Huichapan,
Hidalgo, México.– Regina y Christopher son una singular
pareja que por estos días están de visita en este
municipio hidalguense, pues vinieron a ver a los padres de
ella, quien hace varios años se fue a Canadá a estudiar
idiomas. No sólo aprendió francés e inglés, sino que
también encontró en ese país su destino.
Justamente
conoció allí a Christopher, un bonachón ingeniero mecánico
francés casi de su edad. Ambos se enamoraron, por eso del
amor a primera vista, se hicieron novios y luego se casaron,
en Francia, en la región de Alsacia, en donde vive la
familia de él. Actualmente habitan en Wisconsin, en Madison,
en una casa que compraron hace dos años, que les costó 150
mil dólares, cuya hipoteca mensual es de 1500 dólares.
Ellos
dos son un ejemplo de que aún en medio de la crisis
estadounidense, ha habido compañías que prácticamente no
han sido afectadas, las menos, o no demasiado como para que
sigan desempeñando sus operaciones.
También
este matrimonio sale de las estadísticas oficiales de las
millonarias cifras de desempleados por causa directa de la
crisis, o de los pobres en Estados Unidos, que siempre han
estado presentes, país en el cual entre un 13 y 17% de sus
habitantes viven por debajo de la línea oficial de pobreza
y en donde las familias en las que sus miembros no perciben
ningún salario han tendido a aumentar, de acuerdo con la
American Comunity Survey, y que han debido sobrevivir con
las limitadas ayudas que el estado proporciona, tales como
el seguro de desempleo o los vales de comida.
En
estados de los más pobres, como Mississippi, las familias
sin ningún salario apenas tuvieron ingresos anuales en 2008
por sólo 19473 dólares, 1622 mensuales, muy por debajo del
nivel oficial de pobreza considerado para una familia de
cuatro personas, el cual ronda los 22,000 dólares.
Y
Puerto Rico, el así llamado “estado asociado”, está
peor, pues apenas alcanzó los 8984 dólares anuales, 748
mensuales, cifra ubicada por debajo del llamado nivel de
pobreza absoluta, definido como aquel en donde las personas
que lo padecen no tienen lo suficiente salarialmente ni
siquiera para comer.
La
organización no lucrativa Feeding America, recientemente
dio a conocer un estudio que, basado en estadísticas
oficiales, mostró que 3.5 millones de niños de menos de
cinco años padecen hambre en EU y en los estados más
pobres, con Luisiana a la cabeza, seguida de Carolina del
Norte, Ohio, Kentucky, Texas, Nuevo México, Kansas,
Carolina del Sur, Tennesse, Idaho y Arkansas, 20% de dichos
infantes sufren de dicho problema. Irónicamente este
estudio fue financiado por Conagra Foods, un gigante
estadounidense de alimentos procesados, cuyas ventas en el
2009 ascendieron a la nada despreciable suma de 12731
millones de dólares (mdd), que le proporcionaron ganancias
brutas por 2841 mdd.
O
sea que, hablando de buenos negocios, le fue muy bien a esta
compañía, a pesar de la crisis, sobre todo por el
encarecimiento de los alimentos que desde hace dos años
también está afectando a la economía mundial. Conagra
Foods, como toda gran empresa que se precie de serlo, cuenta
con una fundación cuyo lema es “Nutrámonos hoy para
florecer mañana”, según se puede leer en su sitio
oficial (conagrafoods.com), y que como es sabido es un
excelente modo de deducir impuestos a través de supuestos
programas filantrópicos, además de una velada manera de
aumentar las ventas de sus productos, muchos de los cuales
se harán pasar como adecuadas alternativas nutricionales
para las personas hambrientas.
