Amy
Goodman: Nos
reunimos con el distinguido disidente político y lingüista
de reputación mundial Noam Chomsky, profesor emérito del
Massachusetts Institute of Technology y autor de más de
cien libros, incluido su último “Esperanzas y
realidades”, para obtener su reacción a los documentos de
WikiLeaks. Hace cuarenta años, Noam y Howard Zinn ayudaron
al denunciante del gobierno Daniel Ellsberg a editar y
publicar los Papeles del Pentágono la historia interna de máximo
secreto de EE.UU. de la Guerra de Vietnam.
Noam
Chomsky nos habla desde Boston... Antes de que hablemos de
WikiLeaks, ¿cuál fue su participación en los Papeles del
Pentágono? No creo que la mayoría de la gente esté
informada al respecto.
Noam
Chomsky: Dan y yo éramos
amigos. Tony Russo también los preparó y ayudó a
filtrarlos. Recibí copias por adelantado de Dan y Tony y
varias personas las distribuyeron a la prensa. Yo fui una de
ellas. Luego Howard Zinn y yo, como usted dijo, editamos un
volumen de ensayos e indexamos los papeles.
Explique
cómo funcionó. Siempre pienso que es importante contar esa
historia, especialmente a los jóvenes. Dan Ellsberg
–funcionario del Pentágono con acceso al máximo
secreto– saca de su caja de fondos esa historia de la
intervención de EE.UU. en Vietnam, la fotocopia y luego, ¿cómo
llegó a tenerla en sus manos?, ¿se la dio directamente a
usted?
Me llegó por
medio de Dan Ellsberg y Tony Russo, que había hecho sus
fotocopias y preparado el material.
¿Cuánto
editó?
Bueno, no
modificamos nada. No corregimos los papeles. Quedaron en su
forma original. Lo que hicimos Howard Zinn y yo fue
–aparecieron en cuatro volúmenes– fue preparar un
quinto volumen que contenía ensayos críticos de muchos
expertos sobre los papeles, lo que significaban, etc. Y un
índice, que es casi imprescindible para utilizarlos
seriamente. Es el quinto volumen de la serie de Beacon
Press.
¿De modo
que fue uno de los primeros en ver los Papeles del Pentágono?
Sí, aparte
de Dan Ellsberg y Tony Russo. Quiero decir, quizá hubo
algunos periodistas que pudieron verlos pero no estoy
seguro.
¿Qué
piensa actualmente? Por ejemplo, acabamos de reproducir este
clip del miembro republicano del Congreso Peter King, quien
dice que habría que declarar a WikiLeaks organización
terrorista extranjera.
Pienso que es
estrambótico. Debemos comprender –y los Papeles del Pentágono
son otro ejemplo claro– que una de las principales razones
del secreto gubernamental es proteger al gobierno contra su
propia población. En los Papeles del Pentágono, por
ejemplo, hubo un volumen –el volumen de las
negociaciones– que podría haber tenido influencia sobre
actividades en curso y Daniel Ellsberg lo retuvo. Apareció
un poco después. Si se consideran los papeles en sí hay
cosas que los estadounidenses deberían haber sabido y que
otros no querían que supieran. Y que yo sepa, por lo que he
visto en este caso, ahora es lo mismo. De hecho, las
actuales filtraciones –al menos las que he visto– son
interesantes, primordialmente por lo que nos aclaran de cómo
funciona el servicio diplomático.
Las
revelaciones de los documentos con respecto a Irán aparecen
justo cuando el gobierno iraní ha aceptado una nueva ronda
de conversaciones nucleares para principios del mes próximo.
El lunes, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu
dijo que los cables reivindican la posición israelí de que
Irán plantea una amenaza nuclear. Netanyahu dijo:
“Nuestra región ha sido cautiva de una narrativa que es
el resultado de sesenta años de propaganda que presenta a
Israel como la mayor amenaza. En realidad, los dirigentes
comprenden que ese punto de vista está en bancarrota. Por
primera vez en la historia existe acuerdo en que la amenaza
es Irán. Si los dirigentes comienzan a decir abiertamente
lo que han estado diciendo a puerta cerrada, podemos
realizar un verdadero cambio radical en el camino hacia la
paz.” La secretaria de Estado Hillary Clinton también
habló de Irán en su conferencia de prensa en Washington.
Dijo lo siguiente:
Pienso que no
debería ser una sorpresa para nadie que Irán es una fuente
de gran preocupación, no sólo en EE.UU. En todas las
reuniones que tengo, en cualquier parte del mundo, aparece
la preocupación por las acciones y las intenciones de irán.
Por eso cualquiera de los presuntos comentarios de los
cables confirma que Irán plantea una amenaza muy seria
desde el punto de vista de muchos de sus vecinos y una
preocupación seria mucho más allá de su región. Por eso
la comunidad internacional se reunió para aprobar las
sanciones más duras posibles a Irán. No sucedió porque
EE.UU. dijera: “Por favor, ¡hagan esto para nosotros!”
