En
febrero, la dirección de comisionados del condado de
Ashtabula en Ohio se enfrentó con una escena familiar a
todos los gobiernos locales a lo largo de Estados Unidos: el
achicamiento del presupuesto. Empezaron cortando los gastos
y redujeron el presupuesto del sheriff en 20 por ciento. La
planta permanente de la policía local que años atrás tenía
112 miembros, y que ya había sido reducida a 70, fue
achicada otra vez a 49 policías y a sólo un patrullero
para un condado de 1900 kilómetros cuadrados sobre la costa
del Lago Erie.
El
sheriff departamental se adaptó. “No tenemos patrulleros.
No hay nadie recorriendo las calles. Respondemos solo a los
llamados de hechos que se están cometiendo. No actuamos en
delitos contra la propiedad”, contó a Maclean's el
sheriff Ron Fenton. El condado tuvo alguna vez una división
de investigación de narcóticos “muy proactiva.” Ahora,
no hay más división de investigación. “Nos quedamos con
un solo oficial de evidencia, quien esta a su vez a cargo de
la oficina en caso de que alguien quiera hacer una denuncia
contra la propiedad”, dijo Fenton. “La gente esta siendo
robada en sus propiedades, sus viviendas saqueadas y nadie
esta investigando. Estamos, básicamente, escribiendo los
informes para las compañías de seguro.”
Si
un condado sin policía parece un raro retroceso hacia un
pasado lejano que se asemeja al momento de la expansión de
la frontera en la historia estadounidense, no es un caso único.
“La vuelta hacia la edad de piedra” es el nombre de un
seminario organizado en marzo por ingenieros civiles de la
Universidad Purdue de Indiana dirigido a supervisores de
condados interesados en ahorrar dinero transformando las
calles con pavimento deteriorado en calles de pedregullo.
Mientras
que en los hechos solo algunas calles de pavimento han sido
transformadas a pedregullo, “hay un número sustancial de
discusiones en marcha”, dijo a Maclean's John Habermann,
quien maneja el programa en Purdue que ayuda a gobiernos
locales a cuidar las obras de infraestructura. “Hemos
presentado un montón de argumentos para que los
supervisores puedan explicar lógicamente a los políticos
electos cuando las circunstancias lo ameriten”, dijo. El
estado de Michigan mantuvo también conversaciones
similares. Ha convertido al menos 50 millas de calles
pavimentadas en calles de pedregullo.
Bienvenidos
al nivel piso de la crisis económica estadounidense. La
tasa de desempleo es 9.5 por ciento. Uno de cada diez
propietarios esta atrasado en su hipoteca. La venta de
inmuebles esta en el nivel más bajo. Mientras la economía
ha estado creciendo por varios trimestres, el crecimiento es
anémico–solo 1.6 por ciento en el segundo trimestre de
este año–y generando pocos puestos de trabajo. Aun con
tasas de interés sorprendentemente bajas, hay ansiedad
acerca de la posibilidad de una recesión en W (double–dip:
recesión–crecimiento–recesión).
Las
ventas de casas en general están en sus niveles más bajos
en 15 años y la venta de casas nuevas se derrumbó este
verano hasta el nivel más bajo de la historia. Los
impuestos a la propiedad y a las ventas se han achicado. Y
esto se hace notar muchísimo más a nivel de los gobiernos
locales, donde los burócratas están siendo forzados a
enrollar los emblemas de la civilización moderna.
Cincinnati,
Ohio, esta suspendiendo la recolección de residuos y la
limpieza de nieve y arreglando cada vez menos baches. Dallas
no esta juntando la basura en los parques públicos. Flint,
Michigan, despidió 23 de los 88 bomberos y cerró dos
estaciones de bomberos.
En
algunos lugares es literalmente la Edad Oscura: la ciudad de
Shelton en el estado de Washington decidió seguir el
ejemplo de otras varias ciudades y la semana pasada apagó
114 de las 860 luces de alumbrado público. Otras ciudades
cortaron el servicio de colectivos y las horas de atención
de las bibliotecas publicas. En otras las escuelas
incrementan los alumnos por aulas y los docentes son
despedidos. Algunos distritos escolares están cortando o la
duración de la jornada escolar, o la semana o el año y en
los hechos dándole vacaciones a los alumnos.
