Salud:
la reforma modelo se derrumba
Por
Adrianne Appel
Inter
Press Service (IPS), 18/09/09
Boston.–
El Congreso legislativo de Estados Unidos, en medio de un
duro debate sobre cómo reformar el sistema de salud
nacional, toma como ejemplo positivo el plan adoptado hace
dos años por el nororiental estado de Massachusetts, a
pesar de ser criticado por activistas debido a sus altos
costos.
Todas
las ideas manejadas hasta ahora por los congresistas
adquirieron las pautas centrales de la reforma en
Massachusetts, incluyendo el requisito a toda persona para
que compre un seguro a tasas de mercado –que crecen
anualmente— y de aplicar una multa de más de 1.000 dólares
a quienes no lo hagan.
"Una
vez que no comprar un seguro de salud pasa a ser un delito
federal, ¿qué es lo que sigue?", dijo preocupado ante
el Congreso el activista Steffie Woolhandler, de la
organización Médicos para un Programa de Salud Nacional.
Las
reformas de Massachusetts fueron elaboradas hace tres años
por el gobernador Mitt Romney, del ahora opositor Partido
Republicano.
"El
plan de Massachusetts no es sostenible. No contenía
controles a los costos y no generaba ganancias. Básicamente,
sólo estamos gastando dinero", dijo a IPS Benjamin Day,
director ejecutivo del grupo MassCare, que hace campaña por
un sistema de "pagador único", esto es, que sea
el Estado el que costee un seguro universal de salud.
En
Estados Unidos ya existe un sistema de pagador único,
Medicare, pero restringido a ancianos y personas de bajos
recursos.
El
miércoles, el influyente Comité de Finanzas del Senado
presentó su propuesta de reforma, la más parecida hasta
ahora al plan de Massachusetts. Obligaría a casi todas las
personas a comprar seguros de salud a tasas de mercado y se
castigaría con multas a quien no lo haga. El gobierno
proveería subsidios a las personas de bajos ingresos.
Este
plan acaba con la idea del presidente Barack Obama de que el
gobierno venda seguros universales a bajo costo, y en cambio
establece un ámbito administrado en el que las personas y
las empresas pueden comprar pólizas, pero a tasas de
mercado, que en Massachusetts continúan yéndose de
control.
El
plan del Comité de Finanzas, por unos 880.000 millones de dólares,
es rechazado tanto por congresistas liberales, por no
contemplar los intereses de la opinión pública, como por
republicanos, que se oponen a su alto costo, y ha trabado el
debate sobre la salud, poniendo en duda si finalmente el
Congreso aprobará una reforma.
Si
los legisladores hubieran estudiado más de cerca los
problemas en Massachusetts, quizás no habrían emprendido
este camino, dijeron activistas.
El
mismo miércoles, aseguradores en ese estado anunciaron que
incrementarían 10 por ciento el costo de las primas el año
próximo.
"Las
intenciones eran buenas, pero el éxito reside en un control
de los costos", y eso sólo puede concretarse a través
de un sistema de pagador único administrado por el
gobierno, sostuvo Day. "Esa es la lección de
Massachusetts", añadió.
Las
reformas de Massachusetts son atractivas para el Congreso
porque el estado prohibió abusos de los aseguradores y
redujo a la mitad el número de personas sin pólizas. Esto
llevó a que 97,4 por ciento de la población quedara
asegurada, el porcentaje más alto de cualquier estado.
Pero
"esta cobertura mezquina y demasiado cara dejó a uno
de cada seis habitantes de Massachusetts sin poder pagar sus
facturas médicas el año pasado", señaló Woolhandler.
El
requisito de que todos los ciudadanos compren un seguro de
salud es el centro de las propuestas debatidas en el
Congreso, aunque ha sido algo muy impopular en Massachusetts
y claramente infructuoso.
Unas
352.000 personas en 2008 prefirieron ser multadas antes que
pagar 4.000 dólares o más por año por un seguro, según
cifras divulgadas por el último censo.
Las
reformas en Massachusetts fueron aprobadas hace dos años
con el fin de atender el problema de las cientos de miles de
personas que acudían a las salas de emergencia de los
hospitales sin dinero para pagar la atención.
Había
un sistema que contemplaba esta situación: un impuesto a
los hospitales más ricos cuya recaudación era luego
redistribuida entre sanatorios más pobres que brindan
atención gratis, y funcionaba bastante bien. Pero los
hospitales más grandes pidieron una reforma.
"Los
pacientes no constituyen un grupo organizado y no tienen
voz, mucho menos las personas sin seguro. No es la
experiencia política ideal", dijo Day.
"Teníamos
un fondo común para la atención gratis a los que no tenían
seguro, y para muchas personas (ese sistema) era mejor que
el que tenemos hoy", añadió.
Los
pobres se ven obligados a comprar medicamentos que antes
eran gratis, y pagar las consultas médicas.
No
obstante, personas sin dinero acuden a las salas de
emergencia pero, debido a las reformas, los sanatorios que
los atienden ya no reciben la compensación. Las clínicas y
hospitales están bajo presión, y se han visto obligados a
reducir personal y recortar programas.
El
Centro Médico de Boston, que trata a toda persona sin
importar su posibilidad de pagar, reembolsa apenas 64
centavos por cada dólar que gasta. Ahora presentó una
demanda contra el gobierno estadual.
La
reforma de la salud "no debería y no puede ser
financiada sobre la espalda de los pobres. Esperamos que
nuestra demanda sirva como una admonición a los políticos
federales que consideran una reforma nacional", dijo la
jefa ejecutiva del hospital, Elaine Ullian.
El
estado de Massachusetts sólo permite la operación de seis
compañías de seguros de salud, y las firmas continúan
cobrando las tasas más altas de todo Estados Unidos. La
reforma les aseguró 432.000 clientes adicionales, en tanto
el gobierno estadual paga todo o parte de los seguros de
165.000 personas de bajos recursos.
Cuando
el empleador le ofrece un seguro a sus trabajadores, estos
no tienen otra opción que comprarlo para no ser multados,
sin importar cuáles sean sus ingresos.
En
Massachusetts, un hombre de 30 años puede comprar un seguro
por 220 o 600 dólares al mes. Además, deben pagar entre 25
y 40 dólares por consulta al médico, más los medicamentos
y más de 20 por ciento de los costos del hospital.
Las
reformas en ese estado no incluyeron controles a los
precios, y las aseguradoras siguen aumentando las tasas. Los
pacientes, incluso los subsidiados por el gobierno, compran
los medicamentos en cualquier farmacia que vende a precios
minoristas.
La
mayoría de las aseguradoras registraron ganancias en 2008,
pese a la recesión y pese a que ingresaron menos que en
2007.
En
2008, las ganancias netas de Harvard Pilgrim Health Care, el
segundo mayor plan de salud del estado, fueron de 48
millones de dólares, tres millones más que en 2007. Tufts
Health Plan ganó 18,8 millones de dólares en 2008.
Mientras,
el estado gastó más de 1.000 millones de dólares en el
plan de reforma en 2007, más aún en 2008 y más en 2009.
Esos aumentos, combinados con la recesión ya están
hundiendo el sistema.
En
la pasada primavera, el gobernador Deval Patrick anunció
que a partir del 1 de julio el estado eliminaría una
variedad de beneficios que ofrecía a los más pobres y
pondría fin a los subsidios a 28.000 nuevos inmigrantes
legales.
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