En una espectacular victoria, un grupo de docentes de base
ganó la elección del poderoso Sindicato de Docentes de
Chicago (CTU en inglés) el pasado mes de junio. Karen Lewis
una profesora de química de secundaria le ganó al dos
veces presidente del sindicato con el 60 por ciento de los
votos. Lewis lidero una lista de candidatos de la Asamblea
de Docentes de Base (CORE) quienes obtuvieron la mayoría
del sindicato.
Por dos años CORE lideró un creciente movimiento de base
en contra de los cierres de escuelas, en contra de las
escuelas charter y de las “reconstituidas” (turnaround)[iii]
que son un legado de Arne Duncan en Chicago. Ahora los
docentes se enfrentan con la tarea de dirigir el intimidante
sindicato que representa a más de 30.000
educadores—incluyendo maestros y profesores,
administrativos, maestros sustitutos y
auxiliares—sirviendo a más de 400.000 alumnos.
El editor de Rethinking
Schools[iv]
Bob Peterson y Jody Sokolower entrevistaron a Karen Lewis y
a Jackson Potter, quien es el co–fundador de CORE,
profesor de Ciencias Sociales y nuevo miembro electo de la
dirección de CTU.
Rethinking
Schools: ¿Cómo empezó
CORE?
Jackson
Potter: Todo empezó en el 2007 cuando otro
docente, Al Ramírez y yo comenzamos a documentar
Renaissance 2010 (el programa de privatizaciones de escuelas
y re–urbanización promovido por Arne Duncan) con cámaras
de video. Mi escuela, Englewood High School, era una de las
que iban a cerrar. Arne Duncan caracterizó a nuestra
escuela como “la cultura del fracaso.”
Había mucha
bronca entre los docentes y los padres porque nos apuntaban
como el problema y la propuesta de cerrar escuelas y
realojarnos no iba a ayudar. Estábamos frustrados porque el
sindicato se negó a estar involucrado en este asunto.
Al final, un grupo de nosotros decidió explorar la
posibilidad de crear nuestra propia organización que
involucraría a los docentes de base haciendo el activismo
que el sindicato no estaba haciendo.
Karen
Lewis: Al principio CORE era un grupo de
estudio. Estábamos preocupados por el masivo esfuerzo que
se ponía en el cierre de escuelas para transformarlas luego
en escuelas charter, básicamente regalando la escuela pública
a organizaciones privadas. Por eso nos juntamos docentes y
algunos para–profesionales, para tratar de descubrir que
estaba pasando. Empezamos leyendo artículos, algo que nos
ayudara a involucrarnos. El libro fundamental que leímos
fue La doctrina del
shock de Noami Klein; nos puso bastante en perspectiva.
Nos dimos
cuenta que el sindicato no había tomado ninguna posición
que fuera lo suficientemente fuerte como para frenar los
cierres.
JP: En muchas
instancias era realmente más que solo no dar respuestas,
porque el sindicato estaba colaborando con el gerenciamiento
para permitir que pasaran este tipo de “reformas” que ya
estaba devastando a nuestra base. El sindicato no tenía
virtualmente ninguna coordinación con las organizaciones
comunitarias o con otros sindicatos, por eso nosotros como
docentes de base tuvimos que movernos rápido porque sino íbamos
a estar a las puertas de nuestra completa destrucción.
KL: Lo que
decidimos hacer básicamente fue atacar la política de la
Dirección de Educación. Y atacar el proceso que no incluía
consultas con las comunidades, ni con los padres ni con los
docentes. También atacamos las falsas audiencias que
estaban siendo convocadas, las llamadas audiencias públicas.
Entonces empezamos yendo a las audiencias. CORE fue a cada
una de las audiencias de cierre de escuelas y a cada una de
las de aperturas de escuelas charter. Nuestra gente hacía
preguntas, demandaba respuestas y testimoniaba en contra de
los que estaba sucediendo. Es mas, empezamos a ir a las
reuniones directivas. Lo hicimos cada mes y nuestra voz, la
voz de CORE, empezó a ser una presencia visible. Empezamos
a trabajar con organizaciones comunitarias e involucrarnos
en acción directa. Estábamos trabajando con los padres,
con los maestros y demás personal quienes eran las
principales victimas de los cierres de escuelas.
La primera asamblea a la que fui, en 2008, éramos entre 8
y 12 de nosotros. Nos podíamos sentar tranquilamente en una
mesa redonda. Pero gradualmente ganamos fortaleza. Empezamos
siendo muy pequeños, luego empezamos a crecer. Actualmente
tenemos 450 miembros.