La
Asociación Nacional de Condados estima que los gobiernos
locales eliminaran alrededor de medio millón de
trabajadores en el próximo año fiscal y los departamentos
más afectados serán seguridad, obras públicas, salud,
servicios sociales y parques y recreación. Una encuesta de
la asociación de condados, la Liga Nacional de Ciudades (National
League of Cities) y la Conferencia Americana de Intendentes
(Mayors) de 270 gobiernos locales encontró que el 63 por
ciento de las localidades están haciendo recortes en
seguridad y obras públicas.
En
agosto el congreso aprobó un estimulo de u$s 26 mil
millones dirigido en parte a salvar puestos docentes. Pero
esto es un dedo tapando un dique. Jacqueline Byers directora
de investigación de la asociación de condados dijo que
muchos gobiernos locales todavía tienen que hacer frente al
fuerte impacto de la crisis inmobiliaria en los ingresos
municipales porque las reevaluaciones de propiedades se
realizan cada tres años.
Una
transformación fundamental ya esta en camino. “Cuando
salgamos de esta recesión vamos a ver al gobierno
funcionando muy diferente”, dice Byers. “Estamos viendo
más asociación publica–privada de la que hemos tenido en
cosas como recreación y parques. Ya estamos viendo la
privatización de las bibliotecas. Entregan la biblioteca en
alquiler a corporaciones privadas que emplean trabajadores
que no tengan que pagarle jubilación o beneficios de
salud.” O también podrían hacer como en el condado de
Hood River en Oregon, en donde en agosto se cerraron de un
saque las tres bibliotecas.
Algunos
gobiernos están buscando maneras creativas de reemplazar la
disminución de impuestos por propiedad y ventas.
Enfrentando una caída de mil millones en el presupuesto, el
condado de Montgomery en Maryland apeló a esponsors
corporativos para que se acerquen y se hagan cargo de los baños
públicos portátiles en los parques. Al final los baños
fueron salvados por una combinación de empleados jubilándose
anticipadamente, unos pocos esponsors privados, y negociando
un descuento con el proveedor, Don's Johns.
Mientras
tanto, el sistema escolar del condado, con una alta reputación
por sus elevados estándares y rendimiento en las pruebas
nacionales, tomó un camino inusual vendiendo el programa
educativo a una editorial de textos escolares privada,
Pearson, por 2,3 millones y royalties del 3 por ciento en
las ventas. Como parte del acuerdo, las aulas pueden ser
usadas como “showrooms” en donde, como algunos críticos
dicen, transforma a los estudiantes y a los docentes en
vendedores de la corporación. Pero como le dijo el
inspector de educación Jerry Weast al Washington Post,
“miro a esto con la perspectiva de que estamos
quebrados.”
Estos
cortes en infraestructura y educación no son solo
temporarios ajustes de cinturón en respuesta a la recesión.
Amenazan con un daño a largo plazo a la fundación de la
economía estadounidense–una fundación que ya ha sido
erosionada. Cuando el puente de la autopista interestatal 35
en Mineapolis colapso en el 2007 matando a 13 personas e
hiriendo a 145, la Sociedad Americana de Ingenieros Civiles
alertó que el déficit de infraestructura de las autopistas
y puentes construidos después de la Segunda Guerra era de
1600 billones de dólares. Más de un cuarto de los puentes
fueron considerados estructuralmente deficientes o
funcionalmente obsoletos. Para agregar, caños de vapor han
explotado en Nueva York y los diques fallaron en Nueva Orleáns.
A
pesar de posicionar a los Estados Unidos como una super
potencia sin rivales en el mundo, las comparaciones
internacionales muestran que esta cayendo en un montón de
frentes. En educación se esta quedando atrás en casi todo,
desde ciencia e ingeniería hasta alfabetización básica.