Sucedió porque los países –una vez que evaluaron la
evidencia respecto a las acciones e intenciones de Irán–
llegaron a la misma conclusión que EE.UU.: que debemos
hacer lo que podamos con el fin de agrupar a la comunidad
internacional para que actúe e impida que Irán se
convierta en un Estado con armas nucleares. De modo que si
alguien que lea las historias sobre estos, uh, supuestos
cables piensa cuidadosamente, llegará a la conclusión de
que la preocupación sobre Irán está bien fundada, es
ampliamente compartida y seguirá siendo la fuente de la política
que mantenemos con naciones de la misma opinión para
impedir que Irán adquiera armas nucleares.”
Era la
secretaria Hillary Clinton, ayer, en una conferencia de
prensa. Quería obtener su comentario sobre Clinton, el
comentario de Netanyahu, y el hecho de que Abdullah de
Arabia Saudí –el rey al que están operando de la espalda
ahora en Nueva York– llamó a EE.UU. a atacar Irán.
Eso refuerza
esencialmente lo que dije anteriormente, que el significado
principal de los cables que se están publicando es, hasta
ahora, lo que nos dice del el liderazgo occidental. Hillary
Clinton y Benjamin Netanyahu seguramente conocen los
cuidadosos sondeos de la opinión pública árabe. El
Brookings Institute publicó hace pocos meses amplios
sondeos de lo que piensan los árabes sobre Irán. Los
resultados son bastante impresionantes. Muestran que la
opinión árabe considera que la mayor amenaza en la región
es Israel, el 80%. La segunda mayor amenaza EE.UU., 77%. Y a
Irán sólo lo mencionan como amenaza un 10%.
Con respecto
a armas nucleares, de un modo bastante notable, la mayoría,
un 57%, dice que si Irán poseyera armas nucleares, eso
tendría un efecto positivo en la región. Ahora bien, no se
trata de cifras pequeñas. Un 80% y un 77% respectivamente
dicen que Israel y EE.UU. constituyen la mayor amenaza. Un
10% dice que Irán es la mayor amenaza. Puede que los periódicos
no informen al respecto aquí –aparece en Inglaterra–
pero es ciertamente algo familiar para los gobiernos de
Israel, EE.UU. y los embajadores. Pero no aparece una
palabra al respecto en ninguna parte. Lo que eso revela es
el profundo odio a la democracia por parte de nuestra
dirigencia política y la dirigencia política israelí.
Esas cosas ni siquiera deben mencionarse. Eso impregna todo
el servicio diplomático. Los cables no incluyen ninguna
referencia a eso.
Cuando hablan
de los árabes se refieren a los dictadores árabes, no la
población, que se opone de modo abrumador a las
conclusiones que han sacado los analistas, en este caso
Clinton y los medios. También existe un problema menor que
es el mayor problema. El problema menor es que los cables no
nos dicen lo que piensan y dicen los dirigentes árabes.
Sabemos lo que se seleccionó de lo que dijeron. De modo que
hay un proceso de filtración. No sabemos cuánto se
distorsiona la información. Pero no cabe duda de que lo que
es una distorsión radical –o ni siquiera una distorsión,
sino un reflejo– es la preocupación de que lo que
importan son los dictadores. La población no importa,
incluso si se opone abrumadoramente a la política
estadounidense.
Hay cosas
semejantes en otros sitios, como las que tienen que ver con
esa región. Uno de los cables más interesantes fue uno del
embajador de EE.UU. en Israel a Hillary Clinton, que
describió el ataque a Gaza –que debiéramos llamar el
ataque estadounidense/israelí a Gaza– en diciembre de
2008. Indica correctamente que había habido una tregua. No
agrega que durante la tregua –que en realidad Israel no
respetó y Hamás respetó escrupulosamente según el propio
gobierno israelí–, no se disparó un solo cohete.
Es una
omisión. Pero luego viene una mentira directa: dice que en
diciembre de 2008 Hamás reanudó el disparo de cohetes y
que por ello Israel tuvo que atacar para defenderse.
Ahora
bien, el embajador tiene que saber que habrá alguien en la
embajada de EE.UU. que lea la prensa israelí –la prensa
israelí dominante– en cuyo caso la embajada seguramente
sabe que es exactamente lo contrario: Hamás estaba pidiendo
una renovación del alto el fuego. Israel consideró la
oferta, la rechazó y prefirió bombardear en lugar de optar
por la seguridad.
También omitió que Israel nunca respetó
el alto el fuego –mantuvo el sitio en violación del
acuerdo de tregua– y el 4 de noviembre, el día de la
elección de 2008 en EE.UU., el ejército israelí invadió
Gaza y mató a media docena de militantes de Hamás, lo que
condujo a un intercambio de fuego en el cual todas las víctimas,
como de costumbre, fueron palestinas.