Sólo
por ilustrar su estrategia publicitaria, más que
campaña filantrópica, se jacta la empresa de que durante
varios años ha donado comida nutritiva a personas
hambrientas, pero lo ha hecho con sus productos más
conocidos como Snack Pack, que es un muy azucarado pudín,
Peter Pan, que no es más que química crema de cacahuate,
Healthy Choice, una línea de supuesta “nutritiva”
comida procesada, como pastas de sabores, Marie Callender,
también línea de alimentos congelados, muy vastos en
harinas y calorías, Orville Redenbacher, que son
engordantes frituras, Hunts, que es su línea de muy
procesados purés y salsas de jitomate, Chef Boyardee, que
son pastas enlatadas o para “cocinarse” en horno de
microondas, Ro*Tel, que son jitomates picados y procesados
que, asegura la empresa “son mejores que jitomates
naturales”, ¡háganme favor!, David, que son simples
pepitas empacadas o Egg Beaters, que son huevos procesados
– de hecho estos productos se crearon para que se pudieran
aprovechar tantos huevos que se quiebran durante su empaque
y manejo –, que nada más se destapa el envase, se vierten
en el sartén y listo, nada de molestos cascarones, además
de que, también presume la empresa, no contienen el
colesterol ni la grasa de las yemas de huevo naturales –
lo cual es mentira, pues recientes estudios han demostrado
que el huevo contiene bajos niveles de colesterol –, pero
se cuida de decir la cantidad de sustancias químicas que
ese y todos sus productos chatarra y fast food contienen.
Así,
más que caritativas donaciones, sus campañas en realidad
pueden verse como estrategias publicitarias para aumentar
sus ventas. Incluso no siempre dona, sino que a veces se
ofrecen “nutritivos paquetes” a los niños en sus
escuelas a muy “módicos precios”. Lo dicho entonces:
las fundaciones son para seguir haciendo buenos negocios, aún
en la crisis.
Pero
volviendo a Regina y Christopher, la feliz pareja de
residentes estadounidenses, poseedores de la visa H–1B,
que les permite trabajar en EU, accedió a ser entrevistada
para el presente artículo.
Regina
trabaja en Wanakee, que queda a unos 35 minutos de Madison,
y que sólo por automóvil propio puede llegar. “Allí
todo mundo debe de tener auto o si no, no puedes ir a ningún
lado. Conduce un Mazda de reciente modelo que también están
pagando. En ese sitio trabaja en Uniek Inc., una empresa que
elabora portarretratos, productos que en esta era en donde
un buen porcentaje de fotos son digitales, parecerían anacrónicos,
pero nos cuenta que tienen mucha demanda todavía.
“Sí,
no sé por qué, pero siguen siendo muy pedidos, para que
pongas allí tus fotos. Hace poco trataron de vender
digitales, pero fíjate que tenían virus y te infectaban tu
computadora si le conectabas la USB que hubieras usado para
descarga tus fotos… eran chinos, sí, y pues por eso no se
siguieron vendiendo”.
Uniek
fabrica portarretratos de plástico, de los baratos, de
cinco o diez dólares. En su página electrónica (www.uniekinc.com)
puede leerse “Because everyone has their own Uniek style”,
en un juego de palabras que alude a la homofonía de la
palabra inglesa “unique” con esa marca. Los productos
que elabora la empresa, de acuerdo con la información de su
página, son marcos, espejos, álbumes y manualidades.
“Sí,
tenemos portarretratos de hasta 25 dólares, pero ya son los
más grandes”, me dice Regina. Pero la empresa sólo
fabrica la mitad de lo que vende, que son los marcos más
baratos de plástico, porque el resto, la otra mitad de lo
que comercializa, son portarretratos y otros productos que
importa – ¡de dónde más! – de China.
“Sí,
son de madera, de metal… sí, ya sabes, es porque sale más
barato comprarlos allá que fabricarlos… es lo que hacen
muchas empresas, ¿no?” En efecto, se refiere a la
“baratijarización” que estamos experimentando en todo
el mundo, sobre todo en medio de esta crisis, en donde si se
trata de mantener un determinado nivel de consumo, sólo es
posible si se venden artículos baratos, baratijas, pues,
sobre todo chinas, cuyos estándares de calidad, en general,
dejan mucho que desear.
