Estados Unidos

El Tea Party toma Washington en el aniversario del discurso de Martin Luther King

Masiva concentración de la ultraderecha

Por Lucile Malandain
Desde Washington
Agence France-Presse (AFP)/Gara, 29/08/10

La coincidencia del aniversario del histórico discurso «Tengo un sueño» de Martin Luther King con la concentración que ayer celebró la organización ultraderechista estadounidense Tea Party en Washington provocó un hondo malestar en la comunidad negra.

Decenas de miles de partidarios de la ultraderecha estadounidense invadieron Washington ayer para celebrar una manifestación destinada a «restablecer el honor» del país, en el mismo lugar en el que se celebró el discurso de Martin Luther King hace justo 47 años.

La reunión de los Tea Party, grupos ultraconservadores con accento populista, tuvo como escenario el Lincoln Memorial, en el corazón de la capital, donde el líder del movimiento por los derechos de los negros pronunció el discurso «Tengo un sueño» el 28 de agosto de 1963.

La coincidencia de fechas ha provocado la cólera de la comunidad negra, que acusa a los partidarios de los Tea Party, muy mayoritariamente blancos, de racistas. Este movimiento, que ha tomado fuerza desde la llegada a la Casa Blanca de Barack Obama, acusa al presidente de querer introducir el socialismo en el país y se opone frontalmente a su reforma del seguro médico que entró en vigor a comienzos de año.

La reunión, que comenzó con el juramento a la bandera y el himno nacional, fue organizada por Glenn Beck, un comentarista de radio ex alcohólico que afirma que su conversión a la fe mormona fue providencial. Acusa a Obama de racismo antiblanco. Beck, que en sus emisiones en la cadena de televisión Fox pontifica contra la noción de justicia social, aseguró que la coincidencia con la fecha del aniversario del discurso de King fue puramente fortuita.

La antigua candidata republicana a la Vicepresidencia Sarah Palin, estrella de los ultraconservadores, tomó la palabra para asegurar que sentía «el espíritu de Martin Luther King». Palin, a quien muchos atribuyen el deseo de presentarse a las Presidenciales de 2012 frente a Obama, rindió homenaje a las tropas estadounidenses en el extranjero.

En medio de una multitud uniformente blanca, de todas las edades y recubierta con la bandera de las barras y estrellas, los manifestantes acusaron a Obama de haber traicionado los valores de EEUU. «Queremos que el país vuelva a sus principios fundadores», dijo Lou Tribus, un jubilado de Tennessee.


Polémico acto en el Lincoln Memorial 47 años después de Luther King

Los ultras toman Washington

Palin llama a «restaurar» el país y no «replegarse» ante
quien quiere «transformarlo»

Por Emilio López Romero
Corresponsal en EEUU
El Periódico, 29/08/10

La ultraderecha moviliza a importantes sectores de la clase media blanca
golpeada por la crisis

Miles, decenas de miles, cientos de miles. Intentar poner números al espectáculo protagonizado ayer por los ultras del pujante movimiento Tea Party en Washington es imposible. Pero su por momentos mesiánico maestro de ceremonias, el mordaz locutor conservador Glenn Beck, y su estrella invitada, la exgobernadora de Alaska Sarah Palin, lograron con creces su objetivo: una demostración de fuerza a falta de menos de tres meses para las legislativas de noviembre.

No faltaron voces que hablaran de provocación. Por el lugar elegido y la fecha. Las escalinatas del Lincoln Memorial, el mismo sitio donde tal día como ayer de hace 47 años Martin Luther King marcó un hito en la historia del movimiento de los derechos civiles pronunciando su mítico discurso I have a dream (Tengo un sueño). Una ofensa para los líderes de la comunidad negra, que convocaron otra manifestación encabezada por el reverendo Al Sharpton.

Micrófono en mano y paseándose a un lado y otro del escenario, Beck celebró que EEUU «vuelva a mirar a Dios» y mostró por momentos su lado más telepredicador. Llegó a tener que parar de hablar, presa del llanto, entre alabanzas al señor y aleluyas por doquier. Desde las páginas de Politico.com se apuntaba ayer que quizá debería pensar en abandonar su exitosa carrera en los medios y fundar su propia iglesia.

