La
problemática reforma sanitaria en EEUU
Por
Manuel E. Yepe
Boletin
Entorno, Año 7 Nº 66, 20/08/09
Un
insólito evento reúne este año, del 15 al 23 de agosto, a
millares de estadounidenses en el Fórum de Los Angeles,
donde se ofrece algo jamás visto en este país: atención médica
gratuita.
Inglewood,
California, el distrito donde se encuentra el coliseo, está
ubicado a pocas millas del lujoso barrio de Beverly Hills y
de Hollywood, la meca del cine, aunque su nivel de vida está
a enorme distancia de aquellos. Largas colas de personas
llegan a pie o esperan muchas horas durmiendo en autos para
tomarse la presión arterial, examinarse la vista, vacunar a
sus hijos o hacerse practicar una mamografía.
En
los dos primeros días del ejercicio, se brindó atención a
1500 hombres, mujeres y menores que habrían tenido que
pagar $509,000. Treinta dentistas hicieron 471 extracciones,
recibieron espejuelos graduados 320 pacientes, se hicieron
mamografías 80 mujeres, se practicaron decenas de
acupunturas y muchas decenas de personas más fueron vistas
por especialistas. Lo proyectado para los ocho días de
duración de este “mágico” evento era atender a 10,000
pacientes, quienes se habrían ahorrado $2 millones.
Estos
servicios, que constituyen derechos cotidianos de los
ciudadanos en países con menos recursos económicos pero
mayor desarrollo social, se brindaron como parte de una
campaña oficial por exponer la situación desastrosa que
presenta el actual sistema sanitario que el presidente Obama
ha prometido reformar, situando este propósito como el
objetivo de máxima prioridad de su gobierno en materia de
política interna. Pero esto es solo un ángulo de la
problemática.
Las
gigantescas corporaciones farmacéuticas y biotecnológicas
estadounidenses, que fueran señaladas por Obama como fuente
de los graves males que padece la atención de salud en el
país, han sido –obviamente– los principales obstáculos
para la reforma.
Solo
que ahora la industria farmacéutica se ha mostrado
dispuesta a ayudar a Obama en su programa de reforma
sanitaria e invertirá en ello entre 150 y 200 millones de dólares.
Esto, lejos de tranquilizar, alarma a los partidarios de la
reforma que, por ello, la ven en peligro.
“La
Casa Blanca y sus aliados del Congreso están conscientes de
que estos esfuerzos de la PhaRMA (Pharmaceutical Research
and Manufacturers of America, organización que integran 50
consorcios biotecnológicos y farmacéuticos, con una
veintena de lobistas en el Congreso), representan una
alianza política asombrosa, dada la tradicional
parcialización de esta industria con los republicanos y su
desdén por los demócratas”, dice un despacho de la
Associated Press fechado en Washington el 4 de agosto, con
la firma de su reportero David Espo y publicado en varios
diarios y emisoras de radio y TV.
En
el mismo sentido se manifestó el propio día 4 el periódico
Los Angeles Times en un reportaje de su corresponsal en
Washington, Tom Hamburger, quien recuerda que, como
candidato, Obama condenó con dureza la influencia que
detentaba el lobby de la industria farmacéutica en
Washington e incluso apareció en un anuncio televisivo
acusando al ex congresista por Luisiana Bill Tauzin, actual
presidente y cabildero principal de esa poderosísima
industria, por su papel en los denuedos por impedir la
rebaja de los precios de las medicinas.
“Pero
después de asumir Obama, Tauzin ha metamorfoseado. Se ha
convertido en socio del Presidente y ha sido invitado media
docena de veces a la Casa Blanca, donde dice haber
conseguido un acuerdo en virtud del cual la Administración
no intentará desmontar la política farmacéutica del
Medicare que tanto criticara el Presidente durante la campaña
electoral”, señala el trabajo de Hamburger.
Tauzin
ha asegurado que la industria que representa ofrece ahora
apoyo político y financiero a las iniciativas del
Presidente en el campo de la salud y, a cambio, la Casa
Blanca ha prometido, no solo la renuncia a regatear los
precios de los medicamentos de Medicare sino también a no
continuar apoyando la idea de importar medicinas a menor
precio de Canadá o de Europa.
Funcionarios
de la Casa Blanca reconocen haber discutido el asunto con
Tauzin, pero no revelan si ha habido o no un acuerdo de
bloquear negociaciones sobre los futuros precios de
Medicare.
“Pero
algo que todos reconocen es que ahora las compañías farmacéuticas
–principal fuente del dinero de los lobbies– tienen
asiento en las mesas de discusión de las iniciativas
legislativas sobre asuntos de atención de salud que tienen
lugar en la Casa Blanca y en la Colina del Capitolio”,
apunta el artículo.
Otros
propósitos de la reforma como son los de reducir el número
de ciudadanos sin cobertura de seguro de salud y aportar
mecanismos que eviten que las compañías aseguradoras de la
salud cancelan la cobertura con cualquier pretexto burocrático
o técnico, o le nieguen cobertura alegando requisitos
preestablecidos, cuando el asegurado enferma, siguen sin una
perspectiva halagüeña de lograrse.
En
la medida que crecen las exigencias de la ciudadanía por
que se cumplan las promesas, se multiplican las maniobras
neoconservadoras con utilización de millonarios recursos
financieros en publicidad y para la corrupción de
funcionarios.
Se
utilizan contra la reforma acusaciones de que promueve la
socialización de la medicina, el aborto y la eutanasia,
aprovechando prejuicios ultraconservadores de viejos
manipulados en Estados Unidos.
Menuda
tarea la que enfrenta el equipo de Obama que apoya las
proyecciones populares que lo llevaron a la presidencia.
Nada fácil es hacer compatible los intereses capitalistas
con la justicia social y el bienestar humano.
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