RS: Entonces,
CORE comenzó en abril del 2008 y para junio de 2010 vos
fuiste elegido para dirigir uno de los sindicatos mas
grandes del país. ¿Cómo
hicieron eso?
KL: Al
principio no habíamos decidido ninguna estrategia
electoral. Nuestra actividad más importante era parar el
cierre de escuelas.
Realizamos un gran encuentro en enero del 2009 en uno de
los colleges comunitarios (escuelas terciarias). Nunca me
voy a olvidar porque era un sábado a la mañana y había
tormenta de nieve. Invitamos a todos los que estaban
afectados por los cierres de escuelas. Teníamos gente dando
su testimonio mientras tratábamos de respondernos “¿Y
ahora que vamos a hacer?”
Vinieron quinientas personas a pesar de la tormenta. Ahí
fue cuando el sindicato nos empezó a tomar seriamente.
Estaban sentados por ahí haciéndose los presumidos hasta
que vieron como la gente llegaba. Fue una experiencia
maravillosa.
Los docentes se empezaron a enterar de lo que pasaba y
empezaron a venir a nuestras reuniones, haciendo preguntas y
observando como funcionábamos. Una vez que conocieron
nuestra manera de trabajar y ver las cosas y vieron cuan
inclusivos éramos empezaron a asociarse y así nuestros
afiliados crecieron.
RS: ¿Qué
quieres decir con inclusivos?
KL: La manera
en que otras organizaciones funcionan, hay alguien siempre
arriba. Toman decisiones y les dicen a la base que tienen
que hacer. La diferencia con CORE es que nosotros realmente
seguimos el modelo de base. Cualquier cosa que aparece la
discutimos, la debatimos, tenemos charlas vigorosas, y luego
votamos qué hacer. Después repartimos las tareas. No se
parecen a la mayoría de las asambleas en que terminan
siendo una bajada de línea de la dirección hacia los
miembros.
También le dedicamos tiempo definiendo qué queríamos
hacer. Tuvimos un retiro ese primer verano. Estuvimos
encerrados por dos días debatiendo cómo queríamos que
esta organización trabaje. También nos preguntamos: “¿Si
pudiéramos soñarlo, cómo nos gustaría que fuera nuestro
sindicato? ¿Qué nos gustaría que ofreciera? ¿Qué querríamos
hacer?”
Nos consideramos inclusivos porque todo es acerca de la
base.
Lo que fue maravilloso fue que el primer año (2009) nos
juntamos y empezamos a movilizarnos regularmente, yendo
regularmente a las reuniones directivas, logramos que saquen
seis escuelas de una lista de treinta candidatas a ser
cerradas. Eso no había ocurrido antes; si una escuela
estaba en la lista, iba a ser cerrada. Nunca se había
logrado sacar de la lista a seis escuelas. El año pasado ni
siquiera había tantas en la lista, solo 16. Y así y todo
conseguimos sacar a seis de la lista. Eso fue grande, una
diferencia muy grande comparada con treinta que estaban en
la lista.
JP: Una cosa
que hablamos bastante fue acerca de reconstruir nuestra
imagen de docentes, no permitiendo que el mensaje de la
prensa corporativa nos domine. Eso realmente resonó entre
los docentes. Necesitamos contestar en forma agresiva,
imponiendo nuestras consignas y contestando toda clase de
improperios en contra de nuestra profesión.
Hablamos un montón acerca de batallar a las escuelas
charter y la privatización, y acerca de la necesidad de
apoyar la educación pública y promover coaliciones con los
padres y las organizaciones comunitarias. Los padres son
nuestros grandes aliados. Necesitamos construir lazos
solidarios con los padres a los que servimos. Esto al final
termino siendo nuestro punto de contacto en la conferencia.
Los padres, los estudiantes, y los maestros son la base
fundamental de las escuelas, pero en las escuelas charter y
en las escuelas “reconstituidas” somos invisibles. ¿Qué
dice todo esto acerca de las reformas? ¿Cuál es el impacto
en los chicos y en la gente que esta enseñando todos los días?
RS:
¿Como
vieron al sindicato y la relación que tuvieron con ellos?