Y
nos platica Regina que el 80% de las ventas de Uniek son
nada menos que a Wal–mart, esa cadena de supermercados
estadounidense que ha adoptado exitosamente la filosofía de
vender justamente baratijas muy baratas y en grandes
cantidades, aunque no reúnan calidad. De hecho, del total
de artículos chinos de todas clases vendidos en EU, esa
cadena de supermercados por sí misma importa casi el 20%.
En México, para ilustrar la mala calidad de muchos de los
productos comercializados por Wal–mart, he adquirido, por
ejemplo, zapatos que a la semana se les ha despegado la
suela o accesorios automotrices que en pocos días dejan de
funcionar o aparatos electrónicos, como dvd’s o
minitelevisores, que salen defectuosos y son de efímera
duración.
Y
con respecto a los empleados de Uniek, nos dice Regina que
contratan solamente estadounidenses o inmigrantes legales.
“Mira, yo trabajo en recursos humanos de la empresa. Y
seguido estamos contratando, pues los trabajadores nos duran
poco, hay mucho movimiento de personal.
Y
con eso de que deben de ser todos legales, pues sólo
blancos o de color o inmigrantes legales podemos contratar,
pero los blancos o los de color nos duran poco, pues les da
flojera, en serio, o siempre dicen que están enfermos y se
reportan, y a las nueve faltas por año los damos de baja.
En
cambio los latinos son los más trabajadores, pero ahora sólo
legales contratamos. Los debemos de investigar con la
Employment Eligibility Verification Form, la I–9, que es
una clave que metes en la computadora y que te dice si sus
papeles son legales o no. Y pues ya si los contratas, hay
tres niveles de salario: 8.50, 9.50 y 10.50 la hora, que son
éstos los mejor pagados, pero con eso no la hacen, de
verdad, pues no vives en Estados Unidos con diez cincuenta
la hora. Todos deben de trabajar doble turno.
Fíjate
que unos entran aquí a las 7 y salen a las tres y se van a
su otro trabajo, en donde entran a las tres y media y salen
hasta las once y media de la noche. Y en los fines de semana
también hacen otros trabajos, como cuidar niños o la
limpieza en casas. Y sí contratamos ilegales, pero son
subcontratados”.
Eso
lo hace Uniek a través de una empresa que se llama The QTI Group. En
su página de Internet, www.qtigroup.com,
en la que por supuesto que no menciona que contrata a
ilegales – eso me lo confió Regina –, que está
ilustrada con la foto de un joven de marcados rasgos asiáticos,
puede leerse su eslogan publicitario: “Tenemos talento
para los negocios”. Y sólo se puede acceder ya sea como
buscador de empleo o cómo solicitante de empleados. Entré
como solicitante de empleo. Me recibió un titular que dice
“Cualquiera puede ayudarle a encontrar un empleo. (Pero)
Nosotros lo ayudamos a adaptarse, a crecer y a triunfar”.
Y ya viene una perorata en
donde queda claro que es una agencia de empleos que se jacta
de ser muy efectiva. A continuación está el formato para
registrarse y ser miembro activo de su base de datos de
personas que buscan trabajo. Por cierto que a un lado del
registro se halla una muy ilustrativa miniencuesta de una
sola pregunta en donde se cuestiona a los usuarios qué
piensan con respecto al mercado laboral. Se les pide que
respondan qué consideran que sucederá y se dan cuatro
opciones: a) está mejorando, b) está igual, c) se pondrá
más difícil y d) no estoy seguro. Y ya si uno responde, se
le ofrecen los resultados obtenidos hasta ese momento: a)
12%, b) 25%, c) 54% y d) 8%, lo que demuestra que, al ser
mayoritario el porcentaje de personas que piensan que
conseguir un trabajo será aún más difícil, aleja todavía
bastante el optimismo gubernamental estadounidense de que
“EU ya está saliendo de la crisis”. Y tan no es seguro
que la crisis esté quedando atrás, que aún siguen altos
los índices de desempleo, muy cercanos al diez por ciento,
con varias áreas que tienen hasta 15% de desempleados (en
algunas áreas urbanas, como Yuma, en Arizona, el desempleo
es casi del 30%). Además, muchos analistas económicos
temen un rebote de la crisis, el llamado efecto “W”, o
sea, hay una aparente recuperación, pero de nuevo vuelve a
caer toda la economía en poco tiempo.
