Nueva York (Dow Jones)–Hasta
los planes mejor diseñados a menudo no resultan como se esperaban.
La Reserva Federal de Estados
Unidos llevó a cabo su segunda ronda de “flexibilización cuantitativa”
–llamada QE2– con la esperanza de impulsar la economía y los mercados
financieros.[1]
Pero circunstancias fuera del
control de la Fed, como la crisis de la zona del euro y la expiración del
apoyo fiscal al sector de la vivienda, han limitado esas expectativas. La
esperanza de contar con un dólar debilitado, que supuestamente ayudaría a
las exportaciones estadounidenses, no se ha materializado, y la creciente
aversión al riesgo ha afectado a los precios de las acciones. En tanto, las
bajas tasas hipotecarias no han impulsado los precios de las viviendas ahora
que han expirado los créditos tributarios.
El crecimiento de Estados Unidos
en el cuarto trimestre aún se ve saludable, al tiempo que los consumidores
gastan durante esta temporada navideña y se muestran un poco más optimistas.
Parte de eso puede atribuirse al repunte de los mercados financieros antes de
la QE2, luego que las autoridades de la Fed dieran pistas al respecto a fines
del verano. Pero ahora que la Fed está ejecutando su plan para comprar
valores, el impacto de la QE2 en 2011 podría ser descarrilado por la crisis
de deuda.
Una víctima de esto podría ser
la meta de la QE2 de incrementar el patrimonio y los gastos de los hogares.
Como señaló el presidente de la Fed, Ben Bernanke, en el Washington Post,
"los mayores precios de las acciones impulsarán el patrimonio de los
consumidores y ayudarán a aumentar la confianza, lo que también puede
impulsar el gasto".
En lugar de ello, el nivel de
patrimonio podría estar descendiendo este trimestre. La baja probablemente no
sea suficiente para afectar el gasto del cuarto trimestre. Pero si la caída
continúa hasta 2011, la economía norteamericana enfrentará otro desafío.
Los mercados globales de
acciones y créditos han sido fuertemente afectados por la crisis europea. Las
preocupaciones ahora se extienden tanto a la deuda gubernamental como a los
sistemas bancarios regionales y se han desplazado de Irlanda a Portugal e
incluso a Bélgica.
Tal como ocurrió durante la
crisis de deuda de Grecia esta primavera, los inversionistas se han alejado de
los activos más riesgosos, incluyendo las acciones. Los mercados bursátiles
de Estados Unidos están encaminados a registrar una caída en noviembre, el
primer descenso mensual desde agosto. A menos que mejore la percepción de los
inversionistas, las acciones podrían cerrar sin variación el cuarto
trimestre, reduciendo el patrimonio de los hogares en momentos en que los
precios de las viviendas se debilitan nuevamente.
El sondeo de S&P/Case–Shiller
sobre los precios de viviendas mostró que los valores a nivel nacional
cayeron un 1,5% en el año finalizado en el tercer trimestre. El informe
destacó que la expiración del crédito tributario a los compradores de
viviendas pesó sobre el sector de la vivienda, al igual que las débiles
condiciones laborales y el exceso de oferta de casas.
Pese a la caída en el valor de
las viviendas, es probable que el patrimonio de los hogares haya aumentando el
trimestre pasado debido a que los mercados bursátiles de Estados Unidos
ascendieron cerca de un 12% durante el verano en anticipación a la QE2. (La
Fed dará a conocer las cifras de su hoja de balance el 9 de diciembre).
Sin embargo, la meta de la Fed
es extender los aumentos de patrimonio hasta 2011 de manera que los
consumidores ayuden a liderar la recuperación. Sin embargo, hasta el momento,
la crisis del euro está limitando el impacto de la QE2.
Nota
de SoB:
1.-
La “flexibilización cuantitativa” (Q2) consiste en la emisión sin
respaldo de 600.000 millones de dólares. Al empapelar de dólares el mundo,
EEUU intenta “exportar” sus problemas al resto del planeta, ya que el dólar,
aunque con crecientes cuestionamientos, sigue siendo moneda de reserva y de
comercio mundial.