JP: Eran una
maquinaria local. Vivimos en una ciudad dominada por una
oligarquía política donde el Mayor Daley y sus amigos
corporativos toman decisiones que afectan las vidas de
todos. Y lo hacen con chanchullos y nepotismo y arreglos por
atrás. El sindicato había adoptado ese modelo. Por
ejemplo, los delegados que se suponía debían tomar los
reclamos y ayudar a los miembros a responder a violaciones a
los contratos estaban haciendo bastante poco, pero recibían
un salario de $175.000 al año más gastos ilimitados para
el auto y demás expensas. El sindicato se había
transformado en una aristocracia alejada de las aulas. Habían
roto las relaciones con los educadores.
RS: ¿Cómo
se sintieron cuando ganaron? ¿Se sorprendieron?
KL: Fue
realmente maravilloso. Para ese tiempo yo ya no estaba
sorprendida. Había cinco agrupaciones adentro del
sindicato, cada una de ellas con lista propia. Había
bastante gente en cada una de las listas—solamente 150
delegados eran para la AFT/IFT (American Federation of
Labor). Cuatro administrativos, alrededor de 35 personas en
el comité ejecutivo, tres vicepresidentes de área y seis
consejeros. Hubo una elección inicial y luego una segunda
vuelta. Yo sabía que si pasábamos a la segunda vuelta
ganaríamos porque los que buscaban la reelección solo habían
obtenido el 35 por ciento de los votos en la primera vuelta
y nosotros pudimos unificar a toda la oposición.
¿Cómo me sentí cuando ganamos? Oh… mi dios, ¡teníamos
esta gran responsabilidad! Y sabíamos que la Dirección de
Educación iba a venir por nosotros inmediatamente, entonces
nos preparamos para eso.
RS: ¿Como
respondió la Administración de Escuelas Públicas de
Chicago al triunfo de CORE?
JP: Aparecieron
con las armas cargadas inmediatamente. Empezaron a pedir
todo tipo de concesiones para evitar una crisis de
presupuesto: días de descanso, cancelar nuestros aumentos,
terminar con el contrato permanente. Estábamos
inmediatamente enfrentando esta crisis de cómo negociar,
movilizar. ¿Cómo respondemos a esta tipo de cosas?
Anunciaron que iban a eliminar 2.000 puestos de trabajo y
aumentar las clases de 28 a 35 alumnos. Iban a despedir
docentes, pero no de acuerdo a la antigüedad sino sacándose
de encima maestros “insatisfactorios”—a pesar del
hecho de que nuestro contrato tiene en cuenta el debido
proceso. Se habían sacado de encima departamentos enteros
de coaching, incluyendo alfabetizadotes. Hicieron todo esto
sin consultar al sindicato.
KL: En el
momento querían que nos sentáramos a la mesa de
negociaciones. Dijimos,
“Ok, pero traemos 50 personas con nosotros.” Nos
dijeron, “Oh, no, nosotros no permitimos eso.” Pero les dijimos que esta era una
nueva administración y hacíamos las cosas diferente—no
hacemos las cosas bajo la cobertura de la oscuridad.
Queramos que la gente vea y escuche que pasa realmente para
que puedan tomar buenas decisiones y entonces puedan
comunicarles eso a nuestros miembros. La diferencia es que
nosotros somos la base—creemos que los miembros deberían
tomar las decisiones acerca de que debemos hacer.
Al distrito no le gustaba el hecho que nosotros habláramos
acerca de lo que pasaba en las negociaciones. Estaban
acostumbrados a hacer las cosas en secreto. No fuimos a la
prensa pero nos comunicábamos con nuestros miembros y eso
significaba que había personas bloggeando acerca de lo que
había ocurrido. Y por supuesto la prensa levantaba
información de ahí. Nos dijeron en la reunión siguiente
que nosotros éramos irresponsables e irrespetuosos. Pero
nosotros pensamos que son ellos quienes son irrespetuosos.
RS: ¿Cuáles
son las metas para este año? (N. del T.: El reportaje
es de antes que empiecen las clases en septiembre de 2010)
KL: Mantener
nuestras cabezas arriba del agua (riéndose). Nuestra
principal meta para este año es que nuestra gente consiga
retener sus trabajos. Queremos fortalecer nuestra afiliación
y cambiar la manera que el sindicato trabaja—de un modelo
de empresa a un modelo de organización. Por eso estamos
contratando organizadores.