Palin cierra filas

Al grito de «USA, USA, USA», Palin fue una de los primeros oradores y de los más ovacionados. «No estoy aquí como política sino como madre de un soldado -dijo entre aplausos-, para homenajear a nuestros combatientes, la mejor manera rescatar el legado del doctor King». Eso sí, poco antes había pedido a los presentes «no replegarse» ante los que quieren «transformar» EEUU: «No estáis solos, tenemos que restaurar» el país, dijo.

Las referencias a King y su recordado I have a dream se repitieron varias veces. Aunque entre los asistentes, a tenor de las imágenes mostradas por las cámaras de televisión, los negros eran pocos, muy pocos. Sí los había sobre el escenario, como el pastor baptista Charles Lewis Jackson y Alveda C. King, sobrina del destacado líder de los derechos civiles asesinado en 1968.

Fue la única del clan King que se sumó a esa marcha. El resto estaban junto a Sharpton. Su primo Martin, orador en la concentración Reclaim the Dream (Recuperemos el sueño), defendió el derecho de Beck a manifestarse. «Mi padre era un férreo defensor de la libertad de expresión», aseguró. «Pero rechazaba la retórica del odio y toda forma de intolerancia o fanatismo», añadió. Pese a los esfuerzos de Palin por reivindicarle, difícilmente lo de ayer en el Lincoln Memorial le habría gustado.


Polémica marcha conservadora en Washington

BBC World, 28/08/10

Decenas de miles de estadounidenses tomaron parte este sábado en Washington en una controvertida marcha en defensa de valores conservadores organizada por el periodista Glenn Beck.

Los líderes de derechos civiles criticaron a Beck por convocar la manifestación en el Monumento a Lincoln (Lincoln Memorial en inglés) el mismo día en que se cumplen 47 años del famoso discurso "Tengo un sueño" que Martin Luther King Jr. pronunció en ese lugar.

Beck, un periodista de la cadena de televisión Fox News muy crítico con el presidente Barack Obama, dijo que la coincidencia en el tiempo y lugar fue una casualidad.

Activistas de derechos civiles también se manifestaron en diversas marchas cercanas a la zona, según informó el periodista de la BBC Paul Adams desde el Monumento a Lincoln.

"Restaurando el honor"

Dirigiéndose a la multitud, Beck dijo que Estados Unidos "ha caminado en la oscuridad" durante demasiado tiempo.

"Hoy EE.UU. vuelve a mirar hacia Dios", agregó Beck que dijo que la coincidencia de la marcha bautizada como "Restaurando el honor" con la histórica marcha de Luther King Jr. era obra de la providencia divina.

Adams informó que los congregados se mueven por una reafirmación de su patriotismo y por la convicción compartida de que el país perdió hace tiempo el rumbo: "Es una marcha política si es que puede llamarse así pero también se asemeja a una lección sentimental de historia, un renacimiento religioso y la celebración de un ejército".

La ex candidata a vicepresidenta por el partido republicano, Sarah Palin, también se dirigió a los presentes.

Los líderes de derechos civiles creen que el mensaje de Beck es frontalmente contrario al de King.

"Es una afrenta a lo que el movimiento de derechos civiles ha defendido", declaró al Atlanta Journal-Constitution el congresista por Georgia John Lewis, que habló en la marcha de 1963 en Washington.

"Nuestras proclamas no nacían de la ira y nunca intentamos dividir a la gente. Glenn Beck es una figura muy divisiva".


Organizan una quema de libros islámicos

Islamofobia en aumento y odio antihispano

Por Fernando Peinado
Desde Miami
BBC World, 28/08/10

En momentos en que algunos comentaristas advierten del aumento de la islamofobia en Estados Unidos, una pequeña iglesia protestante de Gainesville, una ciudad de unos 115.000 habitantes en el norte del estado de Florida, anunció planes de organizar una hoguera de textos del Corán con ocasión del próximo aniversario de los ataques del 11 de septiembre de 2001.

El debate sobre la islamofobia, que hasta hace un mes parecía más limitado a Europa, afloró con fuerza en EE.UU. después de la polémica propuesta de construir un centro islámico a pocos metros de la zona cero, en Nueva York.

El promotor del acto en Florida es el pastor Terry Jones, autor de un libro titulado "El Islam es diabólico", que anuncia en su sitio web que la quema "no es un acto de amor ni de odio" sino una advertencia sobre el peligro que representa una religión "que provoca odio".

