Reunión
de los ministros de finanzas del G–7 en Roma
Tsunami
financiero: fase de la dislocación
geopolítica global
Por
Alfredo Jalife–Rahme
La
Jornada, 18/02/09
La
reciente reunión de los ministros de finanzas del G–7 en
Roma, más catatónica que nunca, parece conceder toda la
razón al LEAP/E2020: "en Estados Unidos, como en
Europa, China y Japón, los líderes persisten en reaccionar
como si el sistema global hubiese sido solamente víctima de
alguna falla temporal". Pareciera que “solamente
requieran cargas de combustible (liquidez) y otros
ingredientes (disminución de las tasas de interés,
recompra de los activos tóxicos, rescates de las industrias
semiquebradas…) para que vuelva a arrancar”.
De
acuerdo con LEAP/E2020, (http://www.leap2020.eu/) el primer
ministro británico Gordon Brown y otros líderes mundiales
"pierden su tiempo coreando la dimensión histórica de
la crisis, pero ocultan el hecho de que no entienden
absolutamente nada de su naturaleza. En el mismo sentido de
Dennis Blair, director de Inteligencia Nacional de Estados
Unidos, quien alertó de la probabilidad de una Gran Depresión
y sus "implicaciones geopolíticas" (ver Bajo la
Lupa, 15.2.09), LEAP/E2020, centro de pensamiento europeo,
advierte que en el último semestre de este año se
"iniciará la quinta fase de la crisis sistémica: la
fase de la dislocación geopolítica global" (GEAB, número
32, 16.2.09).
Recuerda
su previo análisis en el que sostenía que la "crisis
sistémica global" se desplegaría en cuatro
principales fases estructurales: desencadenamiento,
aceleración, impacto y decantación. Reconoce que ha
surgido una nueva fase (la quinta, de dislocación geopolítica),
debido a la "incapacidad de los líderes globales de
entender plenamente la visión de la crisis presente" y
que se ha vuelto obvia por la "determinación en curar
las consecuencias en lugar de las causas". Vaticina que
la quinta fase advendrá en el cuarto trimestre de este año
(es decir, a partir de septiembre), y que en su epílogo el
"mundo se parecerá más a Europa en 1913, en lugar de
nuestro mundo en 2007".
Esta
nueva fase será conformada por "dos procesos
principales que ocurrirán en dos secuencias
paralelas".
Los
dos procesos principales constan de: 1.– la
"desaparición de la base financiera en todo el
mundo"; es decir, la extinción del dólar debido a su
impagable deuda; y 2.– "la fragmentación de los
intereses de los grandes jugadores y los bloques del sistema
global".
Las
dos secuencias paralelas constan de: 1.– "la
desintegración veloz de todo el sistema internacional
vigente"; y 2.– "la dislocación estratégica de
los grandes jugadores globales".
Se
lamenta que la cuarta fase de decantación no haya dado
lugar a la recuperación y culpa a los "líderes
globales" de haber perdido la oportunidad de
"sacar las conclusiones adecuadas del colapso del
sistema global prevaleciente desde la Segunda Guerra
Mundial".
Los
líderes globales no se encuentran a la altura de las
circunstancias: "Barack Obama, Nicolas Sarkozy o Gordon
Brown pierden su tiempo coreando la dimensión histórica de
la crisis, pero ocultan el hecho de que no entienden
absolutamente nada de su naturaleza e intentan limpiar sus
nombres del fracaso futuro de sus políticas". LEAP/E2020
es muy severo con los principales líderes del mundo
occidental: "prefieren persuadirse a sí mismos que el
problema será resuelto como cualquier otro problema técnico
normal, aunque un poco mas serio que el usual. Mientras cada
uno persiste en jugar las viejas reglas obsoletas de décadas
atrás, inconscientes del hecho de que el juego se ha
extinguido bajo sus narices".