Muy caro le saldrá a
Obama haber rescatado a los barones del dinero (ver mi artículo
“El convenenciero capitalismo salvaje” en mi blog:
adansalgadoandrade.blogspot.com) con recursos públicos
obtenidos de una brutal alza tributaria (según me platica
una buen amiga que habita en una zona rural de Carolina del
sur, los inspectores gubernamentales cobran hasta por que la
gente tenga gallineros y el impuesto sube dependiendo del
material con que estén hechos, lo que ni en este México
neoliberal de mal administradores panistas ha sucedido… ¡hasta
ahora!).
Regina
continúa la plática. “Mira, contratamos gente de QTI
porque nos sale más barato. Es que cuando la empresa
necesita personal temporal para que trabaje quince días o
un mes, pues se hace eso de subcontratar. Más o menos la
mitad de los trabajadores de Uniek son temporales, y se los
contratamos a QTI. Se les paga a diez dólares la hora y ya,
no tienes que pagar nada más, ni prestaciones, ni salarios
extras, ni nada.
Bueno,
en realidad, los diez dólares se les da a QTI y ésta es la
que les paga a los trabajadores que nos alquila. Sólo les
da ocho dólares la hora y se queda con dos, pues es lo que
les cobra por comisión… ¡ese es su negocio! Y, como te
digo, muchos son ilegales y lo sé porque ellos mismos me lo
dicen y te das cuenta por la forma tan dócil en que se
comportan, son muy trabajadores y a todo lo que les pides,
te dicen que sí, no te ponen peros”. Así que a pesar de
tanta persecución a los ilegales y de leyes cada vez más
estrictas en contra de ellos o de las empresas que los
contraten, en realidad siguen siendo bastante útiles a la
mermada economía estadounidense (su actividad constituye el
4% del PIB de EU, además de que devengan impuestos por
54000 mdd anualmente), aparte de que gracias a ellos,
empresas de dudosa calidad ética, como QTI, se hacen de un
lucrativo negocio explotando a tanto necesitado,
desprotegido indocumentado, razono. Y en realidad lo que
tantas restricciones han logrado es todavía abaratar más
el trabajo de los ilegales, así como el que prácticamente
carezcan de protección legal contra abusos y situaciones de
trabajo riesgosas o accidentes, como nos platica Regina.
“No
hace mucho, hubo un trabajador mexicano, un muchacho de
veinte años, que tuvo un accidente al operar una máquina y
se voló un pedazo de dedo.
Pues
fíjate que yo no lo podía auxiliar porque me dijo mi jefe
que como no era contratado directamente por Uniek, si algo más
grave le sucedía si yo lo auxiliaba, hasta QTI me podía
demandar. Y lo que hice fue que llamé a un taxi para que se
lo llevara a un hospital, pues de QTI nadie venía para
auxiliarlo… se la pasó 40 minutos esperando el pobre y
por eso le llamé un taxi.
Y
como le dije que me hablara para ver qué pasaba, ya el
muchacho luego me habló, que ya no le habían podido pegar
el pedazo de su dedo, pero que estaba bien, fíjate, pobre,
sin su dedo, y que me daba las gracias… y ya no sé qué
haya pasado con él, pues porque como era ilegal, de seguro
la empresa nada más le pago sus curaciones y lo ha de haber
despedido o echarle a la migra, sí… así hacen con esos pobres indocumentados”.