Luego, en diciembre,
cuando terminó oficialmente la tregua, Hamás pidió que se
renovara. Israel rehusó y EE.UU. e Israel prefirieron
lanzar la guerra. El informe de la embajada es una burda
falsificación, y es muy significativa porque tenía que ver
con la justificación del ataque asesino, lo que significa
que o bien la embajada no tenía idea de lo que estaba
sucediendo o que estaba mintiendo descaradamente.
¿Y el último
informe que acaba de aparecer –de Oxfam, de Amnistía
Internacional, y de otros grupos, sobre los efectos del
sitio en Gaza? ¿Qué pasa ahora mismo?
Un sitio es
un acto de guerra. Si alguien insiste en eso es Israel.
Israel lanzó dos guerras –956 y 196–, en parte sobre la
base de que su acceso al mundo exterior estaba muy
restringido. Ese mismo sitio parcial que consideraron un
acto de guerra y justificación –bueno, una de varias
justificaciones– para lo que llamaron guerra
“preventiva”, o si se quiere, profiláctica. De modo que
lo entienden perfectamente y el argumento es correcto. El
sitio es un acto criminal, para comenzar. El Consejo de
Seguridad y otros han llamado a Israel a levantarlo. Tiene
el propósito –como han declarado los funcionarios israelíes–
de mantener al pueblo de Gaza en un nivel mínimo de
existencia. No quieren matarlos a todos porque no se vería
bien ante la opinión internacional. Como dicen,
“mantenerlos a dieta”. Esta justificación, comenzó
poco después de la retirada oficial israelí. Hubo una
elección en enero de 2006, la única elección libre en el
mundo árabe –cuidadosamente monitoreada y reconocida como
libre– pero tuvo un defecto. Ganaron los que no debían
hacerlo. Es decir Hamás, los que no querían EE.UU. e
Israel. Rápidamente, en muy pocos días, EE.UU. e Israel
impusieron duras medidas para castigar al pueblo de Gaza por
haber votado de manera equivocada en una elección libre.
El próximo
paso fue que ellos –EE.UU. e Israel– trataron, junto con
la Autoridad Palestina, de dar un golpe militar en Gaza para
derrocar al gobierno elegido. Fracasó –Hamás derrotó el
intento de golpe–. Fue en julio de 2007. Entonces
endurecieron el asedio considerablemente. Mientras tanto
ocurrieron numerosos actos de violencia, bombardeos,
invasiones, etc. Pero básicamente, Israel afirma que cuando
se estableció la tregua en el verano de 2008, el motivo
para que Israel no lo observara y levantara el sitio fue que
un soldado israelí –Gilad Shalit– fue capturado en la
frontera. El comentario internacional lo considera un crimen
terrible.
Bueno, piénsese como se quiera, la captura de un
soldado de un ejército atacante –y el ejército estaba
atacando Gaza– no se aproxima en nada al nivel del crimen
de secuestrar civiles. Justo un día antes de la captura de
Gilad Shalit en la frontera, las tropas israelíes habían
entrado en Gaza, secuestraron a dos civiles –los Hermanos
Muammar– y los llevaron al otro lado de la frontera.
Desaparecieron en algún sitio del sistema carcelario de
Israel, donde cientos de personas, quizá mil, están
detenidas sin cargos a veces durante años. También hay
prisiones secretas. No sabemos qué pasa en ellas.
Esto es de
por sí un crimen mucho peor que el secuestro de Shalit. De
hecho, se podría argumentar que fue un motivo por el cual
apenas se informó al respecto: Israel lo ha estado durante
años, en realidad durante decenios. Raptos, capturas de
gente, secuestros de barcos, asesinatos, llevarlos a Israel,
a veces como rehenes durante muchos años.
De modo que es
una práctica habitual; Israel puede hacer lo que quiere.
Pero la reacción aquí y en el resto del mundo al secuestro
de Shalit –que no es un secuestro, no se secuestra a un
soldado sino que se le captura– es que se considera un
crimen horrendo y una justificación para mantener el sitio
y asesinar... es una desgracia.
Por lo
tanto Amnistía Internacional, Oxfam, Save the Children y
otros dieciocho grupos de ayuda llaman a que Israel levante
incondicionalmente el bloqueo de Gaza. Y en Wikileaks
publica un cable diplomático estadounidense –suministrado
a The Guardian por Wikileaks– que describe: “Directiva
nacional de recolección de inteligencia humana: Solicita a
personal de EE.UU. para que obtenga detalles de planes de
viaje, como itinerarios y vehículos utilizados por
dirigentes de la Autoridad Palestina y miembros de Hamás”.