A pesar de la prohibición por el gobierno local y del llamado de la Asociación Nacional de Evangélicos para que Jones cancele el evento, éste ha declarado a la prensa que como cristiano estadounidense tiene derecho a quemar el libro sagrado de los musulmanes "porque está lleno de mentiras".

Algunas voces han alertado de que la quema en público del Corán podría provocar una reacción airada en todo el mundo musulmán similar a la que se originó en 2005 tras la publicación de unas caricaturas de Mahoma con una bomba sobre su turbante por un diario danés.

"Crisis de identidad"

En opinión de los analistas, la quema de textos del Corán y la histeria suscitada por el proyecto del centro islámico en la zona cero son reveladores de una crisis de identidad en EE.UU. que afecta a uno de sus pilares constitutivos, el pluralismo religioso.

"Esto no tiene que ver sólo con los musulmanes; esto trata de quiénes somos los estadounidenses", declaró a la prensa la directora en Nueva York de la ONG Common Cause, añadiendo que el rechazo al centro islámico abre una puerta que permitirá discriminar a otros grupos sólo porque son diferentes.

Medios de comunicación como la revista Time han planteado directamente la pregunta de si EE.UU. es islamofóbico.

El profesor de estudios islámicos en la Universidad de Georgetown, John Esposito, le dijo a BBC Mundo que en Estados Unidos se está extendiendo un "cáncer social" de la misma gravedad que el odio que en el pasado se dirigió contra judíos o afroamericanos.

En su opinión, los políticos de su país están atizando el miedo hacia lo diferente para ganar votos en los comicios de noviembre próximo, en los que se eligen legisladores y los gobernadores de algunos estados. "Los estadounidenses se sienten asediados económicamente y los mensajes contra todo lo que es percibido como extranjero, ya sea hispano o musulmán, tienen ahora mayor calado".

Para Esposito ese creciente rechazo a los inmigrantes es similar al que viene padeciendo desde hace años Europa.

"Recelo"

Tradicionalmente los estudios han mostrado que la integración económica y educativa de los inmigrantes musulmanes en EE.UU. es mayor que en Europa, un continente en donde el recelo de muchos de sus habitantes hacia el Islam ayudaría a explicar la popularidad de medidas como la reciente prohibición de los minaretes en Suiza o la controversia en torno al uso del velo islámico en Francia.

Algunas ciudades estadounidenses como Detroit tienen comunidades de musulmanes estimadas en varios cientos de miles de personas, generalmente vistas como ejemplos más exitosos de integración que sus contrapartes en Europa.

Sin embargo, una encuesta del centro de estudios Pew publicada el martes revela que la proporción de estadounidenses que tiene una visión favorable hacia el Islam ha caído de un 41% en 2005 a un 30%, pero que el número de aquellos que piensan que el Islam promueve la violencia más que otras religiones se mantiene estable en torno a uno de cada tres encuestados.

Los analistas consideran aún más alarmante el "irracional" aumento del número de estadounidenses que piensa que el presidente Barack Obama es musulmán. Casi una quinta parte de los estadounidenses (18%) opina así, según una encuesta del centro Pew hecha con anterioridad al respaldo que el mandatario dio al proyecto de mezquita en la zona cero.

Esposito, que ha sido asesor del gobierno estadounidense y es un prominente autor sobre el Islam, cree que la senda por la que camina EE.UU. pone en peligro su centenaria tradición de libertades civiles: "Lo que está en juego afecta al núcleo de qué y quiénes somos como país y como sociedad, los pilares de nuestran identidad, y los principios y valores encarnados en nuestra constitución".


Tea Party: ¿un tercer partido en EE.UU.?

Por Carlos Chirinos
Desde Washington
BBC World, 06/02/10

Aunque el nombre los vincule con los orígenes de la independencia, son, junto con el presidente Barack Obama, la mayor novedad de la política estadounidense. Es el autodenominado Tea Party.

Este sábado cerrarán su primera convención nacional en Tennesse con un discurso de la invitada de honor: la ex gobernadora de Alaska y ex candidata a la vicepresidencia republicana, Sarah Palin.

Eso si, habrá que pagar US$100.000 por el cubierto, lo que ha hecho molestar a muchos que consideran que el movimiento está perdiendo su carácter de movimiento ciudadano de base.