Platica
que hay muchas contradicciones en las leyes laborales, pues
aunque Uniek no puede contratar ilegales, debe de hacerlo
con personas que, por ejemplo, tengan antecedentes penales,
por eso de la no discriminación laboral, pero eso es
absurdo, pues entonces no debieran rechazarse a los
indocumentados, pienso. “Hace poco llegaron tres personas
con antecedentes penales y uno de ellos había estado veinte
años en la cárcel y había salido hacía poco. Le pregunté
que por qué lo habían encerrado y me dijo ¡que porque había
matado a alguien! Los otros dos, uno había robado, y el
otro era un violador… ¡y pues fue a éste al que tuve que
contratar porque eran mejores sus aptitudes que las de los
otros dos! – exclama Regina, risueña –… pero, imagínate,
yo me puse a pensar que a ver si no volvía a violar a
alguien… en serio, no sé, como que tienes un prejuicio
contra ellos, a lo mejor ya no te hacen nada, pero no dejas
de verlos con desconfianza. También una ocasión contraté
a un hombre, un blanco, que dejó de ir varios días y pues
lo dimos de baja y que le llamo para decirle que ya no se
presentara porque ya estaba fuera y que nos hicimos de
palabras y hasta de pleito salimos. Y luego mi jefe me dijo
que era militar, que tuviera cuidado con
él, que porque son muy violentos, y pues que me
preocupé, y hasta ganas me daban de hablarle para pedirle
una disculpa, no me fuera a hacer algo o a demandarme.”
Y
es que como en ese país tan supuestamente legal, todo mundo
quiere demandar, hay que tener
mucho cuidado. “Sí, había un hombre de color,
como de unos 22 años, que estaba en unas máquinas de
moldes, y se quedaba dormido a cada rato y a la tercera vez
que le llamamos la atención, pues que lo despedimos y que
nos demanda que por discriminación hacia su raza… hazme
favor.
Y
otra señora un día me llama para decirme que se mudaba y
que ya no iría a trabajar y pues yo le dije que estaba
bien, que le agradecía que nos avisara, pero luego volvió
a llamar diciendo que regresaba a trabajar y pues le dije
que ya había pasado una semana y que ya la había dado de
baja, porque me había dicho que se iba a mudar y que también
demanda a la compañía, pero durante el juicio, yo declaré
que ella había llamado para renunciar y que el juez le
pregunta eso y ya ella le dijo que así era y quedó sin
efecto la demanda.
Y
otro muchacho, un gringo, que se encargaba de manejar un
montacargas, un día se accidentó porque estaba drogado con
marihuana, y pues que nos demanda, que porque lo estábamos
discriminando y que exigía una fuerte indemnización… y
en esas estamos, pero
los abogados de Uniek están aludiendo a que estaba
drogado… y parece que estamos por ganarle, sí”. También
deben de contratar a ex militares o respetarles el lugar a
los trabajadores que se enrolen voluntariamente en el ejército.
“Por ejemplo, había dos obreros que se fueron a pelear a
Irak y les tuvimos que respetar sus lugares hasta que
regresaron, ¿cómo ves?”. Así que un ex convicto es más
importante y tiene más derechos que un ilegal, aunque haya
asesinado o violado. Son las contradicciones en que cae la
sociedad estadounidense por pretender mostrarse como “muy
democrática e igualitaria”. ¡Hipocresía pura!
Sí,
como el hecho de que, como señalé antes, de todos modos se
siguen contratando a trabajadores ilegales, como me dice
Regina. “Pero fíjate que aunque digan que ya no se puede
contratar ilegales, empresas como McDonalds lo siguen
haciendo, yo conozco a varias personas que trabajan allí y
que no tienen papeles.
Y
no creas que es por lo de las restricciones que Uniek dejó
de contratar a ilegales, sino que fue porque hace como tres,
cuatro años, hicieron todos los latinos una gran marcha
para exigir que los legalizaran y que respetaran sus
derechos laborales, y como casi todos los trabajadores de la
empresa en ese tiempo eran ilegales, pues Uniek tuvo que
cerrar unos días, sí, ¿cómo ves?” Se refiere Regina a
la gran marcha de inmigrantes, especialmente latinos, que
tuvo lugar el 29 de marzo, seguida de otras movilizaciones.