El cable pide: “Información biográfica, financiera, biométrica
de dirigentes y representantes claves de la AP y de Hamás,
que incluyen a la Joven Guardia, dentro de Gaza y
Cisjordania, y fuera,” dice.
No debería
ser una sorpresa. Contrariamente a la imagen que se proyecta
en este país, EE.UU. no es un intermediario honesto. Es un
participante, un participante directo y crucial en los crímenes
israelíes, tanto en Cisjordania como en Gaza. El ataque a
Gaza fue un caso claro: utilizaron armas estadounidenses,
EE.UU. bloqueó los esfuerzos para el alto el fuego y dio
apoyo diplomático. Lo mismo vale para los crímenes diarios
en Cisjordania, y no hay que olvidarlos. En realidad Save
The Children ha informado de que en el Área C –el área
de Cisjordania controlada por Israel– las condiciones son
peores que en Gaza. De nuevo todo esto tiene lugar sobre la
base del apoyo crucial y decisivo de EE.UU. tanto en el
aspecto militar como en el diplomático y económico; y
también ideológico –lo que quiere decir de la distorsión
de la situación, como se hizo también, dramáticamente, en
los cables.
El sitio en sí
es simplemente criminal. No sólo bloquea ayuda que se
necesita desesperadamente, sino que además aleja a los
palestinos de la frontera. Gaza es un sitio pequeño y
superpoblado. Y el fuego y los ataques israelíes aleja a
los palestinos de la tierra árabe en la frontera, y también
limita a los pescadores de Gaza a las aguas territoriales.
Son obligados por cañoneras israelíes –todo es igual,
claro está– a pescar cerca de la costa donde la pesca es
casi imposible porque Israel ha destruido los sistemas eléctricos
y de alcantarillado y la contaminación es terrible. Es sólo
un estrangulamiento para castigar a la gente por estar allí
y por insistir en votar de forma equivocada. Israel decidió:
“Ya no queremos esto. Librémonos de ellos.”
También
deberíamos recordar que la política estadounidense/israelí
–desde Oslo, desde principios de los noventa– ha sido
separar Gaza de Cisjordania. Es una violación directa de
los acuerdos de Oslo, pero se ha implementado sistemáticamente
y ha tenido mucho efecto. Significa que casi la mitad de la
población palestina quedaría al margen de cualquier
posible arreglo político al que se pudiera llegar. También
significa que Palestina pierde su acceso al mundo exterior.
Gaza debería tener aeropuertos y puertos marítimos. Ahora
mismo Israel se ha apoderado de cerca de un 40% de
Cisjordania. Las últimas ofertas de Obama le otorgan todavía
más, y ciertamente los israelíes planean apoderarse de más.
Lo que queda es sólo santificado. Es lo que el planificador
Ariel Sharon llamó bantustanes. Y también están en prisión,
mientras Israel se apodera del Valle del Jordán y expulsa a
los palestinos. Son todos crímenes de la misma pieza.
El sitio de
Gaza es particularmente grotesco por las condiciones en las
que obligan a vivir a la gente. Quiero decir, si una persona
joven en Gaza –estudiante en Gaza, digamos– quiere
estudiar en una universidad de Cisjordania no puede hacerlo.
Si una persona en Gaza necesita un entrenamiento o
tratamiento médico avanzado de un hospital en Jerusalén
Este ¡no puede ir! Se retienen las medicinas. Es un crimen
escandaloso, en general.
¿Qué
piensa que debería hacer EE.UU. en este caso?
Lo que debería
hacer EE.UU. es muy simple: debería unirse al mundo. Quiero
decir que supuestamente existen negociaciones. Tal como las
presentan aquí, el marco estándar es que EE.UU. es un
intermediario honesto que trata de unir a dos oponentes
recalcitrantes – Israel y la Autoridad Palestino. No es más
que una farsa.
Si hubiera
negociaciones serias, serían organizadas por alguna parte
neutral y EE.UU. e Israel estarían de un lado y el mundo
estaría del otro. Y no es una exageración. No debería ser
un secreto que desde hace tiempo ha habido un consenso
internacional abrumador sobre una solución diplomática,
política. Todos conocen las líneas básicas: se podrá
discutir sobre algunos de los detalles. Incluye a todos con
la excepción de EE.UU. e Israel. EE.UU. ha estado
bloqueando la solución durante 35 años, con interrupciones
ocasionales, breves. Incluye a la Liga Árabe. Incluye a la
Organización de Estados Islámicos, que incluye a Irán.
Incluye a todos los protagonistas relevantes con la excepción
de EE.UU. e Israel, los dos Estados que la rechazan. De modo
que si llegara a haber negociaciones serias, es la manera
como serían organizadas. Las negociaciones reales apenas
llegan al nivel de comedia. El tema que se está discutiendo
es una nota al pie, una nota menor: la expansión de los
asentamientos. Claro que es ilegal. De hecho todo lo que
Israel está haciendo en Cisjordania y Gaza es ilegal. Ni
siquiera ha sido polémico desde 1967...