Porque es que pese a su nombre el Tea Party no es un partido, es un movimiento de base de tendencia conservadora conformado por centenares de organizaciones que ha insurgido en el último año en contra de lo que consideran las “políticas socialistas” de Obama.

Y aunque aparte de Palin no haya en la Convención de Tennesse figuras relevantes de alcance nacional, el evento es seguido muy de cerca por los republicanos y demócratas por lo que podría significar para el futuro controlar de la política que se hace en Washington.

Fuerza revitalizante

El movimiento lo integran quienes temen a gobiernos grandes e intervencionistas, que consideran que el gasto público está fuera de control y que eventualmente las libertades individuales están en riesgo.

Aunque los demócratas califican el movimiento de “ultraderechista”, en realidad empezó a formarse bajo el mandato de George W Bush, aunque se profundizó ahora, con la sensación de que Obama está empeorando las cosas.

Para muchos dentro y fuera de EE.UU. salieron a la luz con varias manifestaciones en contra del proyecto de reforma del sistema de salud y sobre todo durante las asambleas ciudadanas del verano cuando muchos congresistas sufrieron ruidosas interrupciones a lo que suele ser una rutinaria rendición de cuentas a sus electores.

Muchos analistas adjudican al Tea Party el descarrilamiento en octubre de la candidatura republicana para el Senado en Nueva York, que permitió a los demócratas ocupar un puesto que nunca logran ganar.

Pero también se le acredita el triunfo de Scott Brown para suceder al desaparecido Ted Kennedy en la cámara alta por Massachussets, un escaño que era seguro para los demócratas y cuya pérdida ha sido calificada como la primera gran derrota política de Obama.

Divisiones y polémicas

La Convención del Tea Party ha estado plagada de controversias por el hecho de haber sido declarada por sus organizadores como evento con fines de lucro.

Eso disuadió a muchos congresistas republicanos de asistir para no violar las estrictas normas que tiene el parlamento sobre la participación de sus miembros en evento de ese tipo.

Pero el fin de lucro también generó roces entre integrantes del movimiento quienes cuestionaron que los US$550 de la entrada o los US$100.000 de la cena en la que hablará Palin impediría la asistencia de muchos simpatizantes y que le quitaría su carácter “de base”.

Esta semana, algunas personas que se definen como seguidores del Tea Party entrevistadas por la Radio Pública Nacional explicaron que no asistían a la convención porque les parecía más “un evento de recaudación de fondos republicano”.

“Si usted toma mil personas que se autodefinan como del Tea Party y le pregunta qué es el movimiento obtendrá mil interpretaciones diferentes. Pero todos estarán ondeando sus banderas estadounidenses y hablando en contra de la galopante agenda socialista” dijo al diario The Washington Post, Mark William, uno de los asistentes a la convención.

Los organizadores estiman que al menos unas 600 personas se registraron para la Convención en el Hotel Gaylord de Tennesse.

El recuerdo de Ross Perot

Varios destacados republicanos, incluyendo el presidente del partido, Michael Steele, han venido insistiendo en que “no hay reales diferencias” entre el novedoso movimiento y los fundamentos republicanos.

Temen que el Tea Party termine restándole votos a algunos candidatos para las elecciones parlamentarias de noviembre, lo que permitiría que se repita la experiencia de Nueva York con el triunfo de postulados demócratas.

Y ambos partidos temen que pueda servir de base para una tercera fuerza que altere el bipartidismo bicentenario que ha regido en los EE.UU.

“Aquí verás unas personas cuya calidad y madurez llevará a este movimiento hasta la cúspide, desde donde podremos hacer reales cambios en la política”, dijo el jefe del Tea Party de Memphis, Mark Skoda.

Muchos recuerdan la experiencia del millonario Ross Perot quien compitió como independiente en las elecciones de 1990 con una propuesta de gobierno calificada como de derecha que caló entre blancos de clase media.

Quizá con la mirada puesta en una, por ahora negada, candidatura presidencial en una plataforma fuera de su partido, es que Sarah Palin aceptó asistir al evento.

Acerca de la polémica sobre las diferencias entre los organizadores de la Convención, Palin escribió esta semana en el periodico USA Today que “está bien porque este movimiento se trata de cosas más grandes que la política y sus organizadores”.