Sólo en Los Ángeles, California, se estima que medio millón
de inmigrantes legales y no legales concurrieron a esa magna
convocatoria. Pero según nos cuenta ella, al parecer en
algunos lugares y empresas, fue contraproducente dicha
marcha, como Uniek, pues los dueños pensaron que si eso
pasaba, se quedarían sin trabajadores y por eso mejor
optaron por contratar a puros legales. En fin, son los
imprevistos que cualquier lucha o reivindicación social
suele enfrentar, considero.
Y
regresando a las ventas de Uniek, dice Regina que “si Wal–mart
nos dejara de comprar, la verdad quebraríamos y por eso se
están buscando otros negocios, aunque sean chicos, para ya
no depender tanto de esa empresa” En efecto, son tan
caprichosas las estrategias comerciales de esa compañía
que muchas veces se deshace de la noche a la mañana de sus
proveedores.
Sobre
su horario de trabajo me dice Regina que “yo laboro de 8
de la mañana a 5 de la tarde. Y como soy bilingüe, pues
por eso me requieren mucho, porque debo de tratar con
gringos o latinos, y ya llevo tres años. Es que en muchas
partes de Estados Unidos, si los estadounidenses no hablan
español, pues no son contratados, aunque no lo creas. Yo
tuve que contratar a un gringo que fuera bilingüe, pero
aunque me decían los solicitantes que lo eran, a la hora de
hablar con ellos, la entrevista en español, resulta que ni
siquiera me entendían que ‘si hablas español’ o ‘dónde
lo aprendiste’… ¿cómo ves? Y uno me dijo que sólo sabía
decir ‘hola’, ‘perro’, ‘cosa’… sí, ¿cómo
ves?… pero, bueno, nosotros a pesar de la crisis seguimos
vendiendo portarretratos, pero sigue duro todo, de
verdad”, agrega la guapa hidalguense, con una reflexiva
mirada.
Y
sobre sus ingresos, Regina platica que gana en Uniek 1000 dólares
por quincena, pero le descuentan casi 400 dólares. “Sí,
me descuentan un montón, y más porque estoy registrada
como soltera y a los solteros nos descuentan más, ¿cómo
ves?” Sí, claro, el rescate de Obama, como dije antes,
cuesta y por eso han ido subiendo tanto los impuestos.
Christopher,
como comenté, es francés. Tanto él como Regina están
como residentes con permiso laboral en EU. Trabaja en
Brodhead, a unos 45 minutos en auto de Madison, en Kuhn, una
empresa francesa de implementos agrícolas. En su página
electrónica, kuhn.com, se muestra que la compañía opera
prácticamente en todo el mundo. Según Christopher, sus
ventas anuales mundiales son del orden de los mil millones
de dólares y está en el quinto lugar en cuanto a
importancia, por debajo de compañías como la
estadounidenses John Deere o Massey–Fergusson o la alemana
Claas, por lo que podría clasificarse como una compañía
relativamente grande.
Sin
embargo, también ha sido golpeada por la crisis. Tenía en
su planta de Brodhead 560 empleados, y ya sólo trabaja con
400. “Nosotros hacemos principalmente las máquinas que
jalan los tractores, que sirven para hacer las pacas de
pasto o también las que mezclan el alimento para las vacas.
A mí me pagan 20 dólares la hora, y trabajo de 8 a 5 de la
tarde. Y es más o menos buen salario. “A los obreros de
la empresa les pagamos 12 o 13 dólares y a los soldadores
hasta 15 la hora, porque son muy demandados”, nos comenta.
Platica que a pesar de la crisis, comienza a verse una
ligera mejoría, pues de nueva cuenta los agricultores están
sembrando cereales o produciendo leche.
“Es
que el año pasado bajaron los precios de todo, maíz,
leche… pero este año han comenzado a mejorar”, dice,
pero me parece extraño que los agricultores estadounidenses
se hayan quejado de los bajos precios de los alimentos, si
justamente desde el año 2008 éstos han subido
estrepitosamente, y es una de la
causas que en la actualidad el mundo padezca aún más
hambre, por la carestía alimentaria, además de que se
emplean millones de toneladas de cereales cada año para
elaborar los así llamados biocombustibles (que ya se ha
demostrado que no ayudan a disminuir la contaminación
ambiental, sino que eso se está haciendo para generalizar
el empleo de los cultivos transgénicos y además para
enfrentar el agotamiento de energéticos como el petróleo.