Quiero
leerle ahora lo que ha twitteado Sarah Palin –la ex
gobernadora de Alaska, por supuesto, y candidata republicana
a la vicepresidencia. Es lo que ha twitteado sobre
Wikileaks. Más bien, lo colocó en Facebook. Dijo:
“Primero y ante todo, ¿qué pasos se han tomado para
impedir que el director de WikiLeaks, Julian Assange,
distribuya este material confidencial altamente delicado,
especialmente después que ya había publicado material, no
una vez sino dos, en los meses anteriores? Assange no es un
periodista, no más que un editor de la nueva revista
“Inspire” en idioma inglés de al–Qaida que es un
periodista. Es un agente anti–estadounidense con sangre en
las manos. Su anterior publicación de documentos
clasificados reveló la identidad de más de 100 fuentes
afganas a los talibanes. ¿Por qué no se le persigue con la
misma urgencia con la que perseguimos a los dirigentes de
al–Qaida y de los talibanes?” ¿Qué opina?
Es
exactamente lo que esperaría de Sarah Palin. No sé cuanto
entiende, pero pienso que debemos prestar atención a lo que
nos dicen las filtraciones... Tal vez la más dramática
revelación, o mención, es el amargo odio a la democracia
que revelan tanto el gobierno de EE.UU. –Hillary Clinton y
otros– como el servicio diplomático.
Decir al
mundo –bueno están hablando entre ellos– que el mundo
árabe considera a Irán como la principal amenaza y que
quiere que EE.UU. bombardee Irán es extremadamente
revelador, sabiendo como saben que aproximadamente un 80% de
la opinión árabe considera a EE.UU. y a Israel como la
mayor amenaza, un 10% considera a Irán como la mayor
amenaza, y que una mayoría, el 57%, piensa que a la región
le iría mejor con armas nucleares iraníes como una especie
de disuasivo. Eso ni siquiera lo mencionan. Todo lo que
mencionan es lo que ellos afirman que han dicho los
dictadores árabes, los brutales dictadores árabes. Es lo
que cuenta.
No sabemos
hasta qué punto es representativo de lo que dicen, porque
no sabemos cuál es el filtro. Pero es un aspecto menor. El
aspecto más importante es que la población es irrelevante.
Todo lo que importa son las opiniones de los dictadores que
apoyamos. Si nos respaldan, eso sería el mundo árabe. Es
un cuadro muy revelador de la mentalidad de la dirigencia
política de EE.UU. y, presumiblemente, la opinión
principal, a juzgar por el comentario que ha aparecido aquí,
también es la manera en que se ha presentado en la prensa.
No importa lo que piensen los árabes.
Sobre su
artículo, Outrage Misguided, volviendo a las elecciones de
mitad de período y lo que vamos a presenciar ahora. ¿Puede
hablar del movimiento Tea Party?
El movimiento
Tea Party es, tal vez un 15 o 20% del electorado. Es
relativamente acaudalado, blanco, nativo, ya sabe, tiene
características más bien tradicionales de carácter
nativo. Pero lo que es mucho más importante, pienso, es la
indignación. Más de la mitad de la población dice que más
o menos lo apoyaron, o apoyan su mensaje. Lo que piensa la
gente es extremadamente interesante. Quiero decir que los
sondeos revelan abrumadoramente que la gente está muy
amargada, molesta, hostil, opuesta a todo.
La causa
primordial es sin duda el desastre económico. No sólo es
una catástrofe financiera, es un desastre económico.
Quiero decir, en la industria manufacturera, por ejemplo, la
tasa de desempleo está al nivel de la Gran Depresión. Y a
diferencia de la Gran Depresión, esos puestos de trabajo no
volverán. Los propietarios y administradores
estadounidenses han tomado hace tiempo la decisión de que
pueden obtener más beneficios con complicados negocios
financieros que mediante la producción. De modo que las
finanzas –y esto data de los años setenta, sobre todo
Reagan lo aumentó, y después– La economía ha sido
“financiarizada”.
Las
instituciones financieras han crecido enormemente en su
parte de los beneficios corporativos. Podrá ser algo como
un tercio, o algo semejante, en la actualidad. Al mismo
tiempo se ha exportado la producción. Si se compra algún
artefacto electrónico es chino. China es una planta de
montaje para un centro de producción del noreste asiático.
Las partes y componentes llegan de los países más
avanzados y de EE.UU., así como la tecnología. Por lo
tanto, sí, es un sitio barato para ensamblar cosas y
venderlas de vuelta aquí. Bastante similar en México,
ahora Vietnam, etc. Es la manera de lograr beneficios.
