Con su fuerte mayoría de
sesenta senadores, los demócratas esperan pasar hoy por la
mañana su versión de la reforma sanitaria, sobre la que
continúa habiendo una resistencia furiosa de la minoría
republicana.
Washington.-
La familia Obama debería estar partiendo para sus
vacaciones en Hawai esta mañana, asumiendo que la mayoría
demócrata en el Senado de Estados Unidos logrará pasar su
largamente debatido plan para la reforma del sistema de
salud antes del desayuno, como está planeado. Esta semana,
el programa para el presidente y su rebaño parecía un
tanto difícil, en medio de señales de que la votación por
la ley sanitaria podría no salir hasta esta tarde. Obama
prometió que se quedaría en la ciudad hasta que se votara,
sin importar si esto significa que sus hijas abran sus
regalos de Navidad en Pennsylvania Avenue, o quizás aun a
40.000 pies de altura a bordo del Air Force One.
Pero
el sentido común prevaleció finalmente en el nevado
Capitolio. Los senadores y sus asesores también tienen sus
planes de viaje. Aunque los relojes despertadores se
detengan u ocurra otro imprevisto acontecimiento, la votación
se hará a las 8 de la mañana. Y con su fuerte mayoría
intacta de 60 legisladores, los demócratas esperan pasar su
versión de la reforma, sobre la que continúa habiendo una
resistencia furiosa de la minoría republicana.
Así,
Obama, quien ha logrado menos resultados legislativos en su
primer año en funciones de lo que él y sus partidarios
podrían haber esperado previsiblemente, podrá partir para
el Pacífico, sabiendo que por lo menos el principal pilar
de su agenda doméstica está casi en su lugar. Casi, pero
no del todo. Ayer mismo, el Senado pasó la tercera de las
votaciones de esta semana dirigidas a dar por finalizado el
debate, previas al voto crucial de hoy.
Cuando
los miembros del Congreso regresen de sus vacaciones, la
llamada etapa de la conferencia comenzará cuando las
negociaciones intenten reconciliar el esperado proyecto de
ley del Senado con la versión que fue pasada por la más
progresista Cámara de Representantes (diputados) hace
varias semanas. Ese proceso no se anticipa rápido. Los
asesores señalaron ayer que no esperan que el texto de ley
final llegue al escritorio del presidente para su firma
antes de que dé su discurso del estado de la Unión a fines
de enero.
Obama,
quien enfrenta frustraciones similares en su política
exterior, especialmente con respecto a Irán y su negativa a
aceptar las demandas internacionales para poner fin a sus
programas de enriquecimiento de uranio, pasó la mayor parte
de su último día en Washington antes de Navidad en un
frenesí de relaciones públicas, tratando de descartar
cualquier percepción de que el proyecto de ley del Senado
represente un acuerdo que está lejos de sus aspiraciones
para modificar el sistema de salud.
“En
ningún lado hubo una brecha más grande entre las
percepciones de un acuerdo y las realidades de ese mismo que
en el proyecto de ley del sistema sanitario. Cada uno de los
criterios para los cambios que yo propuse está en ese
proyecto”, le dijo al diario Washington Post en una
entrevista publicada ayer. “No estoy sólo apoyando la
ley. Estoy muy entusiasmado por lo que hemos logrado.”
El
presidente ha estado esforzándose durante un tiempo para
distanciarse de la llamada “opción pública”, que veía
la creación de una entidad aseguradora dirigida por el
gobierno como una competencia directa con las aseguradoras
privadas para brindar cobertura a sus consumidores. Esa es
la versión de la reforma de la Cámara de Representantes,
que se cayó recientemente en el Senado, ante la insistencia
de los demócratas más moderados.
Mientras
el ala más progresista del oficialismo está enojada por la
pérdida de la “opción pública”, parece improbable que
pueda ser restaurada durante el proceso de las conferencias
o consensos. “No hice campaña sobre la opción pública”,
le dijo Obama al Post, refiriéndose a la carrera
presidencial del año pasado. Algunos de los que lo votaron,
sin embargo, cuestionarían esto.
La
Casa Blanca tendrá que trabajar mucho en Año Nuevo,
primero para persuadir al público de que a pesar de los
compromisos y los debilitamientos que se filtraron al
proceso de las negociaciones, la reforma que emerja será de
verdad transformadora, y segundo para contrarrestar algunas
voces liberales, incluyendo la del ex presidente del partido
Howard Dean, quien dijo que preferiría que la versión del
Senado no pasara, porque es demasiado débil.
En
realidad, los principales puntos de la reforma deberían
sobrevivir, incluyendo una extensión de cobertura a
alrededor de 30 millones de estadounidenses que no tiene
seguro alguno y el aporte de nuevos impuestos y medidas de
recorte de costos que deberían ayudar significativamente a
reducir el déficit presupuestario federal en 10 años.
“No
sentimos que los elementos principales para ayudar al pueblo
estadounidense hayan estado comprometidos en forma
significativa”, insistió Obama. “¿Estas legislaciones
tiene exactamente todo lo que quiero? Por supuesto que no.
Pero tienen aspectos que son necesarios para reducir los
costos para los negocios, las familias y el gobierno.”