Miami.– He aquí un dato
poco conocido, que debería estar causando preocupación en Washington: los países
latinoamericanos, que desde hace mucho tiempo han sido grandes compradores de
productos norteamericanos, están comprando cada vez más productos de otras
partes del mundo.
Aunque las exportaciones
norteamericanas a la región están aumentando, en algunos casos de manera
significativa, su porcentaje del total de las importaciones latinoamericanas
se está reduciendo. Para decirlo en la jerga de los economistas, las
exportaciones estadounidenses están perdiendo cuota de mercado en América
latina.
Consideremos las últimas
cifras del Atlas del Comercio Mundial, que consigna las cifras oficiales
suministradas por cada país:
• En México, pese a
un enorme aumento de las exportaciones estadounidenses desde la firma del
Tratado de Libre Comercio en 1994, las importaciones de productos
estadounidenses cayeron desde el 73% de las importaciones totales en 2000
hasta el 48% en 2009.
• En Brasil, las
importaciones de productos norteamericanos cayeron del 23% del total de
importaciones en 2000 al 16% en 2009.
• En Colombia, las
importaciones procedentes de Estados Unidos cayeron del 34% del total en 2000
al 29% en 2009.
• En la Argentina
cayeron del 19% en 2000 al 13% en 2009.
• En Chile cayeron
del 20% en 2000 al 19% en 2009.
• En Perú cayeron
del 23% en 2000 al 20% en 2009.
Parte de esa reducción se
debe al hecho de que los países latinoamericanos cada vez se compran más
productos entre sí, y compran más productos que antes a China.
Según el Atlas del Comercio
Mundial, las importaciones mexicanas procedentes de China aumentaron desde el
2% de las importaciones totales del país hace una década hasta el 14% en la
actualidad, mientras que las importaciones de Brasil procedentes de China
aumentaron del 2 al 12%; las de la Argentina, del 5 al 12%; las de Chile, del
6 al 13%, y las de Perú, del 4 al 15% durante el mismo período.
A primera vista, estas cifras
no presagian nada bueno para la promesa del presidente Barack Obama de
duplicar las exportaciones estadounidenses en los próximos cinco años.
El hemisferio occidental
(incluida Canadá) representa alrededor del 40% de las exportaciones
estadounidenses, y el rápido crecimiento económico de la región debería
convertir a la región en un destino clave para los productos estadounidenses.
Pero los funcionarios del
gobierno de Obama señalan que la situación es mucho mejor para Estados
Unidos de lo que sugieren estas últimas cifras.
En primer lugar, según
dicen, las exportaciones estadounidenses a la región están aumentando mucho.
En la última década, las exportaciones estadounidenses a América del Sur
han aumentado un 94%, mientras que las exportaciones estadounidenses a América
Central han aumentado un 76%, y las exportaciones a México, un 16%.
En segundo término, las
exportaciones estadounidenses no compiten con las chinas, explican. Mientras
Estados Unidos vende productos de alta tecnología como aviones y equipamiento
médico a la región, China vende artículos de consumo como ropa y artículos
electrónicos.
En tercer lugar, cuando los
países en desarrollo crecen, crean clases medias más grandes que, por lo
general, hacen aumentar las importaciones de productos de consumo chinos. La
torta de la economía latinoamericana está creciendo, y todo el mundo se
beneficia con ello, concluyen.
Cuota
de mercado
El subsecretario de Comercio
norteamericano, Francisco Sánchez, me dijo en una entrevista: "Nos está
yendo muy bien en aquellos sectores en los que históricamente nos ha ido bien
[en América latina]".
"No hemos perdido cuota
de mercado en los productos que vendemos en la región", agregó.
"Nuestras exportaciones a América latina están creciendo más rápidamente
que nuestras exportaciones a otras partes del mundo."
"Y es probable que eso
siga ocurriendo", dijo Sánchez. "El gobierno de Obama está
incrementando las misiones comerciales a la región y a otras partes del
mundo, y aumentando su apoyo a los exportadores estadounidenses", señaló.
Mi opinión: si el gobierno
de Obama quiere cumplir con su promesa de duplicar las exportaciones de
Estados Unidos en los próximos cinco años, tendrá que abrir nuevos
mercados. Hasta el momento, no ha hecho gran cosa al respecto.
La Casa Blanca aún debe
conseguir que el Congreso apruebe los acuerdos de libre comercio pendientes
con Colombia, Panamá y Corea del Sur, y debería buscar nuevos pactos
comerciales con otros países. Esa debería ser una de sus principales
prioridades después de las elecciones legislativas de noviembre, cuando la
política dé un paso atrás y Washington se vea obligada a enfrentar la
realidad.