Destruye a la
sociedad en este país, pero eso no preocupa a la clase
propietaria y a la clase gerencial. Su preocupación son los
beneficios. Es lo que impulsa la economía. El resto es una
consecuencia. La gente está muy amargada por ello, pero
parece que no lo entienden. De modo que la misma gente, que
constituye una mayoría, que dice que Wall Street tiene la
culpa de la crisis actual, vota republicano. Los dos
partidos están profundamente metidos en los bolsillos de
Wall Street, pero los republicanos mucho más que los demócratas.
Lo mismo vale
para un tema tras otro. El antagonismo hacia todos es muy
elevado –un auténtico antagonismo, a la población no le
gusta los demócratas, pero odia aún más a los
republicanos. Está contra el gran dinero. Está contra el
gobierno. Está contra el Congreso. Está contra la ciencia.
Noam,
quisiera preguntarle: si fuera el principal asesor del
presidente Obama: ¿Qué le aconsejaría que hiciera ahora
mismo?
Le diría que
hiciera lo que hizo Franklin Delano Roosevelt ante la
oposición del gran dinero: Ayudar a organizar, estimular la
oposición pública e introducir un serio programa
populista, lo que es posible. Estimular la economía. No
regalar todo a los financistas. Imponer una verdadera
reforma del sistema de salud. La reforma de la salud que se
ha introducido podrá ser una ligera mejora pero deja sin
tocar algunos problemas importantes. Si le preocupa el déficit
que preste atención al hecho de que es casi totalmente
atribuible a los gastos militares y a este programa de salud
absolutamente disfuncional.
Noam,
continuamos con su receta –el consejo que le daría hoy en
día al presidente Obama.
Bueno, la
economía es un desastre. Hay un 10% de desempleo oficial,
probablemente el doble en desempleo real. Mucha gente
desempleada desde hace años, es una inmensa tragedia
humana, pero también es una tragedia económica. Son
recursos no utilizados que podrían estar activos
produciendo las cosas que este país necesita. EE.UU. se está
convirtiendo en una especie de país del tercer mundo.
El otro día,
tomé un tren de Boston a Nueva York –la estrella del
sistema ferroviario de Amtrak–. El viaje duró unos veinte
minutos menos que el tren que mi esposa y yo tomábamos hace
sesenta años de Boston a Nueva York. En cualquier país
europeo, o realmente en cualquier país industrial habría
durado la mitad. Y en muchos países no industriales; España,
que tampoco es un país súper rico, está introduciendo un
tren de 300 kilómetros por hora. Sólo es un ejemplo.
EE.UU. necesita desesperadamente muchas cosas: una
infraestructura decente, un sistema educativo decente, más
paga y apoyo a los maestros, toda clase de cosas. Y las políticas
que se llevan a cabo se han diseñado para enriquecer sobre
todo a las instituciones financieras; y hay que recordar que
muchas de las principales corporaciones como, digamos,
General Electric y General Motors son también instituciones
financieras, las finanzas constituyen una gran parte de sus
actividades. Está muy poco claro que esas instituciones
hagan algo por la economía. Algunos economistas de este país
–de la tendencia dominante– comienzan a plantear este
tema. Podrían dañar a la economía, en realidad. Lo que
hacen es enriquecer a los ricos, y es el propósito de las
políticas.
Una
alternativa sería estimular la economía. La demanda es muy
baja –esas corporaciones están inundadas de dinero,
obtienen inmensos beneficios. Pero no quieren gastarlo, no
quieren invertirlo. Más bien quieren obtener ganancias con
él. Las instituciones financieras no producen nada, sólo
mueven el dinero y ganan dinero con diversos negocios. El público
tiene demanda de consumo, pero es muy ligera. Hay que
recordar que hubo una burbuja de la vivienda de 8 billones
[millones de millones] de dólares que estalló, destruyendo
los activos de la mayoría de la gente. Ahora trata
desesperadamente de conservar un poco para salvarse. La única
fuente de demanda ahora mismo serían los gastos del
gobierno. Ni siquiera tienen que afectar al déficit
–pueden realizarse mediante préstamos de la Reserva
Federal que envía los intereses directamente al Tesoro–
si a alguien le preocupa el déficit, que en realidad es un
tema menor, pienso.
Debería
haber un gasto masivo en la infraestructura, debería haber
gastos en cosas simples como el medio ambiente. Deberíamos
tener un programa sustancial para reducir la gravísima
amenaza del calentamiento global. Pero por desgracia es poco
probable con las nuevas legislaturas republicanas y los
efectos de la masiva propaganda corporativa para tratar de
convencer a la gente de que es un engaño liberal. Los últimos
sondeos muestran que cerca de un tercio de los
estadounidenses cree en el calentamiento global antropogénico
–ya sabe, la contribución humana al calentamiento
global–. Es casi un golpe mortal para la especie. Si
EE.UU. no hace nada, nadie lo hará.