Aquí hay un asunto: Un montón de gente tiene problemas
en sus escuelas y llaman al delegado. El delegado dirá que
no hay nada que podamos hacer porque no es un problema de
contrato. Seguramente no es un problema de contrato pero es
una oportunidad para nosotros como sindicato para organizar
a la escuela alrededor de ese problema. Queremos que los
docentes digan, “Este es un problema profesional que
necesita ser tratado.”
Queremos fortalecer los comités de problemas
profesionales en las escuelas así los maestros se sienten
protegidos para atender ciertos problemas sin represalias.
Los docentes que se preocupan por otros docentes y por los
estudiantes son blancos para las evaluaciones relámpago.
Tal vez en las evaluaciones estuviste sacando “superior”
o “excelente” toda tu carrera y de repente sacas un
“no satisfactorio”—principalmente porque tenés
desacuerdos con la administración. Esto es algo que podemos
organizar alrededor de las escuelas y comités.
RS: ¿Cuáles
son las consecuencias raciales de lo que esta ocurriendo en
las escuelas de Chicago para ambos, maestros y estudiantes?
KL: La
administración gusta decir que no mantiene información por
raza, especialmente en el plantel docente, pero sabemos que
eso no es cierto. Tenemos esta lista de docentes que fueron
echados.
RS:
¿Echados o
despedidos?
KL:
En Chicago es lo misma cosa. En nuestro contrato no hay una
previsión que diga que podemos ser reincorporados, por eso
no parece que puedan volver. El término es “despedido
honorablemente.” Eso es ser echado, y así es como nos
tratan. Se supone que es por antigüedad, pero no es así.
En términos de impacto racial, ha habido una caída
significativa en el número de docentes
afro–americanos—2.078 menos en el 2009 que en el 2002.
En el 2002 casi el 40 por ciento de los docentes de Chicago
eran afro–americanos; el año pasado fueron alrededor del
30 por ciento.
La última lista de docentes echados que recibimos estaba
organizada por edad, lo que es algo interesante también. En
los últimos años ha habido una caída en la edad y también
en los años de experiencia. En 2004, el promedio de años
de experiencia era 14.5; para 2010 es 12 años de
experiencia. Esto es inmenso.
En términos del impacto en los chicos, la gran solución
de Duncan fueron las escuelas charter (Por ley, las escuelas
charter no pueden ser miembros de la unidad de negociación
del sindicato y empiezan como lugares de trabajo sin
sindicatos). Pero las escuelas charter son aun más
segregadas que las escuelas públicas. Cada una de ellas es
una comunidad de color; no hay escuelas charter, que yo
sepa, en ninguna de las áreas de clase media o clase media
alta, incluso en áreas étnicas blancas de Chicago. Son
primordialmente barriadas latinas y afro–americanas. En
algunos lugares son tan espesas que casi todas las escuelas
del barrio son charter. Cuando miras donde empezaron,
ciertamente siguen el modelo de la re–urbanización. Por
eso este programa educacional es en realidad un gran
programa inmobiliario y de re–urbanizaciones bajo el
aspecto de mejorar la educación.
Por ejemplo, si miras las zonas donde Duncan cerró
escuelas, empezaron en la región Near South, en Bronzeville,
donde también cerraron el complejo habitacional y
destruyeron casas de personas de bajos recursos. Las
reemplazaron por condominios de calidad, la construcción de
casas nuevas y gastaron un montón en la rehabilitación de
viejas mansiones. Estas áreas que habían sido zonas
afro–americanas son ahora mucho mas integradas. Entonces
las escuelas fueron cerradas.
RS: ¿Donde
están yendo los chicos a la escuela?
KL: Esa es una
buena pregunta. Al principio abrieron algunas charter ahí,
pero ahora ya esta cerradas. Renaissance 2010 arranco diciéndole
a los padres: “Ustedes tienen opciones, pueden ir a una
charter, pueden ir a esta escuela, a esta otra. Pero básicamente
la escuela del barrio no existe mas.” Entonces el legado básico
de Duncan es desmantelar las escuelas del barrio y abrir
charter. Los chicos que viven en esos barrios no siempre
pueden ir a las charter. Las charter tienen la habilidad de
acaparar a los mejores alumnos. La charter te dirá. “Oh,
no, los elegimos por una lotería.” Pero la realidad es
que los padres tiene que inscribirlos, no podés llevar al
chico así sin más. El hecho de que hay un proceso de
inscripción descarta a un montón de chicos del vamos. En
esas inscripciones los padres tiene que escribir ensayos;
los padres se tienen que comprometer a determinada cantidad
de tiempo para voluntarear.