La
reciente reunión de los ministros de finanzas del G–7 en
Roma, más catatónica que nunca, parece conceder toda la
razón al LEAP/E2020: "en Estados Unidos, como en
Europa, China y Japón, los líderes persisten en reaccionar
como si el sistema global hubiese sido solamente víctima de
alguna falla temporal". Pareciera que “solamente
requieran cargas de combustible (liquidez) y otros
ingredientes (disminución de las tasas de interés,
recompra de los activos tóxicos, rescates de las industrias
semiquebradas…) para que vuelva a arrancar”.
Su
diagnóstico es de una enfermedad terminal, no de un
catarrito blindado: "el sistema global ha fenecido; se
requiere construir uno nuevo en lugar de luchar en salvar lo
que no puede ser más rescatado". Concuerda con nuestro
análisis de que no se trata de una crisis vulgar, que puede
ser solucionada con medidas anticíclicas, sino del fin del
paradigma neoliberal (y, quizá, del mismo modelo
capitalista).
Exhibe
una gráfica sobre las penurias de la industria, en orden
descendente en Japón, Estados Unidos, la eurozona, Gran
Bretaña, China e India; es decir, de seis de los
principales activadores de la globalización financiera y
económica, que han contraído dramáticamente la demanda de
nuevos pedidos (al último trimestre de 2008) en el sector
manufacturero que ha ingresado a territorio negativo, como
señal incontrovertible de que "sus economías pudieran
desacelerarse todavía más en los meses venideros" (Índices
de Compra de los Gerentes; MarketOracle/JP Morgan).
LEAP/E2020
esperaba una recuperación gradual después de la cuarta
fase de decantación, pero, por desgracia, este brote de la
quinta fase "incendiará el proceso requerido de
reconstrucción en forma abrupta: mediante una completa (¡sic!)
dislocación del sistema vigente, con consecuencias
particularmente trágicas (¡súper sic!) en el caso de
varios grandes jugadores globales".
La
única esperanza de que este escenario dantesco no ocurra
radica en "los próximos cuatro meses antes del verano
de 2009". Asevera que la cumbre del G–20 el próximo
abril en Gran Bretaña "es probablemente la última
oportunidad de reacomodar las fuerzas en juego; es decir,
antes de que las bancarrotas de Gran Bretaña y Estados
Unidos den inicio".
En
caso del fracaso del G–20, "perderán su capacidad de
controlar los eventos, ya que muchos de sus países, así
como en el resto del mundo, entrarán en la fase de
dislocación geopolítica como un barco ebrio". Se
recuerda que "barco ebrio" es el célebre poema
del genial Rimbaud.
Más
probablemente, el "G–20 tendrá mayores dificultades
incluso de reunirse, ya que la tendencia creciente es de que
cada quien se salve por sí mismo".
A su
juicio, la dislocación geopolítica afectará
ineluctablemente a los cuatro principales actores geoestratégicos
del planeta: Estados Unidos, Unión Europea, China y Rusia,
por lo que la "población en general y los jugadores
sociopolíticos deben estar listos a enfrentar temibles (¡súper–sic!)
tiempos durante los cuales amplios segmentos de nuestra
sociedad serán modificados o desaparecerán temporalmente,
o se extinguirán permanentemente". Se basa en un artículo
tétrico de The New York Times ("El desempleo
representa una amenaza a la estabilidad mundial";
15.2.09). Esto le concede toda razón a los señalamientos
de mi paisano Carlos Slim Helú frente a los pigmeos del
calderonismo.
LEAP/E2020
insiste en que la "ruptura del sistema monetario
global" ocasionará el "colapso del dólar (y de
los activos denominados en dólares), pero también inducirá,
por contagio sicológico, una pérdida general de confianza
en todas las divisas". ¿Es el momento inevitable del
oro y la plata?
Concluye
que "los países más monolíticos y las entidades políticas
más imperialistas son quienes sufrirán más de esta quinta
fase de la crisis. Algunos estados experimentarán una
dislocación estratégica que socavará su integridad
territorial y su influencia mundial". ¿Se referirá al
ya decadente Estados Unidos?
A
consecuencia de ello, "otros estados perderán súbitamente
sus situaciones protegidas y serán arrojados al caos
regional".
¡A
ver qué pasa con el G–20!
|