¿Qué
piensa de la cumbre global del cambio climático que se
celebra en Cancún?
Bueno, la
Cumbre de Copenhague fue un desastre –no pasó nada. Ésta
de Cancún ha fijado objetivos mucho menores con la
esperanza de conseguir algo. Pero supongamos que logran
todos sus objetivos, lo que es muy poco probable; será un
mondadientes en una montaña. Hay muchos otros problemas
serios al respecto.
Ahora nos
enfrentamos a una situación en la que los negacionistas del
cambio climático se están apoderando de los comités
relevantes de la Cámara de Representantes –ciencia,
tecnología, etc.– De hecho, uno de ellos dijo
recientemente: “No tenemos que preocuparnos por el tema
porque Dios se hará cargo”. Es increíble que esto esté
sucediendo en el país más rico, más poderoso del mundo.
Es un área importante en la cual debería haber un cambio
sustancial y mejoras. Si no, no habrá mucho más de qué
hablar en una generación o dos.
Otros
incluyen la simple reconstrucción de la economía en este
país para que la gente pueda volver al trabajo, para que
pueda producir cosas que el país necesita, para que pueda
vivir vidas decentes. Todo eso se puede hacer. Los recursos
existen, pero no las políticas.
Noam,
cuando uno observa el nuevo Congreso, estoy leyendo en The
New Yorker: "Darrell Issa, un representante republicano
de California, es uno de los hombres más ricos del
Congreso. Ganó su dinero vendiendo alarmas para coches, lo
que es interesante, porque ha sido acusado dos veces de robo
de coches. Dijo que tuvo “una juventud pintoresca”.
Ahora, cuando los republicanos están a punto de tomar el
control de la Cámara, Issa se prepara para llegar a ser
presidente del Comité de Supervisión. El puesto viene
acompañado de amplios poderes de orden de comparecencia, e
Issa ya ha indicado cómo piensa emplearlos. No le interesa,
aseguró a un grupo de republicanos de Pensilvania durante
el verano, andar escarbando en busca de información que
podría embarazar a otros multimillonarios: ‘no los
utilizaré para hacer que EE.UU. corporativo viva
atemorizado’. En vez de eso quiere llegar adonde ve la
verdadera maldad. Quiere investigar a los climatólogos.
Arriba en su lista están los pacientes y sufridos
investigadores cuyos correos electrónicos fueron pirateados
el año pasado desde el sistema informático de la
Universidad de East Anglia en Gran Bretaña. Aunque su
trabajo ha sido tema de tres investigaciones separadas de
‘Climagate’ –todas las cuales establecieron que las
afirmaciones de manipulación de datos carecían de
fundamento–, Issa no está satisfecho. Dijo recientemente:
“Vamos querer otra oportunidad”.
Sí. Forma
parte de la ofensiva masiva –básicamente una ofensiva
corporativa– Y no han guardado silencio al respecto. La Cámara
de Comercio –el mayor lobby empresarial–, el Instituto
Estadounidense del Petróleo y otros han dicho, de manera
bastante pública, que están realizando una masiva “campaña
educativa” para convencer a la población de que el
calentamiento global no es real. Y tiene efecto. Se ve
incluso en la manera que lo presentan los medios: se lee,
digamos, en una discusión en el New York Times sobre el
cambio climático. Tienen que ser objetivos –presentar los
dos lados– de modo que un lado está formado por un 98% de
científicos calificados y el otro son Issa y un par de escépticos
con respecto al cambio climático. Les falta, si os dais
cuenta, una tercera parte –es decir una cantidad muy
sustancial de destacados científicos que dicen que el
consenso no está ni cerca de ser suficientemente alarmista
y que en realidad la situación es mucho peor. EE.UU. ha
estado dando largas al asunto desde hace mucho tiempo, y
ahora es mucho peor.
Hace sólo un
par de días, hubo un informe sobre un análisis de la
producción de tecnología verde. Resulta que China va
delante, seguida por Alemania, España va muy avanzada y
EE.UU. es uno de los más atrasados. De hecho, la inversión
en tecnología verde es mayor en China –creo que dos veces
mayor– que en EE.UU. y Europa en conjunto. Son verdaderas
patologías sociales, exacerbadas por la última elección,
pero sólo un aspecto en el cual la política se mueve
totalmente en la dirección equivocada. Hay alternativas
significativas, y si no se tienen en cuenta podría ser un
verdadero desastre. Podría estar bastante cerca.
Quisiera
cambiar de tema por un minuto, Noam Chomsky, y hablar de las
elecciones que acaban de tener lugar en Haití.