Ver mi artículo “Biocombustibles: imposición transgénica,
no alternativa ecológica”), lo que también contribuye a
fomentar la escasez y encarecimiento de los productos agrícolas.
Brodhead,
en donde se encuentra la planta estadounidense de Kuhn, es
un pueblo pequeño. Casi todos los trabajadores son de allí,
dice. “Aunque también contratamos de otras partes, pero
cuando va una persona a solicitar trabajo, evitamos darles a
los ex trabajadores de General Motors, pues están
acostumbrados a trabajar poco y a ganar mucho. Allí
solamente apretaban botones o jalaban palancas, nos escriben
en sus aplicaciones, y en Kuhn la gente es muy
experimentada” dice Christopher, sonriendo. Sí,
interviene Regina, “en sus solicitudes, si son de General
Motors, que ahorita despidieron muchos, por lo de la crisis,
tampoco los contratamos en Uniek porque son muy flojos, en
serio”.
La
labor de Christopher es la de planear y decidir qué máquinas
se necesitan en las actividades agrícolas y cuáles deben
de fabricarse. “Una que sugerí, fue para empacar pasto y
otra, para mezclar el alimento para las vacas. Tengo un
equipo de doce personas, que son las que coordino, para que
se encarguen desde el diseño de la nueva máquina hasta su
construcción”, nos platica con su afrancesado, casi
perfecto español, que ha aprendido gracias a la dedicación
de Regina de enseñárselo. Y me dice que los precios de las
máquinas son muy variados, pues van desde los cinco mil dólares,
que son las que hacen pacas de pasto, hasta los 200,000 dólares,
que son para lo mismo, pero más grandes y completamente
computarizadas y automatizadas. También las hacen que van
montadas en camiones. “¿Y qué pasa cuando una de esas máquinas
que montan en camiones sale defectuosa?”, le pregunto, y
me responde que cuando se da el servicio por las garantías,
si el camión sale defectuoso, la empresa que se los vendió,
se encarga de éste, y si es la máquina, es Kuhn quien se
encarga de repararla. “Aunque nuestros estándares de
calidad son muy altos”, se jacta Christopher. Para
enfatizar lo dicho, comenta que en la planta de EU, Brodhead,
Kuhn fabrica alrededor de 30 máquinas por mes, casi
cuatrocientas al año, y a nivel mundial, la empresa fabrica
unas 80000 con sólo 3000 empleados, así que digamos que en
términos de eficientismo capitalista, esa compañía logra
producir mucho con pocos, muy selectos trabajadores.
“Somos muy eficientes”, agrega Christopher, sonriendo,
quien estudió ingeniería mecánica en Paris y le encanta
su trabajo.
Ambos
se tomaron unas muy merecidas vacaciones en la tierra de
Regina. Christopher tiene tres semanas. “Yo tengo sólo
dos semanas de vacaciones, pero ahora me voy a tomar una más,
sin paga”, confiesa Regina, resignada. “Es que no te
queda más que cuidar tu empleo, aunque sepas que te están
explotando mucho, pero no queda de otra, ahorita, a como están
las cosas”.
Y
por lo menos ellos continúan teniendo trabajo, a pesar de
la hecatombe económica, no sólo estadounidense, sino
mundial, que día con día tiende a engrosar la lista de los
millones de desempleados que muy difícilmente volverán a
encontrar trabajo pronto (tan solo en EU más de 800,000
inmigrantes perdieron su empleo en 2009. Ver mi artículo
“El regreso sin gloria del otro lado de un indocumentado
mexicano”).
Les
agradezco la entrevista y les deseo que conserven por largos
años sus empleos… ¡algo que también a mí personalmente
me deseo!
Contacto:
studillac@hotmail.com