Plan
para eliminar activos tóxicos pierde impulso
Por David Enrich,
Liz Rappaport y Jenny Strasburg (*)
The Wall Street
Journal, 06/07/09
Inicialmente,
los mercados respaldaron un plan de dos partes para ofrecer
financiamiento del gobierno para animar a inversionistas a
comprar préstamos incobrables y valores tóxicos de bancos.
Pero
esa iniciativa –llamada Programa de Inversión Público-Privada,
o PPIP por sus siglas en inglés– ha perdido impulso desde
que fuera anunciada en marzo. A los grandes bancos les
preocupaba tener que vender a precios de remate mientras los
pequeños temían ser marginados. Los compradores
potenciales se mostraron reacios ante el riesgo de hacer
negocios con el gobierno, preocupados por la posibilidad de
que los políticos los demonizaran por conseguir grandes
ganancias.
Los
problemas del programa amenazan con truncar los esfuerzos de
bancos más pequeños que pasan dificultades, en especial,
para ordenar sus balances. Eso a su vez podría dificultar
los intentos por revivir la economía del país.
Una
mirada al motivo por el cual el programa ha tambaleado deja
al descubierto lo difícil que ha sido resolver uno de los
mayores problemas de la economía de EE.UU.: montañas de
deudas incobrables que pueblan los libros de los bancos. A
medida que esos préstamos y activos pierden valor, abruman
a los bancos con pérdidas y limitan su capacidad de
prestar.
Funcionarios
e inversionistas de EE.UU. están minimizando las
expectativas del plan, que al principio fue promocionado
como un proyecto de US$1 billón (millón de millones).
Algunos funcionarios afirman que el ambiente bancario ha
mejorado desde que el programa fue presentado. Aseguran que
debido a que, hace poco, alrededor de una decena de grandes
bancos tuvieron éxito en levantar capital, están bajo
menos presión para vender activos incobrables.
En
junio, la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC,
por sus siglas en inglés) dejó de lado un brazo del PPIP,
la compra financiada por el Estado de préstamos bancarios
incobrables. Hace poco, el secretario del Departamento del
Tesoro, Timothy Geithner, afirmó que la otra parte
–facilitar la compra de activos tóxicos por parte de
bancos, muchos respaldados por hipotecas– podría ser
restringida debido a que los inversionistas son
"reticentes a participar".
"Una
de las metas del PPIP ha sido ayudar a crear liquidez en
merados congelados", asegura Lee Sachs, consejero de
Geithner. "Algunos bancos venderán activos. Incluso
aquellos que no lo hagan se beneficiarán de la mayor
capacidad para valorar los activos que poseen".
El
programa reducido no se concentrará en préstamos
incobrables sino en valores tóxicos, que son un problema
para una porción relativamente pequeña de los bancos. Eso
es una mala noticia para cientos de bancos pequeños que
soportan la carga de cantidades cada vez mayores de préstamos
en cesación de pagos. Ellos tienen menos capacidad para
acudir a los mercados de capital que sus rivales más
grandes, así que han estado ansiosos por recibir ayuda por
parte del gobierno como una forma de apuntalar sus colchones
de capital. Muchos de ellos pueden enfrentar grandes
problemas si sólo uno o dos grandes préstamos se vuelven
incobrables. Sesenta bancos, la mayoría de ellos
instituciones comunitarias, han quebrado desde el comienzo
de 2008. Los analistas se preparan para ser testigos del
colapso de cientos de prestamistas en los próximos años.
Debido
a que estos prestamistas suelen jugar roles clave para
sostener a sus economías locales, al tomarlos en conjunto
son importantes para el sistema financiero y para una
recuperación económica, afirma Kenneth Segal,
vicepresidente senior de Howe Barnes Hoefer & Arnett Inc.,
una firma de asesoría para pequeños y medianos
prestamistas.
Durante
la última crisis bancaria, hace casi dos décadas, el
gobierno estableció la Resolution Trust Corp. para vender
los préstamos incobrables y valores de bancos que habían
quebrado. Muchos expertos le dan el mérito a la RTC por
haber ayudado a desactivar esa crisis.
Esta
vez, los esfuerzos para librar a los bancos de activos
incobrables se han sucedido uno tras otro. A fines de 2007,
el gobierno ayudó a ensamblar un plan para que un fondo
financiado por bancos comprara valores en poder de fondos de
inversión bancarios, pero el esfuerzo no prosperó. En
2008, el gobierno de George W. Bush estableció un programa
de US$700.000 millones para comprar activos incobrables en
poder de bancos. En parte debido a lo complejo que era
valuar esos activos, EE.UU. abandonó ese plan y en cambio
optó por inyectar dinero de los contribuyentes directamente
a los bancos.
En
las últimas semanas, los mercados han perdido vigor en
medio de renovados temores sobre la economía. Eso podría
hacer más difícil para bancos grandes recaudar más
capital. Los bancos también podrían enfrentar más pérdidas
a medida que activos incobrables pierdan más valor.
Muchos
ejecutivos bancarios eran escépticos sobre las
posibilidades de que el programa pudiera tener éxito.
Incluso antes de que fuera anunciado, algunos habían
expresado su descontento debido a que funcionaros no los
estaban consultando, y en cambio estaban delineando la
iniciativa según las opiniones de posibles inversionistas.
Algunos banqueros afirman que advirtieron que serían
reticentes a vender a los precios que los inversionistas
probablemente pedirían.
En
tanto, muchos ejecutivos de ciudades pequeñas esperaban que
el programa los ayudara a deshacerse de los activos
incobrables –en general préstamos para financiar
proyectos de bienes raíces comerciales– que perjudicaban
sus balances. Algunos compradores potenciales habían
aparecido antes de que PPIP fuera anunciado, pero ofrecían
precios tan bajos que pocos bancos tendrían margen para
vender los préstamos sin afectar sus colchones de reservas.
La
esperanza era que el PPIP ayudara a hacer más pequeña la
brecha entre compradores y vendedores. Los inversionistas
podrían ofertar más porque el gobierno les ofrecería a
los compradores poca financiación con un pago inicial pequeño,
junto con algo de protección. Cuando el PPIP fue anunciado,
los grandes inversionistas querían saber cómo sacarle una
ganancia. Luego, abogados de fondos de cobertura e
inversionistas de fondos de capital privado les advirtieron
a los clientes sobre los riesgos de hacer negocios con el
gobierno.
En
junio, la FDIC pospuso la parte de compra de préstamos del
PPIP, llamada Programa de Legado de Préstamos. Este mes, la
FDIC pretende usar el PPIP con un propósito mucho más
limitado: rematar préstamos que la agencia ha tomado de
bancos quebrados. Eventualmente, espera resucitar el
programa de compra de préstamos para que bancos más pequeños
puedan beneficiarse.
(*)
Deborah Solomon y Damian Paletta contribuyeron a este artículo.
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