Cuando alguna vez tuvo la proporción más alta de adultos jóvenes
con educación universitaria ahora esta en el puesto 12 de
acuerdo al College Board, una asociación de instituciones
educativas. (Canadá esta ahora primero).
En
el 2001, los Estados Unidos estaban cuartos en el uso de
banda ancha de Internet; ahora se encuentran en el puesto 15
entre 30 países, de acuerdo a la Organización para la
Cooperación y Desarrollo Económico. “Estuvimos por tres
décadas haciendo recortes en compromisos públicos y en el
gasto publico, y esto empezó con Reagan. Ahora estamos
viviendo con lo que se produjo y sus consecuencias”, dice
Michael Bernstein un historiador económico de la
Universidad Tulane de Nueva Orleáns.
Mientras
tanto, prolongados índices de desempleo están haciendo
estragos en las familias, y lo seguirán haciendo en los años
venideros. Estudios han demostrado que cuanto más una
persona esta desempleada más difícil se les hace conseguir
un empleo–particularmente porque sus habilidades se
deterioran y también porque los empleadores comienzan a
sospechar porque alguien ha estado sin empleo por un año.
“Estados
Unidos esta incrementando una sub–clase de individuos que
estarán menos empleables, menos integrados, más objeto de
comportamiento criminal y demás–y probablemente serán
parte de un problema más grande de pobreza estructural en
el país también”, dice Sherle Shenninger, directora del
programa de crecimiento económico de la Fundación Nueva América,
un think–tank de Washington.
Arianna
Huffington ve una situación aun más dificultosa emergiendo
de las entrañas de las malas noticias económicas. “Así
como vemos como la clase media se precipita, para mí esta
es una gran indicación que nos estamos transformando en un
país del tercer mundo”, dijo Huffington, fundadora del
Huffington Post, en una entrevista. “La característica más
notable del tercer mundo es que tenés a las personas que
están arriba de la escala y después todo el resto–no tenés
una clase media con movilidad social”, dice Huffington,
autora de un nuevo libro Third World America: How Our
Politicians Are Abandoning the Middle Class and Betraying
the American Dream (Tercer Mundo América: Como nuestros políticos
están abandonando a la clase media y traicionando el sueño
americano).
Estados
unidos se esta moviendo de “los Jetsons (un cartoon
futurista) a los Picapiedras”, argumenta. “El sueño
americano estuvo siempre basado en la idea que podías
trabajar duro y que te iría bien y a tus hijos le iría
mejor. Ahora nos enfrentamos con una movilidad hacia abajo.
Tenés el fenómeno de un número sin precedentes de
graduados universitarios quienes no pueden conseguir
trabajo.” Los recortes actuales en educación y
infraestructura hará las cosas peor dice Huffington. “Están
haciendo las dos cosas, dañando a las personas en el
presente y básicamente recortando tu crecimiento económico
y prosperidad en el futuro.”
Pero
el problema no es simplemente el producto de la actual
recesión o la crisis financiera del 2008. Se entiende ahora
perfectamente que por años los estadounidenses vivieron más
allá de sus posibilidades con dinero prestado. La burbuja
inmobiliaria permitió a muchos propietarios solicitar préstamos
garantizados por propiedades con precios inflados, dándoles
a las familias la idea de que su riqueza estaba aumentando.
Fue todo un milagro. Bajas tasas de interés y crédito fácil
permitieron a los consumidores que gasten con entusiasmo,
escondiendo el hecho de que el estándar de vida y sus
ingresos se estaban estancando y la inversión pública y
privada estaba quedando rezagada.
Por
toda la última década, la generación de empleo en el
sector privado fue muy lenta. Combinado con la recesión y
la perdida de empleo, hay ahora la misma cantidad de puestos
de trabajo privados como había en 1999, una década atrás,
mientras la población continua creciendo. Y los ingresos se
estancaron por toda la década–el periodo más largo desde
que el Censo lleva el registro del ingreso familiar. “Hay
ciertamente una seria erosión en el contrato social
americano y el sueño americano para la gran mayoría de
estadounidenses”, dice Shenninger. “Hay una línea
preocupante que el sector privado no haya sido capaz de
generar más puestos en toda una década.”
