Según la derecha, Estados
Unidos está bajo la amenaza de volverse socialista (de hecho algunos afirman
que ya ocurrió con la llegada del socialista Barack Obama a la Casa Blanca).
Para los progresistas, el país enfrenta una grave amenaza derechista, incluso
con tintes fascistas.
La gran pugna ideológica en
Estados Unidos es nada fácil de entender. Mayorías reprueban el duopolio político
y opinan que los políticos en Washington no representan los intereses del
pueblo. Una mayoría cree que el país continúa avanzando en dirección
equivocada. El fenómeno de la elección de Obama interrumpió este
escepticismo y enajenación en las instituciones formales de la política
durante un tiempo, pero sondeos y estudios recientes registran el retorno de
un cada vez mayor desencanto.
Viva el
socialismo
Pero para izquierdistas del
mundo que piensan que Estados Unidos es un país sin remedio por su sociedad
tan conservadora, hay elementos para nutrir el optimismo en el futuro. Un 43
por ciento de los estadounidenses menores de 30 años tienen una impresión
positiva del término socialismo, y casi 50 por ciento tienen una percepción
negativa del capitalismo, registró una encuesta del Centro de Investigación
Pew. Eso sí, los mayores de 65 años abrumadoramente tienen un percepción
negativa del socialismo (73 por ciento). Pero los afroestadounidenses
reaccionan positivamente al término socialismo en un margen de dos a uno
frente a los blancos.
Además, los estadounidenses
que tienen menos educación formal tienen una mejor percepción del socialismo
que los que cuentan con educación universitaria (¿será en función de mayor
educación, o más propaganda?). Por otro lado, la reacción positiva al
socialismo, y a la inversa, negativa al capitalismo, depende del nivel del
ingreso, con los de menores ingresos más positivos y los más ricos mucho más
negativos (obvio).
Viva el
capitalismo
Pero para confundir la cosa,
43 por ciento de los menores de 30 años también tienen una percepción
positiva del término capitalismo: el mismo porcentaje que los que ven
positivamente al socialismo. Entre todos los grupos, no hay una correlación
en las opiniones sobre el socialismo y el capitalismo, señalan los
encuestadores, un poco sorprendidos. Peor aún: “la mayoría de los que
tienen una reacción positiva al ‘socialismo’ también tienen una reacción
positiva al ‘capitalismo’”, reportó el Pew.
O sea, ¿quién sabe? Tal vez
es un indicador de qué tan grave es la confusión en la sociedad
estadounidense y explica un poco cuestiones como por qué trabajadores y gente
marginada votan y se suman a movimientos contrarios a sus intereses.
Por ejemplo, el movimiento
derechista Tea Party está compuesto en gran medida por trabajadores blancos
aglutinados por la ira y el resentimiento generalizado nutrido por la crisis
económica, pero también por la sensación de que la clase política los ha
abandonado.
Ése es el mensaje de figuras
como Glen Beck, locutor de uno de los programas de plática y noticias más
influyentes de Fox News, quien logró convocar a lo que él dice fueron
cientos de miles a una manifestación frente al Monumento a Lincoln en
Washington, justo en el 47 aniversario del discurso histórico “Tengo un sueño”
del líder del movimiento de derechos civiles Martin Luther King, y en el
mismo lugar. Beck y Sarah Palin (ex candidata a vicepresidente y figura
heroica para este movimiento) intentaron caracterizar este nuevo movimiento
como una nueva versión de lo que encabezó King (los negros no son dueños de
King, dijo él) con la demanda ante los políticos de tomar en cuenta este
resentimiento y restaurar el honor a Estados Unidos y sus habitantes.
La ola antimigrante combinada
con la ola antimusulmana, también impulsadas por estas fuerzas derechistas,
ha logrado anular los hechos en función de la lucha ideológica. O sea, no
importa que en los hechos tanto el flujo como la presencia de inmigrantes
indocumentados se ha desplomado en los últimos dos años, ni que nuevos
informes, como uno del Banco de la Reserva Federal en San Francisco, concluya
que los inmigrantes, en lugar de deprimir niveles salariales o quitar empleos
a ciudadanos, han elevado entre 5 y 7 por ciento los salarios y han generado más
empleo. El mensaje sigue siendo lo opuesto: el país está bajo invasión de
inmigrantes, y peor, musulmanes, que amenazan el carácter, la identidad y la
fe de este país.
La islamofobia promovida por
Fox News, entre otros, llegó a tal punto que sólo un cómico se atrevió a
desenmascararla. El genial Jon Stewart, locutor del noticiero ficticio The
Daily Show, demostró a qué nivel ha llegado esta locura. Mostrando un clip
de un noticiero de Fox News donde se anunciaba que habían descubierto que uno
de quienes financiaban la construcción de un centro islámico cerca de la
zona cero en Nueva York era el mismo que había financiado movimientos
musulmanes vinculados con el terrorismo, y que era un príncipe miembro de la
familia real de Arabia Saudita, Stewart revela que ese mismo tipo es un
accionista importante de... Fox News.
Stewart explica que cada vez
que un televidente como él sintoniza Fox News está ayudando a generar más
ganancias para Fox, y que eso beneficia directamente a sus accionistas, como
el saudita, quien, según Fox, después usa su fortuna para financiar una
mezquita como parte del complot musulmán contra Estados Unidos. Por todo
esto, concluye Stewart, la mejor manera de enfrentar la amenaza terrorista es
obvia: dejar de ver Fox News.
Mientras tanto, las mismas
fuerzas progresistas acusadas por la derecha de poner en jaque el futuro del
país al ayudar a elegir un presidente socialista y posiblemente musulmán
cada vez critican más a ese gobierno socialista por trabajar a favor de los
capitalistas, denunciando que las políticas de Obama benefician a los ricos
de Wall Street y dan continuidad a la política bélica de los republicanos.
Ruge una intensa batalla
ideológica disputando el destino del país, pero cada vez es más difícil
entender de qué se trata. Tal vez no es de izquierda, ni de derecha, sino
todo lo contrario.