los manifestantes.
Dos murieron y otros resultaron heridos (Rice estaba a cargo
del comité de política pública del directorio cuando luchó
contra resoluciones de accionistas que exigían que Chevron
mejorara sus antecedentes de derechos humanos y ambientales
en Nigeria).
Larry
Bowoto estuvo entre quienes fueron heridos por los disparos,
y junto con otros familiares de los que fueron asesinados,
presentó una demanda contra Chevron en California por su
participación en el ataque. Enseguida después de que Jones
fue nombrado el asesor de seguridad nacional de Obama el
lunes, un jurado absolvió a Chevron. Larry Bowoto había
venido a California para el juicio. Me habló sobre sus
sentimientos, y me dijo: “El lunes estaba decepcionado de
la sentencia dictada por el jurado. Creo personalmente que
la lucha continúa. Creo que el abogado que nos representa
no se quedará quieto. Tomará la iniciativa y acudirá al
tribunal de apelaciones”. Conocí a Larry Bowoto en 1998,
apenas meses después de que recibió los disparos. Me mostró
sus heridas de bala cuando lo entrevisté en el Delta del Níger.
También conocí a Omoyele Sowore, quien luego vino a
Estados Unidos y creó el sitio web de noticias
SaharaReporters.com.
Sowore ha
seguido el caso de cerca. Aunque estaba decepcionado, dijo:
“Logramos una victoria importante…el punto débil de
Chevron es denunciado en esta localidad… También está
Nigeria, los manifestantes no se darán por vencidos…Esto
no va a desalentar a nadie que quiera asegurarse de que
Chevron renuncie a la violencia como forma de hacer
negocios. Los ciudadanos estadounidenses, cada vez protegen
más su economía… Chevron jugó mucho con el miedo…de
los miembros del jurado, al decir que hay personas [los
manifestantes nigerianos] que hicieron que subiera el precio
del petróleo. Esta fue una victoria pírrica para Chevron.
Si estuviera en su lugar, no abriría el champán”.
Los
nigerianos conocen bien el poder que tiene el complejo
militar–industrial en su propio país. A pesar de que
Obama asumió la presidencia con promesas de cambio, su
designación del general de la Armada James Jones como
asesor de seguridad nacional probablemente haga respirar
tranquilamente a los titanes de las empresas
estadounidenses, mientras deja a las personas de escasos
recursos del Delta del Níger con un aire penetrante y el
agua manchada de petróleo, detrás de las ganancias de
Chevron.
Denis
Moynihan colaboró en la investigación periodística para
la producción de esta columna.
(*)
Amy Goodman es presentadora de “Democracy Now!” un
informativo diario internacional de TV y radio de una hora
que se emite en más de 550 emisoras en inglés y 200
emisoras en español. Ha sido galardonada con el Premio
“Right Livelihood 2008”, también llamado el “Nobel
alternativo”, y recibirá el premio en el parlamento sueco
el lunes, 8 de diciembre.
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