La crisis económica global sigue siendo una de las
determinaciones fundamentales en la realidad internacional.
Dentro de los Estados Unidos, los pronósticos favorables al
respecto del crecimiento económico, se ven contradecidos
diariamente por las cifras de personas que solicitan seguro
de desempleo, de la misma forma, las cifras macro continúan
ubicando la tasa de lxs sin trabajo por encima de los dígitos.
Una cosa es que los banqueros de Wall Street sientan alguna
tímida confianza, otra es que la clase trabajadora deje de
sufrir los embates de una crisis que no provocó, pero que
debe pagar.
La política de los diferentes estados, acá en USA, no ha
sido distinta a la del gobierno central, descargar la crisis
sobre los sectores trabajadores y utilizar el bailout del
gobierno federal para salvarle el trasero a los sectores del
capitalismo financiero. En el caso que nos ocupa,
California, al ser uno de los estados más afectados por la
crisis, la política estatal ha tenido implicaciones
profundas, uno de los sectores más negativamente conmovidos
ha sido la educación superior pública.
Se han anunciado, de parte del gobierno californiano,
recortes presupuestarios, a la educación superior pública,
cercanos a 16 billones de dólares, lo que significa rebajas
salariales a los docentes que alcanzan el 10%, de la misma
forma los costos relativos a la matrícula se planean elevar
un 32%, lo que implicaría la expulsión inmediata de miles
de estudiantes quienes se verían incapacitados para pagar
estos montos por su educación. Y es que este aumento
desmedido en los costos de la educación pública hace síntesis
con un fenómeno estructural del capitalismo gringo:
educarse es una tarea casi imposible.
Existen, por lo menos, dos elementos inmensamente
desestabilizadores dentro de la estructura capitalista de
USA: uno relativo al inmenso porcentaje de personas que no
cuentan con ningún tipo de cobertura médica, dónde se
calcula al menos un número de 45 000 personas anuales
quienes mueren por falta de atención. Otro, los elevadísimos
costos de la educación superior pública o privada, por
ejemplo, solamente los costos anuales de matrícula en una
universidad relativamente barata pueden ascender a los 12
000 dólares, lo que implica una erogación de 48 000 dólares
por un título de bachillerato universitario. Esto solamente
en costos de matrícula, por fuera queda habitación,
comida, libros y todo el resto. Por supuesto, cualquier
familia de clase trabajadora no tiene más opción que
recurrir a un préstamo pagable en un periodo que oscila
entre los 20 y 40 años.
El movimiento en California inicia hace aproximadamente
unos 5 meses, el día 24 de septiembre de 2009, primer día
de clases para los campus asociados a University of
California. Ese día, cantidades importantes de estudiantes
se manifestaron en contra del plan estatal de aumento en la
matrícula, el pico de estas movilizaciones fue la de
University of California in Berkeley, donde unxs 5000 mil
estudiantes fueron parte de la protesta. Posterior a la
protesta, se organizó una Asamblea multitudinaria donde se
llegaron a nuevos acuerdos sobre los destinos de la lucha.
Uno de los más importantes fue designar el 4 de marzo de
2010 como jornada estatal de lucha. Central es anotar que el
movimiento no ha sido totalmente estudiantil, puesto que
sectores docentes y de trabajadores universitarios se han
incorporado al mismo.
Durante el mes de noviembre de 2009 hubo jornadas esporádicas
de toma de edificios, especialmente en Berkeley, Los Angeles
y Irvine. En su mayoría lxs estudiantes involucrados
durante los incidentes fueron arrestadxs, además de ser
golpeadxs por la policía y presentados frente a la fiscalía.
Algunxs de ellxs enfrentan procesos penales.
Los últimos incidentes han acontecido precisamente el día
en que estas líneas son escritas, 4 de marzo de 2010, y aún
no es sencillo saber sobre el desarrollo de los
acontecimientos. Algunos sectores de la mass media señalan
más cien detenidos durante un corte de ruta en Oakland,
luego de que una movilización decidiera tomar una de las vías
interestatales; además, lanzamiento de gases lacrimógenos
a un centenar de estudiantes en UC en Davis. Otras
movilizaciones no tuvieron enfrentamientos directos con la
policía y transcurrieron entre discursos de protestas,
manifestaciones artísticas y ocupaciones de zonas públicas
como la plaza Malcom X en San Francisco.
Claro está, que aún es complejo delinear el carácter y
el destino de esta lucha estudiantil en California. Lo que
si está claro, es que la crisis económica global parece
haber resucitado un fantasma profundamente temido por los
agentes del capitalismo estadounidense: el de la movilización,
dentro de su propio territorio, como mecanismo de
reivindicación frente a todas las carencias que, la vida en
el capitalismo, obliga a la mayoría de la población.
Reproduzco a continuación la porción de la declaración
del movimiento relativa a la petición hecha a la
legislatura estatal y al gobierno federal. (La traducción
es mía):
"Demandamos educación pública totalmente gratuita
para todxs, desde preescolar hasta estudios de posgrado. No
a la privatización de la educación pública. Ciudadanía y
derechos plenos para todxs lxs inmigrantes. No más
deportaciones o intimidación laboral contra estudiantes,
profesorxs, trabajadorxs. Control comunitario sobre el
sistema de educación pública. Completo financiamiento para
todos los servicios públicos y sociales. Dinero para
trabajos y educación, no para guerra y
encarcelaciones" (Fuente: http://www.ucstrike.com/)