No es que los padres de clase media están mandando a sus
hijos a las charter. Los padres de clase media de todos los
colores están tratando desesperadamente de hacer entrar a
los chicos a las escuelas públicas especializadas con
programas exclusivos (magnet schools) que tienen una
inscripción selectiva; toman exámenes de ingreso. Los
chicos pobres terminan en las escuelas de barrio, que o están
cerradas o reabiertas con nuevos docentes—las
“reconstituidas.” Los nuevos docentes tienden a ser mas
jóvenes, blancos, menos experimentados, y cuestan mucho
menos que los docentes con experiencia y antigüedad.
Muchos de estos nuevos docentes son de Teach for America (TFA)[v]
y están tomando puestos de gente que se tuvo que ir. Yo
tengo un gran problema con esto. Están buscando docentes de
carrera, cerrando sus puestos, y así de repente aparece TFA.
TFA se supone que era para proveer de docentes en aquellos
lugares donde era difícil cubrir vacantes, pero ahora no
tenemos ningún lugar difícil porque están cerrando
escuelas y cortando vacantes, tenemos docentes por demás
dispuestos a tomar esos puestos. TFA tiene un contrato con
el gobierno local en el que éste les garantiza 200 puestos.
Nosotros decimos que si el distrito quiere romper los
contratos, primero deberían romper éste último con TFA.
El legado de Duncan es la política de tierra arrasada.
“No se que hacer, no puedo arreglar esto, por eso regalo
todo.” Esto es lo que él puso en la discusión nacional.
Rajen a todos, rajen a todos los adultos. Le gusta decir que
hay una cultura del fracaso. Le gusta culpar a los docentes,
cuenta mentiras acerca del movimiento de derechos civiles.
Debería estar avergonzado de él mismo. Pero hete aquí el
problema: Para la gente que no tiene idea que pasa en las
escuelas, todo esto suena como algo bueno.
RS: ¿Ven
Uds. a CORE como un sindicalismo por la justicia social?
KL: CORE es
todavía una agrupación dentro del sindicato CTU. CORE fue
elegido para dirigir el sindicato, pero el sindicato no es
CORE y CORE no es el sindicato. El sindicato es una
burocracia inmensa, es la naturaleza de la bestia. Lo que
estamos haciendo con CORE es tratar de llevar nuestro
programa de base. Estamos centrados en quienes serian los
beneficiarios reales de nuestro trabajo. Y estos son los
estudiantes. El Departamento de Educación y el gobierno de
Chicago se olvidaron por décadas de los pobres y
necesitados de la ciudad. Queremos centrarnos en esto y
asegurarnos que el gobierno de la ciudad se haga cargo de
eso.
Por eso estamos tratando de llegar a los concejales,
distrito por distrito. Queremos hacer de esto algo local
tanto como podamos. Estamos trabajando con organizaciones
comunitarias, trabajando con las diferentes corrientes
religiosas. No podemos hacer todo esto solos. Sabemos que no
podremos hacer ningún cambio sino tenemos a los padres, a
los estudiantes, a las organizaciones comunitarias y otros
sindicatos a bordo con nosotros. Estamos tratando de
establecer estas relaciones. La justicia social es acerca de
tratar a todas estas comunidades con respeto, así de esta
manera podemos recibir sus pareceres acerca de lo que
estamos haciendo. Hasta ahora, esto no ha sido el caso.
RS: ¿Como
ven las consecuencias del triunfo de CORE a nivel nacional?
KL:
Honestamente, no nos habíamos dado cuenta que esto hubiera
sido un fenómeno nacional hasta que fuimos a la convención
de la AFT (Federación Americana de Trabajadores) en Seattle.
Allí fue donde nos encontramos con activistas sindicales
quienes nos dijeron. “Estamos muy contentos por su
triunfo.” Ni siquiera sabíamos que alguien estuviera
prestando atención a lo que ocurría en Chicago. Nuestra
victoria le dio esperanzas a un montón de gente. Hay
resistencia a la narrativa dominante que culpa a los
docentes, examina estudiantes hasta la muerte, y llama a
nuestras escuelas un fracaso como excusa para saquear el
tesoro publico. Creo que ahora la gente a lo largo del país
se da cuenta y comienzan a articular esto.
La idea de que hay reacción, de que los docentes no están
cerrando las puertas y se están escondiendo en las aulas,
sino que se están juntando para hacer algo diferente, es
algo alentador.
