Los
economistas que participaron en la última encuesta
realizado por The Wall Street Journal esperan, en promedio,
que la Reserva Federal de Estados Unidos aumente las tasas
de interés en septiembre de 2010, un momento políticamente
delicado en el que las elecciones legislativas estarán a la
vuelta de la esquina y el desempleo superaría el 9,5%.
Los
52 economistas sondeados esperan en promedio que la
desocupación aumente desde el actual 10,2% a más del 10,3%
para fines de este año y que permanezca por encima de 9,5%
a lo largo de 2010. Anticipan que el empleo reanude su
crecimiento en los próximos 12 meses, con un promedio de
creación de empleo de unos 50.000 puestos de trabajo por
mes durante ese período. EE.UU., sin embargo, necesita añadir
unos 100.000 empleos por mes tan sólo para absorber a las
personas que se incorporan a la fuerza laboral.
"El
sector de la pequeña empresa todavía está bajo presión y
las compañías más grandes todavía están abocadas a
apuntalar sus actuales resultados en lugar de prepararse
para el futuro", señaló Lou Crandall, de Wrightson
ICAP. Los avances en la productividad y las reducciones de
costos han permitido a las compañías mejorar sus
resultados sin añadir empleados.
Los
economistas proyectan una expansión anual
desestacionalizada del Producto Interno Bruto de 3% en 2010,
un poco menos que el 3,5% registrado en el tercer trimestre.
El pronóstico representa un crecimiento sólido pero aún
demasiado tenue para sumar el número de empleos necesarios
para compensar los ocho millones de despidos realizados
hasta la fecha. La última vez que la tasa de desempleo
superó el 10%, en los años 80, los siguientes seis
trimestres registraron un crecimiento promedio superior al
7%.
A
pesar de los desafíos, existe una elevada confianza en la
capacidad de la Fed. Treinta de 50 economistas consultados
manifestaron que el banco central subirá las tasas de interés
en el momento apropiado, mientras sólo 18 opinaron que la
Fed procederá con demasiada lentitud.
Eso
contrasta con las amplias críticas a la Fed en el pasado.
En el sondeo de marzo de 2008, el 80% de los entrevistados
señaló que el banco central tardó demasiado en subir las
tasas en 2003 y el presidente de la Fed, Ben Bernanke, ha
sido acusado de demorarse mucho en reducir tasas al
principio de la crisis financiera.
Un
alza de las tasas, en todo caso, no es inminente. La mayoría
de economistas cree que la Fed no incrementará las tasas
antes del tercer trimestre de 2010. Los mercados de futuros
asignan una probabilidad de 90% a un alza para agosto del año
que viene.
"Tras
un año de crecimiento, la porción de la reducción de
tasas destinada a revertir la depresión será
retirada", dijo Dean Maki, de Barclays Capital. Pero
"es poco probable que la Fed aumente las tasas hasta
que el desempleo se encuentre en una trayectoria
decididamente a la baja".
Si
la Fed eleva las tasas en septiembre de 2010, sería apenas
seis semanas antes de las elecciones legislativas de mitad
de período. El banco central valora su independencia de los
procesos políticos, especialmente en materia de política
monetaria, pero podría sentir presión por mantener su
postura de relajamiento en momentos en que el desempleo
sigue alto. Maki indicó que aunque las decisiones del banco
central no son influenciadas por el calendario político,
"la Fed no quiere convertirse en el tema principal de
la elección. Imagino que eso será un leve desincentivo
para efectuar cambios". Maki subrayó que un aumento de
un cuarto de punto porcentual aún dejaría la tasa de
referencia en 0,5%, un nivel extraordinariamente bajo.
Los
economistas también opinan que los mercados emergentes y
los commodities son los lugares con mayores probabilidades
de desarrollar una burbuja. De todos modos, la probabilidad
de una escalada insostenible en los precios de estos activos
es de poco más de un tercio en los próximos dos años.
"El aumento en los precios de los activos desde niveles
extremadamente bajos no sugiere una burbuja", dice
Allen Sinai, de la consultora de Decision Economics.
"Los precios de los activos, bienes raíces y acciones
se derrumbaron. La apreciación tiene que ser enorme para
volver a la normalidad".
Veinte
encuestados dijeron que los commodities presentan el mayor
riesgo de otra burbuja, mientras que 24 optaron por los
mercados emergentes.
Aunque
los economistas asignaron una probabilidad de 36% a que se
produzca una nueva burbuja en los próximos 24 meses, las
opiniones variaron desde 0% a 100%. Incluso entre quienes veían
más de 50% de probabilidad, no hubo un consenso claro sobre
si se materializará una burbuja.
Pero
aunque se forme otra burbuja, sus consecuencias no tendrían
que ser tan nefastas. "Otra burbuja es
inevitable", opina Diane Swonk, de Mesirow Financial.
"La acumulación (de bienes) es parte de la naturaleza
humana. Sin el apoyo del apalancamiento que hemos visto en
la última década, sin embargo, sus consecuencias deberían
ser mucho más manejables".