Mientras
la productividad de los negocios aumento–los trabajadores
aumentaron la producción por hora de trabajo–esto no
siguió el modelo tradicional y se trasladó en salarios más
altos. “Del ochenta al noventa por ciento del aumento de
la productividad fue para incrementar la ganancia de las
corporaciones–lo que hizo que para que las familias
trabajadores pudieran llenar esa brecha en la demanda,
recurrieron a altos precios inmobiliarios y deuda”, dice
Shenninger. Los trabajadores perdieron la habilidad de
negociar sus salarios porque competían con trabajadores
europeos, asiáticos y de otros sectores emergentes quienes
tenían menores sueldos. Mientras tanto las ganancias
corporativas explotaban.
Clyde
Prestowitz, un ex encargado de negocios de Reagan y
presidente del Instituto de Economía Estratégica, dice que
el centro del problema se le apareció a él un día del año
pasado cuando leyó en el mismo periódico que China estaba
lanzando la construcción de un nuevo tren de alta velocidad
mientras que en Pittsburg estaban considerando incluir un
nuevo impuesto en el arancel universitario para poder
solventar las jubilaciones de los empleados municipales.
“Pensé, los chinos están fabricando trenes records y
nosotros les cobramos impuestos a los muchachos que van a la
universidad!” dice Prestowitz. “Hemos estado en declive
por bastante tiempo–no lo hemos reconocido y nos estuvimos
engañando a nosotros mismos. Pero hemos llegado a un punto
en el que es difícil no ver.”
Hay
numerosas teorías que describen el camino que Estados
Unidos tomó para llegar hasta aquí. Prestowitz culpa a la
manera en que Estados Unidos encaró el comercio y la
globalización. Un ex negociador de comercio quien trabajó
en el desarrollo del NAFTA y aconsejó al secretario de
comercio de Ronald Reagan, argumenta que la raíz del
problema es la inocencia americana a largo plazo acerca del
comercio mundial, un caso que el establece en su libro The
Betrayal of American Prosperity (La traicion de la
prosperidad americana).
Los
estadounidenses están perdiendo sus trabajos no solo por la
competencia con los bajos salarios de las economías
emergentes, sino por las políticas estratégicas que están
aplicando otros gobiernos para dominar sectores críticos de
la economía, o para mantener el valor de sus monedas bajo
para promocionar las exportaciones. “Otros países
reconocen la importancia de las economías de escala y
promueven el desarrollo de ciertas industrias, sean estas
paneles solares, o semiconductores, y nosotros no lo
hacemos”, dice Prestowitz.
Plantas
de alta tecnología y laboratorios de investigación como
Intel, Applied Materials, General Electric y BP han estado
mudándose a China porque los chinos les están ofreciendo
subsidios en forma de energía gratis, infraestructura
gratis, reducción de impuestos y el pago discontinuo de
otros servicios. Prestowitz presentó su argumento a
principios de año en un encuentro con economistas de la
Casa Blanca quienes estaban debatiendo la promoción de
energías alternativas y tecnología de baterías.
“Mi
posición fue que si van a gastar toda esa cantidad de
dinero y no van a hacer nada respecto a la manipulación de
monedas por parte de China, Corea del Sur, Singapur, Taiwán,
Malasia y Tailandia, si no van a hacer nada acerca de los
incentivos que les ofrecen a compañías como Applied
Materials, si no van a hacer nada con todas estas cosas y
solo le van a dar plata a algún fabricante de baterías
entonces olvídense, ese dinero se va por un agujero.”
Prestowitz
acusa a las sucesivas administraciones estadounidenses por
sacrificar asuntos de comercio por geo–política. “La
prioridad más alta para un gobierno estadounidense es la
seguridad nacional. Necesitamos una base en algún lado o un
voto en Naciones Unidas y hacemos concesiones económicas”,
dice. Ejemplo A: “El gobierno de Obama se echó para atrás
en vez de llamar a China un manipulador de moneda”,
Prestowitz protestó.