JP: Arne Duncan
dio una conferencia el 26 de Julio en Chicago y marco puntos
interesantes. Dijo que no podíamos culpar a los sindicatos
por todos estos problemas—ha habido escuelas charter
ineficientes, ha habido una crisis de financiamiento. Creo
que estamos en presencia de un cambio en la retórica porque
están preocupados porque los docentes están teniendo
diferencias graves con el partido demócrata. Somos un
distrito electoral muy importante y ellos han dependido por
mucho tiempo de esto. Creo que alguno de los cráneos que
asesoran a Obama están diciendo: “Esto es un problema
cuando tenemos gente como el congresista por Wisconsin
diciendo repartamos el dinero de Race to the Top (el
estimulo para la educación de Obama). Acá tenemos una
pequeña crisis de Relaciones Publicas.”
La victoria de CORE logró obtener el tercer sindicato de
docentes a nivel nacional y transformarlo en una caldero de
oposición a todo el programa educativo—en la ciudad del
secretario de educación. Podemos hablar en forma clara y
honestamente con gran detalle acerca de cómo esto se liquidó
a nivel local y como ha sido toda una farsa. Están
realmente preocupados por que si esto sale en la prensa
nacional las fisuras dejaran entrar la luz y todo su
programa descarrilará.
RS: ¿Que
consejos le darían a otros sindicatos progresistas a lo
largo del país?
JP: Creo que la clave es hacerle frente al poder. Acercarse a cuanta escuela
sea posible y hablar con tus colegas acerca de lo que
realmente pasa. Se creativo en la manera en que expresas la
realidad basado en las posibilidades de tu escuela: usa
videos, redes sociales. No te dejes llevar por el
burocratismo de los sindicalistas. Pensá por afuera del
cuadrado en la forma que un buen activista de base lo haría.
Esto energizará tu campaña y al final del día fortalecerá
la habilidad de tu sindicato para responder a los ataques a
la educación pública.
KL: Los
sindicalistas progresistas necesitan acercarse y trabajar
juntos para tomar el siguiente paso. Al principio, nosotros
pensamos que íbamos a empujar a nuestro sindicato en el
camino correcto. Cuando nos dimos cuenta que ellos no lo
iban a hacer, dijimos, “OK, lo haremos nosotros
entonces.” Por dos años, fuimos el sindicato en las
sombras: estábamos haciendo acción directa, íbamos a
reuniones, nos estábamos expresando. Si la gente de otros
sindicatos, otros activistas sociales se juntan, pueden
hacer las mismas cosas también. No podes esperar que las
direcciones estén de acuerdo con vos. Lo
tenés que hacer vos.
Bob
Peterson, es el editor de Rethinking
Schools, y maestro de 5th grado en el distrito de
Milwakee.
Jody
Sokolower (jody@rethinkingschools.org) es editora
y analista.
[i]
N. del T.: Arne Duncan es el Secretario de Educación de
Obama y fue por seis años el Director de Educación de
Chicago. Durante su mandato puso en marcha un plan de
cierre de escuelas públicas mientras promocionaba la
organización de escuelas “charter.”
[ii]
En
http://www.rethinkingschools.
org/archive /25_01/25_01_petersonsokolower.shtml
[iii]
N. d T. Las escuelas reconstituidas (turnaround) son un
experimento de Arne Duncan en Chicago y copiado en
varios estados mas en donde las escuelas
publicas “fracasadas” son cerradas y su
personal despedido y luego de un tiempo las reforman y
las vuelven a abrir con personal mas joven, blanco en su
mayoría, mas inexperto, y por supuesto con menor
salario.
[iv]
N. del T.: Rethinking
Schools es una revista de educación estadounidense
que se edita trimestralmente. Sus artículos sobre
justicia social, derechos humanos, anti–racismo, género,
pobreza e inmigración son ampliamente leídos por un
gran sector de la comunidad educativa progresista y del
activismo. Sus lectores se consideran parte de un
“movimiento” del cual la publicación es el marco de
referencia ideológico.
[v]
TFA es una ONG que recluta docentes recién recibidos y
les ofrece trabajo en zonas de bajos recursos en todo el
país. TFA tiene contratos exclusivos con un sinnúmero
de distritos escolares a lo largo de todo el país, los
cuales les garantizan que los docentes de TFA serán
mantenidos en sus puestos. Sus salarios no están
regidos por las convenios colectivos, son menores que
los de los docentes sindicalizados y no se pueden
afiliar al sindicato.