Trabajadores
despedidos, ejecutivos recompensados y
la estafa de Bernard
Madoff
Por Amy Goodman (*)
Democracy
Now!, 19/12/08
¡Escuche!:
Mientras se agudiza la crisis financiera mundial, el
Departamento de Trabajo de Estados Unidos informa que hay más
de diez millones de estadounidenses desempleados. El
desempleo alcanzó el 6,7% en noviembre. A esto se agregan
7,3 millones de "trabajadores de medio tiempo" que
quieren trabajar tiempo completo pero no logran hallar un
puesto. Las solicitudes para acceder al seguro de desempleo
alcanzaron la cifra más alta en los últimos 26 años,
mientras treinta estados afrontan una posible escasez de
fondos para el seguro de desempleo. Al mismo tiempo,
nuevamente saltaron a la vista las sorprendentes fallas de
reguladores, como la Comisión de Bolsa y Valores, a partir
del arresto del ex presidente del NASQDAQ Bernard Madoff (sí,
se pronuncia 'made off', que en inglés es sinónimo de
estafa) acusado de dirigir el mayor fraude
financiero piramidal del mundo, con pérdidas estimadas
en cincuenta mil millones de dólares, hacen parecer pequeñas
a las cifras del escándalo de Enron. La imagen es
desalentadora. a menos, claro, que usted sea ejecutivo de
una empresa.
Se
suponía que el paquete de rescate financiero de 700 mil
millones de dólares, conocido como el Programa de Alivio de
Activos en Problemas, TARP, por sus siglas en inglés,
obligaría a eliminar las compensaciones exorbitantes a
ejecutivos y los llamados "contratos blindados".
Mientras los contribuyentes estadounidenses pagan con los dólares
que tanto les costó ganar, los ejecutivos de alto vuelo
y los directorios de las empresas ahora están considerando
adjudicarse bonificaciones multimillonarias.
Según
el Washington Post, el lenguaje específico de la ley TARP
que prohibía dichos pagos extraordinarios fue cambiado a último
momento, mediante una pequeña pero importante edición de
una oración realizada por el gobierno de Bush. El Post
informó: "El cambio estipuló que la pena se aplicaría
solamente a las empresas que recibieron fondos del rescate
mediante la venta al gobierno de activos en problemas en una
subasta".
Lea
la letra chica. De los fondos de rescate del TARP a ser
desembolsados, tan sólo se les impondrían límites en el
pago a ejecutivos a aquellos fondos que técnicamente se
gastaron "en una subasta". Pero el Secretario del
Tesoro Henry Paulson y su ex colega de Goldman Sachs, Neel
Kashkari (sí, se pronuncia "cash carry", que en
inglés significa 'llevar dinero'), que está a cargo del
programa, no tienen intención de gastar los fondos en
subastas. Prefieren su Programa de Compra de Capital, que
entrega dinero en efectivo en forma directa. Recuerden el
curriculum vitae de Paulson: comenzó como asistente
especial de John Ehrlichman durante el gobierno de Nixon y
luego continuó trabajando durante un cuarto de siglo para
Golman Sachs, una de las mayores receptoras de fondos del
rescate financiero y principal competidora de Lehman
Brothers, la empresa que Paulson dejó que quebrara.
La
Oficina de Responsabilidad del Gobierno publicó un informe
sobre el TARP el 10 de diciembre, en el que expresa
preocupaciones sobre la falta de supervisión de las
empresas que recibieron fondos del rescate. El informe
plantea que "sin una fuerte función de supervisión y
monitoreo, la capacidad del Tesoro de asegurar un nivel
adecuado de rendición de cuentas y transparencia será
limitada". La organización de noticias sin fines de
lucro ProPublica ha hecho un seguimiento del programa de
rescate que reveló detalles que permanecen ocultos por el
Tesoro. Al martes pasado, 202 instituciones habían obtenido
fondos de rescate por un total de alrededor de 250 mil
millones de dólares.
La
Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi,
dijo recientemente: "La implementación del TARP por
parte del Departamento del Tesoro no es suficientemente
transparente y no rinde cuentas a los contribuyentes
estadounidenses". Barney Frank, diputado demócrata de
Massachussetts y presidente del Comité de Servicios
Financieros de la Cámara de Representantes, dijo
anteriormente: "La utilización de estos fondos (.)
para bonificaciones, para el pago de indemnizaciones por
despidos, para dividendos, para la adquisición de otras
instituciones, etc., es una violación a las disposiciones
de la ley".
El
senador Republicano Charles Grassley de Iowa dijo acerca del
vacío legal: "Las delgadas restricciones a las
compensaciones a ejecutivos en el proyecto de ley original
desaparecieron". Dejando de lado por el momento que los
tres votaron a favor de la legislación, la ley claramente
debe ser corregida antes de que se otorguen fondos
adicionales.
Las
sumas de dinero que se están llevando estos titanes de Wall
Street son estremecedoras. En su informe anual "Exceso
Ejecutivo", los grupos United for a Fair Economy
(Unidos por una economía justa) y el Institute for Policy
Studies (Instituto de Estudios sobre Políticas) informaron
que la compensación de 2007 para Lloyd Blankfein,
Presidente de Goldman Sachs (el sustituto de Paulson) fue de
54 millones de dólares, y la de John Thain, Presidente de
Merril Lynch, fue la cifra astronómica de 83 millones de dólares.
Desde entonces Merrill fue vendida a Bank of America, luego
de perder más de 11 mil millones de dólares este año; sin
embargo, Thain aún quiere una bonificación de diez
millones.
Paulson,
Kashkari y su jefe, el Presidente George W. Bush, quizá no
sean las personas más indicadas para gastar los próximos
350 mil millones de dólares del dinero de los
contribuyentes estadounidenses, apenas semanas antes de que
se reúna el nuevo Congreso, el 6 de enero, y de que Barack
Obama asuma la presidencia, el 20 de enero. Al igual que el
informante de Watergate, Garganta Profunda, le habría dicho
a Bob Woodward cuando Paulson recién comenzaba: "Sigue
la pista del dinero". El pueblo estadounidense, sus
representantes en el Congreso y el nuevo gobierno de Obama
deben seguir el rastro del dinero, remediar el vacío legal
en relación con el pago a ejecutivos y exigir rendición de
cuentas de los bancos rescatados por el público.
(*)
Denis Moynihan colaboró como investigador para esta
columna.
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