“Elecciones”
se debería poner entre comillas. Si tuviéramos elecciones
en EE.UU. en las cuales los partidos Demócrata y
Republicano estuvieran excluidos y sus dirigentes políticos
exiliados en Sudáfrica y no se les permitiera volver a
EE.UU., no se considerarían unas elecciones serias. Pero es
exactamente lo que ocurrió en Haití. Los principales
partidos políticos prohibidos –como sabemos EE.UU. y
Francia invadieron esencialmente Haití en 2004,
secuestraron al presidente y lo enviaron a África
central–. Su partido está prohibido. La mayoría de los
analistas supone que, como en el pasado, si se le permitiera
presentarse como candidato probablemente ganaría la elección.
El ex presidente Aristide es, según toda la información
disponible, la personalidad política más popular en Haití.
No sólo no han permitido que se presente –esencialmente,
EE.UU.– sino que además no le permiten regresar a su país.
Han tratado de mantenerlo fuera del hemisferio. Seguro, no
puede volver a Haití, pero EE.UU. ha estado tratando de
mantenerlo fuera del hemisferio en su totalidad. Lo que ha
tenido lugar es una especie de farsa –no es nada, sabe,
los haitianos tratan de expresarse y deberíamos respetarlo.
Pero las principales alternativas que podrían tener son
excluidas por el poder extranjero, el poder de EE.UU. y de
Francia, que es el segundo de los dos torturadores históricos
de Haití.
Honduras.
Es interesante que entre estos cables que han salido a la
luz mediante la publicación de WikiLeaks se encuentra el
cable diplomático de EE.UU. de 2008 que dice exactamente lo
que el gobierno de EE.UU. no estuvo dispuesto a decir en público:
que el golpe contra Manuel Zelaya fue totalmente ilegal. ¿Su
reacción, Noam?
Así es. Es
un análisis de la embajada en Tegucigalpa, Honduras, que
dice que han hecho un cuidadoso análisis de los
antecedentes legales y constitucionales y que concluyen
–puede leer su resumen, que está en la conclusión– que
no cabe duda de que el golpe fue ilegal e inconstitucional.
El gobierno de Washington, como usted señala, no estuvo
dispuesto a decirlo. Y de hecho, después de algunas dudas,
Obama terminó esencialmente por reconocer la legitimidad
del golpe. Apoyó que se realizara la elección bajo el régimen
golpista, que la mayor parte de Latinoamérica y Europa se
negaron a reconocer. Pero EE.UU. lo hizo.
De hecho, el
embajador de EE.UU. acusó públicamente a los
latinoamericanos que no estuvieron de acuerdo de estar
‘seducidos por el realismo mágico’, como en las novelas
de García Márquez o algo así, sólo una declaración de
desdén. Deberían estar de acuerdo con nosotros y apoyar el
golpe militar, que es ilegal e inconstitucional. Y tiene
muchos efectos. Uno de los efectos es que preserva para
EE.UU. una gran base aérea, la Base Aérea Palmerola, una
de las últimas que quedan en Latinoamérica. Estados Unidos
ha sido expulsado de todas las demás.
Tengo dos
preguntas y sólo nos quedan dos minutos. Una sobre Corea
del Norte. Los documentos de WikiLeaks muestran a diplomáticos
chinos que dicen que responsables chinos “dudan cada vez más
de la utilidad de la vecina Corea del Norte” y apoyarían
la reunificación. ¿Qué significa esto?
Soy muy escéptico
con respecto a esa declaración. No existe ninguna señal de
que China esté dispuesta a tener tropas de EE.UU. en su
frontera, y ésa sería una consecuencia muy probable de una
Corea reunificada. Pero ha estado objetando amargamente a
las maniobras navales de EE.UU. en el Mar Amarillo, no lejos
de su costa –que ellos llaman sus “Aguas Económicas
Territoriales”–. Lo último que quieren es la expansión
de fuerzas militares de EE.UU. cerca de sus fronteras.
Pueden pensar –no lo sé– que Corea del Norte
simplemente no es viable, y que tendrá que derrumbarse, y
es un problema terrible desde muchos puntos de vista, pero
eso no lo sé. Pero soy muy escéptico sobre esa filtración.
Finalmente,
Noam, sobre su último libro Esperanzas y perspectivas. ¿Qué
le da esperanza?
Bueno, la
parte de las Esperanzas de ese libro tiene que ver sobre
todo con Suramérica donde realmente ha habido algunos
cambios significativos y espectaculares en la última década.
Por primera vez en 500 años los países suramericanos se
han estado moviendo hacia la integración, que es un
requisito previo para la independencia, y han comenzado a
enfrentar algunos de sus problemas internos realmente
desesperados. Existe una inmensa disparidad entre islas de
extrema riqueza y de pobreza masiva. Una cantidad de países
–incluido el más destacado, Brasil, han dado pasos en ese
sentido. Bolivia ha sido bastante espectacular, con la
victoria de la población indígena en una importante elección
democrática. Son hechos importantes.
Noam
Chomsky, gracias por haber estado con nosotros. ¡Oh!, y
feliz cumpleaños.
Gracias.