Justo
la semana pasada fue aprobada por la legislatura estatal de Arizona, y
ratificada por la gobernadora republicana Jan Brewer, la ley antiinmigración
SB 1070. Esencialmente, una ley racista que criminaliza la inmigración y crea
la posibilidad legal de hacer detenciones policiales sobre la base sola de
sospechas de ilegalidad.
En
muchas direcciones han apuntado los resultado políticos de esta decisión
cuasi–fascista de los republicanos de Arizona. Tanto Barack Obama, Felipe
Calderón, el obispo de Los Ángeles y hasta Shakira se han manifestado en
contra y han hecho declaraciones públicas con sus opiniones.
Ahora
bien, lo central desde una perspectiva marxista me parece que son dos cosas:
hacer algunas anotaciones sobre los aspectos sociológicos relacionados a la
inmigración hispana en los Estados Unidos y por otro lado tratar de
delinear algunas de las características de la situación político–económica
de los Estados Unidos que funcionan como matriz de esta ley racista y
criminalizadora.
Y
es que el tema sociológico acá es central. Esto implica señalar que el
modelo identitario, siempre tenso y contradictorio, de los Estados Unidos
parece dirigirse cada vez más hacia una contradicción insalvable. Por un
lado las costas, tanto la este como la oeste, se han convertido cada vez más
en espacios totalmente multiculturales donde el sector blanco, cristiano, pro
capitalista, heterosexual y monolingüe es hoy una minoría en relación a una
explosión de gentes de todas partes del mundo con background distintos
y escalas axiológicas muy, muy poco relacionadas. Este sector
mayoritariamente vota demócrata, pero no pareciese ser una cuestión de
convicción política, sino más bien de default, frente a la carencia
de otras posibilidades políticas visibles.
Al
otro lado del espectro, se encuentra el centro – sur del país, donde hay
una mayor concentración del sujeto conservador ya mencionado. Es precisamente
este sector el que se siente representante directo del "espíritu nacional",
del cristianismo más conservador de tronco anglosajón, creyente del
utilitarismo y emprendedurismo capitalista y que abrumadoramente vota
republicano. Precisamente, la legislación antimigratoria y racista aprobada
por el senado estatal de Arizona es un producto de esta conciencia.
Como
trasladar este esquema hacia la estructuración en clases de la sociedad
estadounidense no es sencillo y tampoco puede ser mecánico. Esto porque
dentro de ambos sectores hay tanto clase trabajadora como pequeño burguesía
y empresariado duro. De hecho, una parte importante del reciente fenómeno
de derechización radical, como los tea parties y las militia
está conformado por sectores de la pequeña burguesía afectada de manera
radical por la crisis y sus consecuencias en el desempleo y descenso de las
condiciones de vida.
Entonces
la ley en Arizona es posible explicarla por distintas razones. Una de ellas
tendría relación directa con los esquemas ideológicos de la base del
partido republicano, esquemas precisamente xenofóbicos y tendientes hacia la
estigmatización social de lo que es el otro.
A
esto hay que sumarle la afectación profunda que ha tenido la economía de
Arizona, fundamentalmente dirigida hacia el sector servicios, lo que ha
impactado directamente en la disminución del mercado de trabajo, esto
exacerba la consideración del inmigrante como un potencial competidor al
momento de buscar trabajo.
Incluso
habría que añadir la actitud inconsecuente de Barack Obama al respecto de
una reforma migratoria que garantice seguridad jurídica para los millones de
indocumentados e indocumentadas.
En
estos momentos, la ley ya ha sido impugnada legalmente por diferentes
organizaciones tipo ONG y desde el Senado el sector demócrata ha anunciado
esfuerzos para derogar la legislación estatal, sobre la base del argumento de
que los Estados no tienen la autoridad legal para promulgar legislación
inmigratoria.
Movilizaciones
del Primero de Mayo contra la ley racista
Luego
de la aprobación de la ley, ha habido movilizaciones de distinto signo, y
precisamente el día de hoy, Primero de Mayo, día de la clase trabajadora,
sectores importantes de inmigrantes legales e ilegales han realizado marchas y
concentraciones importantes en distinta zonas del país, desde Los Ángeles,
Chicago, Dallas y Milwaukee hasta concentraciones más pequeñas en muchos otros
lugares. Las fotos de este artículo son de esas movilizaciones. Y más abajo
puede verse un mapa de la convocadas, según el sitio de la Reform
Immigration for America.
Causa
la impresión de que el sector de clase trabajadora inmigrante está
recuperando dentro del territorio estadounidense una tradición, originada en
acontecimientos sucedidos acá, pero históricamente sepultada por la ideología
del imperio.
Sin
embargo, estas movilizaciones no han tenido aún mayor impacto y persiste la
carencia de una organización política capaz de centralizarlas y dirigirlas
de la lucha puramente sectorial, hacia la económica y política.
Ahora
bien, esto lejos de significar que el episodio esté cerrado debe abrir las
consideraciones revolucionarias en dos direcciones. Una, la posibilidad de
reedición de movilizaciones masivas de sectores inmigrantes como las
acontecidas pocos años atrás. Dos, la necesidad de continuar analizando y
actuando dentro de las cada vez más profundas contradicciones del
capitalismo–imperialismo de los Estados Unidos.
Marchas
convocadas para el 1º de Mayo
http://reformimmigrationforamerica.org/blog/march-index/