Huffington,
por otra parte, acusa a las políticas económicas dictadas
por los políticos: primero los republicanos que
favorecieron a las personas de mayores ingresos y a las
corporaciones, y ahora los demócratas por negarse a rever
el daño. Como candidato, Barack Obama acusó a George W.
Bush de ignorar a la clase media, puntualiza. Pero ahora
Huffington critica a Obama por hacer campaña dándole
prioridad a la clase media y luego fallarle en la Casa
Blanca. “Lo que pasó fue que eligió a un equipo económico
que su foco principal era Wall Street y quienes dramáticamente
desestimaron la profundidad de la crisis”, dice. “El énfasis
ha sido en arreglar Wall Street, el cual fue rescatado sin
ningún cable atado, y entonces se dieron vuelta y cortaron
los prestamos en vez de prestar más.”
Shenninger
apunta en parte a la política exterior: llevando a cabo
guerras lejanas en vez de gastar el dinero en casa.
“Nuestras prioridades están horriblemente
distorsionadas”, dice. “Gastamos billones en plantas de
energía en Iraq y la mayoría del dinero se esfumó.
Estamos gastando billones de dólares tratando de construir
escuelas en Afganistán. Pero no están dispuestos a prestar
dinero a tasas de interés históricamente bajas para
mantener a los maestros en sus trabajos o mejorar obras de
infraestructura en casa.”
Cualquiera
fueran las causas, la solución no esta clara. Mientras
algunos críticos están pidiendo un programa de inversión
en infraestructura publica mayor y revitalizar partes de la
manufacturas base, los políticos no favorecen esto. En un
discurso en Milwaukee el último lunes, Obama le pidió al
Congreso que aprueben un gasto de 50 mil millones para un
nuevo programa de infraestructura para reconstruir rutas,
autopistas y vías férreas. Pero la preocupación sobre el
déficit del gobierno entre republicanos y algunos demócratas
hace que sea improbable que cualquier proyecto de gasto de
esta magnitud sea aprobado en el congreso–especialmente
después de las ganancias que los republicanos esperan
obtener en las elecciones de medio–termino del 2 de
noviembre.
Los
republicanos están pidiendo un agresivo recorte en el
gasto. Cuando los demócratas empujaron su legislación para
el gasto de gobiernos locales, los republicanos lo llamaron
un “rescate” al despilfarro de los gobiernos locales que
sobreprotegieron a los sindicatos del sector publico con
generosos salarios y beneficios.
El
azote republicano en la cámara, Eric Cantor, calificó al
último pedido de Obama para gastos en infraestructura
“otro juego sacado del mismo libro fallido de juegos
keynesianos”, agregando, “necesitamos cortar el gasto
inmediatamente y terminar el estado de incertidumbre que
continua impidiendo la creación real de empleo y
crecimiento del sector privado”.
Los
miembros republicanos en el comité de presupuesto de la cámara
han identificado 1300 billones de dólares en potenciales
recortes del gasto federal. El líder de la minoría en la cámara,
John Boehner, llama al gasto federal “un programa de
destrucción de trabajo”. “Debemos recordar esto, aun
cuando el gasto no se encuentra en los niveles record, cada
dólar que el gobierno recauda se lo quita directamente al
sector privado”, Boehner dijo en una charla económica
reciente. Y agrego: “No estoy temeroso en decirles que no
queda dinero. En los hechos estamos quebrados.”
¿Pero
adonde lleva esto a las personas como el buen ciudadano del
condado de Ashtabula en Ohio? ¿Cómo pueden estar a salvo
de criminales sin un cuerpo de policía bien conformado?, le
preguntó la estación de TV WKYC a un juez en abril. “Ármense
ustedes mismos –fue la respuesta del juez del condado
Alfred Mackey–. Pero sean cuidadosos, vigilantes, estén
en contacto con sus vecinos, porque nos vamos a tener que
cuidar entre nosotros.”
Y
eso es lo que hicieron. En julio, un grupo de granjeros les
saco el seguro al gatillo y cargaron sus armas y rodearon un
trailer donde un sospechoso de robar en una casa se estaba
escondiendo. Mientras, esperaron al último, solitario
patrullero del condado a que llegue.